Enfermo de cáncer y rodeado del cariño y atenciones de los suyos, el General Jesús Degollado Guízar, el último General jefe de los Cristeros, murió en agosto de 1957 en Guadalajara. Murió como un fiel soldado en su último acto de vasallaje ante su soberano, besando una imagen de Cristo Rey.
"Hoy viejo y enfermo, tengo la seguridad de que ha pesar de haber sido el hombre mas pecador, al llegar ante Dios, por su misericordia tendrá presentes aquellos sacrificios ofrecidos a Él, en atención a ellos me perdonará. Yo le ofrecí mi vida y mi honra. Él premió desde este mundo a su insignificante, pero fiel soldado."