LA CRUZ MILAGROSA DE HUATULCO
ANTE EL ATAQUE DE LOS PIRATAS INGLESES
PERMANECIÓ INCÓLUME
Por Luis Ozdem
SE TRATA DE UN AUTÉNTICO
MILAGRO CUYO REGISTRO QUEDÓ IMPRESO EN EL RECUERDO DE LA GENTE Y EN LOS ARCHIVOS
DE LA ÉPOCA, PARA MEMORIA DE MUCHAS GENERACIONES.
Este hecho
insólito nos da pie para tocar brevemente el tema de los corsarios, piratas o
bucaneros. El tema de la piratería es fascinante porque está ligado a las
historias locales de todos los pueblos sedentarios desde milenios antes del
nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, y luego, a lo largo de la era cristiana.
Aún en este tercer milenio, siguen habiendo actos piráticos, pero de gran
altura técnica.
ANTECEDENTES
Y RAZONES
DE
LA PIRATERÍA CONTRA ESPAÑA
En este
pequeño texto vamos a relatar brevemente algunos hechos de la piratería,
relacionados con los años posteriores a la conquista del Nuevo Mundo por
España. Los actos piratas más notorios en los albores novohispanos son
evidentemente, los efectuados por ingleses protestantes, a los que se agregaron
los franceses hugonotes y los holandeses calvinistas. En perjuicio del Imperio
Español Católico.
Inglaterra,
el país de los piratas.
Hemos de
recordar que la razón principal de la conquista romana de las islas británicas
fueron los constantes actos de piratería de los nativos del sur de la Isla
inglesa llamados “vénetos” por los romanos. Esos piratas atacaban constantemente
los puertos de la Galia por lo que el Emperador Claudio ordenó su conquista.
Invadiendo la Isla en el año 43 a.C. y quedando la Britania sujeta al Imperio
romano por trescientos años. Al caer el Imperio romano en el año 476,
Inglaterra fue invadida sucesivamente por los piratas nórdicos de Escandinavia:
los vikingos.
Durante los
mil años siguientes los piratas de todo signo tenían refugio en las Islas
británicas, contratados por las ligas de comerciantes o por los soberanos de todos los períodos, estos
antecesores de los habitantes de las Islas, aportaron su sangre pirata, por lo
que Inglaterra ha podido muy bien definirse como el país de los piratas. Porque la piratería era vista entre los comerciantes
ingleses como un redituable negocio. En todos los puertos ingleses los piratas
eran considerados amigos, protegidos y socios de magnates y señores condales.
Bajo el gobierno de Enrique VII se
quiso reglamentar este desorden, pero se encontró oposición entre los
propietarios de la costa occidental de la Isla. Entonces Enrique VII emitió patentes
de corso o represalia a todo el que hubiera estado afectado por acciones de
piratería. Lo que provocó que los buques ingleses saquearan las naves amigas o
enemigas del Reino británico. Los exploradores y marinos ingleses estaban
familiarizados con todo tipo de robos, y con el tiempo, los robos más
provechosos fueron las propias naves españolas, que acondicionadas con cañones
ligeros las usaban contra sus antiguos propietarios.
Podemos
aseverar sin temor a equivocarnos que la marina inglesa comenzó a “modernizarse” con los robos, por los
piratas ingleses, en perjuicio de la marina española del siglo XVI. Los
corsarios ingleses llegaron a formar una marina extraoficial de élite.
Premiados y homenajeados por los reyes británicos. La monarca Elizabeth 1ª se convirtió en principal
empresaria de la larga serie de maleantes llamados “los perros el mar”, quienes a cambio de títulos de “nobleza”, llenaron de tesoros robados
las arcas reales.
Los piratas
ingleses, holandeses y franceses hugonotes eran enemigos jurados de la
Monarquía española por ser católica. Esta es la razón del odio y la saña de sus
ataques a los casi inermes poblados españoles del Continente americano. Con este
sistema de odio, el pirata calvinista Walter Raleigh después de destruir poblados en las Islas Antillas durante
casi dos años de fechorías, subió hasta el paralelo 36º y tomó posesión
en 1580, de un territorio
indeterminado perteneciente a España.
Con ese acto pirático, la región fue considerada como la primera colonia
inglesa en la costa norteamericana, Raleigh
la llamó Virginia por la impía
reina Elizabeth 1ª.
