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viernes, 31 de enero de 2020

EL MODERNISMO ES LA DOCTRINA DEL ANTI CRISTO: ENCICLICA PACENDI GREGIS

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DESCENSO AL INFIERNO
San Pío X, de quien es esta Encíclica define y desenmascara a los autores de esta nefasta "doctrina" modernista tan metida en la Iglesia actual que podríamos denominar sin temor a equivocarnos Iglesia Modernista para distinguirla muy bien de la Iglesia Católica, ¡Pobre humanidad en donde te encuentras sumergida! Por favor lean con atención esta enclítica en donde trato de hacerla más comprensible con mis notas en azul, ¡Salven sus almas!


6. Pero no se detiene aquí la filosofía o, por mejor decir, el delirio modernista. Pues en ese sentimiento los modernistas no sólo encuentran la fe, sino que con la fe y en la misma fe, según ellos la entienden, afirman que se verifica la revelación(Según el término católico de revelación divina sobrenatural consiste específicamente en las verdades teológicas trasmitidas por las Sagradas Escrituras y la Sagrada Tradición la cual quedó descartada para ellos más arriba)  Y, en efecto, ¿qué más puede pedirse para la revelación? ¿No es ya una revelación, o al menos un principio de ella, ese sentimiento que aparece en la conciencia, y Dios mismo, que en ese preciso sentimiento religioso se manifiesta al alma aunque todavía de un modo confuso? Pero, añaden aún: desde el momento en que Dios es a un tiempo causa y objeto de la fe, tenemos ya que aquella revelación versa sobre Dios y procede de Dios; luego tiene a Dios como revelador y como revelado. De aquí, venerables hermanos, aquella afirmación tan absurda de los modernistas de que toda religión es a la vez natural y sobrenatural, según los diversos puntos de vista. De aquí la indistinta significación de conciencia y revelación. De aquí, por fin, la ley que erige a la conciencia religiosa en regla universal, totalmente igual a la revelación, y a la que todos deben someterse, hasta la autoridad suprema de la Iglesia, ya la doctrinal, ya la preceptiva en lo sagrado y en lo disciplinar.

7. Sin embargo, en todo este proceso, de donde, en sentir de los modernistas, se originan la fe y la revelación, a una cosa ha de atenderse con sumo cuidado, por su importancia no pequeña, vistas las consecuencias histórico-críticas que de allí, según ellos, se derivan.
Porque lo incognoscible(o misterio) de que hablan, no se presenta a la fe como algo aislado o singular, sino, por lo contrario, con íntima dependencia de algún fenómeno, (En filosofía, el fenómeno es el aspecto que las cosas ofrecen ante nuestros sentidos; es decir, el primer contacto que tenemos con las cosas, en lo que denominamos experiencia o conciencia.) que, aunque pertenece al campo de la ciencia y de la historia, de algún modo sale fuera de sus límites; ya sea ese fenómeno un hecho de la naturaleza, que envuelve en sí algún misterio, ya un hombre singular cuya naturaleza, acciones y palabras no pueden explicarse por las leyes comunes de la historia. En este caso, la fe, atraída por lo incognoscible, que se presenta junto con el fenómeno, abarca a éste todo entero y le comunica, en cierto modo, su propia vida. Síguese dos consecuencias. En primer lugar, se produce cierta transfiguración del fenómeno, esto es, en cuanto es levantado por la fe sobre sus propias condiciones, con lo cual queda hecho materia más apta para recibir la forma de lo divino, que la fe ha de dar; en segundo lugar, una como desfiguración —llámese así— del fenómeno, pues la fe (modernista) le atribuye lo que en realidad no tiene, al haberle sustraído a las condiciones de lugar y tiempo (lo sobrenatural); lo que acontece, sobre todo, cuando se trata de fenómenos del tiempo pasado, y tanto más cuanto más antiguos fueren. De ambas cosas sacan, a su vez, los modernistas, dos leyes, que, juntas con la tercera sacada del agnosticismo, forman las bases de la crítica histórica. Un ejemplo lo aclarará: lo tomamos de la persona de Cristo. En la persona de Cristo, dicen, la ciencia y la historia ven sólo un hombre. Por lo tanto, en virtud de la primera ley, sacada del agnosticismo, es preciso borrar de su historia cuanto presente carácter divino (Aquí se reviven las herejías de Arrianos y pelagianos que predominaron en los primeros siglos de la Iglesia, ambas están ya condenadas) Por la segunda ley, la persona histórica de Cristo fue transfigurada por la fe; (pero no la católica la cual no excluye lo sobrenatural) es necesario, pues, quitarle cuanto la levanta sobre las condiciones históricas. Finalmente, por la tercera, la misma persona de Cristo fue desfigurada por la fe (según el sentimiento modernista); luego se ha de prescindir en ella de las palabras, actos y todo cuanto, en fin, no corresponda a su naturaleza, estado, educación, lugar y tiempo en que vivió. Extraña manera, sin duda, de raciocinar; pero tal es la crítica modernista. (Al final nos queda un Cristo mutilado y desfigurado ante el cual es incompatible con la realidad y la VERDAD)

