Un compañero de lucha de Monterrey, me solicitó que
escribiera sobre este tema. Elegí el título del tema como lucha antiliberal, ya que abarca todo el campo del quehacer humano,
y dentro de él, cabe describir lo que refiere exclusivamente al campo eclesial.
En un antiguo ariete católico, se publicó una
exposición masónica mostrando que nuestras regiones o republiquetas, fueron
formadas por ellos, de donde surge que, aunque nuestras identidades, que son
hispanocatólicas, hoy, el pueblo las identifica con el liberalismo masónico.
Con la tremenda habilidad de la judeomasonería, ésta
no urgió el proceso, y se tomó todo el siglo XIX en luchas intestinas, muchas
veces de sólo preeminencias personales, sin contenido ideológico, hasta
desembocar en el XX con un franco ataque a las hispanas instituciones: ruptura
de Iglesia y Estado, divorcio legal. …
En ese entonces, los católicos se dividieron en dos
grupos: uno de ellos, más tradicional, formó grupo dentro del Partido Nacional,
y otro, creó la Unión Cívica, que se constituyó en caricatura del plan de Pío X, que quiso formar tres uniones de
católicos, y en el que refería al que militara en política en diversos
partidos, se unieran en católico con los otros partidos, para defender los
valores cristianos. El tono liberal del grupo, quedó evidente, y recibió, a
mediados del siglo, el apoyo de la jerarquía, que también era liberal. Es
sabido que con la expulsión de los jesuitas por Carlos III, la Universidad de
Charcas, (Bolivia) que era el centro
neurálgico ideológico del hoy llamado “Cono sur”, fue transferida a los
franciscanos, que eran más liberaloides que los jesuitas. A mediados del XX, Roma
nombró un Arzobispo franciscano, que predicaba que era un lujo, pero favorecía a
los demoliberales de la Unión Cívica.
Hubo que voltearlo en colaboración con el
Nuncio, y sustituirlo por otro menos malo. A éste le hicieron un scratch en el
teatro principal, y provocaron su traslado a otra sede. El sustituto, ya fue
netamente revolucionario, adaptado a lo que vendría y vino. Siendo obispo de
una de las diócesis interiores, escribió un folleto. El Sr Nuncio me lo dio en
ponderación; se lo volví con nota de Regular Deficiente.
Ya pasamos al tema eclesial:
Pasado el CV II, este señor organizó un encuentro en
el Colegio Sacre Coeur (de Santa Magdalena Sofía) (en set. De 1969) para
interiorizar a la feligresía del nuevo magisterio. El expositor: su vicario:
Canónigo Ponce de León, explicó: ¿“la Iglesia ha estado 2000 años equivocada?;
¡Concedido! ¿Qué garantía os damos de
que no seguiremos en el error? El error
no cabe, pues no afirmamos nada: Viviremos en estado de búsqueda”. (Documentado
por mi difunta Esposa, que concurrió como miembro del Club de Santa María, a
pedido del sacramentino, P. Goicoechea)
Cuando el Arzobispo Partelli ordenó que se
instituyera el Novus Ordo, se rebelaron dos sacerdotes en sus respectivas
parroquias. El P Shguirla, de gran corazón, más que orden mental, y el P Andrés
Moreno, que tenía la Parroquia de Sta. Magdalena
Sofía en Aires Puros. Nos reuníamos los domingos en Misa, hasta que fue
expulsado por motivo de Odium plebis. (La “plebis” era el Arzobispo, o la
presión romana)
La primer conexión en orden internacional, fue una
visita que nos hicieron los Padres Saenz de Arriaga con el francés Noël
Barbara, editor de Forts dans la Foi, a primeros de los 70. En ese tiempo
vivíamos en una propiedad que a principios del siglo XX, había comprado mi
abuelo, y en una casa amplia. Mis dos hijos mayores se habían ido a Sao Paulo,
como miembros de la TFP del Dr Plinio Corres de Oliveira. De modo que el
apartamento de ellos dos, nos permitió alojarlos, y organizamos una reunión de
un centenar de personas. L’Abbe Barbará celebró en la parroquia de Moreno. El P
Saenz de Arriaga, en la parroquia del feudo. La conferencia de Saenz se centró
en la renuncia ipso jure de Montini, y la de Barbará en la primacía de la Fe,
sobre los demás actos devotos, incluso sacramentos. Allí dijo: “en el cielo hay
muchos santos sin sacramentos, pero ninguno, sin la recta Fe.
Ocurrió concomitantemente con el desborde eclesial,
que el madrileño Dr Julio Garrido, fuera nombrado director del Dpto Científico
de la Unesco para Hispanoamérica con sede en Montevideo. Era gran amigo de De
Nantes y de Lefevbre. Cuando la ruptura entre ambos, se volcó a Lefebvre. Él
hizo algún contacto con la FSSPX, de lo que resultó, que se nos apersonó en
casa, l’Abbé Faure. Como nuestro apartamento estaba lleno de críos, mi Señora
lo ubicó en casa de los Domenech, a pocas cuadras, donde celebró Misa
tridentina, que luego fuera sucedida por las del P Moreno, quién también, hasta
su deceso, nos celebraba en domingos que no venían los de Lefebvre, y
confesaba, los días que venían. Tengo un tanto confusa la memoria, porque en
esa época (1975/80) íbamos los domingos a Misa a la Parroquia de Shguirla.
Cuando éste fue quitado de su parroquia, se organizó la Misa dominical en el
Sanatorio Americano, que tenía su capillita.
La Señor Elsa de Domench, estanciera argentina, donó
a la FSSPX una casa donde aun hoy celebran los lefevbrianos, cada quince días.
De seguro que el local donado por la Señora Domenech, es de fecha posterior.
Batallas públicas de conciliaristas vs
ultramontanos, no ha habido. Si, hubo batallas cibernéticas. Como éstas son
privadas, sólo le puedo contar las personales: con algunos amigos del OD, que no
pasaron de “no queremos discutir” y algún jesuita que llegó a amenazarme con
estar fuera de la Iglesia; que hoy, gracias al nombramiento de Bergoglio,
comparte la visión del desastre, pero, incardinado que está, en su Orden,
celebra Novus Ordo. Hizo su seminario en Maastrich, pero fue ordenado
antes del CVII.
AFT