Traducir

jueves, 28 de abril de 2016

INVASIÓN MUSULMANA

CARLOS MARTELL (El Martillo de Dios contra los musulmanes)



El general Breedlove, alto mando de la OTAN, declaró que  efectivos terroristas del Isis aprovechando el caos fronterizo  de Europa están entrando masivamente  mezclados con los demás refugiados.  Peligro que se extiende como un cáncer.

El diario sueco Fria Tider informa que un vehículo con 59 granadas de mano y cinco ametralladoras, además de munición, fue detenido en la frontera eslovena cuando se dirigía a Suecia. Durante el primer semestre de 2015 sólo en Malmö se registraron treinta ataques con granadas.

La Policía lleva años alertando del incremento de la tasa de población musulmana en Europa y del alto índice de delincuencia protagonizada por emigrantes procedentes de países islámicos. El servicio de inteligencia holandés alertó de que “el creciente impulso del yihadismo  plantea una amenaza sin precedentes al orden legal democrático de los Países Bajos”.  

En Alemania los servicios de inteligencia advirtieron de que “estamos importando extremismo islámico, antisemitismo árabe y conflictos nacionales y étnicos de otras poblaciones, así como una comprensión distinta de la sociedad y de la ley”. Y en España la Guardia Civil pide ayuda al Ejército para combatir la evidente amenaza  del terrorismo islámico.

No obstante el Papa Bergoglio, actuando como portavoz de los planes mundialistas de la “escuadra y el compás”, trabaja  sin descanso por la llegada a Europa de millares de refugiados que se encuentran en Grecia a la espera de su expulsión. Habla de crisis humanitaria y  lo que no dice es que esa crisis ha sido deliberadamente provocada  con el objetivo de producir  un éxodo sin precedentes a la Unión Europea y acelerar así el cambio demográfico. Tampoco  menciona los riesgos que entrañan  millones de musulmanes procedentes de sociedades donde los cristianos están siendo exterminados.

PERISCOPIO

http://www.gaceta.es/noticias/isis-entra-diariamente-europa-asegura-alto-mando-otan-03032016-2140

EXIMIO PRIVILEGIO: Milagros Eucarísticos






  Desde el día de Pentecostés del año 1551, don Francisco de Borja ya no fue ni Marqués de Lombay ni duque de Gandía, sino un pobre religioso y humilde sacerdote de la Compañía de Jesús.

  Jesús Sacramentado henchía y abrasaba cada día más su pecho en el amor divino, y de la abundancia del corazón hablaba la lengua donde quiera que fuese.

  Hacía cien genuflexiones al día en presencia del Sagrario, y si la falta de salud se lo estorbaba, suplíalo con siete visitas al Santísimo, en memoria de las siete veces que el divino Salvador derramó su Sangre por la salud del mundo.

  No satisfecha su hambre con la refección eucarística de la mañana, comulgaba espiritualmente cada hora.

  El divino Sacramento le avivaba la vista del alma y aún la del cuerpo, para reconocer dónde estaba su Dios, por más que se escondiese. He aquí una maravilla que el Papa Clemente VIII calificó después de “eximio y casi continuo milagro”. Hubiese o no lámpara, estuviese encendida o apagada, fuera un templo suntuoso o una iglesia medio derruida, conocía con entera seguridad si estaba allí el Santísimo Sacramento. Con sólo poner los pies en el sagrado lugar, daba luego con el rastro y acertaba con la presencia de Jesús, sin que una sola vez le mintiera su dicho.

  ¡Extraña merced, apenas otorgada a ningún otro santo!

Milagros Eucarísticos


miércoles, 27 de abril de 2016

EL BUEN EJEMPLO (PADRE RAFAEL ARÍZAGA OSB)

PROTECCIÓN DEL SEÑOR SAN JOSÉ




 

  Los doctores con sus consejos y los santos con sus ejemplos nos convidan a dirigirnos al Patriarca San José en todas las necesidades, en todas las aflicciones y en todas las desgracias, seguros de que seremos socorridos, consolados y favorecidos. Dice San Bernardo que si Cristo Señor nuestro viviendo en la tierra prestó al señor San José obediencia, sumisión y respeto como un hijo a su padre, ahora en el cielo no le niega cosas, sino que las cumple y perfecciona.

  San José está sentado en el cielo gozando de las inefables delicias que sus virtudes le alcanzaron, pero si está seguro por sí, está como inquieto por nosotros. El señor San José nos ama más ahora que antes y nos profesa una afición tan particular que la santa Iglesia lo ha declarado protector de la Iglesia universal.  Y el santo glorioso ¿qué es lo que hace? Continúa dispensando a sus protegidos toda especie de gracias y favores. ¿Quién hay que habiendo acudido a San José en sus necesidades no haya sentido los saludables efectos de su poder? ¡Oh! Nadie.

  Por esto nos creemos autorizados para afirmar, que si el que está triste le pide consuelo, lo obtiene; si el atribulado le pide alivio, le alcanza; si el que está en peligro acude a él, le libra; si el enfermo le suplica salud, se la otorga; si el justo le ruega le conceda la perseverancia en el bien y si el pecador le suplica, alcanza de él también la verdadera penitencia.

  En suma, San José favorece a todos sin distinción de edad, estado, ni condición, porque él es el protector de los niños, el abogado de los casados, el modelo de los sacerdotes, el amparo de las vírgenes y el consuelo de los enfermos.             

lunes, 25 de abril de 2016

ERRORES DEL CONCILIO VATICANO II



                                               
   En el discurso de inauguración del Concilio pronunciado por Juan XIII, declaró que tal sería un concilio no dogmático, sino pastoral; es decir, “no definir dogmas, ni condenar errores”. (20 Octubre 1962).

   Primer error: Una concepción mutilada del Magisterio.
   En la segunda sesión del concilio, el 29 de septiembre de 1963, Pablo VI dijo:

  “La Iglesia, frecuentemente condenó los errores –falsas opiniones de los hombres- En nuestro tiempo, sin embargo, ahora la Esposa de Cristo prefiere usar la misericordia más que la severidad. Piensa que hay que remediar a los necesitados mostrándoles la validez de su doctrina sagrada más que condenándolos”.

   El hecho de sostener que esta condena no debe tener ya lugar significa propugnar, por un lado, una concepción mutilada del magisterio de la Iglesia; por el otro, sustituir el diálogo con el que yerra, que la Iglesia siempre ha procurado, por el diálogo con el error. Todo ello configura un error doctrinal.

