Sermón del Domingo V después de Pascua
(Bogotá, año 2015)
“LA VIDA
PARA DIOS versus LAS INCOHERENCIAS DE NOSOTROS LOS
CATÓLICOS”
Queridos
hijos:
Los sacerdotes
debemos predicar en un pivote que gira hacia dos puntos: La Verdad, la Verdad
de Dios, la Fe, el dogma católico; esto más dirigido a la inteligencia, y lo
cual es y debe ser el punto de partida, lo primero a hacer. Y luego la
consecuencia del dogma, que es la Caridad: Nuestras acciones en concordancia (o
en coherencia) con la Verdad, con la Fe Católica, en coherencia con Dios.
Hoy queríamos
hablar sobre estas consecuencias del dogma, sobre la moral, sobre nuestras
acciones.
Recientemente
les decíamos de la invitación “pascual” a vivir una vida nueva,
una vida hermosa, sin pecado, sin el pecado mortal, una vida llena de luz, para
Dios, y para poder –quiera Él- salvarnos y vernos todos en el Cielo:
(Col
3,1-4) “Fratres:
Si consurrexistis cum Christo (Hermanos: Si habéis CON-resucitado con Cristo),
quae sursum sunt quaérite (¡buscad las cosas de arriba!)… quae sursum sunt
sápite (¡saboread las cosas de arriba!), non quae super terram (¡no las de la
tierra!)… vita vestra est abscóndita cum Christo in Deo (vuestra vida está
escondida con Cristo en Dios)…”. (1 Cor 5,7-8) “Expurgate vetus fermentum ut
sitis nova conspersio (expurgad, quitaos, el viejo fermento, para que seáis una
nueva masa)…”, ázimos de sinceridad, de pureza y de Verdad.
Les habíamos
dicho también, sobre el buen Padre Castellani (+ 1981), cómo en alguno de sus
sermones él decía que le gustaría predicar como hacían los Apóstoles: Hacer una
enumeración de pecados y concluir: Los que tales cosas hacen no heredarán
el Reino de los Cielos, se condenarán en el Infierno, y el Infierno,
hijos, es para toda la eternidad.
Escuchemos de
nuevo a San Pablo con estas enumeraciones:
(1 Cor
6,9ss) “9 An nescitis quia iniqui regnum Dei non possidebunt (O no sabéis que
los inicuos –i.e. los que hacen pecado mortal- no poseerán el reino de Dios)?
Nolite errare (No os equivoquéis): neque fornicarii (ni los que hacen
fornicación), neque idolis servientes (ni los idólatras), neque adulteri (ni
los que hacen adulterio), 10 neque molles (ni los afeminados), neque masculorum
concubitores (ni los homosexuales), neque fures (ni los ladrones), neque avari
(ni los avaros), neque ebriosi (ni los borrachos), neque maledici (ni los que
maldicen), neque rapaces (ni los que viven de la rapiña), regnum Dei
possidebunt (poseerán el reino de Dios).”
En Gálatas:
(Gálatas 5,19ss) “19 Y las obras de la carne son manifiestas, a saber:
fornicación, impureza (“immunditia” es una de las formas de decir en latín el
pecado de impureza o lujuria “solo”, porque de hecho ese pecado es una
“inmundicia”); impudicitia (impudor), lujuria o lascivia (luxuria), 20
idolatría (idolorum servitus), hechicería (veneficia), enemistades
(inimicitiae), contiendas (contentiones), celos (aemulationes), iras (irae),
litigios (rixae), banderías (dissensiones, los bandos dentro de una familia,
dentro de una comunidad, etc), divisiones (sectae), 21 envidias (invidiae),
homicidios (“homicidiae”, también entran LOS ABORTOS aquí), embriagueces
(ebrietates), orgías (comessationes), y otras cosas semejantes (et his
similia), RESPECTO DE LAS CUALES OS PREVENGO, como ya os lo he dicho, QUE LOS
QUE TALES COSAS HACEN NO HEREDARÁN EL REINO DE DIOS.”
