Meditación
Por el P. Alonso de Andrade
Del buen Pastor (Juan.10)
Punto I.- Considera cómo Cristo, Hijo de Dios vivo Unigénito del Eterno
Padre, bajó del cielo a ser pastor de
las almas y de la tuya, y pudiendo hacer este ministerio un ángel, u otra
criatura racional, no quiso sino tomarla a su cargo, y cuidar de tu bien, y
apacentarte por su propia persona. Pondera quién es Dios y quién eres tú, y lo
que debes a tan grande Señor: dale mil gracias por este beneficio, y disponte
cuánto pudieres para servirle eternamente.
Punto II.- Considera que el oficio de buen Pastor es apacentar sus
ovejas, y Cristo le cumplió tan abundantemente, que les dio en pasto su propio
Cuerpo, y por bebida su propia Sangre. Gózate de tener tal Pastor, y dale infinitas gracias por tan
incomparable merced, y aprende a cuidar de las tuyas y a sustentarlas a costa
de tu sudor, y si fuere necesario de tu sangre, a ejemplo de Cristo.
Punto III.- Considera lo que dice Cristo,
que es bueno y verdadero pastor, que defiende sus ovejas del lobo hasta poner
su vida por ellas; y el jornalero, que no las tiene por suyas, huye y las deja
sin defenderlas, y perecen a manos de sus enemigos. Cristo es el verdadero
Pastor que dio la vida pos sus ovejas, y las defiende siempre de los lobos
carniceros, por lo que tienes grande motivo para agradecer a Dios tan señalado
beneficio, menos importará que tú perdieras la vida a mano de tus enemigos, que
no el Señor de la vida a manos de los suyos, y fue tan crecido su amor que la
dio en la Cruz por ti. ¡Oh Señor! ¿Con qué os agradeceré tan insigne merced?
¡Oh, quién diera la vida por Vos, como Vos la disteis por mí! Aprende a no ser
mercenario, ni servir a Dios y a tus prójimos por sólo el interés, sino por la
gloria de Dios y el bien de sus almas, por las cuales has de poner tu vida, si
fuere necesario, a ejemplo de Cristo nuestro Señor que la puso por ti.
Punto IV.- Considera que así como Cristo es
el buen Pastor, así por el contrario el mal pastor es el demonio, que en todo
procura la emulación del Salvador. Fíjate cómo cuida y apacienta cada uno de
estos pastores sus ovejas y la diferencia tan grande que hay del bueno al malo
y de las ovejas del uno a las del otro, y mira a cuál de los dos rebaños
quieres pertenecer. Mira cómo trata Cristo a los suyos, dándoles hasta su
propia Sangre y llevándolos sobre Sus hombros, y el premio que al último les da,
y el que hace Satanás al rebaño de sus seguidores, teniéndolos por esclavos y
tratándolos con suma tiranía, y por último los despeña en el abismo del
infierno, a donde los apacienta, como dice David con muerte eterna. Ruega al
Señor que te reciba en su rebaño y que no te deje de su mano, ni te permita
caer en la tiranía de Satanás; resolviéndote firmemente a ser una de sus ovejas
y ofreciéndote a servirle eternamente.