8. En consecuencia, el sentimiento religioso, que brota por vital inmanencia de los senos de la subconsciencia, (Alude a un antiguo término utilizado en psicología y en psicoanálisis para referirse a lo inconsciente o a lo débilmente consciente a lo que, por encontrarse “por debajo del umbral de la conciencia”, resulta difícilmente alcanzable por esta o definitivamente inaccesible, Sigmund Freud lo utilizo un tiempo luego lo dejo de lado. Por donde se ve que esta palabra subconsciente no es una palabra católica sino modernista, es decir, que está muy por debajo de nuestra conciencia dejando de lado el conocimiento que de tal o cual cosa o fenómeno puede tener nuestra inteligencia capaz de conocer tanto lo sobrenatural como lo preternatural “como preternatural entiéndase lo que está oculto dentro de la naturaleza creada por Dios y que no ha sido descubierto por el hombre”) es el germen de toda religión y la razón asimismo de todo cuanto en cada una haya habido o habrá. Oscuro y casi informe en un principio, tal sentimiento, poco a poco y bajo el influjo oculto de aquel arcano principio que lo produjo, se robusteció a la par del progreso de la vida humana y de la ciencia, de la que es —ya lo dijimos— una de sus formas. Tenemos así explicado el origen de toda religión, aun de la sobrenatural: no son sino aquel puro desarrollo del sentimiento religioso. (Resulta tedioso y aburrido repetir constantemente “subconsciente” que el ello se ve como quieren fundar su filosofía en estos sofismas descartados por la escolástica católica) Y nadie piense que la católica quedará exceptuada: queda al nivel de las demás “religiones” en todo. Tuvo su origen en la conciencia de Cristo, varón de privilegiadísima naturaleza, cual jamás hubo ni habrá, en virtud del desarrollo de la inmanencia vital, y no de otra manera (Aquí vemos la negación tacita y simple de la naturaleza DIVINA de Nuestro señor Jesucristo, lo cual es inaudito)
¡Estupor causa oír tan gran atrevimiento en hacer tales afirmaciones, tamaña blasfemia! ¡Y, sin embargo, venerables hermanos, no son los incrédulos sólo los que tan atrevidamente hablan así; católicos hay, más aún, muchos entre los sacerdotes, que claramente publican tales cosas y tales delirios presumen restaurar la Iglesia! No se trata ya del antiguo error que ponía en la naturaleza humana cierto derecho al orden sobrenatural. Se ha ido mucho más adelante, a saber: hasta afirmar que nuestra santísima religión, lo mismo en Cristo que en nosotros, es un fruto propio y espontáneo de la naturaleza. (Pero, la naturaleza no fue creada por Dios? Volvemos al sofisma de que fue primero el huevo o la gallina) Nada, en verdad, más propio para destruir todo el orden sobrenatural. (Y hacer una religión puramente natural con el propósito de preparar el camino al anti Cristo para quien trabajan afanosamente)

Por lo tanto, el concilio Vaticano, con perfecto derecho, decretó: «Si alguno dijere que el hombre no puede ser elevado por Dios a un conocimiento y perfección que supere a la naturaleza, sino que puede y debe finalmente llegar por sí mismo, mediante un continuo progreso, a la posesión de toda verdad y de todo bien, sea excomulgado»(7).



viernes, 24 de enero de 2020

SOBRE EL FARISEISMO: R.P. LEONARDO CASTELLANI


El padre Castellani dice sobre el juicio que le hicieron a Santa Juana de Arco que "el fariseísmo” es la soberbia religiosa, es la corrupción más grande de la Verdad más grande. Dice el padre, la verdad que los valores religiosos son los más grandes. Pero en el momento en que nos los adjudicamos, los perdemos; en el momento en que hacemos nuestro lo que es de Dios, deja de ser de nadie, si es que no deviene propiedad del diablo."El gesto religioso, cuando toma conciencia de sí mismo, se vuelve mueca".

 El fariseísmo, tal como está descrito en los Evangelios tiene 7 grados:
1.- La religión se vuelve exterior y ostentatoria.
2.- Se vuelve rutina y oficio.
3.- Se vuelve negocio o granjería.
4.- Se vuelve poder o influencia, medio de dominar al prójimo.
5.- Aversión a los que son auténticamente religiosos.
6.- Persecución a los que son religiosos de veras.
7.- Sacrilegio y homicidio.

En suma, dice Castellani, el fariseísmo abarca, desde la simple exterioridad y se olvida del interior, de la misericordia, de la justicia, hasta llegar a la crueldad, es necesario que este muera.

El fariseísmo pasa por todos los escalones de la hiprocresía y el fanatismo. Este, dice Castellani, es el pecado contra el Espíritu Santo, el cual de suyo no tiene remedio.
Aquel que no vea la extrema maldad del fariseísmo, que realmente es fácil de ver, considere solamente esto: la religión, suprimiendo la misericordia y la justicia. ¿Puede darse algo más monstruoso?


