Feliz año nuevo en Nuestro Señor Jesucristo y su santísima Madre, que ellos nos fortalezcan en el combate de la FE y la verdadera doctrina son los deseos del R. P. Arturo Vargas Meza a nuestros queridos lectores.
La circuncisión del
Señor tuvo valor en su lugar y tiempo, pero ya no hay lugar para la antigüedad
de la circuncisión; de donde así como la novedad de la gracia se ordena a tres
tiempos diferentes, del mismo modo la antigüedad de la ley se refería a tres
tiempos diferentes, pues hubo tiempo de circuncisión instituída, cumplida y
prohibida; conforme a esto también hubo tres tiempos de la novedad de la
gracia, a saber, el de la novedad prometida, manifestada y publicada: el
primero antes de la venida, el segundo en la venida y el tercero después de la
venida.
El tiempo de la circuncisión
instituído fue desde Abraham hasta Cristo: por eso se dice en el Génesis: “Estará mi pacto en vuestra carne para la
alianza eterna, todo varón de entre vosotros será circuncidado. El varón que no
hubiera sido circuncidado en la carne de su prepucio, será raída aquella alma
de su pueblo, porque invalidó mi pacto”. (Gen. 17, 13)
Pero en este tiempo
se prometía la novedad de la gracia triforme conforme a la correspondencia de
la figura y de lo figurado. Porque se daba la circuncisión en pacto, en remedio
y en señal. En pacto cuando dijo:
“Estará mi pacto en vuestra carne en señal, por lo que ahí se dice: “Será señal de alianza entre mí y vosotros; y en remedio, por lo que se añade: “El varón que no hubiera sido circuncidado en la carne de su prepucio...”
“Estará mi pacto en vuestra carne en señal, por lo que ahí se dice: “Será señal de alianza entre mí y vosotros; y en remedio, por lo que se añade: “El varón que no hubiera sido circuncidado en la carne de su prepucio...”
Conforme a esto se
prometió en el tiempo de la ley la novedad del Testamento, la novedad del don
gratuito y la novedad del premio eterno. En la antigua ley se prometía la
novedad del testamento; por esto dice Jeremías:
“He aquí que vendrá el tiempo, dice el Señor, y haré una Nueva Alianza con la casa de Israel y con la casa de Judá: no según el pacto que hice con sus padres de ellos; y luego: “Pondré mi ley en las entrañas de ellos y la inscribiré en sus corazones”.
“He aquí que vendrá el tiempo, dice el Señor, y haré una Nueva Alianza con la casa de Israel y con la casa de Judá: no según el pacto que hice con sus padres de ellos; y luego: “Pondré mi ley en las entrañas de ellos y la inscribiré en sus corazones”.
Pero el cumplimiento
de esta novedad no sucedió en el tiempo de la ley. De aquí que el Apóstol, en
el capítulo 8 a los Hebreos, prueba, por esta autoridad, que las cosas legales
cesaron; porque “consumaré sobre la casa
de Israel y sobre la casa de Judá un testamento nuevo. Y aquí fue prometida
la novedad del don gratuito; por esto leemos en Ezequiel: “Derramaré sobre vosotros agua pura y os purificareis de todas vuestras
inmundicias”.
Esta promesa se hizo
en el tiempo de la ley antigua, pero se cumplió en la nueva ley, por eso sigue
el profeta Ezequiel: “Quitaré el corazón
de piedra de vuestras carnes, y os daré un corazón de carne”. Los judíos
tuvieron corazón duro; por eso les fue dada la ley escrita en tablas de piedra;
por eso a nosotros se nos ha dado la ley escrita en corazones de carne; de
donde la ley antigua fue dada para ablandar los corazones duros, pero la nueva
se ha dado para iluminar por medio de la gracia. También se prometió en el
Antiguo Testamento la novedad del premio eterno, por esto se lee en Isaías: “Como los cielos nuevos y la tierra nueva así
subsistirá vuestra posteridad”. Esta renovación del cielo y la tierra se
cumplirá después del juicio; por ello en el Apocalipsis, capitulo 21, se dice: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva”.
Esto se prometía en el Antiguo Testamento y esto significaba la circuncisión y por
lo tanto era como pacto, y como remedio y por eso duró hasta que llegara la
verdad y entonces cesó.
