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martes, 28 de junio de 2022

Las Causas de la Tristeza y sus remedios

 


Las Causas de la Tristeza y sus remedios

Sermon Padre Rafael OSB

 

Queridos amigos ya es el miércoles de Pascua, quisiera meditar un tema importante que las personas estan pidiendo que hable porque hay mucho sufrimiento y mucha tristeza hoy en dia. Sabemos que en la Pascua Jesucristo saluda a los apóstoles con “la paz sea con vosotros”, y entonces la paz San Aguistín dice es la tranquilidad del orden, y tambien la paz se define como aquella tranquilidad que da el estar haciendo su deber y que los apetitos y las pasiones estan disfrutando el deber: la voluntad de Dios, esa tranquilidad que da el amor de Dios cumplido en la práctica, por eso es un fruto del Espiritu Santo y es un fruto del don del consejo también. La paz es el fruto precisamente de la voluntad Dios. Entonces por eso es que lo que quiero predicarles cuales son las raices y los remedios de la tristeza para poder tener paz.

La tristeza es cuando hay un mal presente, la reacción del hombre a un mal presente es tristeza y la paz precisamente es lo contrario, la alegría y la paz es lo contrario, cuando hay un mal presente se conserva la tranquilidad y la serenidad.

Hay cinco causas principales de la tristeza, primero la enfermedad, la enfermedad aveces es algo temperamental, aveces las personas son mas sencibles que otras. Hay que aplicar el remedio de elevarlos a nivel de la fe a las personas, decirles que la salud esta siempre a servicio de Dios y Él sabe que hace con nuestra salud.

La siguiente causa de la tristeza es la falta de la mortificación de las pasiones, esto es muy importante, porque esa falta de mortificación causa que seamos impacientes. Como no estamos acostumbrados al sufrimiento y a la contrariedad, en cuanto surge una contrariedad somos impacientes, nos molestamos, perdemos el equilibiro y la tranquilidad. Somos imcapaces de sufrir las mínimas exigencias de cualquier persona como un defecto, un problema o una actitud, no queremos hablar con nadie, estamos de mal humor, enfadados y deshabridos cuando pasan problemas. No hay paz dentro del corazón porque estan sueltas las pasiones y no están controladas. La mortificación no está ahí, la mortificación es la que sujeta y domina las pasiones.

La siguiente causa de la tristeza es la afición a las cosas mundanas, San Agustín dice que forzosamente se va entristecer el que ha sido privado de aquello que deseaba. El que tiene su corazón al mundo y tiene algo que no puede conseguir o algo que no se le da, empieza la tristeza, porque uno le pone demasiado interés y apego a las cosas del mundo. El que vive deshacido de todas las cosas del mundo y pone su deseo y gozo en Dios se vera siempre libre de la tristeza de este mundo, un católico si pierde un bien material muy grande no le duele, no le tiene que doler, eso decia San Pablo “los que tienen casa viven como si no tuvieran casa”, los que tienen algo vivan como si no lo tuvieran, porque todas las cosas materiales estan al servicio y son medios para amar a Dios y para salvarnos, y si Dios los da y los quita debe ser lo mismo, que lo da o que lo quite debe ser lo mismo para un católico que esta desapegado del mundo, esas son cosas del evangelio. Por eso es que uno pierde algo del mundo y uno se pone triste, o yo quiero que esta persona se comporte asi para no tener que sufrir, y no se comporta asi como yo quiero entonces uno se pone triste. Pero si uno que esta apegado a Dios, haga lo que haga la persona uno esta tranquilo.

