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viernes, 2 de enero de 2015

“El pensamiento y los fines de Mons. Fellay”: R. P. Fernando Altamira



Queridos hijos:
Este domingo dentro de la octava de Navidad (infra octava) vamos a dejar de lado los textos para predicar sobre la situación de la Fraternidad San Pío X, en vistas al pensamiento y a las metas que tiene y que persigue Mons. Fellay.

El sermón en las ordenaciones sacerdotales en Argentina. Hace apenas una semana, el sábado 20 de diciembre, tuvieron lugar las ordenaciones sacerdotales en Argentina.

Mons. Fellay expresó allí, en su sermón, los siguientes conceptos:
Recordó que en la audiencia del 29 de agosto de 2005, Benedicto XVI le recriminó diciendo: "Ustedes se comportan como clérigos vagos apoyándose en un estado de necesidad subjetivo", “para que estén reconocidos como católicos hace falta solucionar los problemas o al menos intentar solucionarlos". Mons. Fellay dijo haberle respondido: "Santo Padre, usted tiene razón”.

Mons. Fellay habló allí de: "la importancia de estar reconocidos canónicamente. No se puede decir que no es importante tener la estampilla de católicos (nota:quiere decir el sello). ¡Hay que tener la estampilla!". "De ahí, nuestro interés de estar siempre en contacto con las autoridades romanas para obtener esa estampilla…”. "La iglesia oficial es la visible, ¡es la Iglesia Católica y punto!".

Palabras de Monseñor Lefebvre sobre la falsa iglesia del Concilio Vaticano II

 Mons. Fellay habla de la necesidad de obtener “una estampilla de católicos” de parte de la Roma actual con Francisco a la cabeza. Parecería que si no tenemos esa estampilla no somos católicos. Falso, falsísimo.

Repitamos cosas que ya hemos enseñado y escuchemos luego a Mons. Lefebvre.
Con esto de Mons. Fellay sobre tener la estampilla de católicos (como si no lo fuéramos), o –agrego yo- ideas parecidas, como estar en la Iglesia Católica (como si no lo estuviésemos), de RETORNAR a la Iglesia Católica (como si alguna vez nos hubiéramos ido), podemos preguntarnos:

¿Dónde hay “un católico”, dónde se ve “un católico”, dónde está la Iglesia Católica “hoy”, y si quieren “dónde está la estampilla de católico”?

 La Iglesia Católica estará y habrá un católico en cualquiera que guarde “LAS NOTAS” de la Iglesia, las notas del Catolicismo. La Iglesia es una, santa, católica y apostólica: Dos mil años de teología nos enseñan sobre las cuatro notas de la Iglesia. Habrá “un católico”, y se lo reconocerá como tal, en cualquier persona que guarde esas CUATRO NOTAS; esté donde esté.

Siendo esto así, en esta crisis de la Iglesia (tal vez la última crisis antes de la Parusía, antes de la vuelta de Nuestro Señor), mientras mantengamos la verdadera doctrina católica (sin cambiar nada), mientras mantengamos las cuatro notas de la Iglesia, no necesitamos de ninguna “estampilla” para que se nos diga católicos, ¡y menos de Francisco!

 La Nueva Religión y Nueva Iglesia formadas por el Concilio Vaticano II, la Iglesia Conciliar y la Religión Conciliar: ¿Guardan las notas del Catolicismo?

No, para nada. Entonces: ¿Quién debe volver, quién debe “retornar en la Iglesia”, quién necesita la estampilla de católico? La neo-Roma modernista, protestante y anticristo, como Monseñor Lefebvre decía, ella es la que debe retornar, ella es la que no tiene la estampilla de católico:

Esta falsa Roma debe abandonar todos los errores y herejías que han surgido desde el Concilio Vaticano II, volver a la Verdadera Fe Católica de donde nunca se debería haber ido.

Pero ya que Mons. Fellay parece no escuchar más a nuestro Fundador, escuchemos nosotros sus ya conocidas palabras.
Monseñor Lefebvre con todos estos conceptos
está hablando a sacerdotes, pero se aplica también a los fieles. Es el año 1988, ya estábamos próximos a su muerte (Revista Fidéliter nº 66); lo escuchemos entonces:

"Mis queridos amigos: (…) Ustedes continúan y representan de verdad la Iglesia, la Iglesia Católica. Creo que es necesario convencerse de esto (…) ¿Dónde está la Iglesia visible? La Iglesia visible se reconoce por las señales que siempre ha dado para su visibilidad: Es UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA".

