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viernes, 9 de junio de 2023

DEL ARCHIVO: MONS FELLAY INGENUIDAD O COMPLICIDAD CON LA HEREJIA MODERNISTA

 






Extracto de la conferencia de Mons Fellay sobre las relaciones con Roma. (24/08/16)
SYLLABUS


"¿Qué es lo que Roma nos ofrece? Un primer punto es que no estaremos bajo los obispos, ¿han visto lo que le pasó a San Pedro y las otras? Están completamente bloqueadas porque están completamente en las manos de los obispos. Y de hecho Roma nos está ofreciendo un nuevo cuerpo con un obispo a la cabeza, este obispo escogido por el papa, de tres nombres presentados por la Fraternidad y tomados de la Fraternidad. Este obispo tendrá autoridad sobre los sacerdotes, los religiosos que quieran ser miembros, y sobre los fieles. Todos los fieles que pertenezcan a este cuerpo tendrán el derecho estricto de recibir todos los sacramentos de los sacerdotes de la Fraternidad. Todos los sacramentos, matrimonio incluido. El Obispo tendrá derecho a tener escuelas, seminarios, religiosos, incluso fundar nuevas congregaciones religiosas. Y aceptar a aquellos que quieran unirse. Es como una súper diócesis."
"En otras palabras, para ustedes no hay cambio. Únicamente que estarán reconocidos como católicos"
"Entonces hay que permanecer prudentes. Pero ustedes no se pueden imaginar nada mejor que lo que se ofrece. No pueden pensar que es una trampa. No es una trampa. Si alguien nos ofrece algo como esto únicamente es porque quiere el bien para nosotros. 

Porque quiere el bien de la Tradición.  Es imposible pensar que tal cosa sea hecha por enemigos. [¿¿??] Los enemigos tienen muchas otras maneras pero no esta."
"Ustedes dirán ¿entonces por qué no acepta? Bueno, necesito estar seguro que esto es verdad."

Monseñor Lefebvre fundador de la FSSPX pensaba muy diferente a mons Fellay, sin embargo en la Nueva FSSPX usan su fama y nombre para enmascarar una gran traición. Palabras de mons Lefebvre:

Falsa caridad
Y nosotros no debemos vacilar por ningún momento, en no estar con los que están en el proceso de traicionarnos. Algunas personas siempre están admirando la hierba en el jardín del vecino. En vez de mirar a sus amigos, a los defensores de la Iglesia, a los que luchan en el campo de batalla, ven a nuestros enemigos en el otro lado. "Después de todo, hay que tener caridad, debemos ser amables, no deben causar divisiones, después de todo, que están celebrando la misa tridentina, que no son tan malos como todo el mundo dice" -, pero están traicionándonos, traicionándonos! Ellos se dan la mano con los destructores de la Iglesia. Ellos se dan la mano con las personas que llevan a cabo las ideas modernistas y liberales condenadas por la Iglesia. Por lo que están haciendo el trabajo del diablo. 
( "Dos años después de las consagraciones"
Monseñor Lefebvre, 6 de septiembre de 1990)

La ilusión de hacer el bien
"Conseguir entrar a la iglesia, ¿qué significa eso? Y en primer lugar, de ¿qué iglesia estamos hablando? Si se trata de la iglesia conciliar, ¿deberíamos nosotros entonces, que hemos luchado contra ella durante veinte años, porque amamos a la Iglesia Católica, volver a la iglesia conciliar supuestamente para hacerla CATÓLICA? Esta es una total ilusión!
NO CAMBIAN los inferiores a los superiores, pero son los SUPERIORES que cambian a los inferiores ". (Fideliter Nº 70 de julio-agosto de 1989)

Sacerdotes bastardos
Todos estos Papas han resistido a la unión de la Iglesia con la revolución; se trata de una unión adúltera y de esa unión sólo pueden venir bastardos. El rito de la nueva misa es un rito bastardo, los sacramentos son sacramentos bastardos. Ya no sabemos si son sacramentos que dan gracia o no dan la misma. Los sacerdotes que salen de los seminarios son sacerdotes bastardos que no saben lo que son.
(Carta abierta a los Católicos, p. 128)

Es por lo tanto un estricto deber para todo sacerdote que quiera permanecer católico, el separarse a sí mismo, de esta iglesia conciliar, por tanto tiempo, mientras ellos no redescubran la tradición de la Iglesia y la Fe Católica.
(Arzobispo Lefebvre, Itinerario Espiritual p. 13)

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Mons Fellay y la cúpula de la FSSPX desde 2012 han enseñado sus verdaderas intenciones, la "tristemente célebre declaración doctrinal" de mons Fellay, nunca retractada, es una traición a la lucha antiliberal de Mons. Lefebvre y de los papas antiliberales, aceptar el 95% del Vaticano II, en cuyo contenido se "legalizan" herejías, es una traición al catolicismo. 

Para quienes creen que el Concilio Vaticano II es bueno o no tan malo pueden leer: ERRORES DEL CONCILIO VATICANO II


He aquí al texto integral de la Declaración Doctrinal como fue presentada a Roma por Mons. Fellay el 15 de Abril 2012 *[Tomada de Sacerdos]:

DECLARACIÓN DOCTRINAL
I.   Prometemos ser siempre fieles a la Iglesia Católica y al Romano Pontífice, su Pastor Supremo, Vicario de Cristo, sucesor de Pedro y cabeza del Cuerpo Episcopal.

II.  Declaramos aceptar las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia en materia de fe y moral, dando a cada afirmación doctrinal el grado de adhesión requerido, de acuerdo a la enseñanza contenida en el no. 25 de la Constitución Dogmática Lumen gentium del Concilio Vaticano II. (Cf. también la nueva fórmula de Profesión de Fe y el Juramente de Fidelidad al Asumir un Oficio a ser ejercido en Nombre de la Iglesia, 1989: cf. CIC cánones 749; 750 §1 y §2: 752: CCEO cánones 597: 598 §1 y §2; 599).

III.          En particular:
1. Declaramos aceptar la doctrina sobre el Romano Pontífice y el Colegio de Obispos, con su cabeza, el Papa, enseñado por la Constitución Dogmática Lumen gentium del Concilio Vaticano II, capítulo III (De constitutione hierarchica Ecclesiae et in specie de Episcopatu), como es explicado e interpretado por la Nota explicativa praevia del mismo capítulo.

2. Reconocemos la autoridad del Magisterio, al cual únicamente se le ha confiado la tarea de interpretar auténticamente la Palabra de Dios, sea escrita o transmitida, (Cf. Pío XII, Carta Encíclica Humani Generis, Denz. 3886.) en fidelidad a la Tradición, recordando que “El Espíritu Santo no fue prometido a los sucesores de Pedro para que pudieran, por su revelación, dar a conocer una nueva doctrina, sino para que con su asistencia, ellos puedan guardar religiosamente y exponer fielmente la revelación transmitida por los apóstoles, i.e., el depósito de la fe.” (Vaticano I. Constitución Dogmática Pastor Aeternus, Denz. 3070)
3.       Tradición es la transmisión viviente de la Revelación “usque ad nos” (Concilio de Trento. Denz. 1501: “Esta verdad e instrucción [que] están contenidas en los libros escritos y en las tradiciones no escritas, que han sido recibidas de los apóstoles de la boca de Cristo En Persona, o de los mismos apóstoles, al dictado del Espíritu Santo, han llegado incluso a nosotros.”) y la Iglesia en su doctrina, vida, y culto, perpetúa y transmite a todas las generaciones todo lo que Ella es y todo lo que Ella cree. La Tradición progresa en la Iglesia con la asistencia del Espíritu Santo, (Cf. Concilio Vaticano II. Constitución Dogmática Dei Verbum, 8 y 10; Denz. 4209-4210.) no por una innovación contraria (Cf. Concilio Vaticano I. Constitución Dogmática Dei Filius. Denz. 3020: “Por lo tanto, también, el entendimiento de sus sagrados dogmas debe ser perpetuamente retenido, lo que la Santa Madre Iglesia una vez declaró; y nunca debe haber recesión de ese significado bajo un nombre especioso de un entendimiento más profundo. Por lo tanto que el entendimiento, el conocimiento y sabiduría de los individuos como de todos, de un hombre como de toda la Iglesia, crezcan y progresen fuertemente con el paso de las eras y los siglos: pero que sea solamente en su propio género, a decir en el mismo dogma con el mismo sentido y el mismo significado.” (San Vicente de Lerins. Commonitorio. 23.3 [n.28]) pero para una mejor comprensión del depositum Fidei. (Cf. Vaticano I. Constitución Dogmática Dei Filius. Denz. 3011; Juramento Antimodernista, no. 4; Pío XII. Carta Encíclica Humani Generis. Denz. 3886: Concilio Vaticano II. Constitución Dogmática Dei Verbum. 10. Denz. 4213)

4.  Toda la Tradición de la fe Católica debe ser el criterio y guía para la comprensión de las enseñanzas del Concilio Vaticano II, que a su vez aclara el Concilio, es decir, se profundiza y se hace más explícito con el tiempo— algunos aspectos de la vida y doctrina de la Iglesia que están implícitamente presentes o aún no formulados conceptualmente. (Como por ejemplo: la enseñanza sobre la sacramentalidad del episcopado en Lumen gentium, 21)
5.       Los enunciados del Concilio Vaticano II y el subsecuente Magisterio papal relativos a la relación de la Iglesia Católica y las confesiones no-Católicas Cristianas, y también, del deber cívico de religión y el derecho a la libertad religiosa, cuya formulación es difícil de reconciliar con los enunciados doctrinales precedentes del Magisterio; deben ser entendidos a la luz de una toda e ininterrumpida Tradición, de una manera consistente con las verdades previamente enseñadas por el Magisterio de la Iglesia, sin aceptar alguna interpretación de estos enunciados que pueda llevar a la presentación de la doctrina Católica como opuesta o que rompe con la Tradición y con ese Magisterio.