Por eso la
diferencia que debe haber entre lo que éramos y lo que debemos ser, entre lo
que fuimos y lo que debemos desear ser para el futuro: Las buenas y “SINCERAS”
intenciones de cambiar, de corregirse, de hacer nuestras vidas para Dios
y según Dios:
(1 Cor
6,11) “Et hæc quídam fuistis (Y estas cosas ciertamente habéis sido): sed
abluti estis (pero habéis sido lavados), sed sanctificati estis (pero habéis
sido santificados), sed justificati estis (pero habéis sido justificados; es
decir: habéis recibido la gracia santificante) in nomine Domini nostri Jesu
Christi (en el nombre de Dios Nuestro Señor Jesucristo), et in Spiritu Dei
nostri (y en el Espíritu de nuestro Dios; el cual es el Espíritu Santo por
supuesto)”. Lavados,
santificados y justificados de la vida anterior.
Sigamos:
(2 Cor
7,1ss) “1 …purifiquémonos de toda contaminación de la carne (esto es: de los
pecados de la lujuria) y (y de toda contaminación) de espíritu (podemos decir:
los pecados sobre todo contra la Fe, contra la Verdad, dejar que se nos
pervierta el Catolicismo o que se nos cambie el Catolicismo; además pecados del
espíritu son también: nuestro orgullo, nuestra soberbia, etc, etc), santificándonos
cada vez más con un santo temor de Dios. 2 …a nadie hemos agraviado, a nadie
hemos corrompido, a nadie hemos explotado… 4 estoy lleno de consuelo, reboso de
gozo en medio de toda tribulación. 5 [Porque llegados a Macedonia, no tuvo
nuestra carne ningún reposo, sino que de todos los modos éramos atribulados],
por fuera: luchas, por dentro: temores. 6 Pero Dios, que consuela a los
humildes, nos ha consolado con la llegada de Tito… 10 …LA TRISTEZA QUE ES SEGÚN
DIOS, PRODUCE ARREPENTIMIENTO PARA LA SALVACIÓN… en cambio, la tristeza del
mundo produce muerte”.1
Los católicos
de hoy en día, en el mundo entero, mostramos constantemente nuestras
incoherencias, nuestras hipocresías; decir blanco y hacer negro; no saber nada
de nuestra Santa Religión ¡y no interesarse por saber!, ¡y se trata de la única
religión verdadera!
Ser
católicos que nunca o casi nunca hacemos la Confesión, y ni hablemos de los que
reciben la Comunión con pecado mortal… Se arreglen ellos con Dios.
Frente a lo
cual, deberíamos tratar de ser dignos hijos de Dios, buenos católicos, sin el
farsante que llevamos dentro.
Demos algunos
ejemplos de incoherencias (podrían ser miles por supuesto):
(1 a) Sí,
muy católico, muy católico… pero llego siempre o casi siempre tarde a
la Santa Misa, con ello falto el respeto a Dios, distraigo a los que llegaron
temprano (y algunos de ellos vienen desde muy lejos), les doy un pésimo ejemplo
a mis propios hijos, a mi esposa, etc.
(1 b) Sí
muy católico, muy católico… pero no voy a Misa el domingo por irme a
jugar al tenis, por jugar al fútbol, por irme a hacer un programa, por
cualquier cosa menos “el cumplir con Dios”, menos “el cumplir con
el día del Señor”.
(2) Sí muy católico… pero en Semana
Santa, ¡en Semana Santa!, me voy de vacaciones en vez de asegurar la
asistencia a las ceremonias religiosas ¡en la semana más santa del año! No
entro en los detalles de la falsa “Religión del Concilio Vaticano II”, pero
cada vez hay más católicos que se van de vacaciones en Semana Santa: Es una
vergüenza.
(3 a) Sí,
muy católica, muy católica… pero uso escotes, blusas o camisetas con
escotes. El andar “mostrándose”, lo cual no se hace ni dentro ni fuera de la
iglesia, pero peor si se hace dentro de la Iglesia, dentro de un lugar sagrado
y donde se reza la Santa Misa, en los Bautismos, ni hablemos de cómo van
vestidas a los Matrimonios o cómo es el mismo vestido de la novia.
