Estamos en la Octava del Sagrado Corazón de Jesús, es muy importante
seguir hablando sobre este tema.
Dios nos sostiene en esta vida
con Su amor, quiero hacer una meditación
de las últimas tres palabras del Evangelio de hoy: verán Aquél al que
traspasaron. Contemplamos Su Corazón abierto para nosotros. Es importante
recordar que el contexto en el cual el
Sagrado Corazón de Jesús se presenta a nosotros es cuando Su costado es
traspasado por la lanza, está coronado de espinas y está sufriendo la muerte
por culpa de nuestros pecados.
Nuestros Señor todos los días dice la Misa y tiene que morir para abrir
Su Corazón para nosotros, es el gran misterio que no podemos olvidar. Monseñor
Lefebvre y otros Santos han dicho que nuestra vida debe ser como el Santo
Sacrificio de la Misa. Lo que hacemos
en la Misa, lo que hacemos en Misa debe
ser el centro de toda nuestra vida. Donde estemos y en todo lo que hagamos, debemos estar contemplando la Pasión y Muerte
de Nuestro Señor Jesucristo, mirar Su Sagrado Corazón atravesado por la lanza y
abierto, recordándonos que murió por
nosotros, dijo, seré levantado y atraeré todo hacia Mí. Esto es la Misa.
Él quiere nuestro corazón. Es lo único que quiere, pero, nuestro corazón
en el contexto de la Misa. No lo olvidemos, precisamente porque la
espiritualidad modernista es contemplar la misericordia de Nuestro Señor, sin
referencia a la Cruz, sin referencia al precio que tuvo que pagar, sin
referencia a la Pasión y Muerte, sólo disfrutar el amor de Nuestro Señor, sin
pasar por su Cruz, Sus dolores. Por eso Nuestro Señor quiere que Su Corazón
esté abierto, cuando se apareció a Santa Margarita, Su Corazón estaba abierto;
es para recordarnos que tenemos que hacer lo mismo. Morir al mundo, a nosotros
mismos, negarnos a nosotros mismos, que es una clase de crucifixión, negar todo lo que se oponga a los deseos de Nuestro Señor.
El contexto en el que tenemos que vivir es al pie de la Cruz contemplando el Corazón abierto de Nuestro
Señor y a lado de la Santísima Virgen María. Porque la única que comprendió
completamente los sentimientos de Nuestro Señor sobre la Cruz y su amor fue la
Santísima Virgen María; por eso debemos acompañar a la Santísima Virgen en su
Soledad, en sus dolores para poder entrar en el Sagrado Corazón de Jesús que
nos ofrece Su amor, Sus tesoros, Su misericordia, Su salvación. Por eso agua y
Sangre brotaron del Sagrado Corazón de Jesús, que es el agua del Bautismo y la
Misa, Su Sangre Preciosa que se derrama todos los días por nosotros. Es por lo
cual debemos entrar en el Doloroso e Inmaculado Corazón de María para
comprender este Misterio, por lo tanto, necesariamente debemos amar y abrazar la Cruz y ponerla en el centro de
nuestras almas. Únicamente colocando la Cruz en el centro de nuestra vida y de
nuestros corazones y a lado de la
Santísima Virgen María podremos entrar en el Sagrado Corazón de Jesús, del modo
que Él quiere que entremos: limpios de pecados, con la dignidad de la Santísima
Virgen María, con el amor a lado de la Santísima Virgen María, con el
agradecimiento de la Santísima Virgen María. Nosotros todos los días somos
ingratos con Nuestro Señor, y la única forma de suplir esa ingratitud es rezar
junto a la Santísima Virgen María. Por eso estamos insistiendo en la devoción a
Nuestra Señora de la Soledad, cuando Nuestro Señor murió en la Cruz, esa
soledad es el dolor más grande de Nuestra Señora, tuvo que soportar por 24 años
más. Ella asistía a Misa todos los días con San Juan y soportaba estos dolores
en el Santo Sacrificio de la Misa e incrementaba en amor y en dolor conforme
iba pasando en tiempo.
Los dolores siempre son en
proporción al amor por Dios. La Santísima Virgen María nunca dejó de crecer en
amor por Dios. Entonces, necesariamente sus dolores durante las Misas con San
Juan Evangelista fueron sus grandes dolores. Cuando Nuestra Señora de Fátima que debemos reparar Su Corazón Inmaculado, nos
está pidiendo estar al pie de la Cruz.
El pecado le está pegando a Nuestro Señor, Su Corazón especialmente, lo
está atravesando de nuevo con la lanza. Por lo tanto, reparar al Corazón
Inmaculado de María perfectamente significa estar al pie de la Cruz (si no
tenemos Misa, al menos espiritualmente), estar al lado de la Santísima Virgen
contemplando a Nuestro Señor con y a través del Inmaculado Corazón de María. Es
exactamente lo que tenemos que hacer, nuestro foco no es en la Misa físicamente
hablando, porque en el mundo hay algún lugar en donde se esté diciendo la Santa
Misa, y si no la tenemos físicamente, podemos unirnos espiritualmente a la Misa
todos los días.
