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miércoles, 22 de enero de 2025

NOCIONES DE HISTORIA DE ESPAÑA (EDAD MODERNA) Reyes Católicos-Felipe II

 


P. ¿Qué me dice V. de los Reyes Católicos Isabel I y Fernando V?

R. Isabel 1 era hija de D. Juan II, y fué proclamada reina de Castilla a la muerte de su hermano Enrique IV . Como estaba casada con D. Fernando de Aragón, se unieron los dos reinos, y no quedaron otros reyes en la península que los de Granada y Portugal.

Alfonso V de Portugal vino a defender los derechos de D.a Juana la Beltraneja, hija de Doña Juana de Portugal, ayudado de algunos poderosos señores de Castilla; pero fueron derrotados en Toro, y ajustaron la paz. La Beltraneja tomó el hábito en un convento de Coimbra.

P. ¿Quién fué el legítimo rey en tiempo de estos reyes?

R. Hubo diferencias sobre quién había de llamarse rey, primero, y ni castellanos ni aragoneses querían sujetarse más que a su rey legítimo, hasta que terció en la contienda el cardenal Mendoza, arzobispo de Toledo, opinando que los dos a la vez gobernasen: algo disgustó esta opinión a D. Fernando; pero la reina ofreció obedecerle siempre como marido, aunque en las cosas que hacía como reina era independiente; y tal fué la prudencia de D.a Isabel, que no volvió á suscitarse tal duda.

P. ¿Qué empresas acometieron los Reyes Católicos después de sosegados los ánimos en el interior de sus reinos?

R. Reclamaron al rey de Granada los tributos que éste debía a Castilla: la respuesta del moro fue insolente, y los reyes, que no buscaban otra cosa, se decidieron a conquistar aquel reino, tomando infinidad de poblaciones, aunque con sensibles pérdidas. En el sitio de Lucena hizo prisionero al rey Boabdil el joven Gonzalo de Córdova, conocido luego por el sobrenombre de el Gran Capitán, y fue puesto en libertad mediante ciertas condiciones. D. Fernando sitió a Granada con 50.000 hombres, siendo este número inferior al ejército árabe: Doña Isabel llegó al sitio después de haber preparado lo necesario para la guerra.

P. ¿Qué episodio notable ocurrió en el sitio de Granada?

R. Una noche se incendiaron las tiendas del campamento cristiano, y D.a Isabel mandó construir una ciudad para alojar a sus soldados, a la cual llamó Santa Fe. Desconcertados los moros ante semejante resolución, y no encontrando medio de resistir, puesto que andaban muy divididos entre sí, el rey Boabdil el Chico determinó entregar la ciudad, y mandó embajadores al campo cristiano, los cuales se entendieron con el Oran Capitán y otros caballeros principales. Por fin, después de diez años de guerra, entraron en Granada los Reyes Católicos el 1482, terminando así la reconquista que ocho siglos antes empezaron unos pocos cristianos en las montañas de Asturias.

P. ¿Qué otros sucesos notables ocurrieron en este reinado?

R. El establecimiento del tribunal de la Inquisición con aprobación del Papa Sixto IV, el destierro de los judíos que no quisieron bautizarse y el descubrimiento del nuevo mundo por Cristóbal Colón. Conociendo los reyes el inconveniente de gobernar bien con el ilimitado poder que tenían los nobles en sus señoríos, les quitaron muchas prerrogativas para vigorizar el poder real, y el mismo rey se nombró gran maestre de las órdenes militares autorizado por el Papa. Protegieron las ciencias y las artes, debiéndose a su apoyo el vuelo que tomaron algunos años después. D.a Isabel murió el año 1504, dejando heredera universal a su hija D.a Juana, casada con el archiduque de Austria, mandando que, si el archiduque no quería venir á España, gobernase D. Fernando hasta que D . Carlos, su nieto, hijo de D.a Juana, cumpliera veinte años.