(3 b) Sí,
muy católica… pero uso pantalones, peor si son pantalones ajustados,
uso faldas cortas (por arriba de las rodillas). Hay que terminar con esa
enfermedad de andar mostrándose: Si una dama es soltera, tiene un solo dueño:
Dios. Si una dama es casada, tiene dos dueños: Dios y luego su esposo. Y el
resto de los hombres “no existen”; “yo no debo andar mostrándome”… ni mucho:
ser muy “mostrona” (como dicen aquí en Colombia), ni poco: ser “poquito
mostrona”. Lo que está mal no se hace ni mucho ni poco (¡sentido común!).
(3 c) Y perdón
que lo diga, pero es mi obligación: Hay algunas que hasta dejan ver la ropa
interior, ¡y peor si es al recibir la Comunión, al recibir a Dios en la
Comunión! Es una vergüenza.
(4) Sí,
muy católico, muy católico… pero tengo relaciones con mi novia (“muy
bien, felicitaciones”); vivo o quiero vivir en unión libre o vivir con mi novia
sin estar casado (“adelante, felicitaciones”); veo pornografía, pecado de
impureza solo (“muchas felicitaciones, siga así”); soy casado pero tengo
una mujer por allí –una “moza” como dicen en Colombia- o “tengo una aventura de
vez en cuando”, y traiciono sin problema a Dios y al Matrimonio y a mi esposa y
a mis hijos; o una dama que hace “cosas” con el jefe de la oficina o con un
compañero del trabajo (“muy bien, adelante”); me separé de mi esposa y ahora
estoy muy bien con Fulanita (“bien, siga así”); me he divorciado.
(5) Sí,
muy católico… pero jamás les enseñé a mis hijos que la unión libre (o
irse a vivir con la novia) está mal, que se tienen que casar por la Iglesia,
que los novios no deben tener relaciones antes del Matrimonio; jamás les
enseñé el ideal católico y lo único correcto: llegar virgen hasta el Matrimonio,
tanto la mujer como el hombre, ambos por supuesto, ¡COMO SIEMPRE HA SIDO Y
COMO TIENE QUE VOLVER A SER!
(6 a) Sí,
muy católico… pero estoy en contra de la Familia Numerosa, en contra de
tener muchos niños en el Matrimonio, en contra del fin principal del
Matrimonio; y al revés: estoy a favor de tener sólo dos (“la parejita” que
dicen aquí en Colombia), o sólo uno, o máximo tres (“bien, felicitaciones”);
estoy a favor de la planificación o anticoncepción, a favor de cuanta basura
viene o se hace para no tener hijos; a favor de cortarme las trompas (Pomeroy),
o ligarme las trompas, o hacerme la vasectomía (“muy bien, muchas
felicitaciones por todo esto”).
(6 b) Sí
muy católico o muy católica… pero si veo una mujer embarazada que tiene
más de “la parejita”, o que tiene un hijo y muy prontamente se embaraza del
segundo, en vez de felicitarla, de defenderla, la critico, la insulto, la hago
sentir mal: “burra, ignorante, cómo va ser, embarazarse de nuevo, con esta
situación… el encarte de los niños” (“muy bien, veremos cómo le va después con
Dios”).
(6 c) “Sí,
SOY UNA MAMÁ O UNA SUEGRA MUY CATÓLICA…” pero si la hija o la nuera
vuelven a embarazarse, las insulto de arriba abajo, las hago sentir mal, todo
menos felicitarlas y alentarlas a que sigan teniendo niños; les digo que tienen
que aprovechar el parto o la cesárea para mandarse ligar o cortar la trompas.
Nos preguntamos: ¿Cómo les va a ir a esa suegra o esa madre ante Dios cuando se
mueran y sean juzgadas? No creo que muy bien…
(6 d) Peor
aun: Sí, muy católica… pero llevo a mi hija a que el médico le
enseñe y le dé algo para “planificar”, que le enseñe la anticoncepción.
(6 e) Sí,
muy católico y muy católica… pero haremos un aborto con mi esposa, o
con la novia (“bueno, adelante; asesinar al propio hijo”). Y llega a pasar,
Dios mío, que una madre llevará a su propia hija a que le hagan un aborto…
¡Cómo puede ser! ¿Cómo se van a presentar después ante Dios, y cómo les va a
ir?