El
odio reconcentrado contra España
La unión de
los Reinos de Castilla y Aragón en las personas de sus respectivos soberanos: Doña Isabel de Castilla y Fernando de Aragón; la toma del último
bastión musulmán en la Península; y la expulsión de los judíos, enemigos de los
cristianos desde el Holocausto de Jesucristo en la Cruz, y sumando a todo esto,
la posesión del Nuevo Continente; España
surgió como potencia de primer orden, además, con las alianzas
matrimoniales de los hijos de los Reyes Católicos renació, en Europa, el Sacro
Imperio Romano en la persona de su nieto Carlos
V, heredero de todos esos
descubrimientos y conquistas para la Fe católica y para la riqueza material de España. Por último: la Divina
Providencia renovaba la Cristiandad, con la evangelización de los nativos
americanos paganos, produciendo gran número de mártires entre los Frailes por
la Fe católica.
Ya desde el
Descubrimiento colombino del Continente americano y de la repartición del globo
terráqueo, entre Portugal y España, aprobada por el árbitro
mundial: el Papa. Los reinos de Europa se inconformaron por esa
decisión haciendo guerra no declarada al naciente Imperio Español.
Europa se había
llenado de estupor, admiración y envidia de España. Los otros soberanos; especialmente aquellos que tenían
quejas contra la jerarquía de la Iglesia vieron con malos ojos la alianza del
Papa con España en contra de los protestantes que comenzaron a proliferar en el
norte de Europa. Entonces los jefes
de los judíos expulsados de la
península ibérica, maquinaron para dividir a la Cristiandad entre católicos y
protestantes, y sacar partido de ambos bandos.
Apenas, 25
años después del Descubrimiento de América,
apareció la primera oportunidad para provocar la guerra entre cristianos. En 1517, en la persona del monje agustino Martín Lutero, que se convertiría en la
punta de lanza para las lamentables guerras religiosas del siglo XVI en Francia.
Mientras varios príncipes alemanes tomaron el partido de Lutero, traicionando
la religión de sus mayores y de sus pueblos.
A
continuación, por medio de los cismas doctrinarios de Thomas Cranmer en Inglaterra, Juan
Calvino en Francia y Melanchton
en Suiza. Se formaron pequeños
movimientos separatistas llamados luteranos en el Imperio Alemán. Pero el
primer cisma formal surgió en Inglaterra
en 1543. Los judíos enemigos de España y el catolicismo
habían tardado cincuenta años después
del Descubrimiento de América, para encontrar un Reino desde donde poder atacar
a España, una nueva potencia que se
declarara su enemiga. Este reino lo encontraron en la Inglaterra de Enrique VIII
Tudor. Por fin los judíos enemigos
de la Cristiandad habían encontrado ese Reino y esos monarcas, que en lo
sucesivo, serían arietes de su dominio mundial.
En 1543 España había consolidado un Imperio Católico global, pero también, se
había convertido en blanco de las iras y envidias de musulmanes; judíos; protestantes;
y de los soberanos de Francia y Holanda. Pero sobre todos,
de la monarquía inglesa, quien desde
1497 había alentado a los marinos puestos
a su servicio para tomar posesión de territorios pertenecientes a España en el
Nuevo Mundo. Tanto Enrique VII y su
hijo Enrique VIII enviaron armadas
que exploraron la península del Labrador, ignorando los derechos de las Coronas
española y portuguesa.
A FRANCISCO 1º REY DE FRANCIA LE
TOCARÍA SER EL PRIMER PIRATA CONTRA LAS NAVES ESPAÑOLAS.
A principio
del siglo XVI, en 1522, Francisco 1º
declaró la primera guerra contra el joven emperador Carlos V, por lo que sus corsarios que patrullaban ese año, el
océano entre las Islas portuguesas Azores
y la costa francesa, se encontraron con las tres naves que Hernán Cortés enviaba al Emperador Carlos V con los tesoros que le
había regalado Moctezuma (y que
tenía el sucesor Cuauhtémoc). Fue
este el primer ataque a naves españolas que regresaban a España, con
cargamentos valiosos, que se tiene registrado.