P. ¿Cuántos reyes hubo en España en el siglo XVI?

R. Tres: D.a Juana la Loca, Carlos I y Felipe II.

P. ¿Qué sabe V. del reinado de D.a Juana la Loca?

R. Fue proclamada reina de Castilla el mismo día que murió su madre D.a Isabel I, y D. Fernando renunció el título de rey de Castilla, tomando el de regente. D. Fernando se casó luego con Germana de Foix, sobrina del rey de Francia; y como ya los castellanos no le miraban bien, esta boda le enajenó por completo las voluntades, y se retiró a Aragón, dejando el gobierno de Castilla a su yerno D. Felipe, marido de D.a Juana, pues ésta se hallaba incapacitada para gobernar por su demencia.

P. ¿Cómo gobernó a Castilla D. Felipe el Hermoso?

R. Trabajó mucho porque las Cortes declararan demente a D.a Juana y le autorizaran para ponerla en reclusión, aunque no lo consiguió. Gobernó poco tiempo, mal y muy a disgusto de los castellanos; murió en Burgos el año 1506, por beber agua fría estando acalorado de haber jugado a la pelota. El mismo día de su muerte escribió a don Fernando el cardenal Cisneros; pero D. Fernando estaba en camino para Nápoles y no quiso venir a Castilla por entonces, y fue nombrado regente el mismo Cisneros, que tuvo este cargo nueve meses, pasados los cuales regresó D. Fernando y se encargó del gobierno hasta su muerte, ocurrida el año 1516, dejando heredera universal a su hija D.a Juana y de gobernador a su nieto D. Carlos.

P. ¿Qué me dice V. del reinado de Carlos I de España y V de Alemania?

R. Cuando murió su abuelo Fernando V el Católico se hallaba en Alemania, y tardó en venir á España año y medio: todo este tiempo gobernó el ilustre cardenal Cisneros, que murió en Roa al ir a recibir a D. Carlos, que había desembarcado en Villaviciosa, el año 1517. D. Carlos, de quien ya hemos dicho que era hijo de D.a Juana la Loca y D. Felipe el Hermoso, fue jurado rey en Valladolid, pues su madre se retiró a un convento de Tordesillas; los castellanos le recibieron muy bien pero les disgustaba que el rey diese los mejores destinos a los flamencos; y haciéndose intérprete del disgusto general, lo manifestó así al rey el noble burgalés Zumel. D. Carlos prometió atender a usos y costumbres, y juró respetar los fueron y libertades de Castilla: lo mismo le sucedió en Aragón y Cataluña; mas al fin, unas de grado y otras por fuerza, fueron arregladas las principales dificultades.

P. ¿Qué me dice V. de las Comunidades de Castilla?

R. Muerto el emperador de Alemania, abuelo de D. Carlos, fue éste elegido, con disgusto de Francisco I de Francia, que pretendía reinar en aquella nación: D. Carlos impuso al pueblo español un tributo para ir a coronarse a Alemana, y dejó de regente al cardenal Adriano, que, con ser muy sabio y muy bueno, no fué bien acogido por ser extranjero. Apenas había salido el rey de España, cuando se sublevaron contra la regencia varias ciudades Toledo fue la primera que hizo armas, y á la cabeza de los amotinados se puso el noble caballero D, Juan de Padilla; siguieron luego Segovia, Ávila, Salamanca, Zamora y otras; llamáronse Comunidades, porque defendían los derechos comunes de todos los españoles.

P. ¿Cómo obró el regente en vista de estos levantamientos?

R. Creyó que usando del terror dominaría en seguida a los amotinados, y mandó contra Segovia mil jinetes a las órdenes del alcalde Ronquillo, célebre por su crueldad; pero le salió al encuentro D. Juan Bravo y le destrozó, lo cual dió mucha fuerza moral y material a las Comunidades. Reunidos en Ávila los representantes de todas las ciudades sublevadas, acordaron destituir al regente, yendo luego a Tordesillas, donde estaba la reina D.a Juana alejada completamente del mundo; la reina recibió muy bien á los comuneros y nombró capitán general á Padilla, y así las Comunidades tomaron grande autoridad, yendo Padilla a Valladolid, donde fué recibido en triunfo.