   Aquí es donde radica propiamente el error que se esconde en la frase de Juan XXIII: una forma de pelagianismo, (herejía), característico de toda concepción racionalista de la fe, condenada multitud de veces por el magisterio de la Iglesia.

   Anteriormente, toda concepción del mundo que no fuese cristiana, era fulminada por la Iglesia porque Nuestro Señor dice: “quien no recoge conmigo, desparrama”.

   Hasta los enemigos de la Iglesia, admiraban su férrea armazón conceptual: “El sello intelectual de la Iglesia es, en esencia, el rigor inflexible con que se tratan los conceptos y los juicios de valor como consolidados, como eternos”. Nietzche

   Segundo error: La contaminación de la doctrina católica con el “pensamiento moderno”, intrínsecamente anticatólico.

   El 13 de  Enero de 1963, Juan XXIII, en el discurso del día de su cumpleaños, (insiste en) la renuncia pregonada a herir el error;  (y reitera) el principio liberal y de los modernistas, de revestir la doctrina antigua con una forma sacada del “pensamiento moderno”, expresamente condenado por San Pío X y por Pío XII.

   Juan XXIII se reveló como discípulo de la “Nouvelle Theologie” neomodernista, condenada antaño por el magisterio.

   Tercer error: Afirmar que el fin de la Iglesia es la “unidad del género humano”.

   El error consiste aquí en mezclar la visión católica con una idea ajena a ella tomada del pensamiento laicista, que no aspira a extender el reino de Dios, sino que anhela suplantar a la propia Iglesia por la Humanidad (proclamando) la “dignidad del hombre” (sólo) por ser hombre y sus presuntos “derechos”.

   El mensaje al mundo transmitido en la inauguración del concilio (consiste en) “fomentar los bienes humanos, tales como los inventos de las ciencias, los adelantos de la técnica y una más dilatada difusión de la cultura”… en lugar de anhelar el aumento de bienes eternos, fundados en valores perennes, enseñados por la Iglesia a lo largo de los siglos.

   El mensaje del concilio (insiste): invitamos a todos los hombres de buena voluntad a que colaboren con nosotros para “instaurar en el mundo una sociedad humana más recta y más fraterna”…
   -En lugar de instaurar el Reino de Cristo en todas las cosas-

continuará
  

                                                                                                                 

domingo, 24 de abril de 2016

MIRA A TU DIOS CLAVADO EN LA CRUZ: San Agustín



“Mira a tu Dios clavado en la Cruz, oye la plegaria que dirige por sus verdugos, y después ¿negarás el perdón al hermano que te ofende?”
                                                                                                             San Agustín


   ¡Oh María!,  Madre de Jesús y madre también mía, alcánzame la gracia de saber perdonar, como tu Hijo, a quienes me hayan ofendido.

viernes, 22 de abril de 2016

CONCILIO DE TRENTO VS CONCILIO VATICANO II


De un Concilio (junta del Papa con todos los obispos del mundo) los católicos esperan directivas claras y una mejoría en la Iglesia. En el siglo XVI, durante la revolución protestante, que hizo la Iglesia en el Concilio de Trento? Que medidas tomó y cómo venció la agresión protestante?

Reformó su clero y las costumbres católicas y fortaleció el catolicismo, a tal punto que pudo evangelizar a muchos pueblos paganos. En el siglo XX, el Concilio Vaticano II abrió las puertas de la Iglesia al mundo neopagano actual y practicó el aggiornamiento, es decir, la puesta al día de la Iglesia para hacer suyos los valores de la revolución anticristiana. Las consecuencias de estos dos concilios fueron muy diferentes para la Iglesia y para los pueblos católicos.



La Iglesia, en el Concilio de Trento reafirmó claramente su doctrina y su tradición, y condenó los errores de los herejes protestantes, como Lutero y Calvino. Lo contrario sucedió en el Concilio Vaticano II: el partido modernista pro protestante introdujo ambigüedades tales en los documentos del Concilio, que hoy los católicos viven en la confusión, en el relativismo. Es decir, cada quien cree en lo que quiere y rechaza lo que no le gusta. En algunos lugares, como Europa y los Estados Unidos, los católicos de hecho ya son protestantes.

En el Concilio de Trento, los obispos de doctrina segura fueron apoyados, mientras que los innovadores fueron rechazados. En el Concilio Vaticano II, los innovadores y sus teólogos ya condenados fueron apoyados, mientras que los obispos católicos fueron silenciados.

En el Concilio de Trento, que duró unos 18 años, los obispos se tomaron el tiempo necesario para madurar sus decisiones mediante la reflexión y así evitar las decisiones precipitadas; en el Concilio Vaticano II, que duró tres años, todo se hizo con precipitación y manipulación.

El Concilio de Trento creó los seminarios, disciplinó a los sacerdotes y reformó todo en el sentido más católico que pueda existir. 

El Concilio Vaticano II bajo la influencia liberal-masónica y protestante desarmó a los sacerdotes, sometiéndolos a un lavado de cerebro, quitándoles a muchos la verdadera definición del sacerdocio y convirtiéndolos en asistentes sociales; quitándoles la sotana confundiéndolos entre la masa anónima, debilitó la disciplina eclesiástica, favoreció el desorden espiritual y moral, cambió todo en la Iglesia a tal punto que sacerdotes y católicos fueran mal formados por no decir envenenados.
Hay sacerdotes formados en la llamada ¨Teología de la liberación¨, que no es otra cosa sino el comunismo marxista revolucionario, disfrazado de católico.
¨Sin el Concilio Vaticano II no habría Teología de la liberación¨ Dijo Gustavo Gutierrez.

El Vaticano mismo tuvo que cerrar seminarios y poner alto a estas locuras, que causaron tantas guerras civiles en Colombia, Argentina, Chile, Guatemala, y Chiapas en México, por ejemplo. Todo esto fue el fruto de la apertura al mundo pagano de hoy, tan admirado por los soñadores que manipularon al Concilio Vaticano II y engañaron a los Obispos.


 El Concilio de Trento dio a la Iglesia generaciones de santos sacerdotes, celosos del honor de Nuestro Señor Jesucristo, de la salvación de las almas, orgullosos de la fe católica y propagadores de la misma, porque estaban convencidos de que la única verdadera Iglesia es la Católica y de que todas las demás, que usurpan el título de Iglesia de Cristo están bajo el influjo del demonio, según el Catecismo romano del Concilio de Trento.