Poco
después de haber dejado las Islas Azores rumbo a España el corsario apodado Juan Florín (2) las atacó y apresó dos
naves, pues la tercera dando vuelta se refugió en las Islas Azores. Florín tomó preso al capitán Alonso
de Ávila y con sus acompañantes, lo
llevó a la presencia del rey Francisco
1º. Toda la corte admiró los extraños y valiosos objetos, comenzando
entonces a correr las numerosas leyendas acerca de la riqueza del Nuevo
Mundo.
(2) Según el historiador
José Luis Martínez, en su obra “Hernán Cortés”, asienta que ese Florín
era el mote del marino florentino al servicio de Francia:
Goivanni Verrazzano, más tarde
explorador de la costa norteamericana).
Hernán Cortés
escribió acerca del robo, lo siguiente: “que
navíos y tesoros no llegaron a España porque
descuidaron su protección los de la Casa de Contratación de Sevilla y, ya
pasadas la Azores los tomaron los franceses” “sentía la perdida de las cosas que iban tan ricas y extrañas” pero
mejor que “las conozcan los franceses,
que aprecien por ellas la grandeza del monarca de España”.
Las otras
naciones europeas de aquellos años, no contaban con la técnica ni con los
recursos financieros de Portugal y España para construir naves capaces de
atravesar el océano. Ya en 1498 las
naves capitaneadas por John Cabott, marino genovés nacionalizado inglés, con
sus hijos Luis y Sancho, al mando de una armada de seis naves inglesas, se
hicieron a la mar por orden de Enrique VII, para tomar posesión de la costa
norteamericana, pero un temporal en el mar deshizo los barcos llevando a la
muerte a todos sus tripulantes. (3)
(3) De la
familia de marinos Gabotto o Cabott, solamente sobrevivió el hijo más joven que
no iba en la desdichada armada: Sebastián Gabotto. Este marino estuvo al
servicio del rey de Inglaterra; también al servicio del Rey Fernando el
Católico y de Carlos V, alternativamente, pero nunca tuvo éxito en sus
empresas.
Entonces la
táctica de los piratas, llamados por la gente, “perros del mar” sería en
adelante: abordar las naves españolas, asesinar sin más a los tripulantes y
quedarse con los barcos. Esa fue la costumbre de ingleses, holandeses y
franceses hugonotes, a lo largo de los
siglos XVI y XVII. Por tanto, el origen
de la marina británica ha sido: el robo
de los navíos españoles. (4)
(4) Cuando
el desastre de la armada “invencible” en 1588, las grandes naves españolas que
se atascaron en las aguas bajas del Canal de la Mancha; quedaron en poder de
los ingleses.
ALGUNOS DE
LOS MÁS CONOCIDOS PIRATAS EN LA HISTORIA DEL IMPERIO ESPAÑOL DE AMÉRICA DURANTE
LOS SIGLOS XVI, XVII Y XVIII.
Juan Florín,
François le Crec, Jacques de Sores, John Hawkins padre y John Hawkins
hijo, Francis Drake, Thomas Cavendish, David Nau, Henry Morgan, Walter Raleigh, William Parker,
Laurent Graff Lorencillo, Jim Mansfelt,
Cromwell, Cornelius Jols, Lewis Scott, Nicolas Van Horn,
Peter Wallace (Belice), Jacobo L´Heremite, Edward Vernon, Charles Swan,
Mauricio de Nassau, John Townley,
Clipperton,
Dampierre, Oliver Van Oort, Pierre y Jean Laffite. (5)
(5) La mayoría de los piratas enlistados
murieron en sus fechorías, ahorcados por las autoridades españolas o víctimas
de las enfermedades. Solamente Henry
Morgan murió en un palacio que se hizo construir en la isla de Jamaica, donde era terrateniente,
rodeado de esclavos negros. Los famosos Drake
y Hawkins murieron del “vómito
negro” en las Antillas. Cavendish,
el profanador de la Cruz de Huatulco, desapareció en un huracán del Atlántico.
PRINCIPALES PIRATAS INGLESES DEL
SIGLO XVI EN EL MAR DEL SUR.
Para 1577, Francis Drake estaba suficientemente preparado en la “profesión” de pirata,
reclutaba a la hez de los maleantes de los puertos ingleses, para ofrecerles
ser ricos en poco tiempo, mediante el saqueo y asesinato de los odiados españoles
en sus posesiones de ultramar. Con la aprobación escrita de Elizabeth 1ª, llamada en el ámbito
español “la reina de los piratas”.
