“No es posible
callar, Madre mía; no callaré
aunque supiese que me han de hacer pedazos.
Tal vez me
diréis que ellos,
como enfermos
frenéticos, no querrán escuchar al que les quiere
curar, antes bien me despreciarán y perseguirán
de muerte. ¡No importa!”
Oración de San Antonio María Claret