El Concilio Vaticano II provocó una crisis aguda del sacerdocio y de la identidad sacerdotal. Miles de sacerdotes, quizá unos 80,000 abandonaron el sacerdocio. Miles de seminaristas perdieron su vocación. Esta catástrofe fué propiciada por la revolución desencadenada por el mismo Concilio contra la Iglesia.

El Concilio de Trento realmente reformó la Iglesia, comunicó a los católicos la doctrina católica pura, eliminó los abusos, los desórdenes y la decadencia que afectaba a la Iglesia, comunicó al clero y a los fieles un ideal de santidad y de conquista católica.

El Concilio Vaticano II no reformó sino que introdujo la crisis y la decadencia por doquiera, favoreció el desorden y hasta la inmoralidad en algunos seminarios estadounidenses, por ejemplo; aceleró la decadencia y la paganización de la mente y las costumbres de los pueblos católicos,ridiculizó a la Iglesia y la puso al nivel de cualquier secta, aceptando el derecho común, renunciando a todos sus derechos adquiridos y naturales, laicizando la sociedad y entregando a los católicos a la propaganda libre de todas las sectas.

Frente a los herejes protestantes, el Concilio de Trento reformó la santa Misa romana de los Papas San León Magno y San Gregorio Magno reafirmando la Fe Católica en la Misa como sacrificio propiciatorio de la cruz renovado sobre el altar con la misma eficacia en nuestro provecho.

El Concilio Vaticano II, aunque no haya dicho que se hiciera una nueva Misa, favoreció el espantoso desorden litúrgico actual, permitió la fabricación de la nueva misa, que es copia de la cena protestante.

 El Concilio de Trento reformó la Santa Misa Romana de los Papas San León Magno y San Gregorio Magno, es decir hizo buscar los manuscritos más antiguos, para que la Misa fuera lo más antigua posible y prohibió los ritos que no tenían al menos 200 años de historia.

El Concilio Vaticano II, aunque no haya dicho que se hiciera una nueva misa, favoreció el espantoso desorden litúrgico actual, permitió la fabricación artificial de la nueva misa, que es copia de la cena protestante; vació los templos, hizo perder la fe en la Misa como sacrificio a muchos sacerdotes; los católicos masivamente dejaron de frecuentar los templos y muchos de ellos se hicieron indiferentes, otros para buscar algo serio se hicieron protestantes, otros pensando ser católicos, aun sin saberlos y sin quererlo adquirieron una mentalidad protestante.

El Concilio de Trento dio a la Iglesia un catecismo católico auténtico, integral y claro, mediante el cual los católicos sacerdotes y fieles fueron armados espiritual y moralmente.

El Concilio Vaticano II, después de un vacío alrededor de veintisiete años, hizo publicar el Catecismo de la Iglesia Católica en 1992. Por desgracia, los errores deliberados del mismo fueron introducidos en el catecismo.

Lo que debería de ser un alimento sano, causa enfermedad en los fieles, bajo etiqueta católica. Prácticamente desde el Vaticano II hasta hoy, salvo algunas excepciones fueron mal formados, con errores e incluso herejías.

El Concilio Vaticano II, es responsable de todo este desorden que deshonra hoy al catolicismo y favorece a las sectas. Necesitamos un Concilio de Trento II para solucionar la crisis actual y reafirmar la fe.


La Mayor desgracia que puede caer sobre un pueblo es perder la Fe católica, esta desgracia fue favorecida por el Concilio Vaticano II.

Tomado de: ECCE CHRISTIANUS




EL PEQUEÑO CUSTODIO DE JESÚS SACRAMENTADO




Año 1939, Almolda (Zaragoza)

  Cuando entraron los rojos en uno de los pueblos de Aragón, obligaron a un cristiano hornero a que echase en su horno todas las imágenes de los Santos de la parroquia.
  Resistióse, con valentía el hornero.
  
No le valió; uno de los oficiales hizo astillas las imágenes, y le obligó a quemarlas en el horno.
  Entre estas imágenes llevaron también un hermoso Sagrario que el oficial hizo pedazos, y se marchó.

  Un hijo del hornero, de cinco años, notó entre el montón de leña un objeto que relucía, un cristal redondo. Lo tomó en sus manos y se dio cuenta de que era la caja de cristal que encierra la hostia consagrada que se coloca en la custodia. Todavía conservaba la sagrada Forma.

  Va corriendo con su padre, y le dice: “Padre, ahí está Nuestro Señor”. No acababa de comprender el hornero las palabras del niño. Va al montón de leña y se puso a temblar.

  “Toma, hijo mío, tómalo tú que eres un ángel”.

  Lo cogió el niño con todo respeto y reverencia, y se lo llevó a su cuarto.

  Durante el día le acompañaba todo el tiempo que podía. Durante la noche descansaba junto a Jesús.

El mismo día de la liberación del pueblo, fue el Señor cura a tomar la caja de cristal. Se formó una procesión devotísima hasta la iglesia. Vio, con sorpresa, que no se habían corrompido las sagradas Especies durante los dos años que había estado en el aposento del niño, y las consumió.

  El niño se llama Antonio Peña, su padre José Peña Pallas, hornero del pueblo de Almolda, provincia de Zaragoza.
Milagros Eucarísticos

miércoles, 20 de abril de 2016

Sermón Padre Ruíz 3er Domingo Después de Pascua (Abril 17 2016)

FIDELIDAD CATÓLICA MEXICANA
(CIUDAD DE MÉXICO)








AMOR DE SAN JOSÉ A LAS ALMAS ATRIBULADAS



  La vida de San José fue una vida la más trabajosa y angustiada, y podemos decir que fue dado a los hombres como ejemplar de paciencia y resignación, y para alcanzarles además con su amor la cesación de sus penas o un aumento de gracia que les asegure la victoria. La vida de San José fue una vida de padecimientos, un tejido de penas y un torrente de angustias que rodeándolo por todas partes le hizo merecer la gracia de ser especial protector de las almas atribuladas. Cuántas contradicciones las suyas, cuántos desprecios por parte de los hombres, cuántos trabajos conduciendo a María, cuántas marchas y contramarchas para conservar la vida de Jesús, cuántas inquietudes para proporcionar a la Sagrada Familia el necesario sustento, cuántas veces le pareciera ver a todos los males levantados contra él. Sí, la vida de San José fue una vida de padecimientos, así como es ahora nuestro modelo y protector.