6.       Por esta razón es legítimo promover, a través de una discusión legítima, el estudio y explicación teológica de las expresiones o formulaciones del Concilio Vaticano II y del Magisterio subsecuente, si parecen irreconciliables con el Magisterio previo de la Iglesia. (Encontramos un paralelo en la historia con el Decreto de los Armenios, en el Concilio de Florencia, en el cual la presentación o los instrumentos se indicaron como la materia del Sacramento de Santas Órdenes. Sin embargo, aun después de ese Decreto, teólogos discutieron legítimamente la exactitud de tal afirmación. Finalmente, la pregunta fue resuelta de otra manera por el Papa Pío XII.)

7.       Declaramos reconocer la validez del Sacrificio de la Misa y de los Sacramentos cuando son celebrados con la intención de hacer lo que la Iglesia hace de acuerdo a los ritos indicados en las típicas ediciones del Misal Romano y de los Rituales de Sacramentos legítimamente promulgados por los Papas Paulo VI y Juan Pablo II.

8.   Siguiendo el criterio enunciado arriba (III, 5), así como el canon 21 del Código, prometemos respetar la disciplina común de la Iglesia y las leyes eclesiásticas, especialmente de aquellas contenidas en el Código de Derecho Canónico, promulgado por el Papa Juan Pablo II (1983) y en los Códigos Canónicos de las Iglesias Orientales, promulgados por el mismo Pontífice (1990), sin ningún prejuicio a la disciplina por conceder a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X  por una ley en particular.

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En su Declaración Doctrinal (DD), Mons. Fellay quitó sólo un pasaje y una nota, del Párrafo III, no. 2, del Preámbulo Doctrinal del Cardenal Levada (DP1):

     el texto: como el Catecismo de la Iglesia Católica lo muestra (cf. nn. 813-822; 2104-2109).
     la nota al final del párrafo tomada de la carta de Paulo VI Cum Jam, fechada el 21 de Septiembre de 1966, en AAS 58 (1966) 879, en la cual el Papa pidió por ver la doctrina del Concilio Vaticano II en continuidad con el Magisterio precedente.
Aparte de eso, ¡el resto del texto del Preámbulo del Cardenal Levada se mantuvo!

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Mons. Fellay buscaba un reconocimiento o prelatura desde el 2012, y a escondidas, esto se puede visualizar con su carta a Benedicto XVI:


A Su Santidad el Papa Benedicto XVI.
Santísimo Padre,
          Usted me ve confundido, en el momento en que le tocan rudas pruebas y respecto de las cuales le aseguro mis pobres oraciones, de presentarle un problema suplementario más que consolaciones.
En efecto, el miércoles 13 de junio por la tarde, el Cardenal Levada me entregó, durante un encuentro que fue cordial, una declaración doctrinal que yo no podré firmar. No tomando en cuenta la súplica de no retocar la proposición que yo había entregado, a causa de las consecuencias que esto acarrearía, el nuevo texto retoma casi todos los puntos del Preámbulo de septiembre de 2011 que planteaba dificultades y que me vi forzado a descartar.

      Desgraciadamente, en el contexto actual de la Fraternidad, la nueva declaración no pasará.

     Reconozco no saber que pensar. Creí comprender que usted estaba dispuesto a dar largas la resolución de los desacuerdos todavía en curso sobre cierto puntos del Concilio y de la reforma litúrgica, un poco como en el Concilio de Florencia se pasó por alto la cuestión del divorcio por causa de adulterio con los griegos para llegar a pesar de todo a la unión, y yo me comprometí en esta perspectiva a pesar de la oposición bastante fuerte en las filas de la Fraternidad y al precio de trastornos importantes. Y tengo toda la intención de continuar haciendo todos mis esfuerzos para proseguir por este camino con el fin de llegar a las clarificaciones necesarias.

    Ahora parece que me equivoqué y que verdaderamente se pide la aceptación total de los puntos litigiosos antes de ir más adelante… Si alguna de mis recientes declaraciones añaden una nueva dificultad, lo lamento, pero fue también por razón de claridad.

       Además, vista la oposición masiva que se prepara en ciertos medios de la Iglesia que piensan volver imposible la actividad de la nueva prelatura, vista la presión incluso de ciertos Estados, me pregunto cómo el proyecto podrá ser realizado en estas circunstancias.

     Me parece que solamente usted puede todavía cambiar el curso de los acontecimientos que se perfilan. Evidentemente no se trata por mi parte de ejercer cualquier presión, sino simplemente de exponerle los hechos y de saber si me equivoco en cuanto a sus intenciones sobre nuestra situación. Si usted lo considera oportuno, en este momento tan delicado, me atrevo a pedir de vuestra bondad una audiencia (lo más discreta posible) a fin de escuchar de vuestra boca vuestra apreciación respecto de nosotros.

              Dígnese Vuestra Santidad en creer en mi devoción filial y en mi deseo más caro de servir a la santa Iglesia.
Menzingen, domingo 17 de junio de 2012
+Bernard Fellay




En el contexto del 2012 la declaración doctrinal no pasó, pero ¿ahora?, que en la FSSPX ya no hay quien levante la voz si ¿pasará?

Incluso hay otra Cruzada de Rosarios para pedir a Nuestra Señora que se defina que hacer. Involucrar a la Santísima Virgen en aceptar o no una prelatura de los modernistas no tiene calificativo.

Para quienes NO CREAN que es una obligación de todo católico de luchar por nuestra Santa Madre Iglesia, contra el error y herejías, contra modernistas y traidores dejamos extractos de San Pío X.

"Están, pues, gravemente equivocados los que creen posible y esperan para la Iglesia un estado permanente de plena tranquilidad, de prosperidad universal, y un reconocimiento práctico y unánime de su poder, sin contradicción alguna; pero mucho peor es el error de aquellos que se engañan pensando que alcanzarán esa paz efímera mediante la disimulación de los derechos e intereses de la Iglesia, sacrificándolos a intereses privados, disminuyéndolos injustamente, complaciendo al mundo, “que está todo puesto bajo el maligno” (1 Jn. 5, 19), con el pretexto de captar la simpatía de los fautores de novedad y atraerlos a la Iglesia, como si fuera posible una composición o acuerdo entre la luz y las tinieblas, entre Cristo y Belial."

 “Son éstos, sueños de enfermos, alucinaciones que siempre han ocurrido y ocurrirán mientras haya soldados cobardes, que arrojen las armas a la sola presencia del enemigo, o traidores que pretendan a todo costo hacer las paces con el enemigo, que es el enemigo irreconciliable de Dios y de los hombres”.  (Papa San Pío X, Encíclica Communium Rerum, del 21 de abril de 1909).



 
Carta Encíclica Pascendi
Del Sumo Pontífice San Pío X:

Al oficio de apacentar la grey del Señor que nos ha sido confiada de lo alto, Jesucristo señaló como primer deber el de guardar con suma vigilancia el depósito tradicional de la santa fe, tanto frente a las novedades profanas del lenguaje como a las contradicciones de una falsa ciencia. No ha existido época alguna en la que no haya sido necesaria a la grey cristiana esa vigilancia de su Pastor supremo; porque jamás han faltado, suscitados por el enemigo del género humano, «hombres de lenguaje perverso»(1), «decidores de novedades y seductores»(2), «sujetos al error y que arrastran al error»(3).

Gravedad de los errores modernistas
1. Pero es preciso reconocer que en estos últimos tiempos ha crecido, en modo extraño, el número de los enemigos de la cruz de Cristo, los cuales, con artes enteramente nuevas y llenas de perfidia, se esfuerzan por aniquilar las energías vitales de la Iglesia, y hasta por destruir totalmente, si les fuera posible, el reino de Jesucristo. Guardar silencio no es ya decoroso, si no queremos aparecer infieles al más sacrosanto de nuestros deberes, y si la bondad de que hasta aquí hemos hecho uso, con esperanza de enmienda, no ha de ser censurada ya como un olvido de nuestro ministerio. Lo que sobre todo exige de Nos que rompamos sin dilación el silencio es que hoy no es menester ya ir a buscar los fabricantes de errores entre los enemigos declarados: se ocultan, y ello es objeto de grandísimo dolor y angustia, en el seno y gremio mismo de la Iglesia, siendo enemigos tanto más perjudiciales cuanto lo son menos declarados.