(7) Sí,
muy católico y muy católica… pero les digo a mis hijos o hijas que tengan
relaciones con las novias o novios; o sé que andan en eso “y me hago la tonta”
(o el tonto) y no les digo nada. Peor aún: Les dejo dormir juntos en el mismo
cuarto en la propia casa: Es inadmisible una cosa así.
(8) Muy
católico… pero ¡a ver televisión!, horas y horas frente a esa pantalla,
fútbol el domingo todo el día, pero ir a Misa, de leer la Sagrada
Escritura o algo espiritual católico: “no, de eso no hablemos”. No agreguemos
el tema de ver cosas malas, sean películas, sean las novelas, etc. ¿Internet?
Estar enviciado con él, por las cosas que allí se ven o por las horas que paso
en el internet. Jueguitos de la computadora: Me “idiotizo” yo mismo, y
dejo que mis hijos “se idioticen” en vez de cuidar y desarrollar sus facultades
intelectuales.
(9) Muy
católico… pero permito y llevo a mis hijos a festejar “el Halloween”,
una festividad satánica. “No, es que mis hijos no lo hacen por eso, es sólo
para coger un disfraz (yo los disfrazo de santos) y pasarla bien”. “No, es que
yo no los puedo hacer faltar a la escuela el día que festejan Halloween”. “No,
es que en el conjunto donde vivimos hacemos esa fiestita entre todos, pero es
inocente”.
(Conclusión)
Y al revés de
toda esa incoherencia que muchas veces cargamos en las filas del Catolicismo,
simplemente terminamos con el deseo de que podamos ser buenos católicos, y lo
deseamos de corazón. Y el deseo de poder ayudar al prójimo, ayudar a nuestros
seres queridos, amigos, conocidos, desconocidos, a que sean buenos católicos.
Tiene que ver
con la epístola de hoy (Santiago 1,22ss): “Carísimos: Sed hacedores de la
Palabra (del Verbo, de la Doctrina Católica, cumplir con Dios; estote factores
verbi), y no oidores solamente (et non auditores tantum; los que oyen y no
hacen nada, no acomodan su vida según el Catolicismo), engañándoos (así) a
vosotros mismos (fallentes vosmetipsos). Porque si alguien es oidor de la
Palabra y no hacedor (de ella): Éste se compara a un hombre que mira el rostro
de su nacimiento en un espejo, y pues se miró, y se fue, e inmediatamente se
olvidó quién era (qualis fúerit)”.
Quiera el buen
Dios darnos su gracia para poder cumplir con estas cosas, y ser hacedores
de la Palabra y no sólo oidores, y que se pueda aplicar en nosotros
esas palabras del Evangelio:
“Brille así
vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras, Y
GLORIFIQUEN A VUESTRO PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS” (San Mateo 5,13ss, in
fine).
Ése es nuestro
deseo, a eso aspiramos, y así lo pedimos a Dios Nuestro Señor Jesucristo.
AVE MARÍA PURÍSIMA.
1 Otras citas sobre el mismo
tópico: (Fil 2,3ss) “3 No hagáis nada… sino con humilde corazón (…) 5
Tened en vuestros corazones los mismos sentimientos que Cristo Jesús… 12 …OBRAD
VUESTRA SALVACIÓN CON TEMOR Y TEMBLOR… 13 …Dios es el que, en su benevolencia,
da en vosotros el querer y el obrar… 15 (Sed) …hijos de Dios sin mancha, en
medio de una generación torcida y perversa, entre los cuales resplandecéis como
antorchas en el mundo…”. (Fil 4,1ss) “Por tanto, hermanos míos, amados y muy
deseados, gozo mío y corona mía, manteneos así en el Señor: amados… 4 Alegraos
en el Señor siempre; otra vez os lo digo: Alegraos. 5 Sea de todos conocida
vuestra sencillez. El Señor está cerca. 6 No os inquietéis por cosa alguna,
sino que en todo vuestras peticiones se den a conocer a Dios mediante la
oración y la súplica, acompañadas de acción de gracias. 7 Y entonces la paz de
Dios, que sobrepuja todo entendimiento, custodiará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús. 8 Por lo demás, hermanos, cuantas cosas
sean conformes a la Verdad, cuantas serias, cuantas justas, cuantas puras,
cuantas amables, cuantas de buena conversación, si hay virtud alguna… a tales
cosas atended”.