  San José como nuestro modelo sufrió sin quejarse, sin murmurar y, poniendo la mano en su corazón, hacía los actos más heroicos de paciencia, manifestaba su alma completamente resignada, continuaba su vida de sacrificio, bendecía a la Providencia por esas muestras de amor y no se habría tenido por tan dichoso si le hubiese faltado algún sacrificio.  San José, así, modelo de los atribulados, es también su protector. En efecto, él emplea en favor de cuantos le invocan las gracias que están a su disposición, y de hecho les alcanza la gracia de que cesen los trabajos, o les da el valor de sobrellevarlos con el debido mérito. ¿Cuántos al postrarse a los pies de sus altares han encontrado un bálsamo divino que sane todas sus heridas? ¿Cuántos después de una oración fervorosa por algunos días han encontrado el término dichoso de sus angustias? Siempre será cierto que San José es el protector de las almas atribuladas y que las asiste con muy singular amor.

Las Glorias de San José
R.P. José María Vilaseca                

domingo, 17 de abril de 2016

"ISLAMIZACIÓN" EUROPEA CASTIGO DE DIOS POR LOS PECADOS DEL MUNDO

CARLOS MARTELL "EL MARTILLO DE DIOS"

"La fidelidad a la verdadera religión y a sus preceptos habían suscitado grandes héroes cristianos. Si ya no hay fidelidad católica verdadera, ya no habrán verdaderos héroes cristianos"

"Esta es la hora de las tinieblas, los enemigos ancestrales de Cristo se frotan las manos, pues ya no hay Carlos Martells, Carlomagnos ni don Juanes de Austria que defiendan la Europa otrora cristiana. Tenemos ahora falsos pastores, falsos profetas, mercenarios y traficantes de la religión todos ellos servidores del diablo."



Periscopio:
Con motivo del día de la independencia de Hungría su primer ministro Viktor Orbán lanzó un llamamiento a la resistencia contra el peligro que acecha a Europa. 

Recordó que estamos bajo la omertá impuesta por Bruselas para ocultar que no son simples refugiados, que decenas de millones se preparan para salir hacia nuestros países, que ésta inmigración nos trae el crimen y el terror, que las masas que llegan de otras civilizaciones ponen en peligro nuestro modo de vida, nuestra cultura, nuestras costumbres y nuestras tradiciones cristianas, que quienes llegaron en oleadas anteriores ya han creado sus propios nuevos mundos, separados, con sus propias leyes e ideales y que están forzando la destrucción de la milenaria estructura de Europa, que se trata de una operación orquestada y preparada de antemano, una masa de gente dirigida contra nosotros, que en Bruselas están fraguando planes para transportar extranjeros aquí tan pronto como sea posible e instalarlos entre nosotros, que el objetivo de instalar a esa gente aquí es remodelar el paisaje religioso y cultural de Europa y alterar sus cimientos étnicos, eliminando así la última barrera contra el mundialismo.

Los Estados-nación, que Bruselas está ahora devorando clandestinamente cada vez más espacios de nuestra soberanía nacional y  estudian ya los planos de unos Estados Unidos europeos para los que nadie les ha dado autorización, que poderes mundiales ocultos tratan de destruir la Europa tradicional mezclando culturas, credos y poblaciones.


http://gaceta.es/noticias/orban-hoy-europa-prohibido-decir-19032016-1913

viernes, 15 de abril de 2016

¡NO ESTOY EN LA LISTA! (Una pequeña historia de clérigos)




 “NO ESTOY EN LA LISTA” (Una pequeña historia de clérigos)


  El padre Abad decidió organizar turnos para atender a los enfermos. Puso una lista en uno de los claustros del monasterio con el nombre del encargado, fray Benigno y de otros tres frailes que serían ayudantes del enfermero.

  Aquel invierno fue especialmente frío. La gripe explotó con más violencia que de costumbre. De entre los 20 miembros de la comunidad, cayeron en cama, al mismo tiempo 6 frailes.

  Fray Benigno y sus tres ayudantes tenían trabajo todo el día. Preparar y llevar el desayuno, la comida, la cena, para 6 personas, un día sí y otro día también, no resultaba fácil. Los “enfermeros” después de una semana de trabajo, estaban cansados.

  Fray Benigno decidió pedir ayuda a otros frailes. Se acercó a fray Justino, un sacerdote cumplidor, bueno,  quizá  un poco   escrupuloso. Le saludó  como era costumbre en  el   convento. Luego le  dijo: “¿Podría usted ayudarnos a mediodía para llevar la comida a dos de los enfermos? Así permitiríamos  que fray Prudencio descanse un poco, pues ya lleva muchos días de trabajo”.
 Fray Justino tuvo un deseo espontáneo de dar el sí que se le pedía. Pero se lo pensó dos veces, hizo una especie de cálculo mental, y dijo estas sencillas palabras:

“No estoy en la lista de enfermeros”.
Esa noche fray Justino tuvo un sueño. El padre abad y los demás frailes estaban alrededor de su cama, mientras su espíritu volaba al cielo. Llegó a una sala de espera bastante grande, con un cartel escrito con letras muy hermosas: “sección frailes”. Fray Justino pensó que ya tenía el cielo asegurado. A lo lejos vio una especie de mostrador donde San Pedro trabajaba afanosamente. A su lado había algunos ángeles auxiliares, que iban y venían hacia las diversas secciones para conducir, uno a uno a los que allí estaban esperando.

  Llegó a la sala de frailes, y se llevó a un anciano que había esperado unos diez minutos. Luego volvió y tomó a un fraile joven, y también lo condujo al paraíso. Fray Justino vio que llegaba otro fraile después de él, y luego otro, y luego otro. El ángel iba y venía. Cuando ya había llamado a los frailes que habían llegado antes de fray Justino, llamó al que había llegado después.

  Nuestro Justino se puso nervioso, pero pensó que habría sido algún error. Volvió el ángel, y llamó al otro. De Justino, ni caso.
  Cuando volvió el ángel, no dirigió la palabra a Fray Justino. Este no pudo aguantar más y le preguntó: “Disculpe usted, ángel emisario, creo que ya me toca pasar al paraíso”. El ángel le miró extrañado, le preguntó su nombre. “Fray Justino” fue la respuesta.