Hablamos, venerables hermanos, de un gran número de católicos seglares y, lo que es aún más deplorable, hasta de sacerdotes, los cuales, so pretexto de amor a la Iglesia, faltos en absoluto de conocimientos serios en filosofía y teología, e impregnados, por lo contrario, hasta la médula de los huesos, con venenosos errores bebidos en los escritos de los adversarios del catolicismo, se presentan, con desprecio de toda modestia, como restauradores de la Iglesia, y en apretada falange asaltan con audacia todo cuanto hay de más sagrado en la obra de Jesucristo, sin respetar ni aun la propia persona del divino Redentor, que con sacrílega temeridad rebajan a la categoría de puro y simple hombre.

2. Tales hombres se extrañan de verse colocados por Nos entre los enemigos de la Iglesia. Pero no se extrañará de ello nadie que, prescindiendo de las intenciones, reservadas al juicio de Dios, conozca sus doctrinas y su manera de hablar y obrar. Son seguramente enemigos de la Iglesia, y no se apartará de lo verdadero quien dijere que ésta no los ha tenido peores. Porque, en efecto, como ya hemos dicho, ellos traman la ruina de la Iglesia, no desde fuera, sino desde dentro: en nuestros días, el peligro está casi en las entrañas mismas de la Iglesia y en sus mismas venas; y el daño producido por tales enemigos es tanto más inevitable cuanto más a fondo conocen a la Iglesia. Añádase que han aplicado la segur no a las ramas, ni tampoco a débiles renuevos, sino a la raíz misma; esto es, a la fe y a sus fibras más profundas. Mas una vez herida esa raíz de vida inmortal, se empeñan en que circule el virus por todo el árbol, y en tales proporciones que no hay parte alguna de la fe católica donde no pongan su mano, ninguna que no se esfuercen por corromper. Y mientras persiguen por mil caminos su nefasto designio, su táctica es la más insidiosa y pérfida. Amalgamando en sus personas al racionalista y al católico, lo hacen con habilidad tan refinada, que fácilmente sorprenden a los incautos. Por otra parte, por su gran temeridad, no hay linaje de consecuencias que les haga retroceder o, más bien, que no sostengan con obstinación y audacia. Juntan a esto, y es lo más a propósito para engañar, una vida llena de actividad, constancia y ardor singulares hacia todo género de estudios, aspirando a granjearse la estimación pública por sus costumbres, con frecuencia intachables. Por fin, y esto parece quitar toda esperanza de remedio, sus doctrinas les han pervertido el alma de tal suerte, que desprecian toda autoridad y no soportan corrección alguna; y atrincherándose en una conciencia mentirosa, nada omiten para que se atribuya a celo sincero de la verdad lo que sólo es obra de la tenacidad y del orgullo.

A la verdad, Nos habíamos esperado que algún día volverían sobre sí, y por esa razón habíamos empleado con ellos, primero, la dulzura como con hijos, después la severidad y, por último, aunque muy contra nuestra voluntad, las reprensiones públicas. Pero no ignoráis, venerables hermanos, la esterilidad de nuestros esfuerzos: inclinaron un momento la cabeza para erguirla en seguida con mayor orgullo. Ahora bien: si sólo se tratara de ellos, podríamos Nos tal vez disimular; pero se trata de la religión católica y de su seguridad. Basta, pues, de silencio; prolongarlo sería un crimen. Tiempo es de arrancar la máscara a esos hombres y de mostrarlos a la Iglesia entera tales cuales son en realidad.

3. Y como una táctica de los modernistas (así se les llama vulgarmente, y con mucha razón), táctica, a la verdad, la más insidiosa, consiste en no exponer jamás sus doctrinas de un modo metódico y en su conjunto, sino dándolas en cierto modo por fragmentos y esparcidas acá y allá, lo cual contribuye a que se les juzgue fluctuantes e indecisos en sus ideas, cuando en realidad éstas son perfectamente fijas y consistentes; ante todo, importa presentar en este lugar esas mismas doctrinas en un conjunto, y hacer ver el enlace lógico que las une entre sí, reservándonos indicar después las causas de los errores y prescribir los remedios más adecuados para cortar el mal.

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Los Modernistas, «hombres de lenguaje perverso», «decidores de novedades y seductores», «sujetos al error y que arrastran al error». Encíclica publicada en 1907. ¿Mons Fellay la habrá leído? Con éstos hombres perversos hizo acuerdo, concesiones doctrinales y ha buscado una prelatura... Sobre la ingenuidad o complicidad, usted fino lector saque sus conclusiones.


¡Oh, Cristianos! Tiempo es de defender a vuestro Rey y de acompañarle en tan grande soledad, que son muy pocos los vasallos que le han quedado y mucha la multitud que acompaña a Lucifer; y lo que es peor, es que se muestran amigos en lo público y véndenle en lo secreto; casi no se halla de quien fiar”. Santa Teresa de Jesús


jueves, 8 de junio de 2023

EL PAN BAJADO DEL CIELO

 



Evangelio según san Juan, 6:56-60

"Porque mi carne verdaderamente es comida: y mi sangre verdaderamente

es bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre,

en mí mora, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y

yo vivo por el Padre, así también el que me come, él mismo

vivirá en mí. Este es el pan que descendió del cielo. No como el

maná que comieron vuestros padres, y murieron. Quien come

este pan, vivirá eternamente". Esto dijo en la Sinagoga, enseñando

en Cafarnaúm.



San Juan 6, 35-40 

Y Jesús les dijo: "Yo soy el pan de la vida: el que viene a mí no

tendrá hambre: y el que en mí cree, nunca jamás tendrá sed.

Mas ya os he dicho que me habéis visto, y no creéis. Todo lo

que me da el Padre, a mí vendrá, y aquél que a mí viene, no le

echaré fuera. Porque descendí del cielo, no para hacer mi voluntad,

sino la voluntad de Aquél que me envió. Y ésta es la voluntad

de aquel Padre, que me envió: Que nada pierda de todo

aquello que El me dio, sino que lo resucite en el último día. Y

la voluntad de mi Padre, que me envió, es ésta: Que todo aquél

que ve al Hijo, y cree en El tenga vida eterna, y yo lo resucitaré

en el último día". (vv. 35-40)


Crisóstomo in Ioannem hom. 44

En lo que sigue el Señor los va a iniciar en el conocimiento

de los misterios. En primer término, habla de su divinidad,

por lo que les dice: "Y Jesús les dijo: yo soy el pan de la

vida". Y no dijo esto refiriéndose a su cuerpo, porque de

esto habló más adelante cuando dijo: "el pan que os daré,

es mi propia carne". Pero ahora habla de su divinidad,

porque su carne es pan por la Palabra de Dios, que se convierte

en pan celestial para todo aquél que recibe su mismo Espíritu.


Teofilacto

Y no dijo: yo soy el pan de alimento, sino de la vida. Y

como todas las cosas estaban muertas, Jesucristo nos da

vida por medio de sí mismo. Luego es un pan, no de la vida

ordinaria, sino de aquélla que no concluye con la muerte.

Por esto añade: "El que a mí viene, no tendrá hambre; y el

que en mí cree, nunca jamás tendrá sed".


San Agustín In Ioannem tract., 25.

El que viene a mí, esto es, el que cree en mí. Y cuando dijo:

no tendrá hambre, debe entenderse esto mismo, y cuando

dice que nunca tendrá sed, con una y otra cosa significa

aquella saciedad eterna en donde nunca hay hambre.


Teofilacto.

No se tendrá sed ni hambre, esto es, de oír la palabra de

Dios, ni se cansará, ni será mortificado con sed intelectual,

como sucedería cuando no tuviera el agua del bautismo y

la santificación por el Espíritu Santo.


San Agustín, ut supra

Vosotros pues deseáis el pan del cielo, el mismo que tenéis

a la vista, pero no lo coméis. Por esto sigue: "Mas ya os he

dicho que me habéis visto, pero que no me creéis".

miércoles, 7 de junio de 2023

RENUNCIAR AL MUNDO ES INDISPENSABLE PARA SER HIJOS DE DIOS

 


NUESTRO SEÑOR  RUEGA POR LOS DISCÍPULOS. (San Juan Capítulo 17)

6 Yo he manifestado

tu Nombre a los hombres que me

diste (apartándolos) del mundo. Eran tuyos,

y Tú me los diste, y ellos han conservado tu

palabra. Ahora saben que todo lo que Tú

me has dado viene de Ti. 8Porque las palabras

que Tú me diste se las he dado a ellos,

y ellos las han recibido y han conocido verdaderamente

que Yo salí de Ti, y han creído

que eres Tu quien me has enviado.  9Por ellos

ruego; no por el mundo, sino por los que Tú

me diste, porque son tuyos. 10Pues todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío, y en ellos

he sido glorificado. Yo no estoy ya en el

mundo, pero éstos quedan en el mundo mientras

que Yo me voy a Ti. Padre Santo, por

tu nombre, que Tú me diste, guárdalos para

que sean uno como somos nosotros. 12Mientras

Yo estaba con ellos, los guardaba por tu Nombre,

que Tú me diste, y los conservé, y ninguno

de ellos se perdió sino el hijo de perdición,

para que la Escritura fuese cumplida. 13Mas ahora voy a Ti, y digo estas cosas estando (aún) en el mundo, para que ellos

tengan en sí mismos el gozo cumplido que tengo Yo. 