P. ¿Qué supo el emperador así que supo estos desórdenes?

R. Asoció al regente a D. Iñigo de Velasco, condestable de Castilla, y al almirante D. Fadrique Enríquez, la cual medida quitó destruídos por el conde de Haro, en la famosa batalla de Villalar, donde lucharon con mucha desventaja; y aunque Padilla hizo prodigios de valor, no pudo evitar aquella derrota ni el caer prisionero, como sus compañeros Bravo y Maldonado, que fueron decapitados al día siguiente. La viuda de Padilla se defendió en Toledo por espacio de diez meses, y así acabaron las Comunidades.

P. ¿Qué otros sucesos ocurrieron en España mientras D. Carlos fue a coronarse emperador de Alemania?

R. A la sombra de los comuneros se sublevaron los valencianos, y D. Enrique Labrit, sucesor de los que fueron reyes de Navarra, entró en España con un ejército francés, y conquistó fácilmente los dominios que habían pertenecido a sus padres, puesto que no estaban guarnecidos; sin embargo, halló seria resistencia en el capitán D. Ignacio de Loyola, que defendía a Pamplona (este D. Ignacio es ahora San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús); pero el valeroso soldado fue herido y tomada la plaza. No contento D. Enrique con haber conquistado a Navarra, entró en Castilla y puso sitio a Logroño, donde fue derrotado por los castellanos, que le persiguieron hasta hacerle pasar los Pirineos con sus soldados.

P. ¿Cómo gobernó Carlos I cuando volvió a España?

R. Perdonó a los que tomaron parte en los alborotos; y aunque no le gustaba derramar sangre, hubo de sostener muchas guerras con diferentes naciones, especialmente con Francia, pues Francisco I era su natural enemigo, y no podía ver que en Europa hubiera otro monarca más poderoso que él. El emperador tuvo la suerte de vencer a todos sus adversarios, ya juntos, ya separados, y nunca abusó de la victoria.

P. ¿Cuál fué la batalla más memorable de su reinado?

R. La de Pavía, de cuya plaza era gobernador D. Antonio de Leiva. Sitiada por Francisco I, fue en ayuda de los sitiados el marqués de Pescara; ambos ejércitos eran insuficientes para batir al francés, pero las circunstancias eran apremiantes: el marqués molestaba cuanto podía a los franceses con pequeñas escaramuzas, y así los tenía en continua alarma, basta que el rey de Francia acordó dar una batalla decisiva. El día que destinaban para reñir con los españoles amaneció con una niebla tan densa, que aplazaron el ataque para mejor ocasión; al de Pescara, que estaba bien preparado, le pareció más oportuno no esperar, y ordenando a sus soldados que se sacaran los faldones de las camisas para distinguirse, empezó la batalla; avisados los de la plaza de esta novedad, hicieron una salida, sembrando la muerte y la confusión entre los franceses, que, no sabiendo cómo ni a quién habían de atacar, huyeron, dejando en poder de los españoles a su rey, que fue hecho prisionero por un soldado. Francisco I fue conducido a Madrid y puesto en libertad mediante ciertas condiciones, que luego no cumplió.

P. ¿Qué más puede V. referir del reinado de Carlos I?

R. En su tiempo se celebró el concilio de Trento. Los príncipes de Sajonia y otros personajes, ayudados por el rey de Francia, empezaron a molestar al emperador en Alemania; D. Carlos fue contra ellos, y como no aceptaron medios pacíficos, los derrotó con las armas, si bien no pudo quitar las raíces del mal por los muchos negocios a que tenía que atender. Durante este reinado Hernán-Cortés conquistó a Méjico, y Francisco Pizarro el Perú, Chile y Paraguay.

