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miércoles, 11 de octubre de 2017

Discurso del Cardenal Ratzinger a los Obispos de Chile, “Concilium”, 1988


NdB: Hacemos énfasis en este discurso del entonces Cardenal Ratzinger a los obispos chilenos. Es evidente que la iglesia conciliar le tendió una trampa a mons Lefebvre de la cual escapó de forma providencial. Ese mismo anzuelo mordió mons Fellay y su nueva FSSPX, hacen amistad con los conciliares comulgando con la falsa iglesia conciliar.
Esta comunión es una forma grave de liberalismo: promover la unión adúltera entre la iglesia conciliar y la Tradición Católica. Mons Fellay ya no defiende la verdad, sólo defiende su percepción de realidad, eso se llama subjectivismo y este es un error del modernismo. La dirigencia de la nueva FSSPX y sus débiles seguidores se olvidaron del nullam partem con la falsa iglesia ecuménica y sincretista de Asis.

El discurso a los Obispos de Chile; texto para meditar.

1.- En primer lugar tranquiliza a los obispos al garantizarles que en el intento de alcanzar un acuerdo con Monseñor Lefebvre, se mantuvieron firmes en los principios de la Revolución liberal: “En este diálogo difícil, Roma ha unido la generosidad en todo aquello que es negociable, con la firmeza en lo esencial”.

2.- Su objetivo era recuperar la “reacción”. Defendiéndose de la críticas de los progresistas, el Cardenal Ratzinger cita el reproche de Monseñor Lefebvre según el cual el acuerdo que había firmado no tenía otro objetivo que integrar su Fundación en “la Iglesia del Concilio”.

3.- Monseñor Lefebvre escapó de su trampa: “De todas formas, el problema planteado por Monseñor Lefebvre no ha terminado con la ruptura del 30 de Junio de 1988.... Nuestro deber es preguntarnos que error hemos cometido y cuales podemos cometer aún.”

4.- El Cardenal Ratzinger se lamenta de que la reacción ha cristalizado, está ahí, es más importante de lo que parecía: “El hecho de que un número nada desdeñable de personas, más allá del circulo reducido de la Hermandad de Monseñor Lefebvre, vean en este hombre una especie de guía, debe hacernos reflexionar.”

5.- Hay que hacer un examen de conciencia. La Revolución se ha llevado a cabo de forma demasiado estrecha, sin dejar espacio suficiente a lo que no contradice a la Revolución misma. “El fenómeno (lefebvrista).... hubiera sido impensable sin los elementos positivos que no han encontrado espacio vital suficiente en la Iglesia de hoy.”

6.- Por tanto, hay que hacer inútil la reacción católica, concediendo suficiente espacio en las cosas menos importantes: “Así, podemos abrir un espacio a aquellos que buscan y piden desde el interior de la Iglesia, de este modo alcanzaremos a convertir el cisma en el interior de la Iglesia y a hacerlo superfluo.”

7.- Quitar a los tradicionalistas el mayor número posible de argumentos: “Mencionaré aquí tres aspectos que, a mi juicio, juegan un papel capital:"

8.- Hacer la restauración litúrgica suprimiendo las diversas liturgias desacralizadoras:

“Un número elevado de fieles buscan refugio en la antigua liturgia [...] sacar la conclusión inmediata: hay que recuperar la dimensión sagrada de la liturgia.”

9.- Manifiesta su intención de mantenerse firme e inflexible en el postulado de la Revolución liberal en la Iglesia: “Hay que defender el Concilio Vaticano II contra Monseñor Lefebvre, como un deber que obliga cara a la Iglesia y como una necesidad permanente.”

10.- Para aquellos que aún no hayan comprendido, el Cardenal Ratzinger muestra en fin, donde se sitúa el centro del combate: “Ahora, dejando de lado la cuestión litúrgica, el punto central del conflicto se halla en el ataque a la libertad religiosa y contra el pretendido espíritu de Asís.”

11.- Sin embargo, los fieles parecen no caer en la trampa [NDB: SOLO ALGUNOS]: “Todo esto lleva a muchas personas a preguntarse si la Iglesia de hoy es realmente, en verdad, la misma
de ayer, o si no se la habrán cambiado por otra sin haberlo prevenido a nadie” (Discurso del Cardenal Ratzinger a los Obispos de Chile, “Concilium”, 1988).