Sagrados Corazones de Jesús, María y José, postrados delante del altar, venimos a presentaros el tributo de nuestro pobre amor y devoción. En medio de un mundo que se aleja de una manera impresionante del amor del que vos estáis inundados, queremos pediros y obtener de una manera más eficaz vuestra protección a la fidelidad de nuestro frágil corazón a este mismo amor.
Es con este fin que en este día queremos consagrar a nuestras personas, a nuestra parroquia, a nuestra patria mexicana, y además, según los votos de Nuestra Señora en Fátima, y que hasta la fecha no han sido satisfechos, a esa nación lejana y atribulada llamada Rusia, esto sin excluir a todo el mundo entero.
Sacratísimo Corazón de Jesús nos consagramos a tu amor infinito, queremos ser parte definitiva de tu Reino y de tu conquista, no nos abandones a nuestra suerte de hijos de Eva y a la terrible crisis que hoy enviste al mundo cristiano y el mundo entero. Concédenos el bálsamo del verdadero amor de caridad que esta alimentado necesariamente por la verdadera Fe. Cura y sana nuestros corazones para que podamos glorificarte verdaderamente y merecer el gozar contigo toda la eternidad.
Corazón Inmaculado de Nuestra Señora de Guadalupe, que amasteis a Dios durante toda tu existencia de una manera indefectible, obtennos de la Divina Piedad la fidelidad a la verdad de Dios, a su amor increado y a su voluntad soberana. No permitas que el maligno, el mundo y la carne corrompan nuestro corazón estropeando nuestra única existencia como creaturas de Dios. Que vuestra intercesión nunca nos falte Madre Amantísima… libera las inteligencias, las voluntades, las almas, de la esclavitud del error, la malicia y el pecado. Sé nuestra ancora de salvación ahora y en la hora de nuestra muerte.
Purísimo Corazón del justo San José que también nos dejaste el ejemplo de una vida de fidelidad al deber, sirviendo y protegiendo la Sagrada Familia. Por la fidelidad a esa altísima misión que Dios te confió, obtennos igualmente la fidelidad y la constancia en todos nuestros deberes, la fortaleza en las adversidades, la confianza en Dios en todo momento. No permitas que los hogares sean destruidos por el egoísmo, el vicio y las agresiones del mundo y de satanás. Defiende la inocencia de los niños como defendiste la vida del amable y amante Niño Jesús.
Sagrados Corazones de Jesús, María y José, bendecid nuestra nación, nuestra parroquia, nuestras almas, la pobre nación Rusa, y a todo el mundo… adoptándonos como vuestra propiedad, conquista y herencia. Haced que el Reino de Jesucristo se vuelva una realidad y que las almas ya no se pierdan más.
Corazón Sacratísimo de Jesús, ten misericordia de nosotros
Corazón Inmaculado de Nuestra Señora de Guadalupe, salva nuestra Patria y conserva Nuestra Fe
Corazón Purísimo de San José, ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte
R.P. Hugo Ruíz
