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lunes, 29 de septiembre de 2025

SAN MIGUEL ARCANGEL PRINCIPE DE LA MILICIA CELESTIAL

 


Distínguese entre ellos (se refiere a los Ángeles) el Gloriosísimo Príncipe San Miguel, a quien Dios destinó para presidir los nueve coros de los Ángeles, enfrenar a los demonios y proteger a la Iglesia militante. 

El Príncipe San Miguel es el supremo entre los Serafines por ser el más enriquecido de gracias y prerrogativas entre todos los espíritus angélicos: es el generalísimo de los ejércitos de Dios, el que señala los Ángeles de la guarda a cada uno de los hombres para que los defiendan y les presten toda especie de buenos servicios a fin de obtener la salvación eterna y ser con ellos ciudadanos del cielo. 

Es San Miguel el más favorecido de la Santísima Trinidad; es el grande amigo de Jesucristo y el amado de María Santísima: es, finalmente, el encargado de Dios para recibir las almas de los justos al separarse de sus cuerpos, y el que las defiende en el día del juicio. 

Dice San Gregorio que siempre que Dios obra alguna maravilla en el mundo, siempre que dispensa alguna gran misericordia, lo hace todo por medio de San Miguel.

San Antonio María Claret

jueves, 25 de septiembre de 2025

DEFENDER LA FE, GUARDAR EL DEPOSITO

 


INTREPIDEZ EN LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO 

(2 Tim 1)

No te avergüences, pues, del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero, antes bien comparte mis trabajos por la causa del Evangelio mediante el poder de Dios;  el cual nos salvó y nos llamó con vocación santa, no en virtud de nuestras obras, sino en virtud de su propio designio y de la gracia que nos dió en Cristo Jesús antes de los tiempos eternos, y que ahora ha manifestado por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús, que aniquiló la muerte e irradió la vida e inmortalidad por medio del Evangelio,  del cual yo fui constituido heraldo y apóstol y doctor. Por cuya causa padezco estas cosas, mas no me avergüenzo, puesto que sé a quién he creído, y estoy cierto de que El es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel  día. "Conserva las palabras saludables en la misma forma que de mí las oíste con fe y amor en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros.