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viernes, 11 de febrero de 2022

Postura oficial de la FSSPX frente a las vacunas Covid

 

https://panoramacatolico.info/charla-del-superior-general-de-la-fsspx/

https://www.youtube.com/watch?v=OYuqVdzr6Ew&t=81s

El padre Pagliarani hace una muy redundante introducción sobre porque la FSSPX no opina sobre las vacunas del Covid-19, no es cierto que se requiera hablar toda una vida, solamente se necesita decir como Nuestro Señor nos enseña Sí Sí o No No (San Mateo 5,37), si son buenas o son malas, hacen el bien o hacen el mal, sin tanto rodeo, pues parece ser que no se quieren comprometer, siendo fieles a su dialéctica ambigua y “neutral”.

El verdadero debate entre los católicos no son los efectos adversos de las vacunas, que de facto los tienen, sino la moralidad de la vacuna misma, la gran mayoría fabricadas empleando células de fetos abortados para su fabricación directa o para probar que tan bien están hechas desde el punto de vista molecular; es decir para probar su calidad infectan o vacunan células de fetos abortados y verifican la producción de la proteína S o la misma toxicidad en células humanas. Macabro ciertamente.

Si las vacunas fueran moralmente licitas, no existiría debate, más que en el sentido humano y la imposición coercitiva de un biológico (vacuna) que no funciona y además puede dañar a quien se lo pone; para resolver o impugnar esas interrogantes debería estar la ciencia, pero en este tiempo de apostasía generalizada, los sistemas de salud están mudos y están controlados por un mando global.

La Iglesia Católica madre y maestra de la Verdad tiene el deber de declarar y denunciar la inmoralidad de estas vacunas, el Vaticano oficial no la hace -- ellos ya no son la Iglesia Católica--, antes bien las recomiendan, no es de extrañarse pues se sabe bien de su apostasía publica al adoptar el modernismo; pero la FSSPX presidida por el padre Pagliarani, que dice que recibió la tradición y la mantienen, no denuncian ni al Vaticano ni a los gobiernos corruptos de obligar a aplicarse vacunas hechas con células de fetos abortados.  Aplicarse estas vacunas representa cooperación al mal con el pecado del aborto, contra el Quinto mandamiento de la Ley de Dios, por lo tanto, es de Derecho Divino hablar con la verdad y no disimularla. La postura oficial de la FSSPX es igual a la de los modernistas de la iglesia oficial, para que tanto rodeo y explicaciones, quieren entre ellos convencerse que vacunarse no es malo ni condenable para no ser perseguidos.

Al parecer el padre Pagliarani es un experto en principios de agendas políticas de los ecologistas o de los principios liberales de los “provacunas”. Pero qué hay de los falsos principios del Vaticano II que Mons. Fellay aceptó junto con el resto de sacerdotes de la FSSPX que no se opusieron, ¿estarán perdiendo la luz de la Fe? No es experto en reconocer esos falsos principios ni en denunciarlos.

¿Cuáles son esas otras razones de las que no tiene tiempo para explicar por las que se mantienen ni frios ni calientes?

¿Le deja a la Providencia lo que toca a los hombres? Dijo Nuestro Señor Buscad el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura (San Mateo 6, 33). También dijo Vosotros sois la sal de la tierra, más si la sal pierde su sabor ¿con que será salada? (San Mateo 5,13) Corresponde a los sacerdotes de la Iglesia Católica enseñar la incorruptible Verdad, para que los fieles animados con el escudo de la Fe y la espada de la verdad tomen su cruz, no para decir ustedes decidan prudencialmente, haciendo relativo y circunstancial lo que no lo es, eso es lavarse las manos y pedir a Dios solucione nuestros problemas.

Decir que es legítimo aceptar la vacuna va en contra de la moral cristiana respecto a la cooperación al mal y el pecado del aborto, es un signo de pérdida de la fe y apostasía. Son millones de muertes por el aborto, y aunque solo un feto hubiera sido muerto para hacer millones de vacunas no se justifica quitar la vida de un inocente para salvar a millones –en el supuesto que fuera verdad que funcionan---.

La FSSPX dice oficialmente que no promociona a nadie a recibir la vacuna y al mismo tiempo no condena la vacuna, o sea ni frio ni caliente, o sea ni Sí ni No. No se quieren comprometer públicamente.  Esto mismo hizo Poncio Pilato dando permiso tácito a la Sinagoga y a la turba que los seguía para matar al Salvador.

Pero estimado padre, los fetos han sido matados para hacer vacunas desde la década de los sesentas, y se usan esas células de fetos asesinados para cultivar los virus que se usan para hacer vacunas, no sólo se hacen muchas de las vacunas Covid19 sino las de varicela, paperas, hepatitis A y de Influenza estacional las vacunas más recientes, ademas de otros biológicos de uso médico. El asesinato de fetos se ha convertido en un negocio mundial.

The Society steems… (Significado de la palabra Steem: opinar, opinar favorablemente, respetar, considerar). En español mexicanizado alguien pudiera traducir como “me late que”, “me nace del corazón”, “te aconsejaría”, “siento que esto es lo mejor”.  En nada sorprende el lenguaje ambiguo del superior de la FSSPX en este tema de moral tan grave. Ya lo dijo Nuestro Señor, cuando cimientas algo sobre la arena va a caer, la FSSPX al juramentar el Vaticano II despreciaron la Verdad Revelada y abrazaron de forma indiferente al modernismo (herejía), esta aceptación de una fe distinta es un pecado grandísimo contra la fe, edificando sobre arena y se corre el riesgo de perderla y el derrumbe de todo el edificio.

 Ahora bien, cualquier católico que ama a Dios tomaría su Cruz y seguiría al Salvador, esas vacunas son inmorales, la FSSPX ni toma la cruz y tampoco ayuda a quienes si la quieren tomar. ¿Pérdida de la fe? Ya lo había anunciado Nuestro Señor también: Cuando vuelva encontraré Fe sobre la Tierra (San Lucas 18,8), vivimos en el tiempo de la apostasía generalizada de las naciones; y también dijo:  si esos días no se abreviaren nadie se salvaría (San Mateo 24,22), permanezcamos fieles confiando todo a Jesús y a su madre Santísima de la Soledad, pues el tiempo está cerca pues dijo: Y cuando veas que todas estas cosas suceden el tiempo está cerca (San Mateo 24,33).

Todavía es tiempo para todos nosotros, de conversión, arrepentimiento y de pedir misericordia.