Mientras dormían los hombres vino el ENEMIGO y sembró cizaña en medio del trigo. El primer problema fue que los hombres dormían. El enemigo día y noche nos acecha para hacernos caer. Falta la parte de velar (VELAD) para que no se acerquen los enemigos y destruyan la obra de Dios en nuestras almas. Los católicos de ahora ya no vigilan a los enemigos del alma: Mundo, demonio y carne.