14Yo les he dado tu palabra y el

mundo les ha tomado odio, porque ellos ya

no son del mundo, así como Yo no soy del

mundo. 15No ruego para que los quites del

mundo, sino para que los preserves del Maligno.

18Ellos no son ya del mundo, así como

Yo no soy del mundo. "Santifícalos en la

verdad: la verdad es tu palabra. 18Como Tú

me enviaste a Mí al mundo, también Yo los

he enviado a ellos al mundo. 19 Y por ellos me

santifico Yo mismo, para que también ellos 20sean santificados, en la verdad."


Comentario B. Straubinger: 17. "Vemos aquí hasta qué punto el conocimiento

y amor del Evangelio influye en nuestra vida espiritual.

Jesús habría podido decirle que nos santificase

en la caridad, que es el supremo mandamiento. Pero

Él sabe muy bien que ese amor viene del conocimiento (v. 3). De ahí que en el plan divino se nos envió primero al Verbo, o sea la Palabra, que es

la luz; y luego, como fruto de Él, al Espíritu Santo

que es el fuego, el amor". [Explicación clara de porque primero es la Fe y la Doctrina, antes que los Sacramentos]


Aquí pide a Dios Padre el fruto de su Pasión y Muerte: la Redención

24Padre, aquellos que Tú me diste quiero que estén

conmigo en donde Yo esté, para que vean

la gloria mía, que Tú me diste, porque me

amabas antes de la creación del mundo. Padre

Justo, si el mundo no te ha conocido, te

conozco Yo, y éstos han conocido que eres

Tú el que me enviaste.

martes, 6 de junio de 2023

¿QUÉ HAY MÁS ALLÁ DE LA MASONERÍA?

 

Del libro “Blood on the Altar” (Sangre Sobre el Altar)

Fuente

Por Cornelia R. Ferreira

En el momento en que se daba comienzo al Concilio Vaticano II (Octubre de 1962), una sociedad secreta muy poco conocida, la Ordo Templis Orientis (Orden del Tem­plo de Oriente) (OTO), realizó una ceremonia a fin de celebrar la apertura del Concilio. El icono oculto de la OTO, el “Stele of Revealing” (Estela de Revelación)[1], fue llevado desde Hamburgo a través de Alemania hasta Zurich y luego hacia Stein, donde se lo guardó en la capilla de la OTO, mientras resonaban las campanas, llamando a un ritual gnóstico (Pág. 103).

Simplemente, ¿qué es esta Orden de los Templarios Orientales? Y ¿qué conocimiento previo tenía de los planes del Concilio que los llevó a celebrar su apertura? Estas preguntas están contestadas en el libro Blood on the Altar, ya que Craig Heimbichner desenmaraña la historia y el funcionamiento de lo que él denomina la sociedad secreta más peligrosa del mundo, el poder detrás del Gobierno Invisible o Criptocracia (Crypto-cracy).

La Criptocracia está involucrada en la transformación o “el procesamiento alquímico” de la conciencias de las masas, mediante la manipulación psicológica de la mente. Con la ayuda de las sociedades secretas, se realizan pruebas, se miden los resultados y se “diseñan” los acontecimientos mundiales (Págs. 5-6, 15, 137). El objeto es que las masas vivan de manera controlada, como si fueran títeres del Nuevo Orden Mundial Masónico. La OTO, instituida hace un siglo, conforma el “colegio de graduados” de la masonería, y se autodenomina la “Academia de la Masonería”. Contiene a todos los grados de la masonería y del iluminismo y es la más alta sociedad secreta para la elite de la masonería. Como organización internacional, la OTO es una organización religiosa que, en EE. UU., se encuentra exenta de impuestos (Págs. 13-14, 25, 76, 87, 91-92). Los escritos de quien por mucho tiempo fue su cabeza, el agente de inteligencia británico y satanista Aleister Crowley (fallecido en 1947), quien se hacía llamar la Gran Bestia 666, reveló que la OTO se funda en el satanismo[2].

Crowley llamaba a Satán “mi señor” y decía, refiriéndose a la OTO: “No tenemos escrúpulos en restaurar la "adoración al diablo" (Pág. 28). Sin embargo, en la OTO, la adoración al diablo no se realiza abiertamente bajo el nombre de Satán, sino subrepticiamente bajo el nombre del ídolo satánico con cabeza de cabra: Bafomet. También denominado León y Serpiente, Bafomet es adorado como Dios en las misas gnósticas, que es la liturgia central de la OTO (Págs. 29-30).

Bahomet simboliza la mente dual. Es adorado como dios en las misas gnósticas.

La misa gnóstica, ideada por Crowley, no es una misa negra, es decir, una Misa Católica invertida, sino una parodia blasfema de la Misa Católica (Pág. 15). Es muy importante entender que las raíces de la masonería se entrelazan con el judaísmo, lo cual nos ayuda a ver la mano de la masonería detrás los judaizantes de la Iglesia Católica.

Heimbichner afirma que toda la masonería está subordinada al judaismo. Un “operativo clave” en la institución de la OTO, fue un miembro activo de la B’nai B’rith[3], que es la masonería judía (Pág. 89). La esencia de la masonería, declara Heimbichner (Págs. 8-9) se remonta a la adoración sumeria de Satán (“Shaitan”), que también pasó por el Antiguo Egipto y Babilonia. Las antiguas formas de adoración satánica fueron más tarde preservadas y transmitidas por tradición oral, mediante los rabinos judíos, como las “tradiciones de los antiguos o ancianos” fuertemente condenadas por Nuestro Señor Jesucristo (Mc. 7:1-13. Mt. 15:1-9).

Después de la destrucción del Segundo Templo en el 70 D.C., la tradición oral fue escribiéndose gradualmente en lo que llegó a ser el Talmud y la Kábala, la última es totalmente gnóstica y llena de magia negra, fundamentada en el judaismo, una religión “totalmente distinta” de la de los israelitas del Antiguo Testamento. El judaísmo es “una secta sobreestructurada, con tradición inbíblica, artificial y superstición pagana”. Heimbichner cita a autoridades judías sobre la Kábala y a expertos en el simbolismo ocultista, para exponer el hecho de que ciertos ritos cabalistas se corresponden con las técnicas ocultas del yoga tántrico hindú de magia sexual. Estos rituales depravados son una continuación de la magia de templo de los cananitas, babilonios y de otras naciones que desataron la ira de Dios. Su objetivo en el judaísmo es amalgamar los aspectos femeninos y masculinos de la divinidad para obtener un judío andrógino equilibrado, “totalmente masculino”, el “cuerpo de Dios”, llamado Adam Kadmon.

Una autoridad de la Kábala citado por Heimbichner expresa que “El deber de los judíos piadosos”, es recitar diariamente la formula kabalística para promover místicamente esta unidad (Págs. 77-78, 86, 136). La Enciclopedia Judía admite, declara Heimbichner, que el gnosticismo judío incluye la magia oculta y que ésta inspiró el gnosticismo cristiano (Pág. 88). Este ocultismo también fue transmitido a través de los maniqueos, los cataros y otros grupos, finalmente corrompió a los Caballeros Templarios del Siglo XII, transformándolos en una orden oculta. La Iglesia condenó y prohibió la orden por adorar a Bafomet, y practicar la sodomía — lo que los ocultistas consideraban magia sexual “avanzada” (Págs. 9, 80).

La tradición templaría se introdujo en la masonería, y la magia sexual “se encuentra en el corazón de los grados más altos de la masonería, tal como existe en la OTO”. Este es el “secreto supremo” de la masonería, sólo conocido por masones de alto gra­do (Págs. 77, 81, 95)[4]. Existe la magia sexual en el octavo y noveno grado de la OTO y la homosexualidad en el onceavo, su grado más alto. Inclusive, en los grados más bajos de la Masonería, las Logias Azules, enseñan la negación gnóstica de Dios y la afirmación del hombre como Dios, gobernante de sí mismo, una divinidad “que va creciendo” —es decir, una especie de Anticristo (Págs. 81-82).

Craig Heimbichner revela que esta enseñanza es un engaño típico de la masonería/OTO. Albert Pike, Soberano Gran Comandante de la masonería del Rito Escocés, confesó en 1871 en su libro Moral y Dogma, que es la “declaración dogmática definida de las creencias masónicas”, que se engaña deliberadamente a los miembros de las Logias Azules respecto al significado de los símbolos masones. Sólo los “Adeptos” o “Elegidos” llegan a conocer los secretos ocultos. Pike afirma que el objetivo de la masonería es “ocultar la Verdad, que se la llama Luz” a los grados más bajos (Págs. 56-58). Como lo resalta Heimbichner “la ilusión del auto gobierno y de la divinidad se usa como una droga embriagadora para inyectarla en las víctimas inocentes, tanto dentro como fuera de las logias para que se crean omnipotentes y omniscientes”, por encima de todo engaño o esclavitud posible (Pág. 82).