Sobre la virtud verdadera y falsa: SANTO CURA DE ARS

martes, 21 de enero de 2020

"DESTRUID LA MISA Y DESTRUIRÉIS LA IGLESIA" MARTÍN LUTERO. EL MODERNISMO INSTRUMENTO DE SATAN

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FUENTE

San Pío X es uno de los grandes santos que Dios Nuestro señor nos ha dejado para estos tiempos confusos como calamitosos. Su encíclica es un faro de luz en medio de este mar bravío modernista que quiere hundir en sus profundidades oscuras y satánicas a la Iglesia que Jesucristo fundo con su sangre.
En el presente trabajo trata el Santo del pensamiento modernista del “filosofo” y es quizá la parte más difícil de entender, para lo cual recomiendo la oración al Espíritu Santo o acudir a quien esto escribe para aclarar lo que no entiendan es importante entender esto para la defensa de nuestra sacrosanta religión.
Lo encerrado en el color azul es mía no de San Pío X con el fin de aclarar la terminología usada por el enemigo

EL "FILOSOFO" MODERNISTA

4. Comencemos ya por el filósofo. Los modernistas establecen, como base de su filosofía religiosa, la doctrina comúnmente llamada agnosticismo. (Los agnosticistas, negando la Objetividad del principio de causalidad, es decir Dios, rechazan lógicamente todo nexo y dependencia entre Dios y el mundo, y, en consecuencia, colocan a la razón humana en una, condición de absoluta impotencia para demostrar la existencia de Dios por las cosas creadas. Muy al contrario de lo dicho por Santo Tomas de Aquino y lo que dice el Concilio del Concilio Vaticano) Ellos dicen razón humana, encerrada rigurosamente en el círculo de los fenómenos, es decir, de las cosas que aparecen, y tales ni más ni menos como aparecen, no posee facultad ni derecho de franquear los límites de aquéllas. Por lo tanto, es incapaz de elevarse hasta Dios, ni aun para conocer su existencia, de algún modo, por medio de las criaturas: tal es su doctrina. De donde infieren dos cosas: que Dios no puede ser objeto directo de la ciencia; y, por lo que a la historia pertenece, que Dios de ningún modo puede ser sujeto de la historia. (Rechazan en absoluto las cinco vías de Santo Tomas de Aquino como principio de la existencia de Dios al alcance de la razón humana, por ejemplo: el movimiento, la subordinación de las causas eficientes, por la contingencia de los seres etc.) Después de esto, ¿qué será de la teología natural, de los motivos de credibilidad, de la revelación externa? No es difícil comprenderlo. Suprimen pura y simplemente todo esto para reservarlo al intelectualismo, sistema que, según ellos, excita compasiva sonrisa y está sepultado hace largo tiempo.
Nada les detiene, ni aun las condenaciones de la Iglesia contra errores tan monstruosos. Porque el concilio Vaticano decretó lo que sigue: «Si alguno dijere que la luz natural de la razón humana es incapaz de conocer con certeza, por medio de las cosas creadas, el único y verdadera Dios, nuestro Creador y Señor, sea excomulgado»(4). Igualmente: «Si alguno dijere no ser posible o conveniente que el hombre sea instruido, mediante la revelación divina, sobre Dios y sobre el culto a él debido, sea excomulgado»(5). Y por último: «Si alguno dijere que la revelación divina no puede hacerse creíble por signos exteriores, y que, en consecuencia, sólo por la experiencia individual o por una inspiración privada deben ser movidos los hombres a la fe, sea excomulgado»(6).
Ahora, de qué manera los modernistas pasan del agnosticismo, que no es sino ignorancia, al ateísmo científico e histórico (Los ateístas van aún más lejos, al negar no sólo la cognoscíbilidad, sino la misma existencia de Dios.)  , cuyo carácter total es, por lo contrario, la negación; y, en consecuencia, por qué derecho de raciocinio, desde ignorar si Dios ha intervenido en la historia del género humano hacen el tránsito a explicar esa misma historia con independencia de Dios, de quien se juzga que no ha tenido, en efecto, parte en el proceso histórico de la humanidad, conózcalo quien pueda. Y es indudable que los modernistas tienen como ya establecida y fija una cosa, a saber: que la ciencia debe ser atea, y lo mismo la historia; en la esfera de una y otra no admiten sino fenómenos: Dios y lo divino quedan desterrados.
Pronto veremos las consecuencias de doctrina tan absurda fluyen con respecto a la sagrada persona del Salvador, a los misterios de su vida y muerte, de su resurrección y ascensión gloriosa.
5. Agnosticismo este que no es sino el aspecto negativo de la doctrina de los modernistas; el positivo está constituido por la llamada inmanencia vital (pasan del objetivismo al subjetivismo). El tránsito del uno al otro es como sigue: natural o sobrenatural, la religión, como todo hecho, exige una explicación. Pues bien: una vez repudiada la teología natural y cerrado, en consecuencia, todo acceso a la revelación al desechar los motivos de credibilidad; más aún, abolida por completo toda revelación externa, resulta claro que no puede buscarse fuera del hombre la explicación apetecida, y debe hallarse en lo interior del hombre; pero como la religión es una forma de la vida, la explicación ha de hallarse exclusivamente en la vida misma del hombre. Por tal procedimiento se llega a establecer el principio de la inmanencia religiosa. En efecto, todo fenómeno vital —y ya queda dicho que tal es la religión— reconoce por primer estimulante cierto impulso o indigencia, y por primera manifestación, ese movimiento del corazón que llamamos sentimiento. Por esta razón, siendo Dios el objeto de la religión, síguese de lo expuesto que la fe, principio y fundamento de toda religión, reside en un sentimiento íntimo engendrado por la indigencia de lo divino. Por otra parte, como esa indigencia de lo divino no se siente sino en conjuntos determinados y favorables, no puede pertenecer de suyo a la esfera de la conciencia; al principio yace sepultada bajo la conciencia, o, para emplear un vocablo tomado de la filosofía moderna, en la subconsciencia, donde también su raíz permanece escondida e inaccesible.
¿Quiere ahora saberse en qué forma esa indigencia de lo divino, cuando el hombre llegue a sentirla, logra por fin convertirse en religión? Responden los modernistas: la ciencia y la historia están encerradas entre dos límites: uno exterior, el mundo visible; otro interior, la conciencia. Llegadas a uno de éstos, imposible es que pasen adelante la ciencia y la historia; más allá está lo incognoscible. Frente ya a este incognoscible, tanto al que está fuera del hombre (el objeto por ejemplo un árbol o el viento), más allá de la naturaleza visible, como al que está en el hombre mismo, en las profundidades de la subconsciencia (Alude a un antiguo término utilizado en psicología y en psicoanálisis para referirse a lo inconsciente o a lo débilmente consciente a lo que, por encontrarse “por debajo del umbral de la conciencia”, resulta difícilmente alcanzable por esta o definitivamente inaccesible, Sigmund Freud lo utilizo un tiempo luego lo dejo de lado. Por donde se ve que esta palabra subconsciente no es una palabra católica sino modernista), la indigencia de lo divino, sin juicio alguno previo (lo cual es puro fideísmo) (doctrina filosófica según la cual solamente a través de la fe y la revelación divina es posible conocer los principios metafísico, éticos y religiosos que son inaccesibles a la razón) suscita en el alma, naturalmente inclinada a la religión, cierto sentimiento especial (paso muy peligroso de lo objetivo a lo subjetivo, pero a nivel del alma en donde la fe no es la enseñada por Nuestro señor Jesucristo sino un fruto del sentimiento puramente humano sujeto a los vaivenes del ánimo de la persona alejado totalmente de la realidad que es Dios mismo, que tiene por distintivo el envolver en sí mismo la propia realidad de Dios, error grosero e inaceptable reducir la fe a un puro sentimiento. De aquí que la gente diga; no siento a Dios en mi o yo voy a misa cuando me nace ir), bajo el doble concepto de objeto y de causa íntima del sentimiento, y el unir en cierta manera al hombre con Dios. A este sentimiento llaman fe los modernistas: tal es para ellos el principio de la religión.