  El ángel voló al mostrador de San Pedro. Después de revolver algunos papeles y hacer algunas consultas, volvió triste. “Lo siento mucho, pero usted no está en la lista”.

  Fray Justino despertó. Un sudor seco corría por su frente. Todo había sido un sueño.

  Comprendió muy bien que podría llegar a ser una realidad.  Esa misma mañana fray Benigno lo encontró en la cocina, estaba preparando el alimento de los enfermos.

  Fray Justino no decía nada, pero con sus ojos quería pedir disculpas, pero ya lo estaba haciendo con sus actos.

  Mientras en el cielo, una estrella juguetona empezaba a bailar de alegría. Y un petirrojo cantó con más brío que el coro de los frailes los días de fiesta.

                                                            -o-

  Por amor a Nuestro Señor Jesucristo y a nuestra Madre Santísima, nosotros pobres ovejas necesitamos encarecidamente sacerdotes católicos sin compromisos humanos que se apunten en la lista.  Los enfermos somos muchísimos y vemos con mucha tristeza que los enfermeros ni se apuntan en la lista, atacan a los pocos que se apuntan y riñen entre los pocos que sí se apuntaron, pues se pelean por atender a los miles de enfermos ellos solos.

  Cooperemos todos a no hacer más grande la grieta. La humildad y mansedumbre son importantísimas. La caridad es lo más grande.

  Como decían antiguamente la gente muy muy pobre: una caridad por el amor de Dios, necesitamos enfermeros excelentes que nos den la medicina del alma. Su paga será la más extraordinaria que pudieran jamás soñar: ¡Ver a Dios cara a cara y el gozo de poseerlo!

  Y así, después de haber hecho lo que tenían que hacer, tengan la seguridad de que su nombre SÍ ESTARÁ EN LA LISTA!!!!

Atentamente los cientos de fieles católicos que quieren salvar su alma y agradecerles por una eternidad al haber colaborado a que lleguemos a la meta final.


miércoles, 13 de abril de 2016

¿Amistad con la Nueva FSSPX?




Por Padre Rafael, OSB (Prior Monasterio San José, Colombia)


  Monseñor Lefebvre declaró: “Fueron el concilio y sus FRUTOS los que causaron la destrucción de la Santa Misa, de nuestra Santa Fe, de nuestros catecismos y del reinado social  de Nuestro Señor Jesucristo” (19 de noviembre de 1989).

  Con esta cita en mente, hagamos una analogía. La Santa Iglesia Católica es como el Árbol de la Vida (porque es la única fuente de vida espiritual y de salvación). La nueva religión del Vaticano II es como una mortal enfermedad que ha infectado progresivamente este Árbol (en su elemento humano)   a partir del concilio.

  Esta enfermedad conciliar ataca todo el Árbol (en su elemento humano) e incontables enemigos trabajan con la consciente intención de destruir el Árbol. La enfermedad está en el Árbol pero no es producto del Árbol. Esto es como el hecho de que la iglesia conciliar infecta el elemento humano de la Iglesia Católica desde dentro (como lo hace un virus en el cuerpo). Luego, los Católicos infectados son como “copias” del “virus”  y hacen una mayor propagación de la infección usando la propia estructura del Árbol (autoridad Católica y  jerarquía ocupadas ahora por liberales).

  Los papas conciliares son más responsables por cuidar el Árbol de la vida  y en lugar de eso están trabajando duro para propagar la infección al Árbol con la enfermedad mortal. Estos papas deben “rociar” el Árbol con “herbicida” para matar la  enfermedad, viz, condenando claramente los errores y resistiendo fuertemente a los enemigos de la Iglesia. Estos papas también deben “alimentar” y “regar” elÁrbol de la Vida(en su elemento humano) con Doctrina Católica Tradicional y los Sacramentos Verdaderos. En lugar, estos papas evitan que el Árbol (en su elemento humano) reciban más nutrición e hidratación.

  Muchos en la tan llamada  “resistencia interna” de la FSSPX desean “regar” el Árbol pero su trabajo es en vano  porque fracasan en su deber de pelear también contra la enfermedad invasora, esto es como cuando una ciudadela es sitiada, aquellos dentro de la ciudadela fracasan en su deber si  simplemente ¡plantan jardines y alimentan el ganado! Deben pelear contra los invasores con todas sus fuerzas.

  Como los enemigos conciliares de Nuestro Señor (Roma) promueven la “infecta” del Árbol (en su elemento humano), la nueva FSSPX los trata como si estuvieran peleando del lado de Nuestro Señor y se acerca a ellos en amistad sin exigirles primero su conversión. Por no resistir la difusión de la enfermedad la nueva FSSPX está cooperando en la destrucción del Árbol  y por lo tanto, ayudando a los enemigos de nuestro Señor.Incluso, dejando a lado el propio liberalismo afirmativo de la nueva FSSPX, la nueva FSSPX está cooperando con los destructores por omisión.

  Cada sacerdote de la FSSPX ahora escandaliza a los fieles por el solo hecho de su afiliación a ella, y cooperando con la FSSPX liberal, porque su filiación, asistencia y cooperación indican al mundo que condona y respalda el grupo y aquello que representa. Esto es como el escándalo que causa una persona que es miembro de un Partido Comunista, incluso si racionaliza su afiliación pensando  de sí mismo como parte del Partido de “resistencia interna”. Incluso, si un sacerdote de la FSSPX le indicara a algunas personas que está en desacuerdo con ciertas posiciones de la FSSPX, no sería suficiente porque ese sacerdote de la FSSPX es contado, enlistado e identificado internacionalmentecomo parte de la FSSPX.  Por lo tanto, el sacerdote es consideradointernacionalmente como soporte y cooperador con la nueva FSSPX.

  Además del escándalo causado simplemente por su filiación, los sacerdotes de la FSSPX de la tan  llamada “resistencia interna” fracasan en el deber de cada sacerdote y de cada Católico de resistir completamente a la enfermedad (modernismo, ecumenismo, liberalismo, etc.) y usar sus máximos esfuerzos para proteger todo el Árbol (el Bien Común de toda la Iglesia) y no simplemente proteger a sus propios amigos osu propia pequeña parroquia(su pequeña “rama” delÁrbol). Algunos en la tan llamada “resistencia interna” de la FSSPX “hablan claro” pero hablan tranquila y tímidamente lo suficiente para que sean tolerados por sus superiores liberales de la FSSPX.