P. ¿Cómo terminó su vida Carlos I?

R. Deseando tranquilidad en sus últimos años, cansado del mundo y enfermo, abdicó la corona en su hijo D. Felipe, y se retiró al monasterio de Yuste, en Extremadura, donde fue tan humilde como prudente y valeroso en su reinado. Murió muy cristianamente el año 1558.

P. ¿Cómo administró sus estados Felipe II?

R. Mientras su padre Carlos I se hallaba entretenido en las guerras, gobernó D. Felipe sus Estados manifestando condiciones especiales para los negocios públicos, y por esta causa fue recibido como rey con señaladas muestras de amor y respeto. Desmembrado el imperio de Alemania, aún heredo D. Felipe a Castilla, Aragón, Navarra, NápOles, Sicilia, Milán, Cerdeña, las Balsares, los Países Bajos, Canarias, Filipinas, Perú, Chile, Cuba y otras diferentes islas y posesiones, siendo, por lo tanto, el soberano más poderoso del mundo; pero si heredó grandes reinos, también heredó la enemistad de los rivales de su padre, los cuales, por ir contra él, no dudaron aliarse con los príncipes protestantes, fomentando de este modo la herejía por humillar á España.

Los monarcas que gobernaron nuestra nación desde los Reyes Católicos tuvieron especial cuidado en fomentar la unidad religiosa, consiguiendo establecer en sus dominios la unidad y paz de que carecían los demás reinos del centro de Europa, en los que se derramó mucha sangre por las discordias religiosas. Felipe II no tuvo en su vida otra mira que la defensa de la religión y de la patria; hizo guerra en Flandes para combatir una rebelión y hacer respetar su autoridad, pero no sembraba discordia ni se acordaba de nuevas conquistas.

P. ¿Cómo ocurrió la batalla de San Quintín?

R. Los franceses, con quienes tenía ajustada una tregua de cinco años, rompieron las hostilidades por la frontera de los Países Bajos, y este proceder hizo preparar al rey para la guerra, y puso sitio a la plaza de San Quintín. Era ésta de mucha importancia, y Francia mandó tropas auxiliares para defender a los sitiados; pero éstas fueron derrotadas y San Quintín tomada por asalto: esta memorable jornada se llevó a cabo el año 1557, el día de San Lorenzo y en memoria suya fundó D. Felipe el grandioso monasterio de San Lorenzo del Escorial.

El rey de Francia extremó sus recursos para juntar un nuevo ejército y hacer guerra a España; pero D . Felipe se fue en persona a buscarle con fuerzas no menores que las del francés, y cuando se esperaba una nueva y terrible batalla, se firmaron las paces, casándose el rey de España con D.a Isabel, hija del rey de Francia.

P. ¿Qué sabe V. de la batalla de Lepanto?

R. Selim II, emperador de Turquía, había iuntado una escuadra formidable, la mayor que había en el mundo; y abusando de su fuerza, hostigaba continuamente a las demás naciones, y los mismos españoles sufrieron algunos descalabros. Por iniciativa de San Pío V se juntaron las escuadras de España, Venecia, Génova y de los Estados Pontificios, de cuyo mando se encargó el ilustre capitán D. Juan de Austria, hermano natural de Felipe II; y encontrando a los turcos en el golfo de Lepanto, les presentó batalla. Las fuerzas eran aproximadamente iguales, ambos reñían con igual valor, pero la victoria de los cristianos fué completa. Echaron a pique dos terceras partes de las embarcaciones enemigas, haciéndoles considerable número de bajas, entre ellas al general turco. Miguel de Cervantes se encontró en esta batalla, y fué herido en el pecho y en la mano izquierda.