Pike enseñaba que la verdadera “luz” que los masones prometen buscar, y que se encuentra en los más altos grados de la masonería, debe ser recibida de Lucifer, el “Portador de la Luz”. Expresa, asimismo, que la búsqueda de la Luz conduce de vuelta a la Kábala, y Crowley también lo afirma, declarando que la Kábala es el “total fundamento” de la OTO. Al respecto, Heimbichner concluye señalando que “La masonería es el jardín de infantes del Luciferismo desde donde se eligen los candidatos prometedores (para los grados más altos), mientras que se aparta a otros y se los deja para siempre en la oscuridad, satisfechos de explotar sus viejas conexiones de buen chico y jugar su farsa caritativa”. (Págs. 58, 116-17)

Siendo Satán el padre de las mentiras, la “caridad” masónica es una chapa que esconde el verdadero propósito de la masonería, que no es otro más que el control totalitario del mundo según los principios de la Kábala. Heimbichner marca que “la identificación masónica con Lucifer es un intento de invocar las fuerzas sobrenaturales que activan el gobierno tiránico”, y cita pasajes de la Escritura que compara a los reyes tiránicos con Satán. En los tiempos modernos, tenemos la Revolución Francesa y el Comunismo, ambos “impuestos en nombre de los más elevados ideales de fraternidad e igualdad, y las promesas judeo-bolcheviques[5] del paraíso para los trabajadores y paisanos” (Págs. 59-60).

Heimbichner hace una observación importante relacionada al intento Kabalista de amalgamar una divinidad masculina y una femenina, como también combinar los dos pilares opuestos en su Árbol de la Vida: el de la Misericordia y el de la Severidad, lo que indica su naturaleza intrínsecamente contradictoria - de hecho dialéctica. Esto produce una “Mente Dual”, que así como fue practicada por los discípulos masones/OTO, genera “una hipnosis de confusión pero convincente de doble discurso” (Pág. 6l). Los lectores indudablemente recordarán la descripción que hace George Orwell en su libro “1984”, referida a la locura del pensamiento, característica de una sociedad totalitaria. Se consigue el control mental completo de las personas cuando se logra que, simultáneamente, sostengan dos ideas contradictorias como igualmente válidas.

El andrógeno Bafomet, adorado por la OTO, simboliza la Mente Dual, es decir, la duplicidad de dos caras. Esto explica el engaño practicado sobre los mismos masones. Pero la OTO, en búsqueda del control mundial total, ha extendido el doble pensamiento en la sociedad y en la Iglesia, intentando controlar tanto el pilar Izquierdo del liberalismo y del hedonismo radical, como el pilar Derecho y sus preferencias de un gobierno oligárquico autoritario y de una cultura clásica.


Heimbichner siguió el rastro de la infiltración de los miembros de la OTO en el gobierno y entre los militares norteamericanos, en la NASA, Hollywood, el FBI, los grupos “patrióticos” de derecha y los movimientos de la New Age. Da ejemplos de cómo su amplia influencia en la elite, le ha permitido transformar las masas, “diseminando la ‛energía de Satán’ por todo el planeta” (Págs. 17, 119-29). Usa el ejemplo del líder de la OTO, James Wasserman, a fin de ilustrar cómo la OTO se infiltra en la Derecha, y declara que él y otros investigadores han recopilado pruebas de los agentes ocultos hasta en el movimiento por la Misa Tradicional (Págs. 35-40,44).

Por cierto, que este crítico ha encontrado tradicionalistas con mente duales que promueven un ocultismo “católico”, incluso sugiriendo que la Misa Negra podría ser lícita. Otros Tradicionalistas profundizan las “profecías” de Nostradamus, o buscan constantemente videntes modernos no calificados. Y tradicionalistas que desean saber si San Juan en la pintura de “La Última Cena” no es en realidad María Magdalena, cuestión que ha sido preparada alquímicamente por el libelo blasfemo contra Jesucristo y su Iglesia en el “Código Da Vinci”. Fuera del movimiento tradicionalista, la transformación tiene un éxito maravilloso.

La ley de Thelema:

Intentando destruir la moralidad cristiana, la cabeza de la OTO, Aleister Crowley predicó la Ley de Thelema: “Haz tu voluntad” o “haz lo que quieras”, o como se lo conoce más corrientemente “hacé la tuya”. Influyó mucho en el movimiento hippie y en el uso de drogas psicodélicas. Crowley fue famoso gracias a los Beatles y a otras estrellas del rock, de Hollywood y a las más importantes librerías (Págs. 48-50, 130). Su compromiso con los sacrificios de animales y su pedido de sacrificios humanos, pudieron haber sido un factor en los asesinatos de la masonería (Págs. 18-22).

Junto al discípulo Gerald Gardner, creó el sistema moderno de Wicca o “brujería blanca”, que no es la brujería tradicional, sino la “brujería” y adoración a las diosas, practicado por las feministas y monjas católicas modernistas. Las películas y los libros de Harry Potter, que promueven la concepción del "brujo bueno", han sido reconocidos por la Federación Pagana de Inglaterra por inculcar a miles de jóvenes el interés en la brujería.

Las películas de Disney, los show de televisión y las estrellas famosas de la música pop, también presentan Wicca a los jóvenes, observa Heimbichner (Págs. 16, 52-54). Las cartas de Tarot de Aleister Crowley no solo insertan a los jóvenes en la OTO, sino que también son la base de juegos de computadoras dramatizados, que cada vez más está introduciendo temas oscuros, sangrientos y los demonios de OTO (Págs. 24-27). Dado que él mismo usó de la magia sexual, el bisexual Crowley predicaba que todas las perversiones deberían ser abiertamente practicadas, y que “todos los niños deberían acostumbrarse desde la infancia a ver cualquier tipo de acto sexual”. Heimbichner comenta que “la industria del espectáculo de Hollywood tomó en serio su consejo, también lo hicieron las casas editoras de Nueva York”, mientras que otros miembros de la OTO han promovido el “amor entre hombre y niño”.

Agrega, además, que el conocido ‛sexó­logo’ Alfred Kinsey (fallecido en 1956), cuya influencia en la educación sexual ayudó a erosionar la moralidad norteamericana, era amigo de Crowley, a quien cita como a su “inspiración más importante”. Kinsey “era un pederasta que usó a cientos de niños en actos sexuales relacionados con su famosa "investigación médica", y que fue glorificado en una película de Hollywood de los Estudios Fox en el 2004 (Págs. 16-17, 117).

Heimbichner resalta aquí dos puntos interesantes. Por un lado su investigación muestra que las raíces del difundido cáncer de la pedofilia, que incluso ha enlodado a los clérigos católicos, en realidad no nacen de Crowley o de la OTO, sino que se halla en el Talmud (Pág. 114). Por otro lado, el disgusto de los medios por la homosexualidad clerical, dada la promoción personal que hacían de la inmoralidad, ha traicionado su Mentalidad Dual y su rol en la hipnosis de las masas. El doble pensamiento de los medios en cualquier contexto “prueba el estado de trance del pueblo”, es decir, lo que las masas aceptarán como noticia o explicación oficial. El programa de la transformación de las mentes se va ajustando en relación a las respuestas (Pág. 112).

El Cardenal Rampolla, miembro de la satanista OTO que casi se convierte en Papa.

Heimbichner da ejemplos del doble discurso del Talmud y de las leyes judías creadas por los hombres respecto a las “sanciones rabínicas por abusos sexuales a menores”, incluso a niñas menores de tres años. No es sorprendente que la “sodomía en la sinagoga sea un secreto bien guardado”, expresa Heimbichner. Cita un reportaje que realizó no hace mucho tiempo el diario israelí Ha’aretz, “que por décadas la sodomización de los estudiantes (en las escuelas de Talmud de sexo masculino), fue permitida y los más grandes de los rabinos ultra ortodoxos la encubrían”. Por supuesto, los medios controlados de occidente no levantaron ninguna protesta clamorosa (Págs. 114-16)[6]. Mientras tanto, nuestras antiguas ciudades cristianas han sido “transformadas” a fin de que acepten la perversidad sexual como un derecho humano, y la institucionalización de las relaciones perversas como “matrimonio”. Sólo es cuestión de tiempo y una posterior reeducación, antes de que la pedofilia sea permitida porque, “Crowley consideró toda separación de homosexuales y pederastas como artificial y absurda” y rechazó limitarse. Pensaba que la restricción es un pecado. Heimbichner observa que ahora influyentes educadores norteamericanos, periodistas y precisamente jueces, ven “al ‛pecado de la restricción’” del modo que lo veía Crowley. (Págs. 117-18).

Ahora, resulta bastante obvio que el mundo moderno está completamente orientado hacia la juventud. Las leyes aseguran que la juventud no sea disciplinada. La edu­cación está “centrada en los niños”. Las modas, la música, y los entretenimientos están dirigidos hacia el consumidor joven. Los partidos políticos tienen secciones de juventudes, la edad para votar se va reduciendo, y los gobiernos y las Naciones Unidas buscan la aprobación de la juventud. Incluso la Iglesia Católica ha entrado en el juego al predicar a los jóvenes la ley del Thelema de Crowley: haz tu voluntad. Existen “misas” de niños o jóvenes muy corrompidas como para recurrir a ellas. Se alienta a la juventud a que discuta y critique las creencias y las prácticas de la Iglesia. En lugar de enseñarles a cumplir los mandamientos de Dios y de la Iglesia, se les enseña a descubrir sus propios valores e idear su propia espiritualidad. Esta complacencia thelémica culmina en las extravagancias salvajes llamadas las Jornadas Mundiales de la Juventud.