  Los Católicos sin compromiso deben considerar esto como una “luz roja” a la asistencia a las misas de todos los sacerdotes de la FSSPX porque todos ellos cooperan con los enemigos de nuestro Señor, al menos por ser miembros de la nueva FSSPX y también por ablandar su oposición al liberalismo de la FSSPX al más bajo nivel tolerado por sus superiores FSSPX. Cualquier sacerdote de la FSSPX que cree que está hablando fuerte, en voz alta y continuamente contra el liberalismo de sus superiores de la FSSPX  se está engañando a sí mismo.

  Cualquier sacerdote que sin miedo se levante contra el liberalismo de la FSSPX puede contar con nuestra ayuda amplificando su voz por la que se opone al liberalismo de sus superiores. Entonces él  pronto ya no estará  más en la (tan llamada) resistencia interna, porque verá rápido la mano de hierro de Menzingen lo aplasta y expulsa tan pronto como empiece a levantarse sin miedo contra el liberalismo de los superiores.

  Cuando eso suceda, los Católicos sin compromiso tendrán una “luz verde” para asistir a sus Misas porque él  también será un soldado de Cristo no comprometido de Cristo Rey

martes, 12 de abril de 2016

DICHOS DE MONS. LEFEBVRE




Un niño de cinco años con su catecismo puede muy bien contestar a su obispo, si su obispo viniera a decirle: “Nuestro Señor no está presente en la Sagrada Eucaristía”. “Yo soy el testigo de la Verdad”, diría el obispo. “Yo soy el testigo de la Verdad. Yo te digo que Nuestro Señor no está presente en la Sagrada Eucaristía”. Este niño con su catecismo, tiene cinco años, lee y dice: "Pero mi catecismo dice lo contrario”. ¿Entonces quién es el que tiene razón? ¿Es el obispo o es el catecismo?¡El catecismo evidentemente! El catecismo que representa la Fe de siempre.

Mons. Lefebvre

(Sermón en Lila, 29 de agosto de 1976)

La Iglesia Nueva

sábado, 9 de abril de 2016

No ceder al desánimo ni frenar nuestro combate: Monseñor Lefebvre



“Soy yo el acusado quien tendría que juzgaros”

  “ … lo que dice San Pío X también lo podemos decir nosotros, hoy más que nunca. Dios “cierra sus ojos”. Nos sentimos un poco abandonados de Dios. Los hombres cometen las peores cosas, de las cuales nadie se hubiera atrevido a pensar siquiera en tiempos de San Pío X… Podemos preguntarnos ¿qué espera Dios para sacudir al mundo y hacerle temblar un poco?

   Dios tiene paciencia. Él ha señalado su hora, aunque nosotros no podemos saber cuándo va a actuar. Podría suceder de repente; “viene como un ladrón”, algo así como la muerte.

… pero ante la crisis más grave que haya conocido jamás la Iglesia desde que fue instituida por Nuestro Señor Jesucristo, nuestras oraciones, nuestra esperanza y nuestra confianza se dirigen a Dios, que todo lo puede cuando todo parece perdido.

   No tenemos ni que ceder al desánimo  ni frenar nuestro combate para contribuir, en la medida de nuestras posibilidades y de nuestras fuerzas, al restablecimiento del reinado de Nuestro Señor Jesucristo, en los corazones, en las almas, en las familias y en las naciones, de modo que así se restaure la civilización cristiana, puesto que Él mismo nos lo ha asegurado: “las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”. (Mat. 16, 18).

   Finalmente recordemos a la Virgen María, nuestra buena Madre del Cielo, y pidamos su intercesión para que nos alcance de su divino Hijo que nos conceda ver el término de la pasión de la Iglesia”.

                                                                                                                                          
 Monseñor Lefebvre

jueves, 7 de abril de 2016

LOS PADRES DE UN GRAN DEFENSOR DE LA IGLESIA CATÓLICA




Un Padre y una Madre
Breve biografía de Monsieur y Madame Lefebvre
Padres de Su Excelencia Monseñor Marcel Lefebvre

   El Señor René Lefebvre es un ejemplo de cómo debemos vivir como Católicos a pesar de las circunstancias adversas en las cuales la Divina Providencia lo colocó, sobre todo al final de sus días.
   Hoy, que estamos viviendo tiempos apocalípticos, donde el mal, el pecado, el liberalismo nos rodean por todos lados, debemos redoblar esfuerzos, sacrificios, oraciones, Sacramentos, etc. para con la gracia de Dios,  salir adelante. 

   Las situaciones adversas prueban la virtud. La dificultades y sufrimientos ofrecidos por amor a Nuestro Señor tienen un mérito enorme.  Es tiempo de grandes retos, Santa Teresita del Niño Jesús hubiera deseado vivir al final de los tiempos.

   Dios nos ha elegido para vivir en esta época, con Su gracia y con nuestra Madre Santísima tenemos la ayuda que nos hace fuertes.

   “Un calvario” Monsieur René Lefebvre (1879-1944)
   René Lefebvre  en 1914-1918 fue uno de esos valientes franceses que arriesgaban su vida para facilitar el paso de la frontera a los agentes del ejército secreto. Y desde 1940 se ocupaba de ayudar a cruzar la línea de demarcación a los soldados aliados que escapaban de los alemanes. Pero la Gestapo vigilaba. Y en 1941 los verdugos nazis lo detuvieron. Sucumbió en 1944 a los 66 años de edad.  

   Su hija Marie-Thérese relata:
   Mi padre fue conducido a Bruselas a la prisión de Saint-Gilles. Ahí comienza el calvario que no debía terminar sino tres años más tarde con una muerte difícil, pero gloriosa, conmovedora.
   Mi padre aceptaba con una resignación espléndida su situación, continuamente llevaba su Rosario en la mano y estaba muy contento de haber podido conservar su misal y su oficio de la Santísima Virgen.

   Desde que fue arrestado se había hecho a la idea de su muerte y hablaba a su hija, durante las visitas, de la gracia que Dios le hacía de morir por su país. Estaba, en cada visita, siempre igual de tranquilo y sereno, al pedir noticias de cada uno. Nunca se quejaba y afirmó en repetidas ocasiones que nunca había tenido que sufrir golpes ni malos tratos, que solamente lo habían amenazado con propinárselos. “Espero la hora de la Providencia”. “Pienso que aquí se reza tan bien, si no tanto, como en un claustro; pero los oficios son contados: cuando mucho una misa por quincena, y, con insistencia, posibilidad de comunión”.