Continúa Mons. Lefebvre: "les pregunto: ¿dónde están las verdaderas notas de la Iglesia? ¿Están más en la iglesia “oficial” (no se trata de la Iglesia “visible”, se trata de la iglesia “oficial”), o en nosotros, en lo que representamos, en lo que somos?"

"Queda claro que somos nosotros quienes conservamos LA UNIDAD DE LA FE, que desapareció en la iglesia oficial. Un obispo cree en esto, el otro no; la fe es distinta. Sus catecismos abominables contienen herejías. ¿Dónde está la unidad de la Fe en Roma? ¿Dónde está la unidad de la Fe en el mundo? Está en nosotros, quienes la conservamos."

"La unidad de la Fe realizada en el mundo entero es LA CATOLICIDAD. Ahora bien, esta unidad de la Fe en todo el mundo no existe ya, no hay pues más catolicidad prácticamente. Habrá pronto tantas “iglesias católicas” como obispos y diócesis. Cada uno tiene su manera de ver, de pensar, de predicar, de hacer su catecismo. No hay más Catolicidad."

 "¿LA APOSTOLICIDAD? Rompieron con el pasado. Si algo hicieron bien, es eso. No quieren saber más del pasado antes del Concilio
Vaticano II. (…) No es necesario referirse a antes del Vaticano II, eso (el pasado) no significa nada. (…) Lo que pasó, pasó, desapareció. (…)
Es lo que les permite decir lo contrario de lo que se dijo antes… (…) Nosotros tendríamos un mal concepto de Tradición, porque para ellos es viva y, en consecuencia, evolutiva. Pero es el error modernista: El Santo Papa San Pío X, en la Encíclica “Pascendi”, condena estos términos…"

 "La Apostolicidad: Nosotros estamos unidos a los Apóstoles por la autoridad. Mi sacerdocio me viene de los Apóstoles; vuestro
sacerdocio les viene de los Apóstoles. (…)
 En cuanto a la Apostolicidad de la Fe: CREEMOS LA MISMA FE QUE LOS APÓSTOLES. No cambiamos nada y no queremos cambiar nada.

"Y luego, LA SANTIDAD. (…) consideremos los frutos de nuestro apostolado, los frutos de las vocaciones, de nuestras religiosas, de los religiosos. Y también en las familias católicas, de buenas y santas familias católicas que germinan gracias a vuestro apostolado. Es un hecho…"

"Todo eso pone de manifiesto que somos nosotros quienes tenemos LAS NOTAS de la Iglesia “visible”. Si hay aún una VISIBILIDAD de la Iglesia hoy, es gracias a ustedes. ESTAS SEÑALES NO SE ENCUENTRAN YA EN LOS OTROS. No hay ya en
ellos “La Unidad de la Fe”. Ahora bien: LA FE ES LA BASE DE TODA LA VISIBILIDAD DE LA IGLESIA.
 La Catolicidad es la Fe en el espacio. La Apostolicidad es la Fe en el tiempo. La Santidad es el fruto de la Fe… (…)"

" NO SOMOS NOSOTROS, SINO LOS MODERNISTAS QUIENES SALEN DE LA IGLESIA. (…) ES EQUIVOCARSE, ASIMILAR “la iglesia oficial” A LA IGLESIA VISIBLE. (…)
 (…) es en Roma donde se instala la herejía (…) ESTA ES LA RAZÓN POR LA QUE NO PODEMOS VINCULARNOS CON ROMA. Suceda lo que suceda, debemos seguir como lo hemos hecho, y el Buen Dios nos muestra que, siguiendo esta vía, cumplimos con nuestro deber. (…) No podemos  seguir los principios del Concilio. (…)"

"Ustedes ven que (nota: EL CARDENAL RATZINGER) quería traernos a “la iglesia conciliar”..."

Padre Altamira:  Volvemos a preguntar a Mons. Fellay: ¿Quién necesita la estampilla de católicos, la falsa iglesia o nosotros? Parece que no tiene ninguna importancia lo que enseña y muestra nuestro Fundador.