lunes, 13 de enero de 2020

EL NUEVO RITO DE CONSAGRACIÓN EPISCOPAL NO ES VÁLIDO

Como consecuencia es forzoso concluir que el nuevo Rito de Consagración Episcopal, conferido con la nueva forma sacramental promulgada por Pablo VI en 1968, NO es válido. 


 A. Principios generales
 (1) Cada sacramento tiene una forma (fórmula esencial) que produce su efecto sacramental. Cuando se introduce un cambio sustancial de significado en la forma sacramental a través de la corrupción u omisión de palabras esenciales, el sacramento deja de ser válido (= no "funciona" ni produce el efecto sacramental).

 (2) Las formas sacramentales aprobadas para su uso en los Ritos Orientales de la Iglesia Católica a veces son diferentes en términos de redacción que las formas de Rito Latino. Sin embargo, son iguales en sustancia y son válidos. 

(3) Pío XII declaró que la forma de las órdenes sagradas (es decir, para el diaconado, el sacerdocio y el episcopado) debe significar unívocamente (= sin ambigüedades) los siguientes dos efectos sacramentales: el poder del Orden y la gracia del Espíritu Santo. 

(4) Para poder transmitir el Episcopado Pío XII designó, como la forma sacramental, una oración en el Rito tradicional de la Consagración Episcopal para éste propósito la cuál expresa, inequívocamente, tanto el poder del Orden que recibe un obispo como la gracia del Espíritu Santo. 

Prefacio usado en el Rito Romano de la Consagración Episcopal: "Completa en tu sacerdote la plenitud de Tu ministerio y, adornado con la vestimenta de toda gloria, santifícalo con el rocío de la unción celestial”. (Comple in sacerdote tuo ministerii tui summam, et ornamentis totius glorificationis instructum coelestis unguenti rore sanctifica). 