Justo sucede que Aleister Crowley predijo (Págs. 50-51) que el avance del “Crowleinismo” en la cultura mediática dominante engendrará el “Siglo de Horus”, la edad del Niño Coronado y Conquistador, que derrocaría al “Siglo de Osiris”, la era del Dios agonizante. En otros términos, declara Heimbichner, la Nueva Era de Crowley es aquella en que “Dios Padre es reemplazado por Horus, el Niño”, mientras que emerge una cultura joven rebelde (Como lo explicaba el Papa León XIII en su condena a la Masonería, Humanum Genus, la masonería controla las masas, especialmente la juventud, mediante su “evangelio del placer”).

Crowley además planeó que tanto la rebelión de la “Izquierda”, como la reacción de la “Derecha” serían controladas por la OTO. Entonces, por ejemplo, tenemos a ambas la sociedad y la Iglesia a nivel diocesano- mediante programas para padres de jóvenes supuestamente homosexuales, lavándoles el cerebro para que acepten el “estilo de vida” pecaminoso de sus hijos (ya se ganó la batalla para lograr que acepten la cohabitación).

Sangre sobre el altar

A principios del siglo veinte, la OTO por poco logra poner uno de sus miembros satanistas en el trono papal. El Secretarlo de Estado de la época de León XIII, el Cardenal Mariano Rampolla, fue elegido para el papado luego de la muerte de León XIII. Sólo gracias al antiguo privilegio del emperador austrohúngaro, Francisco José, de vetar una elección papal, se logró la remoción de Rampolla y la elección del Papa San Pío X. Pero a través de Rampolla, que “influyó sobre hombres claves”, “la OTO tuvo la oportunidad de aconsejar, plantar sus semillas y finalmente formar una política dentro del Vaticano” en las décadas subsiguientes. Respecto a esto último, Heimbichner siguió el rastro de la influencia de Rampolla, hasta llegar al masón Arzobispo Annibale Bugnini, arquitecto de la destrucción de la Misa Tridentina (Págs. 100-102).

Cabe destacar que, además de incluir a Rampolla en su lista de miembros en el Manifiesto de 1917, la judaizante OTO también reconoció, como “iniciados de los más altos grados”, a los jefes de muchas Órdenes de Caballeros Católicas. Entre estos se encontraban los Caballeros de San Juan, de Malta y del Santo Sepulcro (Págs. 91-92).

Esto nos conduce a preguntarnos el motivo por el cual la OTO celebró la apertura del Concilio Vaticano II. Obviamente tenían un conocimiento previo de la judaización, el ocultismo y la thelemización de la Iglesia que ahora tendrían lugar abiertamente. La demolición de la Iglesia verdadera y la erección de una contraiglesia falsa y anticatólica, que apenas notan los gradualmente hipnotizados fieles católicos, muestra que no era inadecuada la fe que tenía la OTO en el Concilio Vaticano II. De hecho, en 1970, describe Heimbichner, un retrato pintado por un alemán luterano que representa un Pablo VI “repulsivo, malvado”, sosteniendo una daga y destrozando la Basílica de San Pedro, rodeado de símbolos satánicos e iluministas.

El pontífice fríamente comentó que el retrato era “un reflejo de la situación de la Iglesia de hoy” y que “uno necesita casi una nueva filosofía para alcanzar a comprender el significado de esto en su contexto”. Esta nueva filosofía es la filosofía de Thelema o de la propia voluntad, comenta Heimbichner, mientras que el contexto de la destrucción de la Iglesia es el Aeón de Horus, en el cual la New Age satánica y masónica remplaza el Cristianismo (Págs. 106-7, 136).

El Aeón final proclamado por Crowley será el Aeón de Maat, la era del Anticristo o del falso Mesías judío. En ese momento, expresa Heimbichner. “los líderes masones esperan completar finalmente su ritual del Tercer Grado, al construir el Templo de Salomón de modo tal que la sangre volverá a fluir sobre el altar de Jerusalén, revirtiendo y anulando desafiantemente, en la mente talmúdica y ocultista, la sangre de Cristo”.

Como exclamó Crowley a un rabino judío: “dejemos que el Anticristo se levante, permitámosle que anuncie a Israel su integridad”. La OTO está preparando el camino para el esperado sueño judeo masónico de reconstruir el Templo de Salomón de modo tal que la sangre de los animales sea una vez más presentada en el altar rabínico”. ¿Cuánto falta para que esto suceda? Bueno, Heimbichner cita a un rabino que dice que la tradición judía demanda el restablecimiento del Sanedrín judío como “condición necesaria para la reconstrucción del Templo”.

A continuación cita un reportaje de un diario israelí del 14 de octubre del 2004, que anunciaba “luego de preparaciones reservadas durante más de un año, el Sanedrín... reanudará sus operaciones luego de 1.500 años” (Págs. 125-26, 129-30)[7].

Craig Heimbichner concluye su libro aconsejándonos sacrificar nuestro tiempo y nuestras energías en búsqueda de la verdad, Debemos rechazar la Mente Dual, deshacernos del trance thelemico y revertir el proceso alquímico-hipnótico de manera tal que no seamos sacrificados en el altar de la OTO, por nuestra perdición (Pág. 135). Por su­puesto, como católicos, el modo de evitar tener una Mente Dual es aferramos firmemente a la Tradición, rechazar toda novedad, y lo fantástico.

REFERENCIAS

[1] Estela: Una losa de piedra o un trozo de madera con una inscripción o diseño que fue usado como un monumento o jalón de una sepultura.

En particular la Estela de Revelación es un objeto religioso egipcio que data de la época de la dinastía 26a. Se trata de una de una madera (de 31 x 51.5 cm), revestida con estuco y pintado con escenas mitológicas y escritura jeroglífica. Fue hecho para conmemorar la muerte de un sacerdote de Tebas, consagrado al Dios Mentu, llamado Ankh-fnkhonsu. Aunque muchos objetos fueran típicamente sellados dentro de la tumba junto con el cuerpo, objetos funerarios como éste fueron colocados fuera de la tumba como un punto focal para los ofrecimientos dados por amigos y parientes del difunto. Después de descubrir este Stele en un museo en El Cairo, Crowley recibió la comunicación mística conocida como el Libro de la Ley (http:// www,thelemal01.com/liber-al.html)

[2] Aleister Crowley “ha sido una referencia constante en determinados ambientes de la contracultura anglosajona contemporánea. Por ejemplo, en el ámbito musical, donde los Beatles, Rolling Stones, Ozzy Osbourne o Daryl Hall han reivindicado su figura y/o su mensaje a través de sus canciones”. (Koch, Paul H.; “Illuminati”; Ed. Planeta; Buenos Aires; Pág. 146 y 147).

[3] Se refiere a Felix Lazerus Pinkus (1881-1947), quien además se desempeñó como presidente de la Unión de Sionistas de Zurich.

[4] El autor Paul H. Koch, relata en la obra citada anteriormente, que en una discusión en una noche londinense de 1912, entre el alemán Theodor Reuss, que había reemplazado por fallecimiento al fundador de la OTO (Kart Kellner) y Aleister Crowley, el primero le recrimina a Crowley haber “publicado alegremente el secreto más exclusivo de la orden, el grado noveno”. Ante la negativa del acusado, Reuss tomó el libro que había publicado Crowley, “Líber 333 - El libro de las mentiras” y señaló la frase que decía: “‛...Bebed el Sacramento y pasáoslo los unos a los otros’. Este sacramento, según él mismo reconocería después, no era otra cosa que el semen vertido por el mago en la vagina de la sacerdotisa durante determinado ritual mágico, que después era recogido de los genitales femeninos y consumido por los asistentes” (Pág. 147).

[5] Esta afirmación surge del pasaje en que el autor del libro comenta sobre los estudios de Tomás Molnar, respecto al hilo conductor de las revoluciones francesa y rusa, respectivamente.

No obstante, entre muchos otros testimonios, conviene que los lectores tengan conocimiento de lo que escribiera en relación a este tema, por ejemplo,  Winston S. Churchill, en el Illustrated Sunday Herald, en el artículo que publicara el 8 de febrero de 1920, Pág. 5: “Sionismo vs bolchevismo - Una lucha por el alma del pueblo judío”, reproducción parcial):

“No hay ninguna necesidad de exagerar el papel jugado en la creación de Bolchevismo y en la actual causa de la Revolución Rusa: por estos internacionales y en su mayor parte Judíos ateos. Esto es seguramente muy significativo; probablemente pesa más que todos los otros. Con la excepción notable de Lenín, la mayoría de las figuras principales son judíos. Además, la inspiración principal y el poder conductor vienen de los líderes judíos. Así Tchitcherin, un ruso puro, es eclipsado por su subordinado nominal Litvinoff, y la influencia de rusos como Bukharin o Lunacharski no puede ser comparado con el poder de Trotsky, o de Zinovieff el Dictador de la Ciudadela Roja (Petrogrado), o de Krassin o Radek - todos Judíos. En las instituciones soviéticas el predominio de judíos es aún más asombroso. Y el prominente, si no de hecho el rol principal, en lo relacionado con el sistema de terrorismo aplicado por las Comisiones Extraordinarias para Combatir la Contrarrevolución, ha sido asumida por Judíos, y en algunos casos notables por Judías”.

lunes, 5 de junio de 2023

SAN BONIFACIO (Mártir)

 



El “Apóstol de Alemania” siguió predicando al pueblo germánico que estaba asombrado y no podía creer que el asesino del Roble de Thor no haya sido golpeado por su dios.