Armó tres naves ligeras y bien pertrechadas de cañones y personal especializado
en las malas artes de los “perros del mar”.
Tres años duró su gira de ladrón y destructor por el continente americano.
Hay que hacer notar que todos estos piratas ingleses hacían el viaje a América
comenzando siempre por una escala en las incipientes guaridas, en la costa este
donde años más tarde Walter Raleigh
se apropiaría del territorio. En esos estuarios los maleantes se reunían para
esperar y asaltar a los galeones españoles que siguiendo la corriente del Golfo,
tenían que pasar forzosamente por el canal de las Islas Bermudas, para seguir la
corriente hasta las islas portuguesas de las Azores.
Drake, llamado
entonces “el Draque”, bajó hasta el estrecho de Magallanes, cruzándolo para
seguir con sus fechorías por los asentamientos españoles de Sudamérica. En las
costas del Perú se encontró con el navío “Nuestra
Señora de la Concepción” que traía entre otras cosas, un tesoro de perlas.
Apresó a los pilotos de la nave que luego le se serían de gran utilidad. A
continuación siguió hasta llegar a la bahía de Huatulco entre el 13 y 16 de abril de 1579. Saqueó la Iglesia y un
navío de 100 toneladas que se disponía a salir para el Perú; destruyó el
incipiente puerto, alejándose hacia el norte. En ese viaje, Drake tocó la península de California
y, como antepasado en el tiempo, del ladrón capitán James Cook (6) creyó descubrirla llamándola “Nueva Albión”.
(6) La
historia oficial anglosajona oculta que el famoso navegante británico capitán James Cook, supuesto descubridor de las
islas Hawai, se robó del archivo marino español de la ciudad de Manila, (tomada
por los ingleses en 1762 y ocupada
durante dos años) los diarios secretos de los navegantes españoles que ya
habían descubierto ese archipiélago desde el siglo XVI. El nombre original
español era Islas del Rey.
El “Draque”
se escondió mañosamente para esperar alguna nave de Filipinas. ¿Cómo sabía que
por ese rumbo llegaban los galeones de Manila?; esa información la obtuvo de
los dos pilotos que había apresado antes. Esperó su oportunidad saqueando
varias naves, y cuando había reunido lo
suficiente, emprendió la travesía hasta las Islas Molucas, por la ruta
descubierta por el primo de Cortés, don Álvaro de Saavedra, y luego seguida por Villalobos,
Andrés de Urdaneta (7), Legazpi y otros marinos.
(7) La epopeya de Andrés de Urdaneta: “Andrés
de Urdaneta, Derrotero del descubrimiento de la torna vuelta de las Filipinas a
Nueva España”. 1564-1565. Blog
“Historia Verdadera de México”
Drake cargó de especias
su nave y regresó a Inglaterra dando la vuelta al África, siendo el tercer marino
en circunnavegar el globo terrestre. (8)
(8) El
primero en circunnavegar el globo terráqueo fue Juan Sebastián Elcano entre 1519-1522; los segundos fueron Andrés
de Urdaneta y Hernando de la Torre entre 1525-
1536; el tercero sería Francis Drake entre 1577 y 1580.
Francis Drake;
célebre pirata inglés, nació en Tavistock, Devonshire, Inglaterra. Fue capitán
de navío desde los 22 años de edad. Con su tío John Hawkins comenzó su
experiencia marina con el tráfico de esclavos negros desde África hacia
América. Luego en 1567, en el tercer
viaje, desde el puerto de Plymouth salió al frente de una de las seis
embarcaciones que su tío John Hawkins
(Aquines) llevaba para comerciar con las posesiones españolas de América;
pero, con instrucciones secretas de la reina Elizabeth, para espiar y atacar
por sorpresa las posesiones españolas de América, y tal vez, posesionarse de
alguna de ellas.
En ese viaje, las seis naves arribaron al
puerto de Santo Domingo en la Isla Española, luego sigilosamente se dirigieron
al puerto de Veracruz en la Nueva España. En el camino apresaron a una
solitaria nave de un comerciante que los guio hasta San Juan de Ulúa, isleta
frente al Puerto.