Esta forma tradicional significa, unívocamente, los efectos sacramentales de la siguiente manera: 

(1) “La plenitud de Tu ministerio”, “vestimenta de toda gloria” = poder de la Orden del episcopado.

(2) “El rocío de la unción celestial” = gracia del Espíritu Santo. 

B. La nueva fórmula de Consagración Episcopal Prefacio del nuevo Rito de Consagración Episcopal: 

“Así que ahora derrama sobre este elegido ese poder que proviene de Tí, el Espíritu gobernante que le diste a Tu amado Hijo Jesucristo, el Espíritu dado por Él a los santos apóstoles, quienes fundaron la Iglesia en cada lugar para ser Tu templo por la incesante gloria y alabanza de Tu nombre". 

 (1) La nueva forma de consagración episcopal que promulgó Pablo VI no parece especificar el poder de la Orden supuestamente conferida. ¿Es capaz el nuevo Rito de conferir el Episcopado? Para responder a esta pregunta, aplicaremos los principios anteriores. 

(2) La forma corta de Pablo VI para la consagración Episcopal no es idéntica a las largas formas del Rito Oriental, y a diferencia de ellas, ésta no menciona los poderes sacramentales propios de un obispo. Las oraciones del rito oriental a las que se asemeja más el prefacio de la consagración de Pablo VI son las oraciones NO sacramentales y que son usadas sólo para las instalaciones de los patriarcas maronitas y sirios una vez que ya son obispos. Por ésta razón uno no puede argumentar que la forma de Pablo VI está en uso en ritos orientales válidos. 

(3) Varios textos antiguos (Hipólito, las Constituciones Apostólicas, el Testamento de Nuestro Señor) que comparten algunos elementos comunes con el Prefacio de consagración de Pablo VI han sido "reconstruidos", son de dudosa procedencia, pueden no representar el uso litúrgico real, etc. No hay evidencia de que fueron aceptados y utilizados por la Iglesia. Por lo tanto, no proporcionan en nada evidencia confiable para apoyar en algo la validez de la forma de Pablo VI. 

(4) El problema clave en la nueva forma gira en torno al término “Espíritu gobernante” (Spiritus principalis en latín). Dom Bernard Botte, el creador principal del nuevo rito sostuvo que, para el cristiano del siglo III, el Espíritu gobernante connotaba el episcopado, porque los obispos tienen "el espíritu de autoridad" como "gobernantes de la Iglesia". “Spiritus principalis” para él significaría "el don de un Espíritu propio de un líder”. 

(5) Esta explicación es falsa. Los Padres de la Iglesia, los tratados dogmáticos, así como las ceremonias de investidura no sacramental del Rito Oriental revelan que, entre una docena de significados diferentes y, a veces, contradictorios, las palabras “Espíritu gobernante” no significa específicamente ni el episcopado en general ni tampoco la plenitud de las Órdenes sagradas que posee el obispo. 

(6) Vemos aquí nuevamente a un típico modernista usar de su arma favorita para destruir el contenido de algo: el lenguaje ambiguo ecumenista que desea agradar al mismo tiempo a católicos y a NO católicos. 

(7) La nueva forma de Consagración Episcopal NO cumple con las dos condiciones necesarias que para su validez que estableció Pío XII: 

 (a) El término “Espíritu gobernante” es capaz de significar muchas cosas y personas diferentes, no significa unívocamente el efecto sacramental. 

 (b) Carece de cualquier término que pueda llegar a connotar unívocamente el poder del Orden que posee un obispo ya sea la “plenitud del sacerdocio de Cristo en el oficio y orden episcopal”, o “la plenitud o totalidad del ministerio sacerdotal”. 

(8) Por estas razones, se debe concluir sin ninguna duda de que la nueva forma constituye un cambio sustancial en el significado de la forma sacramental para conferir el Episcopado. 

(9) Un cambio sustancial en el significado de una forma sacramental hace que un sacramento sea inválido. 

C. Conclusión: 
Como consecuencia es forzoso concluir que el nuevo Rito de Consagración Episcopal, conferido con la nueva forma sacramental promulgada por Pablo VI en 1968, NO es válido. 

La villana malicia comunista se vuelve a repetir una vez más, pero esta vez golpeando a lo más sagrado de la Iglesia católica: El Sacerdocio de Nuestro Señor Jesucristo. 

Se han cumplido una vez más las directivas de Lenin : “Guardemos la apariencia, pero vaciemos su sustancia”. Sin sacramento Episcopal no hay Obispos. Sin Obispos no hay sacerdotes. Sin sacerdotes no hay sacramentos. Estas son las trágicas consecuencias de la modificación esencial del Sacramento Episcopal. 

Aquí es donde se ve nuevamente la gran figura de Mons. Marcel Lefebvre al oponerse completamente a los “Ritos” modernistas promulgados por Paulo VI, preservando y transmitiendo al mismo tiempo el sacerdocio católico en toda su realidad sacramental y doctrinal.