   “Si es un tiempo muy difícil, es un consuelo muy grande el poder decirse que nada se pierde cuando las cosas se toman como las tomamos nosotros”.

   “A pesar de las horas tan largas a veces, a pesar de los sufrimientos que te imaginas, no es el infierno de Dante donde se abandona toda esperanza. Compadezco a los que están como yo pero que no tienen religión”.

   “Ten valor, paciencia, la situación se aclara y tendremos días buenos para nuestro querido país”.

   “Gracias a Dios, he sentido su auxilio, ha habido momentos terribles pero he podido constatar que recibí ayuda en los instantes en los que me sentía en lo más bajo”.

   “Como todo hombre es mortal, vengo a dar por escrito mis adioses a mis queridos hijos, a mis amigos, a mi familia.

   Ustedes saben que muero como católico francés, monárquico, ya que considero que estableciendo monarquías cristianas Europa y el mundo pueden recuperar la estabilidad, la verdadera paz. Si encuentro aquí la muerte, es que el Buen Dios lo habrá decidido de esta manera y sin un retiro especial preparado para el Cielo, el purgatorio habrá comenzado aquí en la tierra.

   Agradezco a Dios todo. El sufrimiento purifica. Sería para mí un gran sacrificio no volver a encontrarme con mis hijos antes de morir.

   De todo corazón, bendigo a mis hijos, a quienes confío a Nuestra Señora. La Santísima Virgen fue tan buena conmigo, quiero entonces continuar siendo su hijo querido y particularmente bendecido. A Ella le gustará bendecir a mi familia, que debe permanecer consagrada a Ella, entregada completamente a Ella y buscar por Ella extender el reino de su Divino Hijo…”

   Lo mantuvieron incomunicado durante un mes. Después le permitieron visitas de diez minutos cada quince días.
  La estancia en Bruselas duró nueve meses. Después se lo llevaron a un destino desconocido en Alemania, sin que hubiera podido siquiera avisar a sus hijos.

   Monsieur Bommel quien también fue arrestado cuenta:
   Recibíamos la visita del capellán civil cada semana, pero no podíamos asistir a la Misa. La Comunión la daban en la celda y de una manera decente, después de una preparación previa: dos velas encendidas de cada lado de un gran Cristo de cobre, todo dispuesto sobre una toalla inmaculada sobre la mesa de nuestra celda. Monsieur Lefebvre se benefició del favor muy particular de comulgar todos los días, ya que el sacerdote le había entregado Hostias para tal efecto. Me hubiera costado trabajo creer esto si no hubiera sido Monsieur Lefebvre mismo quien me contara el hecho durante nuestro traslado a Berlín en 1942. Fuimos metidos en celdas donde casi la totalidad de los prisioneros estaban condenados a muerte y esperaban el pelotón de ejecución dos o tres veces por semana. Éramos dos por celda. Durante el proceso, Monsieur Lefebvre siempre tuvo una actitud muy digna y muy valerosa, sufrió el shock sin protestar, estaba resignado a su suerte y se había puesto enteramente entre las manos de la Santísima Virgen, (rezábamos el Rosario en voz alta dirigido por él). Nos incitaba a confiar como él en la Reina del Cielo, en quien tenía una gran confianza.

   Nuestra vida en la celda era triste y monótona, esperábamos cada mañana ver aparecer a nuestros verdugos. Las ejecuciones se hacían por grupo respectivo de diez, veinte o incluso cuarenta. En principio, el capellán militar nos visitaba cada quince días o tres semanas, y nos daba la Comunión. Venía más seguido si lo pedíamos, pero ni en Berlín ni en Hamburgo pudimos asistir a Misa. En nuestras celdas no teníamos derecho a leer ni a escribir. Nuestros días se pasaban entonces en reflexiones o en oraciones ya que se nos había permitido conservar nuestro rosario. A pesar de la monotonía de esta vida de reclusos, pude darme cuenta de que Monsieur Lefebvre había conservado un excelente estado de ánimo, cuando al cabo de trece meses mi grupo, entre ellos Monsieur Lefebvre, fue entregado en manos de la penitenciaria civil. Por milagro, nos salvamos del pelotón, pero, desafortunadamente, no era sino para hacer morir lentamente y más cruelmente a la mayoría de nosotros en el campo de concentración de Sonnenburg.

   Permanecimos juntos alrededor de diez días en la prisión en Berlín. Eramos cuatro o cinco por celda acondicionada para un hombre solamente. Estábamos  pegados uno contra otros y yo tuve la dicha de estar con Monsieur Lefebvre. No podíamos lavarnos y estábamos cubiertos de polillas, fuimos rapados de pies a cabeza nos vistieron con las famosas ropas a rayas. La comida era cualquier cosa e insuficiente.  La celda de Monsieur Lefebvre era muy húmeda y le faltaba aire. La comida mala y la falta de salubridad le provocaron probablemente una furunculosis de la que no pudo deshacerse, al ser los cuidados casi nulos. El enfermero recibía a los enfermos a puñetazos. Recuerdo que en la Navidad de 1943 asistimos a la Misa y pudimos comulgar. Un día que estaba yo en la caminata, vi a Monsieur Lefebvre sostenido por un camarada, entrar a la enfermería. Me miró de una manera dolorosa. Me enteré tres días después de que entró ahí, que había muerto de una congestión.

   Monsieur Piérard escribió: Yo conocí muy bien a Monsieur Lefebvre en Sonnenburg, donde muy pronto hicimos amistad. Estas celdas eran muy frías y húmedas. Había cochinillas, ciempiés, tijeretas, cucarachas piojos, chinches  y arañas. Con la ayuda de golpes que dábamos en la pared, entraba en comunicación con mi vecino, y subiéndonos en la mesa, lográbamos entrar en conversación por la pequeña abertura de la ventana. Aproximadamente cada mes nos daban un pedazo de jabón. Durante los 18 meses de mi estancia en Sonnenburg tuve 6 duchas de dos minutos cada una. Desde 1943 hasta su muerte, Monsieur Lefebvre sufrió mucho de furunculosis. La mayor parte del tiempo lo despachaban sin atención de la enfermería. Con mucha frecuencia yo vendé a mi amigo con medios improvisados, le reventaba los absesos y los limpiaba con un poco de gasolina. En las últimas semanas Monsieur Lefebvre tenía 11 furúnculos en el hombro y en el brazo, y un enorme absceso en la espalda.

