+
PAX
Agosto, 2014
Monasterio
San José
Santa Sofía, Boyacá, Colombia
Estimados amigos y benefactores:
Les saludamos suplicándole a Nuestra Santísima Madre la Bienaventurada Virgen
María los proteja y los llene siempre de bendiciones.
La crisis sin precedentes que estamos viviendo en la Iglesia y en el mundo
actual nos obliga como nunca a "vigilar y orar" para no ser
arrastrados por la corriente infernal que todo lo bueno y sagrado quiere
destruir. Las crisis son en definitiva un castigo para los malos y sacrílegos y
una prueba de virtud y fidelidad para los buenos. Pero la prueba es tan severa
que nos obliga a tomar todas las armas de Dios a nuestro alcance, y tener
espíritu de lucha.
Pero eso no es todo, la virtud de la prudencia nos
demanda que conozcamos muy bien al enemigo para poder luchar efectivamente. El
enemigo tiene bajo su poder y dominio todo el ámbito económico, político y
religioso de las sociedades modernas. En lo doctrinal y moral el enemigo es el
que enseña por medio de todos los medios de comunicación. Ellos son los que
deciden hoy en día qué creer y como actuar. Las líneas enemigas están muy
avanzadas, la destrucción y las tinieblas nunca fueron más terribles y
temibles. Ante este panorama tan grave, debemos hacernos el ánimo de tener que
vivir en esta realidad de las cosas aunque sea cruda, y nos debe movilizar y convencer
de la necesidad de "vigilar y orar" constantemente, sin descanso.
Vigilar y conservar los tesoros de gracia y de verdad que hemos recibido,
vigilar y defenderlos, vigilar y atacar a nuestros enemigos que son los de Jesucristo.
Orar para que nos conservemos unidos a nuestro General en Jefe, Jesucristo
Nuestro Señor; orar y abrirle los ojos a nuestro prójimo con el fin de
rescatarlos del engaño y la destrucción alistándolos en el ejército de Nuestro
Señor. Tenemos que ponernos a vivir en esta realidad si es queremos triunfar
junto con Jesucristo y no queremos ser engañados. Estamos en guerra y quien
quiera ignorar este hecho va necesariamente a sucumbir.
Esta guerra nos obliga
a una prudencia consumada de no usar sus armas, su doctrina y moral;
manteniéndonos alejados de sus medios de enseñanza: los medios masivos de
comunicación, su espíritu liberal y modernista que lo inunda todo. Ninguna
precaución prudencial jamás debemos considerarla como suficiente. La oración
debe ser ininterrumpida. No nos durmamos, no nos dejemos engañar por sus
ilusiones, que el amor a la verdad, que el amor a Jesús, María, y José nos
mantengan firmes en este combate que quizás termine en el martirio, no sabemos
solo Dios lo sabe, pero lo importante es que si estamos en esa actitud de
"vigilar y orar", en esta actitud de combate, estaremos listos con la gracia de Dios a dar
nuestras vidas por Él si es necesario.
Gracias a vuestra generosidad las obras del monasterio han progresado espiritualmente
y materialmente. Por favor sígannos ayudando para seguir combatiendo la buena
pelea por Jesucristo y por vuestras almas.
Con la bendición y nuestras diarias oraciones por todos ustedes.
Padre Rafael, OSB y comunidad.
Prior del Monasterio San José