Bonifacio miró más allá donde yacía el roble y señaló a un pequeño abeto y dijo: “Este pequeño árbol, este pequeño hijo del bosque, será su árbol santo esta noche. Esta es la madera de la paz…Es el signo de una vida sin fin, porque sus hojas son siempre verdes".

"Miren como las puntas están dirigidas hacia el cielo. Hay que llamarlo el árbol del Niño Jesús; reúnanse en torno a él, no en el bosque salvaje, sino en sus hogares; allí habrá refugio y no habrán actos sangrientos, sino regalos amorosos y ritos de bondad”.

Así, los alemanes empezaron una nueva tradición esa noche, que se ha extendido hasta nuestros días. Al traer un abeto a sus hogares, decorándolo con velas y ornamentos y al celebrar el nacimiento del Salvador, el Apóstol de Alemania y su rebaño nos dieron lo que hoy conocemos como el árbol de Navidad.


San Bonifacio:

En el año 723, el misionero anglosajón san Bonifacioapóstol de los alemanes, llegó a la zona buscando convertir a las tribus germánicas del norte de Alemania al cristianismo, utilizando como base el asentamiento franco fortificado de Büraburg en el lado opuesto del río Eder. Acababa de encontrarse con Carlos Martel, quien le confirmó el compromiso del Imperio franco en la misión en Turingia y Hesse

Con el apoyo militar de los francos, Bonifacio, en lo que probablemente fue una acción bien planificada y anunciada, taló el roble sagrado para transmitir la superioridad del Dios cristiano sobre Donar y la religión nativa germánica.​ Según la primera hagiografía de Bonifacio, escrita por Willibaldo, el enorme roble fue derribado por un gran soplo de viento, "como si por milagro" con Bonifacio sólo haciendo un giro del hacha. Como el dios Donar no respondió lanzando un relámpago al misionero, el pueblo accedió a ser bautizado4​ y estableciendo así la primera diócesis fuera de las fronteras del antiguo Imperio romano.

En la iconografía de Bonifacio, el acto es uno de los símbolos más importantes del santo, y muchas tarjetas de oración lo ilustran con un hacha, a veces el pie sobre el tocón del árbol,​ la escena fue representada en numerosas pinturas históricas del siglo xix.

Bonifacio utilizó la madera del roble para construir una capilla dedicada a San Pedro en Fritzlar. Esta capilla dio origen posteriormente a un monasterio benedictino.

Fuente

domingo, 4 de junio de 2023

LA SANTISIMA TRINIDAD

 

FUENTE

El Invitatorio de la Fiesta dice: Venid, adoremos al Dios verdadero, Uno en la Trinidad, y Trino en la Unidad.

La fe católica exige que adoremos a un solo Dios en la Trinidad, y a la Trinidad en la Unidad; sin confundir las personas ni separar la substancia.

En efecto, no hay que confundir las Personas. Porque, si el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo fueran una sola y misma persona, como son una sola y misma substancia, ya no habría lugar a profesar una Trinidad verdadera.

Tampoco hay que separar la substancia. Porque, si el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estuvieran separados entre sí por la diversidad de sus substancias, como son distintos por sus propiedades personales, habría Trinidad, pero esta Trinidad no sería un solo Dios.

Confesamos, pues, no sólo la verdadera distinción de las Personas, sino también la unidad de la Substancia divina.
Por medio de su inteligencia, el hombre, a partir de las creaturas, puede conocer a Dios uno; puede balbucir algo acerca de sus perfecciones y hallar su felicidad en la adoración y el amor del Dios así conocido.

Pero, el Dios verdadero, que es Trino, sigue siendo un extraño para el hombre, ya que no conoce en qué consiste la vida divina, que es misterio insondable que nadie puede alcanzar si Dios no se lo revela. Sólo la divina Revelación nos descubre la vida íntima de Dios y nos a conocer el misterio de la Santísima Trinidad
Ahora bien, este misterio pertenece esencialmente a la fe verdadera; de modo tal que, no sólo los hombres que pertenecen a la era cristiana deben creerlo y profesarlo para salvarse, sino que también los antiguos han debido hacerlo. Una sola y misma fe es la que Dios exige a los hombres de todos los tiempos.

Por lo tanto, hay que sostener que este misterio fue conocido por todos los Patriarcas y mayores de Israel.

En las lecturas del Santo Breviario de esta Fiesta, la Santa Liturgia presenta la enseñanza de San Fulgencio, que dice así:

La fe que los santos Patriarcas y los Profetas recibieron de Dios antes de la encarnación de su Hijo; la fe que los santos Apóstoles recibieron de la boca del Dios encarnado, que el Espíritu Santo les enseñó, y que no solamente predicaron de palabra, sino que consignaron en sus escritos para instrucción saludable de la posteridad; esta fe proclama, con la unidad de Dios, la Trinidad que está en Él, es decir, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Por su parte, Santo Tomás, en su Suma Teológica (IIa IIæ, q. 2, a. 8), enseña:
No se puede creer explícitamente en el misterio de Cristo sin la fe en la Trinidad. El misterio de Cristo, efectivamente, incluye que el Hijo de Dios asumió nuestra carne, que renovó al mundo por la gracia del Espíritu Santo, y también fue concebido del Espíritu Santo. Por eso, del mismo modo que, antes de Cristo, el misterio de Él fue creído explícitamente por los mayores, y de manera implícita y como entre sombras por los menores, así también el misterio de la Trinidad.
Esto nos lleva a preguntarnos qué nos dice la Sagrada Escritura sobre la Santísima Trinidad.

Pues bien, en el Antiguo Testamento, además de la revelación explícita de palabra a los mayores, Dios quiso dejarnos también indicios escritos de esta verdad.

– El plural utilizado por Dios al crear al hombre: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.

La solemnidad de la fórmula indica claramente que se trata de la obra más importante. Dios entra en consejo consigo mismo, e invoca la plenitud de su ser, del cual es revelación la Trinidad.

– La aparición de Dios a Abrahán en el encinar de Mamré: Alzando los ojos miró, y he aquí que estaban parados delante de él tres varones. Tan pronto como los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de su tienda, y postrándose en tierra dijo: “Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego no pases de largo junto a tu siervo”.

Que esta aparición bajo la figura de tres personas sea una manifestación de la Santísima Trinidad, lo afirman los Santos Padres: “Abrahán vio a tres, y adoró a uno solo”, dice San Agustín.

Y partiendo de este pasaje, la Iglesia Oriental representa a la Santísima Trinidad como tres jóvenes de igual figura y aspecto.

– El Trisagio de los Ángeles, a quienes Isaías ve adorar a la Santísima Trinidad diciendo: Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos.
[3/6 5:41 p. m.] padrerafaelosb: Esto nos lleva a preguntarnos qué nos dice la Sagrada Escritura sobre la Santísima Trinidad.

Pues bien, en el Antiguo Testamento, además de la revelación explícita de palabra a los mayores, Dios quiso dejarnos también indicios escritos de esta verdad.

– El plural utilizado por Dios al crear al hombre: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.

La solemnidad de la fórmula indica claramente que se trata de la obra más importante. Dios entra en consejo consigo mismo, e invoca la plenitud de su ser, del cual es revelación la Trinidad.

– La aparición de Dios a Abrahán en el encinar de Mamré: Alzando los ojos miró, y he aquí que estaban parados delante de él tres varones. Tan pronto como los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de su tienda, y postrándose en tierra dijo: “Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego no pases de largo junto a tu siervo”.

Que esta aparición bajo la figura de tres personas sea una manifestación de la Santísima Trinidad, lo afirman los Santos Padres: “Abrahán vio a tres, y adoró a uno solo”, dice San Agustín.

Y partiendo de este pasaje, la Iglesia Oriental representa a la Santísima Trinidad como tres jóvenes de igual figura y aspecto.

– El Trisagio de los Ángeles, a quienes Isaías ve adorar a la Santísima Trinidad diciendo: Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos.

En el Nuevo Testamento el misterio de la Santísima Trinidad fue revelado clara y expresamente por Nuestro Señor Jesucristo:

– En el bautismo de Nuestro Señor: Bautizado Jesús y orando, se abrió el cielo y descendió el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma, sobre Él, y se dejó oír del cielo una voz: “Tú eres mi Hijo amado, en quien pongo mis complacencias”.

– En el sermón de la Última Cena: El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre os enviará en mi nombre, ése os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho.