La cuarta causa de la tristeza es la soberbia, mientras la soberbia reine en nuestros corazones siempre habra tristezas y melancolías, siempre habrá ocaciones, siempre tendremos penas y sufrimientos, porque uno no esta indiferente a cualquier cosa que la voluntad de Dios o la obediencia nos mande, un soberbio quiere las cosas a su manera. La humildad es ponerse en la realidad, de que uno es nada y no merece nada y Dios es todo y se haga su voluntad y Él decide lo que va a pasar, por eso la soberbia es la causa de tantas penas y tormentos, realmente de todo. Job nos puso el ejemplo de la humildad, él perdio todo, estaba enfermo, ya no tenia amigos, estaba perseguido y murieron todos sus hijos, la esposa le dijo que porque estaba tan tranquilo y que mejor renegara de Dios, y el dijo no, si de Dios recibimos cosas buenas porque no hemos recibir de buen corazón las cosas malas que Dios permite que recibamos, y estaba Job tranquilo, ni una palabra salió de su boca de crítica o renegación. Muchas veces no es el problema el trabajo o las dificultades que tenemos que sobrellevar, el problema es que no se cumpla lo que nosotros apetecemos o deseamos, de ahí viene la tristeza. No viene de la dificultad del trabajo que es nuestro deber, porque Dios nos da la gracia suficiente y lo que necesitamos para cumplirlo. El problema no es la cruz, el problema es como cargamos la cruz. El problema es cargar la cruz con soberbia porque yo quiere algo mas, algo diferente a lo que me tocó, de ahí viene la tristeza, y como no tengo algo o algo que yo quiero y es diferente a lo que tengo, viene la tristeza, lo considera un mal y ese mal me pone triste, siendo que eso que no me toca es volutad de Dios, no tengo que estar triste. La soberbia tiene deseos de honra, nos pueden hacer algo que no nos gusta y respondemos “porque yo”, “porque asi”, “porque ahora”, “porque en ese lugar”, eso es la soberbia. La humildad hace mas fácil lo trabajoso, es lo que hace que lo pesado sea fácil y ligero, el pensamineto y el temor de que aquello que vamos a perder es suficiente para ponernos tristes y quitarnos la paz.

El quinto motivo de la tristeza es no cumplir la voluntad de Dios, no hacer uno lo que debe conforme a su estado y profesión, eso es lo que causa la tristeza. Es la experiencia, nos lo dicen, siempre estamos alegres en la medida que cuidadosamente cumplimos nuestro deber con exactitud, eso es muy cierto, ponganse a pensar, por mas duro que sea, cuando cumplimos nuestro deber estamos contentos, aunque sea muy duro; por el contrario, se encuentra uno realmente triste cuando no hace con lo que debe, no cumlir con nuestro deber nos pone siempre tristes en cualquier nivel, ¿se fijan como es nuestra culpa la tristeza?, por eso es que el pecado es la fuente de la tristeza. Por ejemplo cuando Caín mato a Abel, dice la escritura que Dios le preguntó ¿Caín porqué estás enfurecido y porqué andas con el rostro cabizbajo?, estaba triste Caín despues de su crimen. No hay pena mayor que la mala conciencia, aunque no acuse los testigos exteriores el testigo interno de la mala conciencia siempre nos acusa, por eso no hay tranquilidad. No puede uno alejarse de la tristeza sin abondonar uno el pecado, para poder abandonar la tristeza hay que dejar necesariamente el pecado, por eso cuando Jesús dice la paz os doy, esta deseando que odiemos el pecado, ¡claro!, lo unico que nos quita la paz es el pecado, no es la cruz, no son los defectos de mi prójimo, no es la crisis de la iglesia, no es que no tenga sacramentos, no es que mi marido sea tal como es, no es ese el problema; el problema es que uno sea pecador y soberbio y no esta mortificado, ese es el problema.

Entonces los remedios son: la practica de la virtud, el que siempre cumple con la voluntad de Dios tiene en sí el remedio de la tristeza. San Bernardo decía “No querráis estar jamás tristes, para eso vivid bien, el que vive bien siempre esta en alegria”, claro vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, y San Ambrosio decía “El que practica la virtud está tranquilo, contento y estable, Dios le reserva el don precioso de la paz y de la alegría, los corazones virtuosos no se conmueven con las cosas de la tierra”; que enfermedades, que palgas, que persecusiones, que no me quieren, que tienen defectos y que hacen injusticias: bendito sea Dios.

