“Falta algo a la Pasión de Cristo
–se atreve a decir San Pablo (Col I,24)-, que deben ponerlo sus miembros
cooperando con Cristo a su propia redención.
El camino para unirnos y
transformarnos en Él nos lo dejó trazado
el mismo Cristo:
“El que quiera venir en pos de mí, niéguese a
sí mismo y tome su cruz y sígame” (Mt 16, 24).
No hay otro camino posible: es preciso
abrazarse al dolor, cargar con la propia cruz y seguir a Cristo hasta la cumbre
del Calvario; no para contemplar cómo le crucifican a Él, sino para dejarse
crucificar al lado suyo”. Royo Marín