P. ¿Qué me dice V. de la guerra de los protestantes?

R. Cuando Felipe II vino de Flandes a España, dejó encargado el gobierno de los Países Bajos a su hermana natural D.a Margarita de Austria: el príncipe de Orange Guillermo Nassau y el conde de Horn, que aspiraban a aquel mando, y que D. Felipe no les dió porque no le inspiraban suficiente confianza, hicieron causa común con los protestantes. Don Felipe mandó a Flandes al duque de Alba, y a su llegada se retiraron los rebeldes, quedando al parecer apaciguados; pero no fue sino estratagema, pues considerándose poco fuertes para resistir al duque, fueron en busca de más fuerzas: algunos jefes que fueron habidos pagaron con la vida. Al poco tiempo llegaron dos ejércitos, cada uno superior al del duque de Alba; pero éste tuvo la suerte de destruirlos y hacer huir los pocos que quedaron con vida.

P . ¿Qué hizo el duque de Alba después de vencer a sus enemigos?

R. Entró en Bruselas cargado de laureles, y allí continuó haciendo uso de tal severidad, que España se malquistó las voluntades: fué relevado por D. Luis de Zúniga, que contrastaba con el carácter del duque por su afabilidad; y entendiendo que era debilidad, abusaron de su buen carácter, siendo tarde cuando quiso acudir al daño, porque tenía pocos soldados; y así se fueron perdiendo provincias, quedando reducidas a dos las diecisiete que poseía allí D. Felipe.

P. ¿Cómo tomó posesión de Portugal Felipe II?

R. Por muerte de su madre D.a Isabel heredó aquel reino; pero también tuvo que hacer uso de las armas, y mandó al duque de Alba, que con solas dos batallas consiguió que aceptaran a D. Felipe los que se oponían.

P . ¿Qué sabe V. de l a escuadra Invencible?

R. D.a Isabel, reina de Inglaterra, favoreció abiertamente a los enemigos de España; y envidiosa del poder de Felipe II, le molestaba cuanto podía: esta reina mandó matar á su prima María Estuardo, reina de Escocia, sin hacer caso de las instancias que el rey de España hizo para que la dejara con vida, y por último, mandó contra España a uno de sus mejores marinos, llamado Francisco Drake, con una escuadra para que hiciera en nuestros puertos cuanto daño pudiera. Esta medida obedecía a una orden poco política que dió D. Felipe prohibiendo en sus Estados el comercio con los ingleses. Drake hizo mucho daño en nuestras costas, especialmente en Cádiz, donde pegó fuego a veintiséis buques. Cansado el de España de sufrir tales desafueros, mandó preparar una escuadra, que por ser la mayor del mundo la llamaron la Invencible: llevaba tropas suficientes para conquistar á Inglaterra; pero antes de hacer cosa de provecho separó los buques una tempestad, sufriendo graves averías que les obligaron a volver a las costas de España.

P. ¿Qué ocurrió en Aragón en el reinado de Felipe II?

R. Antonio Pérez, secretario de D. Felipe, de quien era muy querido, mató a Escobedo, secretario muy querido también de D. Juan de Austria, y por esta causa fué preso; pero huyó de la prisión y se fue a Zaragoza, de donde era natural: reclamado por los tribunales, fue hecho preso de nuevo; pero el pueblo se amotinó y le puso en libertad, causando no pocas víctimas.

Las tropas reales fueron a reprimir aquellos alborotos, y el justicia mayor D. Juan de Lanuza, obligado por el pueblo, salió a oponerse a las fuerzas del rey, que entraron en Zaragoza, condenando a muerte a Lanuza.

P. ¿Cómo terminó el reinado de Felipe II?

R. Ya anciano y achacoso, cansado de guerras y disgustos, cedió el gobierno de los Países Bajos a su hija D.a Isabel: su hijo D. Carlos había muerto víctima de su poca robustez y de sus muchos excesos, y se retiró al Escorial, donde vivía con notable moderación y sencillez en el trato de su persona, dando ejemplo de cristiandad. Dos días antes de morir llamó a sus hijos y se despidió de ellos, recomendándoles mucho que fueran buenos cristianos y se condujeran con prudencia en el gobierno de sus Estados. El año 1598 murió aquel eminente defensor de la religión, cuya vida entera consagró en provecho de su patria, siendo en todo justo y prudente.