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jueves, 9 de enero de 2020

Priestly ordinations under condition are INCOMPLETE:


Priestly ordinations under  condition are INCOMPLETE

Recently it has been noted that both the new FSSPX and the “Indulted” Congregations (Ecclesia Dei, Fraternity of Saint Peter, IBP) reject the imperative need for Ordination under the condition of modernist “priests” who want to celebrate the Tridentine Mass or those that have been ordained by modernist bishops . Recently a brief has been published on the well-known [and denied by tradiliberals] strong suspicion of invalidity of the new rite of Episcopal Ordination. But more shameful, having noticed that at least in the priestly ordination under condition carried out by Monsignor Williamson to Father Armando Beltran in 2016 has been incomplete. Under the pretext of adhering to the essential rite that confers validity, he has set aside the full prescriptions set by the Roman Pontifical. He has only laid hands and prayed the Preface. [Note: In the case of ordination under condition given to Father Benzi, the same could have happened. We should ask Father Cardozo what he observed].

 His Holiness Pius XII in his Apostolic Constitution Sacramentum Ordinis, specifies: Tandem quae supra of matter and form declaravimus ac statuimus, nequaquam ita intelligere fas sit ut vel paulum negligere vel praetermittere liceat ceteros «Pontificalis Romani» ritus constitut; quin immo iubemus ut omnia data praescripta ipsius «Pontificalis Romani» sancte serventur et perficiantur. With respect to what we have previously stated and established with respect to the matter and form, in no other way should it be understood, but that they are not allowed to have negligence in omitting, even in the smallest detail the rest of the Ceremony "as in the Roman Pontifical" is prescribed. On the contrary, we order that all the prescriptions established "by the Roman Pontifical» be followed and observed religiously. 

It is an obligation for us as faithful to denounce abuses in this matter, since it is a public act that affects the faithful and the prescriptions of the Church. In this case, the complaint is for the English prelate, Monsignor Williamson, on priestly ordinations under incomplete conditions, without respecting the Roman Pontifical. It seems that the message between the lines was: it is not so necessary to ensure that such priests really are priests, or perhaps what matters is only to do their own will against the very Precepts of the Church. In Session XXIII of the Council of Trent (July 15, 1563, 1775 Dz 965 Can. 5) he says: ¨If anyone says that the sacred anointing that the Church uses
"If anyone says that the sacred anointing that the Church uses in ordination, is not only not required, but that it is despicable and pernicious, and also the other ceremonies, let him be Anatema."

 It should be known that in the Code of Canon Law 1917 there is a valid Ecclesiastical sanction (Canon 1002) against those who mutilate the precepted rites of the Roman Pontifical. (Note: The 1982 Code cannot be accepted as Catholic legislation since it is flawed and plagued by modernist errors and its anti-Church spirit). Canon 1002 (CIC1917) reads as follows: “In the collation of any order, the Minister must observe exactly the proper rites prescribed in the Roman Pontifical, or in other ritual books approved by the Church, rites that for no reason are lawful to omit or alter. ” The ecclesiastical penalty or sanction is 2378, and reads as follows: “The senior clergy who, during the sacred ministry of the rites and ceremonies prescribed by the Church, are severely negligent and after being admonished are not amended, must be suspended in accordance to the seriousness of what has been done. " It is likely that the English prelate ignores these remarks, after all the modernists, who now usurp ecclesiastical authority, would applaud his actions. However, Catholics must know that they blindly follow and defend it, how Monsignor Williamson is trampling ecclesiastical laws. Your procedure is not justified in any way. The omission made is quite a serious crime. God help him and we want him and we ask him to withdraw, to obey and respect the Holy Sacraments and laws of the Church and proceed to complete the severely incomplete conditional ordinations that he has made, which must be considered illicit, and insufficient to exercise the priesthood .

It should be mentioned that within the various errors on moral matters decreed by the Holy Office during the papacy of Innocent XI is the following (Dz 1151): It is not lawful to follow in the administration of sacraments the probable opinion on the value of the sacrament, leaving aside the safest opinion, unless it is told by law, convention or the danger of serious harm. Hence, it should not be used the probable opinion in the administration of baptism, of the priestly order or of the episcopate. Regarding the omission of the complete rite of priestly ordination, Bishop Williamson among other important things omits the anointing of the hands. In the traditional rite of Catholic ordination, the bishop anoints the hands of the new priests emphasizing the thumbs and index fingers, which will touch the sacred host. As he anoints each priest, he says: "Tell us, Lord, to consecrate and sanctify these hands with this anointing and our blessing." Then the bishop makes the sign of the cross on the hands of each priest and continues: "All that they bless be blessed, and all that they consecrate be consecrated and sanctified in the name of Our Lord Jesus Christ. ” This prayer has been abolished from the modern ordinal! Why? Well, simply because something so holy is incompatible with the priesthood vision of the conciliar church. The rite of modern ordination only performs the anointing of the palms with a doubtful Holy Crism and without making special mention of the thumbs and index fingers, without reference to the need to be consecrated in order to consecrate. Regarding the flagrant infractions of Mons Williamson to the Code of Canon Law, we already have as scandalous antecedent: the promotion of the reading of the Poem of Valtorta. 

miércoles, 8 de enero de 2020

Ordenaciones sacerdotales bajo condición INCOMPLETAS:



Recientemente ha sido notado, que tanto la nueva FSSPX como las congregaciones “indultadas” (Ecclesia Dei, Fraternidad San Pedro, IBP) rechazan  la necesidad imperiosa de la Ordenación bajo condición de los “sacerdotes” modernistas que quieren celebrar la Misa Tridentina o de aquellos que han sido ordenados por obispos del modernismo. Recientemente se ha publicado un breve sobre la muy conocida [y negada por los tradiliberales] fuerte sospecha de invalidez del nuevo rito de Ordenacion Episcopal.