Hawkins tomó la isleta sin
ninguna dificultad pues ondeaban en sus naves las banderas del Imperio Español
(la Cruz púrpura sobre campo blanco), la
guarnición española se confundió porque estaba por llegar el nuevo Virrey
Enríquez de Almanza. Quien en efecto,
llegó a los pocos días siguientes. Entonces se entablaron negociaciones,
mientras los españoles se preparaban para el ataque por sorpresa. Se inició la
batalla, perdiendo Hawkins cuatro de sus naves. Con las dos restantes, repletas
de marinos piratas se dispersaron en direcciones contrarias. Hawkins hacia el norte y Drake al sur quien escapó hacia alta
mar. Mientras su tío no pudo llegar más lejos que a Tampico, donde abandonó a
más de cien piratas para aligerar su nave. Francis Drake estuvo vagando y robando por las numerosas islas Antillas,
antes de reunirse con su tío en Inglaterra. Ambos regresaron a la Isla para
preparar otra acción de las muchas que vendrían en los siguientes años. En 1572 salió de Inglaterra con rumbo al
Mar Caribe en dos naves bien pertrechadas con las cuales, escudándose en la
sorpresa, alevosía y ventaja con que cuentan los asaltantes; tomó las
poblaciones de Nombre de Dios y Venta de Cruz en la costa caribeña de Panamá.
Llevándose un cuantioso botín de oro peruano y esmeraldas colombianas para Elizabeth 1ª reina de Inglaterra. (9)
(9) La historia de los piratas abandonados por
John Hawkins en Tampico la cuenta el historiador Juan Suárez de Peralta en
“Noticias Históricas de Nueva España” (1589. Ed. SEP. 1949).
RELACIÓN DEL ATAQUE Y EL MILAGRO DE LA SANTA
CRUZ
El ataque
del pirata inglés y hereje calvinista: Thomas
(“Candish”) Cavendish (10) al pequeño puerto de Huatulco se realizó ocho años más tarde de la “visita”
de Drake, en 1587, este fue el segundo de
los ataques al pequeño puerto fundado por Cortés.
(10) Thomas Cavendish, era natural del puerto
de Suffolk en Inglaterra, pertenecía una familia emparentada con la más alta
nobleza cortesana. Cuando el intento de profanación de la Santa Cruz, contaba
solamente 22 años de edad.
Esos “perros
del mar” de la reina Elizabeth 1ª, que merodeaban como auténticos canes
hambrientos, para hacerse con los tesoros que las naos de Filipinas traían para
su venta en las ferias anuales: de Acapulco, Huatulco, Puerto de Santiago,
Salagua o Barra de Navidad; en la costa del Sur de la Nueva España. Se pasaban
unos a otros la información seguramente, porque Cavendish siguió exactamente la
ruta que el pirata Drake había tomado ocho años antes: “Zarpó de Plymouth el 21 de julio de 1586 con 123 hombres y tres naves,
de las que solamente una regresó a Plymouth tres años después (El Desire de 140 toneladas). En su viaje de
circunvalación paso por Sierra Leona, las Islas Cabo Verde, Brasil, la
Patagonia, atravesó el Estrecho de Magallanes y costeó las posesiones españolas del Pacífico hasta llegar al Estrecho
de Tehuantepec, recalando en el puerto de Huatulco a principios de agosto de 1587”.
El 6 de
agosto en Huatulco los ladrones no habían encontrado ninguna nave y en el pobre
caserío no había nada de valor, por lo que Cavendish
se desquitó profanando la capilla e incendiándola. Y entonces la Divina Providencia hizo el milagro: El jefe pirata vio que
la gente se arrodillaba alrededor de la Santa
Cruz que se elevaba en un promontorio de playa. El “Candish” por su religión
calvinista quiso destruir ese signo de “idolatría”,
y determinó demolerla para humillar a los pobres fieles.
No lo logró con las hachas,
luego le prendió fuego, pero las llamas
no la quemaron; entonces, ordenó a sus piratas que ataran la Cruz con las gruesas
sogas marinas de su nave, esperó que se inflaran las velas y ordenó salir al mar queriendo arrancar de
Cruz de un tirón. Para sorpresa de todos los presentes en tierra y en el
barco; los cables se reventaron dejando
la Cruz enhiesta y sin daño alguno. Los piratas acobardados, se hicieron a la mar
rumbo al norte. (11)
(11) La milagrosa Santa Cruz de Huatulco: Es
muy probable que haya sido puesta por Fray Martín
de Valencia quien la bendijo y
transmitió a la Santa Cruz de Jesucristo Nuestro Señor, los poderes milagrosos
que los indios cristianos tanto aprovecharon. Este santo varón acompañó a Hernán
Cortés cuando llegó a esa costa
buscando un lugar adecuado para instalar sus astilleros donde construir naves,
con que explorar la costa tanto al sur como al norte. En esa ocasión el santo
fraile Martín de Valencia estuvo ahí
porque deseaba embarcarse en la primera expedición desde la Nueva España a las
tierras del Asia.