 Otro remedio de la tristeza es la confianza en Dios, por eso yo les decía en domingo: hoy mas que nunca hay que hacer muchos actos de confianza en Dios; por ejemplo: Sagrado corazón de Jesus en Voz confío. Dios conoce el mal que nos aflige, y Dios es poderoso para librarnos de el y con ardientes entrañas de misericordia desea consolarnos, pero somos soberbios, no nos gusta lo que Dios nos da y queremos otra cosa diferente, ahí esta el problema. Dice el profeta David en el salmo “¿Porqué estás triste alma mía? ¿porqué te conturbas?” es lo que decimos al principio de la misa, y la respuesta es Esperaremos en Dios y aún le seguiremos alabando, porque es la alegria de nuesta juventud, esperar en Dios esa es la alegria, ¡claro! Si no tengo lo que quiero, entonces me conformo con lo que Dios me dió, y lo que no tengo se lo pido a Dios si es que su voluntad, entonces espero en Dios, y si no me lo da bendito sea Dios pero si me lo da se lo agradezco y le sigo pidiendo. En otro salmo dice “Abatida esta mi alma Dios mio, siempre estoy abatido, pero me voy a acordar de ti, desde la tierra del Jordan, desde las cumbres del Hermón, y de los montes de Misar”.

Tambien otro remedio eficaz de la tristeza es la oración, como mantener la paz y la gracia y ayuda de Dios, es lo que dice Santiago “El que está afligido, ore, y si está de buen ánimo, cante”, la oración es nuestra comunicación con el cielo, la morada de toda alegría, el cielo es la alegría eterna. Cuando nos ponemos en oración automáticamente entramos en alegría, ponganse a pensar en eso, hacemos lo contrario, estamos tristes no queremos rezar, la morada de la alegría es el cielo sin mezcla de tristeza. Y también el pensamiento del cielo nos quita la tristeza, eso hay que decirle a la gente, precisamente a la gente que esta muy desanimada, como piensan mucho en el mundo, en sí mismos y en su salud, están tristes, decirles “piensen en el cielo” para hacerles desaparecer las tristezas del corazón para que se aligere el tedio de esta vida al considerar que esta vida es un camino y un lugar de destierro que nos conduce una patria definitiva de felicidad eterna, todos mientras peregrinamos podemos decir con el salmista “Me alegre cuando se me dijo vamos a la casa del señor”.

La quinta cosa para el remedio de la tristeza y para adquirir la paz es despreciar las cosas de la tierra, las cosas de la tierra son para servirnos de ella con moderación, son medios para vivír, nunca nos deben llenar de inquietud, e inclusive el no saber el futuro, lo que no podemos en el futuro Dios lo va a poder. No hemos nacido para las criaturas, aquí hay mucho desorden en cuestión de la familia, se muere la mamá, se muere el papá, se muere el hermano, el esposo y nada las puede consolar, pues esas personas que murieron son para Dios no para uno, fueron prestados, si se van pues los alcanzamos despues, si es que nos portamos bien.

Y por último, el último remedio de la tristeza es el amor al trabajo, es la fuente de la sana alegría del bienesta para el hombre hacer su deber de estado, como hormiguitas muy trabajadores. Y la pereza es madre de todos los vicios y por consiguiente la pereza trae tristeza, porque uno empieza a pensar cosas que no son buenas y como no los puede tener empieza la tristeza.

Queridos amigos entoces que no nos engañemos que no nos engañen nadie, porque precisamente porque nos engañan y nos dejamos engañar, viene todo esto sobre nosotros. Pidamos a la Santisima Virgen Maria que nos ayude a entender para tener siempre alegría y paz en esta vida.