   Era muy piadoso, rezaba mucho. Con la ayuda de un cordón, ceñía bajo su camisa un Misal y una Imitación de Cristo que pudo conservar de milagro. Después de la sopa del mediodía, recitaba en voz alta el De Profundis por los camaradas, que a diario, nos enterábamos habían fallecido.

   Una mañana de fines de febrero de 1944, tuvo una especie de congestión con parálisis del lado derecho y de la lengua. Acostamos al enfermo en la paja, ya que tiritaba y lo transportamos a su celda. Pude decirle algunas palabras y estrecharle la mano. Ya no comía. El sábado tuvo un desmayo, el guardia le propinó una paliza, el enfermo cayó en síncope. El domingo lo vi por última vez. Al día siguiente mi querido camarada moría.


   Conservó siempre un excelente ánimo y tenía una fe inquebrantable en nuestra Victoria. Nos entregó sus libros de oraciones, un rosario y unas medallas. Nos quitaron estos objetos unas semanas más tarde.

PRIMER DOMINGO DE PASCUA R. P. HUGO RUIZ

miércoles, 6 de abril de 2016

REFLEXIÓN DE UN FIEL CATÓLICO



No hay que olvidar que el ser humano es un ser social, y para continuar, hay que entender que Dios envía hambre sobre la tierra; pero no hambre de pan o de lo que se come con la boca (aunque en algunos o muchos lugares también lo padecen) sino hambre de su palabra... ¿y cómo eso es así habiendo sacerdotes en la "Resistencia" predicando?, no voy a responder yo eso, no es esa mi intención, no al menos directamente, pero los sacerdotes de la "Resistencia" harían bien en meditar sobre esto. Lo dije una vez y lo repito ahora, la unión con Dios hace la verdadera fuerza, y no con el pecado. A Dios no le importa el número para dar la victoria, ni si es grande o chico, ¿alguien ignora que un joven pastor con una honda puso en fuga un ejército entero tirando por tierra un gigante armado hasta los dientes?... ¡un sólo hombre con una piedra!, ¿alguien ignora lo que dijo Judas a sus tropas siendo pocas y amedrentadas frente a un numeroso ejército?



Y respondió Judas: Fácil cosa es que muchos sean presa de pocos: pues cuando el Dios del cielo quiere dar la victoria, lo mismo tiene para El que haya poca, o que haya mucha gente; porque el triunfo no depende en los combates de la multitud de las tropas, sino del cielo, que es de donde dimana toda fortaleza. (I Macabeos 3,18)



Y así gano esa y otras batallas, siendo Judas y sus hermanos el terror de las naciones circunvecinas. Pero sucedió después que...



Y oyó Judas la reputación de los romanos, y que eran poderosos, y se prestaban a todo cuanto se les pedía, y que habían hecho amistad con todos los que se habían querido unir a ellos, y que era muy grande su poder.
(...)
Judas, pues, en vista de todo esto, eligió a Eupolemo, hijo de Juan, que lo era de Jacon, y a Jasón, hijo de Eleázaro, y los envió a Roma para establecer amistad y alianza con ellos, a fin de que los libertasen del yugo de los griegos; pues estaban viendo cómo tenían éstos reducido a esclavitud el reino de Israel. (I Macabeos 8,1 y 17)

... y entonces vino lo que tiene que venir como el efecto sigue a la causa...

Había Judas sentado su campo en Laisa, y tenía consigo tres mil hombres escogidos: mas cuando vieron la gran muchedumbre de tropas enemigas, se llenaron de grande temor, y desertaron muchos del campamento: de suerte que no quedaron más que ochocientos hombres. Viendo Judas reducido a tan corto número su ejercito, y que el enemigo le estrechaba de cerca, perdió el ánimo; pues no tenía tiempo para ir a reunir las tropas y desmayó. Con todo, dijo a los que le habían quedado: Ea, vamos contra nuestros enemigos, y veamos si podemos batirlos.
(...) y habiendo caído muerto Judas, huyó el resto de su gente. (I Macabeos 9, 5 y 18)

¿A qué fin amistad y alianza con los romanos idólatras?... que conste la causa por la cual Judas perdió fuerza y terminó como terminó. Y del mismo modo digo yo a la "Resistencia": Vigilad muy bien lo que hacéis, lo que escucháis, lo que leéis, lo que veis, y sed congruentes, vuestros pensamientos lo sean con las obras; de otro modo terminaréis pensando como obráis... o en la enfermedad de la incoherencia conocida como "liberalismo"... y siempre será como Judas: sin fuerza. Yo sé muy bien que estamos llenos de miserias y de caídas, pero lo importante es mantener la lucha y no entregarse al pecado. Lidiamos con un ser que perdió la gracia pero no su naturaleza, y aunque no hace todo el mal que quiere, está las 24 hs de los 365 días año trabajando en nuestra perdición... y es sumamente astuto... le encanta el "movimiento oblicuo" de la ilusión con el cual ata con un pelo, luego con un hilo, luego con la cuerda y luego con cadenas de acero. Vigilad, pues, que vuestra sal sea sal sin otra cosa, que si empezamos a meterle cosas del mundo con su arte, su literatura, su música, etc, la sal ya no tiene su sabor; y ya sabéis lo que piensa Jesucristo de la sal que pierde su sabor; de nada sirve, ¿cómo puede alimentar al que quiere escuchar su palabra?, ¿puede ser esa su palabra?


  El ser humano es un ser social. Para consuelo del que me escribió diré que providencialmente me veo obligado a escribir o sufrir una tortura china. Yo no pensaba en escribir, porque a pesar de que el hombre es social, cuando hay dolor, hay como una necesidad de la soledad (al menos así es en mi caso), pero nunca (y espero que nunca) voy a dejar de bendecir y amar las delicadezas y tratos de Dios; no encuentro nada más hermoso que sus correcciones y sus maneras... El me pone entre la tortura o escribir como quien quita la piedra para caminar... luego caminar no es empujado por la tortura, puesto que obras son amores y no buenas razones... no encuentro nada más hermoso que "vivir lo sobrenatural"... Dios existe, y eso solamente, el hecho de que exista, de que esté en todas partes, ya es algo hermoso. Nuestra vida gira alrededor de Dios, El es el que es;"La vida eterna consiste en conocerte a Ti sólo Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien Tú enviaste".