Pero más vergonzante es, haber notado que al menos en la ordenacion sacerdotal bajo condición realizada por Monseñor Williamson al padre Armando Beltran en 2016 ha sido incompleta. Bajo el pretexto de apegarse al rito esencial que confiere validez, ha dejado de lado las prescripciones completas que marca el Pontifical Romano. Sólamente ha impuesto las manos y rezado el Prefacio.

(Nota:En el caso de la ordenación bajo condición del padre Benzi, pudo haber pasado lo mismo. Deberíamos de preguntar al p Cardozo que fué lo que observó.)

Su Santidad Pio XII en su Constitución Apostólica Sacramentum Ordinis, especifica:

Tandem quae supra de materia et forma declaravimus ac statuimus, nequaquam ita intelligere fas sit ut vel paulum negligere vel praetermittere liceat ceteros « Pontificalis Romani » ritus constitutos; quin immo iubemus ut omnia data praescripta ipsius « Pontificalis Romani » sancte serventur et perficiantur.

Con respecto a lo que anteriormente hemos declarado y establecido con respecto a la materia y la forma, de ninguna otra manera se ha de entender, sino que no se den permitido tener la negligencia en omitir, incluso en el más mínimo detalle el resto de la Ceremonia tal y «como en el Pontifical Romano» se prescribe. Por el contrario, ordenamos que todas las prescripciones establecidas "por el Pontifical Romano» se hagan y se observen religiosamente.

Es una obligación para nosotros como fieles denunciar los abusos en esta materia, por tratarse de un acto público que afecta a los fieles y a las prescripciones de la Iglesia. En este caso la denuncia es para el prelado inglés Monseñor Williamson, sobre ordenaciones sacerdotales bajo condición incompletas, sin respetar el Pontifical Romano. Tal parece que el mensaje entre lineas fuera: no es tan necesario estar seguros de que tales sacerdotes realmente lo sean, o quizá lo que importe es sólo hacer su propia voluntad en contra de las mismísimas prescripciones del Pontifical Romano.

En la Sesión XXIII del Concilio de Trento (15 de Julio de 1563, 1775 Dz 965 Can. 5) dice: ¨Si alguno dijere que la sagrada unción de que usa la Iglesia en la ordenación, no sólo no se requiere, sino que es despreciable y perniciosa, e igualmente las demás ceremonias, sea Anatema.¨

Es de saberse que en el Código de Derecho Canónico 1917 existe una sanción Eclesiástica vigente (Canon 1002) en contra de quienes mutilan los ritos preceptuados del Pontifical Romano. (Nota: El Código de 1982 no puede aceptarse como legislación católica ya que esta viciado y plagado de errores modernistas y su espíritu de anti-Iglesia).

El canon 1002 (CIC1917) reza lo siguiente: “En la colación de cualquier orden debe el Ministro observar con exactitud los ritos propios preceptuados en el Pontifical Romano, o en otros libros rituales aprobados por la Iglesia, ritos que por ninguna causa es licito omitir o alterar.”

La pena o sanción eclesiástica es la 2378, y reza lo siguiente: “Los clérigos mayores quienes durante el ministerio sagrado de los ritos y ceremonias prescritas por la Iglesia, sean gravemente negligentes y después de amonestados no se enmendaren, han de ser suspendidos de acuerdo a la gravedad de lo hecho”.

Es probable que el prelado inglés haga caso omiso de estas observaciones, al fin y al cabo los modernistas, que usurpan ahora la autoridad eclesiástica, le aplaudirían sus actos. Sin embargo sepan los católicos, que ciegamente lo siguen y defienden, cómo Monseñor Williamson está pisoteando las leyes eclesiásticas. Su proceder no se justifica de ninguna manera. Es un crimen bastante grave la omisión realizada. Dios lo ayude y deseamos y le pedimos se retracte, que obedezca y respete los Sacratísimos Sacramentos y leyes de la Iglesia y proceda completar la (las) ordenaciones condicionales gravemente incompletas que ha realizado, las cuáles deben considerarse ilícitas, e insuficientes para ejercer el sacerdocio.

Hay que mencionar que dentro de los Errores varios sobre materia moral decretados por el Santo Oficio durante el papado de Inocencio XI se encuentra el siguiente (Dz 1151): No es licito seguir en la administración de sacramentos la opinión probable sobre el valor del sacramento  dejada la mas segura, a no ser que lo vede la ley, la convención o el peligro de incurrir en grave daño. De ahi que solo no debe usarse de la opinión probable en la administración del bautismo, del orden sacerdotal o del episcopado.