Otras palabras de Monseñor Lefebvre sobre la falsa iglesia del Concilio Vaticano II:

Mons. Fellay además de decir, falsamente, que necesitamos “la estampilla de católicos” (dada por Francisco, ¡qué bien!), termina diciendo en lo que extractamos: "La iglesia oficial es la visible, ¡es la Iglesia Católica y punto!".

 Decir que “la iglesia oficial es la iglesia visible”: Es exactamente lo contrario a lo que nos dijo y mostró Mons. Lefebvre, y acabamos de escuchar. Es católico y está la Iglesia Católica en el que tiene y en el que guarda las notas de la Iglesia.

 Y Mons. Fellay también dice que “LA IGLESIA OFICIAL… ¡ES LA IGLESIA CATÓLICA Y PUNTO!”: Esto es otra vez, y más aún, decir lo contrario a lo que nos enseñó y mostró nuestro Fundador. Y, nuevamente, ya que Mons. Fellay no escucha a Mons. Lefebvre, lo escuchemos de nuevo nosotros aunque
sean palabras ya conocidas:

“Yo soy quien los interrogaría, para decirles: ¿A qué iglesia pertenecen ustedes?¿A qué iglesia nos referimos, quisiera saber si nos referimos a la Iglesia Católica o a otra iglesia, a UNA CONTRA-IGLESIA, a UNA FALSIFICACIÓN DE LA IGLESIA?...

yo creo sinceramente que se trata de una falsificación de la Iglesia Y YA NO LA IGLESIA CATÓLICA…
ELLOS HAN CONVERTIDO A LA IGLESIA EN OTRA COSA QUE NO ES LA IGLESIA CATÓLICA. Ya no es la Iglesia Católica. (…)” (palabras de Mons. Lefebvre,
dadas el 8 de junio de 1978).

“Es increíble que se pueda hablar de IGLESIA VISIBLE en la relación a “la iglesia conciliar”… SOMOS NOSOTROS QUIENES TENEMOS LAS NOTAS
DE “LA IGLESIA VISIBLE”: la unidad, la catolicidad, la apostolicidad, la santidad. ES ESO LO QUE CONSTITUYE LA IGLESIA VISIBLE. (…) 
Obviamente estamos en contra de la “Iglesia Conciliar”, que es prácticamente cismática, incluso si no lo aceptan. En la práctica es una iglesia virtualmente excomulgada, PORQUE ES UNA IGLESIA MODERNISTA. (…)” (Revista “FIDELITER” Nº 70, julio-agosto de 1989).

Padre Altamira: Oyendo estas palabras clarísimas de Mons. Lefebvre, felicitamos a Mons. Fellay por decir exactamente lo contrario: "La iglesia oficial es la visible, ¡es la Iglesia Católica y punto!".

(Conclusión)
 Para terminar, vale la pena recalcar que tal vez en todo lo que va del año 2014, Mons. Fellay nunca había hablado tan claramente, y esperamos que hable aun más claramente en referencia a lo que él piensa y cuáles son sus metas y los fines que persigue: Meterse en la falsa iglesia, en la Iglesia Conciliar.

Hace unos meses hablé por teléfono con el Superior de los Dominicos tradicionales de Francia. Él me decía, entre otras cosas, que incluso frente a la misa moderna, él creía que Mons. Fellay pensaba que no es mala (y que se puede rezar), pero que no se atrevía a decirlo públicamente. Tal vez por eso Mons. Fellay dijo en su momento que la misa moderna (su promulgación) era legítima y que si Mons. Lefebvre la hubiera visto bien celebrada no
hubiera dado el paso que dio. Sin comentarios...

 De cualquier manera, como son muy tramposos, y como no tienen la honestidad de decir abiertamente lo que piensan y quieren hacer, podemos pensar que “habiendo dado estos dos pasos hacia adelante, ahora harán el paso para atrás” (el vals de Lenin), y esto para tranquilizar y engañar:


Veremos.
Quiera Dios permitir que haya más claridad en medio de todas estas oscuridades y engaños que padecemos. Quiera Dios que Mons. Fellay y sus compañeros de viaje se pongan más y más de manifiesto y en evidencia, para que los sacerdotes buenos y un buen obispo que todavía no reaccionan, reaccionen de una buena vez: Pienso en un Mons. Tissier de Mallerais, y pienso en otros muchos sacerdotes.


AVE MARÍA PURÍSIMA.