Por lo cual se dice
en el Levítico: “Comeréis lo más añejo de
lo añejo y sobreviniendo lo nuevo desechareis lo añejo”. Los antiguos
sacramentos, prometiendo y figurando la introducción de los nuevos, precedían
al mismo tiempo su cesación y abolición de la ley antigua; y eso porque corren
paralelamente la institución de la figura y la promesa de la novedad de la
gracia.
En segundo lugar
estuvo el tiempo de la circuncisión cumplida, por eso dice el Apóstol a los
Romanos, cap., 15: “Digo, pues, que
Jesucristo fue ministro de la circuncisión por la verdad de Dios para confirmar
la verdad de los padres”. A tal fin recibió Cristo la circuncisión en su
carne, para cumplir lo que varias veces fue prometido a los Padres, y eso
porque en Él y por Él fue introducida y manifestada la novedad.
Sin embargo dice el Eclesiástico: “No hay cosa nueva debajo del sol”.
Esto es verdad antes de la venida de Cristo, pero después de su venida es falso,
porque su nacimiento era nuevo, nació de modo nuevo y de modo nuevo fue
nombrado. Pues fue concebido fuera de la concupiscencia, nació sobre las leyes
naturales y se le dio el nombre según la predestinación eterna, por eso se dice
de Él Jeremías: “El señor ha hecho una
cosa nueva sobre la tierra; una mujer encerrará dentro de sí al hombre”.
Porque todas las otras mujeres concebían con concupiscencia, pero la
bienaventurada Virgen concibió a Cristo sin varón y sin concupiscencia; y así
empezó la novedad y con ella fue restituida la perfecta inocencia.
También nació de un
modo nuevo, esto es, sobre las leyes naturales, pues salió cerrada la puerta. “Pareció a los judíos que les nacía una
nueva luz, gozo, honor y festejos, en todos los pueblos. Nueva luz, porque
en el nacimiento Cristo es comparado a la luz, pues así como la luz accesible
pasa sin corromperse, así Cristo salió cerrada la puerta y como el sol naciente
alumbra todo el mundo, así Cristo en su nacimiento iluminó todo el mundo.
Por esto, pues,
Cristo quiso ser circuncidado y ser llamado de un modo nuevo con un nombre
nuevo, para que, manifestada la novedad de la gracia, diera cumplimiento y
acabara el poder de la figura, o sea la circuncisión hecha a mano; porque
Cristo quitando lo antiguo del pecado, introdujo la novedad de las virtudes, y,
por consiguiente, el tiempo de la gracia manifestada corre paralelo con el
tiempo de la circuncisión cumplida.
Lo tercero fue lo de
la circuncisión abolida sobre lo cual se lee en la carta a los Gálatas, cap.5: “Mirad que yo Pablo, os digo que si os circuncidáis,
Cristo no os aprovecha para nada”. Ante los Romanos (cap. 2) “La circuncisión aprovecha si guardares la
ley” donde pareciera que el Apóstol se contradice, pues aquí niega lo que
allí afirma.
Pero está clara la
solución de esta dificultad, porque al decir que la circuncisión vale si se
guarda la ley, habla según el estado de la circuncisión manifestada y al decir:
“Si os circuncidáis nos os aprovechará
nada…” habla del estado de la circuncisión cumplida, la cual fue publicada
por los documentos de los apóstoles, y esto cuando se podía decir: “El sonido de ellos se ha divulgado por toda
la tierra. Y da la razón de esto diciendo: “Porque en Jesucristo ni la circuncisión vale algo ni el prepucio,
sino la fe que obra por la caridad”. Y por este motivo abolía la circuncisión,
porque ya era tiemplo de publicar la gracia, que libraba al hombre de la
servidumbre de la ley antigua, según se dice en la epístola a los Romanos:
“Desobligados estamos de la ley muerta, a la cual
estábamos sujetos, para que sirvamos en la novedad de espíritu, y no en
antigüedad de la letra. Porque la antigüedad de la letra hace esclavos y la
novedad del espíritu hace libres por cuya razón dice
a los Romanos cap. 8: “Pues no habéis
recibido el espíritu de la servidumbre para estar otra vez con temor, sino que habéis
recibido el espíritu de adopción de hijos, por el cual clamamos Abba esto es
Padre”.
Por la publicación
de la novedad de la gracia de Cristo se desposó con una nueva mujer, hizo nuevo
banquete nupcial y engendró nueva descendencia.