Tenemos que repetir en nuestra vida el Sacrificio de la Misa que se
celebra en alguna parte el mundo. Es por esto que el objetivo principal no
es tener sacerdotes sino tener esa santidad, ese amor por la Cruz, ese amor por
la Santísima Virgen María junto con la Cruz, asís estaremos reparando y
participando en el Sacrificio de la Misa, hasta que Nuestro Señor envíe un
sacerdote que diga la Santa Misa. Es la manera de reparar al Sagrado Corazón de
Jesús y al Corazón Inmaculado de María. Y, puesto que no podemos estar al pie
de la cruz si no estamos limpios, y si queremos ser apóstoles del Corazón
Inmaculado de María y del Sagrado Corazón de Jesús en la Cruz, debemos estar necesariamente peleando a muerte contra el
pecado. Podemos caer, pero al menos en intención, y seguir luchando y pelear contra
el pecado.
Es lo que tenemos que mostrar a los otros grupos que se han entibiado como FSSPX y el resto, que si
estamos resistiendo, estamos resistiendo al pie de la Cruz. Para ser llamados
realmente resistentes, debemos mostrar al mundo, a los tradicionalistas, que
estamos al pie de la Cruz, peleando contra el demonio, contra el mundo y contra
el pecado que está traspasando los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Esta
es la forma de demostrar que estamos resistiendo. Nuestro Señor dice que la fe
sin obras está muerta y no nos salva. Estamos guardando los principios de la
Fe, luchando contra los errores, ecumenismo, modernismo, liberalismo, pero al
mismo tiempo proteger el amor del Sagrado Corazón de Jesús, fomentando nuestro
amor por Él junto a María. Nuestro Señor dijo: Si me amas seguirás mis
Mandamientos. Por eso, el verdadero amor
está siempre al pie de la Cruz, por eso los Santos contemplaban todos los días
la Pasión y Muerte de Nuestro Señor sin excepciones.
Estamos obligados a tener devoción
a Nuestra Señora en su Soledad, aunque no sean sacerdotes ni religiosos. Es la
devoción más perfecta al Corazón Inmaculado de María para reparar al
Sagrado Corazón de Jesús. Los invito a esta devoción a Nuestra Señora de la
Soledad, sin cesar, todos los días, hasta el triunfo de Nuestra Señora. Es que
estamos perdiendo el enfoque, especialmente los tradicionalistas. Queremos más
sacerdotes, queremos más misas, pero no queremos el espíritu de la Misa que es
amar la Cruz, alejarnos del pecado y reparar constantemente a Jesús y a María. Por
eso he insistido con Padre Hewko que necesitamos bastantes Monasterios y
Conventos para poder tener un seminario.
Monseñor Lefebvre decía que es imposible
el trabajo misionero sin religiosos, porque precisamente los religiosos son
María, San Juan al pie de la Cruz, crucificándose por los 3 votos, contemplando
el Sagrado Corazón de Jesús abierto reparando por los laicos. Necesitamos de
estas almas las 24 horas del día haciendo ese trabajo, para que Nuestro Señor
derrame torrentes de gracias sobre nosotros. Así que tenemos que enfocarnos en
la santidad ahora. Los invito a rezar la novena a Nuestra Señora de la Soledad,
son 9 pasos para acompañarla en su soledad, en el Calvario, al pie de la Cruz,
mientras está siendo crucificada como Reina de los Mártires. Llegaremos a ser
mártires junto a María.
Los más grandes mártires estarán al final de los tiempos. Con ese
espíritu de sacrificio, con esa humildad, con esa mansedumbre de Nuestro Señor
y Nuestra Señora. Ella es el ejemplo de los Apóstoles y de todos los primeros
discípulos de Nuestro Señor, es la
Medianera de todas las gracias. No hay tiempo que perder, si hacemos esto,
llegaremos a un grado muy alto de santidad. Esto es el mensaje de Fátima. Dedicarnos
a reparar y consolar al Corazón Inmaculado de María, haciendo esto tendremos el
resto.
Nuestro Señor dijo, buscad el Reino de Dios y Su Justicia, María, buscad
a María y repararla y todo lo demás se os dará por añadidura. Esto es
básicamente el mensaje de Fátima. Así es como podemos acelerar el triunfo del
Corazón Inmaculado de María. La gente está esperando el triunfo, es bueno
esperar el triunfo, pero ¡no cooperamos al mismo! Eso no cuadra. No cuadra
rezar el Rosario por el triunfo de María mientras no hago nada para acelerarlo,
sin entrar en el contexto de los Dolores de María y participar de sus Dolores
para después participar de su triunfo. Este es el problema, que no hacemos esto
y tenemos que hacerlo. Por eso estamos resistiendo a todos los demonios al pie
de la Cruz. De otro modo, no merecemos el título de Resistencia. Consolemos
ambos Corazones y ganemos las gracias que la humanidad y nuestras familias
necesitan. Pidamos estas gracias en la Santa Misa.