Respecto a la omisión del rito completo de ordenación sacerdotal, Mons Williamson entre otras cosas importantes omite la unción de las manos. En el rito tradicional de ordenación católica, el obispo unge las manos de los nuevos sacerdotes enfatizando los pulgares y los dedos índices, que tocarán la sagrada hostia. Mientras unge a cada sacerdote, dice: “Dignaos, Señor, consagrar y santificar estas manos con esta unción y nuestra bendición". Luego el obispo hace la señal de la cruz sobre las manos de cada sacerdote y continúa: "Todo lo que ellos bendigan sea bendito, y todo lo que consagran sea consagrado y santificado en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo ”.

¡Esta oración ha sido abolida del ordinal moderno! ¿Porque? Pues simplemente porque algo tan santo es incompatible con la visión del sacerdocio de la iglesia conciliar. El rito de ordenación moderno solo realiza la unción de las palmas con un Santo Crisma dudoso y sin hacer mención especial de los pulgares y los dedos índices, sin referencia a la necesitad de estar consagradas para poder consagrar.

Respecto a las infracciones flagrantes de Mons Williamson al Código de Derecho Canónico tenemos ya como antecedente escandaloso: la promoción de la lectura del Poema Hombre Dios de Valtorta. Para mayor información leer: 

lunes, 6 de enero de 2020

La Sagrada Escritura nos recuerda que DIOS CONDENA el homosexualismo



1.- “No te echarás con varón como con mujer, es abominación”. (Lv 18:22).

2.- “Si alguno se juntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos, sobre ellos será su sangre”. (Lv 20:13).

3.- “¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios”. (1 Corintios 6, 9-10).

4.- “Teniendo bien presente que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los prevaricadores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreligiosos y profanadores, para los parricidas y matricidas, para los asesinos, los adúlteros, homosexuales, traficantes de seres humanos, mentirosos, perjuros y para todo lo que se opone a la sana doctrina, según el Evangelio de la gloria de Dios bienaventurado, que se me ha confiado” (1 Timoteo 1, 9-11).

   La primera página de la Sagrada Escritura, en Génesis 1:27, nos enseña que Dios creo al ser humano “macho y hembra”, o sea hombre y mujer, no homosexual o lesbiana.

   En este Sagrado libro se habla de la unión matrimonial entre el hombre y la mujer “en una sola carne” (Gn 2:24) y abierta  a la vida (Gn 1:28). La homosexualidad no lleva a cabo ninguno de estos dos valores inherentes a la sexualidad humana, tal y como Dios la creo: la unión heterosexual en el matrimonio y la procreación.  A la luz de esta visión del hombre y la mujer, hay otros 43 pasajes de la Biblia que, directa o indirectamente, condenan las prácticas  homosexuales como pecado grave:

1.- Génesis 19:1-29 (pecado de Sodoma)      13.- 2 Pedro 2:6
2.- Levítico 18:22                                           14.- Santiago 1:7
3.- Levítico 20:13                                           15.- Éxodo 20:14 (incluido en Hebreos para “adulterio”)
4.- Deuteronomio 23:17-18                            
5.- 1 Reyes 14:24
6.- 1 Reyes 15:12
7.- 1 Reyes 22:46
8.- Jueces 19:22
9.- 2 Reyes 23:7
10.- Romanos 1:24-27
11.- 1 Corintios 6:9
12.- 1 Timoteo 1:8-10

Pasajes que utilizan el ejemplo de lo que sucedió en Sodoma para avisar a otros y mencionan el juicio de Dios sobre la ciudad por su pecado:

16.- Deuteronomio 29:23
17.- Génesis 13:13
18- Isaías 3:9
19.- Isaías 13:19
20- Jeremías 23:14
21.- Jeremías 49:18
22.- Jeremías 50:40
23.- Lamentaciones 4:6
24.- Amós 4:11 25.  25.-Mateo 10:15 (véase 13.2 Pedro 2)
26.- Lucas 17:29

Pasajes que directa o indirectamente condenan el vestirse con ropas propias del sexo opuesto:

27.- Deuteronomio 22:5
28.- 1 Corintios 11:14-1

Pasajes sobre el matrimonio, los esposos y las esposas, el hombre y la mujer creación de Dios que tienden a condenar la transexualidad:

29.- Génesis 1:27 30                       30.- Génesis 1:28
31.- Génesis 2:18-24                       32.- Salmos 139:14
33.- Marcos 10:6-12                        34.- 1 Corintios 3:16-17
35.- 1 Corintios 6:19-20                  36.- 1 Corintios 7:1-4  
37.- 1Tesalonicenses 5:22-23          38.- Romanos 6:12
39.- Filipenses 3:21                         40.- 1 Timoteo 5:14
41.- Efesios 5:22-25

Pasajes que en general condenan estas actividades como pecados:

42.- Isaías 5:20-21                           43.- Pedro 2:11