– En la fórmula del Sacramento del Bautismo: Id, pues, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Entonces, si bien es cierto que la revelación clara y explícita de este misterio a todos los hombres era incumbencia del Verbo de Dios encarnado, y por eso los Patriarcas velaron este misterio al pueblo llano (que creía y adhería a la fe de los mayores); sin embargo, este misterio fue conocido y custodiado en el Antiguo Testamento por aquellos que debían ser los guardianes y transmisores de la verdad revelada.

Lo cual prueba que es totalmente falso que los judíos siguen siendo fieles a la fe de sus mayores, pues la fe de los judíos del Antiguo Testamento incluía el dogma de la Santísima Trinidad; de modo tal que, aunque no todos la conocieran explícitamente, no sólo no lo negaban, sino que lo profesaban, al menos implícitamente. Por el contrario, los judíos actuales (y los judaizantes… modernistas) rechazan expresamente este dogma; y así se separan de la fe de Abraham, y son hijos suyos según la carne, como lo enseña apodícticamente el Apóstol San Pablo en su Carta a los Gálatas.
Y qué nos enseña el Magisterio de la Iglesia sobre este misterio?

Ante todo, los Apóstoles, por inspiración divina, establecieron el Credo o Profesión de fe, llamado Símbolo de los Apóstoles. El mismo se estructura en base al dogma trinitario. En efecto, después de enunciar la unidad de la divina esencia (Creo en Dios), se divide en tres partes: una dedicada al Padre, otra al Hijo, y la tercera al Espíritu Santo.

El Símbolo Atanasiano o Quicumque es un resumen didáctico de la doctrina cristiana, y se centra especialmente en el dogma de la Santísima Trinidad:

Todo el que quiera salvarse, es preciso ante todo que profese la fe católica. Pues quien no la observe íntegra y sin tacha, sin duda alguna perecerá eternamente. Y ésta es la fe católica: que veneremos a un solo Dios en la Trinidad Santísima y a la Trinidad en la unidad. Sin confundir las personas, ni separar la substancia (…) Porque, así como la verdad cristiana nos obliga a creer que cada persona es Dios y Señor, la religión católica nos prohíbe que hablemos de tres Dioses.

El Concilio de Florencia, en la Profesión de Fe propuesta a los Jacobitas, en 1441, puntualizó una vez más este misterio de la siguiente forma (Denzinger 703-704):

La sacrosanta Iglesia Romana, fundada por la palabra del Señor y Salvador nuestro, firmemente cree, profesa y predica a un solo verdadero Dios, omnipotente, inmutable y eterno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, uno en esencia y trino en personas: el Padre ingénito, el Hijo engendrado del Padre, el Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo.

Que el Padre no es el Hijo o el Espíritu Santo; el Hijo no es el Padre o el Espíritu Santo; el Espíritu Santo no es el Padre o el Hijo; sino que el Padre es solamente Padre, y el Hijo solamente Hijo, y el Espíritu Santo solamente Espíritu Santo.

Solo el Padre engendró de su sustancia al Hijo, el Hijo solo del Padre solo fue engendrado, el Espíritu Santo solo procede juntamente del Padre y del Hijo.

Estas tres personas son un solo Dios, y no tres dioses; porque las tres tienen una sola sustancia, una sola esencia, una sola naturaleza, una sola divinidad, una sola inmensidad, una eternidad, y todo es uno, donde no obsta la oposición de relación.

Por razón de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo.

Ninguno precede a otro en eternidad, o le excede en grandeza, o le sobrepuja en potestad.

Eterno, en efecto, y sin comienzo es que el Hijo exista del Padre; y eterno y sin comienzo es que el Espíritu Santo proceda del Padre y del Hijo.

El Padre, cuanto es o tiene, no lo tiene de otro, sino de sí mismo; y es principio sin principio. El Hijo, cuanto es o tiene, lo tiene del Padre, y es principio de principio. El Espíritu Santo, cuanto es o tiene, lo tiene juntamente del Padre y del Hijo.

Mas el Padre y el Hijo no son dos principios del Espíritu Santo, sino un solo principio. Como el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo no son tres principios de la creación, sino un solo principio.
Después de la Divina Revelación y el Magisterio de la Iglesia, la Teología Católica también tiene su palabra en torno a este Sacrosanto Misterio. Ella, a partir de los datos revelados, enuncia precisiones y expone lo que puede vislumbrar de la vida intratrinitaria, la vida misma del Dios Uno y Trino.

La Teología nos enseña que la distinción de Personas resulta de dos actos que se dan en la vida íntima de Dios, y de las relaciones mutuas que se siguen de estos actos, que son conocer y amar.

En efecto, la única naturaleza divina, en virtud de su eterna actividad, se afirma en tres Personas.

Desde toda la eternidad, el Padre se conoce a sí mismo, y expresa ese conocimiento en una sola Palabra, el Verbo.

Se comprehende perfectísimamente y le basta una sola Palabra para enunciar dicho conocimiento.

Al pronunciar esta Palabra, Dios Padre entrega al Verbo su propia naturaleza divina, con todas sus propias perfecciones, sin reservarse absolutamente nada, salvo la condición misma de ser Padre.

El Verbo procede, pues, por vía de conocimiento. Y se llama Hijo porque esta procesión tiene razón de verdadera generación.

Ahora bien, el Padre y el Hijo se dan el uno al otro con un amor perfecto; y de esta donación de amor del Padre al Hijo y del Hijo al Padre procede el Espíritu Santo.

Esta distinción de Personas hace que cada una de ellas, sin deterioro de la unidad substancial, posea propiedades personales.

De este modo, el Padre no procede de nadie: es el Principio sin principio.

Es Principio, por engendrar a la segunda Persona. Es sin principio, por ser el origen primero de todas las inefables comunicaciones en la Trinidad.

Por eso, ser ingénito, ser Padre y engendrar, es su propiedad personal.

El Verbo procede sólo del Padre, por vía de conocimiento. El Hijo es igual en todo al Padre, es la imagen perfecta del Padre; posee con Él la misma naturaleza divina.

Ser engendrado, ser Hijo, es la propiedad exclusiva de la segunda Persona.

El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo como de un común principio, y ello no por generación, sino por procesión de amor, a la que llamamos “espiración”.

Proceder del Padre y del Hijo, ser espirado, tal es la propiedad exclusiva de la tercera Persona.

Aparte de estas propiedades y relaciones, todo es común a las tres personas, de modo que no puede darse entre ellas superioridad ni inferioridad ninguna: las tres son iguales en poder, sabiduría y bondad, porque las tres poseen igualmente, de manera indivisible, la misma y única naturaleza divina con todas sus infinitas perfecciones.
En esto consiste la admirable vida intratrinitaria del único Dios verdadero.

Todas las demás operaciones que se dan fuera de la vida trinitaria, como la creación, la gobernación, la producción de la gracia en las almas, son absolutamente comunes a las tres divinas personas, de manera que ninguna de ellas hace nada sin las otras dos.

Sin embargo, la misma Revelación atribuye a cada Persona divina una determinada obra, que, aunque sea común a las tres Personas, tiene una relación especial con el lugar que tal persona ocupa en la Santísima Trinidad, y con las propiedades que le son particulares y exclusivas. Esto es lo que llama apropiación.

Al Padre, que es el origen y el principio de las otras dos personas, se le atribuyen las obras en que se manifiesta sobre todo el carácter de origen, como la Creación.

Puesto que el Hijo es engendrado por el Padre por vía de entendimiento, se le atribuyen aquellas obras en que brilla particularmente la sabiduría de Dios, como la Redención.

Al Espíritu Santo se le atribuyen aquellas obras en que se manifiesta especialmente el amor, o que suponen un acabamiento o perfeccionamiento último, sobre todo la obra de la Santificación de las almas.
En esto consiste la admirable vida intratrinitaria del único Dios verdadero.

Todas las demás operaciones que se dan fuera de la vida trinitaria, como la creación, la gobernación, la producción de la gracia en las almas, son absolutamente comunes a las tres divinas personas, de manera que ninguna de ellas hace nada sin las otras dos.

Sin embargo, la misma Revelación atribuye a cada Persona divina una determinada obra, que, aunque sea común a las tres Personas, tiene una relación especial con el lugar que tal persona ocupa en la Santísima Trinidad, y con las propiedades que le son particulares y exclusivas. Esto es lo que llama apropiación.

Al Padre, que es el origen y el principio de las otras dos personas, se le atribuyen las obras en que se manifiesta sobre todo el carácter de origen, como la Creación.

Puesto que el Hijo es engendrado por el Padre por vía de entendimiento, se le atribuyen aquellas obras en que brilla particularmente la sabiduría de Dios, como la Redención.

Al Espíritu Santo se le atribuyen aquellas obras en que se manifiesta especialmente el amor, o que suponen un acabamiento o perfeccionamiento último, sobre todo la obra de la Santificación de las almas.
Pidamos, por intercesión de la Santísima Virgen, Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa de Dios Espíritu Santo, la gracia de perseverar en el conocimiento, amor y confesión de la Santísima Trinidad para que, habiéndola conocido por la fe y amado y servido por nuestras obras en esta vida, podamos un día gozar de su visión en la gloria.

Venid, adoremos al Dios verdadero, Uno en la Trinidad, y Trino en la Unidad…

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.