Cortés, era devoto de la Santa Cruz, desde que pisó tierras del
Continente, comenzó por colocar grandes cruces al tomar posesión de los
territorios por donde pasaba, Ya desde su visita a la Isla de Cozumel había
comenzado esa devota costumbre. Famosa, es la solemne procesión que mandó hacer
en Tlaxcala cuando hizo las paces con los caciques; luego en la plaza principal
de la ciudad de México y así en todos los lugares donde se aposentaba.
En 1526 se estaban construyendo los barcos y, al año
siguiente, estuvo ahí, acompañado por su pariente Álvaro de Saavedra Cerón
quien comandaría la primera expedición desde Nueva España al Asia.
También en ese año de 1526 aportó a Huatulco
la nave perdida de la Armada de Jofre de Loaysa; el patache Santiago con su
tripulación muriéndose de hambre y enfermedades. Uno de los náufragos el Padre Juan de Aréizaga se atrevió a intentar
llegar a tierra subido en una caja de madera, pero ésta naturalmente se hundió,
por lo que el valiente sacerdote siguió a nado limpio hacia la playa. No le
alcanzaron las fuerzas y los indios que estaban observando se arrojaron al mar
para salvarlo. Luego que se hubo repuesto lo llevaron ante una Cruz encajada en un alto sano y le
decían ¡Santa María, Santa María!, Aréizaga
se hincó y adoró la Santa Cruz. Después
lo llevaron ante el gobernador de la región que Hernán Cortés había nombrado. La aventura de los náufragos terminó en la
ciudad de México ante la presencia del Conquistador. Hay que hacer constar que
el nombre de fundación de pueblo de Huatulco es: Santa María Guatulco.
Después de
la profanación, Thomas Cavendish,
llegó el 3 de septiembre, a los puertos de Salahua y Santiago en Colima, quemando y robando lo que
podía, porque no había ninguna guarnición que defendiera la costa. El día 5,
rabioso, destruyó dos barcos y el poblado de Navidad en la Nueva Galicia,
dándose cuenta de que la región estaba desprotegida se atrevió con sus
hombres a destruir cuanto poblado encontraba en su recorrido al norte, hacia
donde había estado escondido, ocho años antes, su paisano y colega Francis Drake. Este lugar es llamado Cabo de
San Lucas de la punta sur de la Península de California, donde los galeones se
proveían de agua y algunos víveres, permaneció Cavendish a la espera de algún galeón procedente de las
islas Filipinas.
El 15 de
noviembre de 1587, apareció el imponente galeón Santa Ana de 300
toneladas, ricamente cargado con toda clase de productos de la China para
descargarlos en Acapulco, pero la nave no llevaba ningún cañón. Los marinos, para
defenderse, tenían espadas y lanzas. Sin embargo, el pequeño barco del pirata
estaba muy bien pertrechado. Cavendish
atacó al galeón, lo abordó con los garfios apropiados y, tras seis horas de
combate, cargado de exhaustos viajeros entre los que había mujeres y niños, el
galeón Santa Ana, se vio obligado a rendirse. El botín consistió en 22 mil
pesos de oro, sedas chinas, damascos, telas recamadas de hilo de oro, gran
cantidad de perlas, joyas y vituallas que sumaron dos millones de pesos de
plata. Después del asalto, el capitán pirata hizo bajar a tierra a los ciento
noventa españoles que venían con sus armas personales; encalló la nave y la
incendió. Pero entre los náufragos venía el gran navegante Sebastián Vizcaíno,
quien en unión de los demás, lograron reparar el galeón para llegar hasta Acapulco.
Tiempo
después, el Virrey Villamanrique y el obispo Salazar escribieron al rey Felipe
II.
Refiriéndose
al robo escribió el Obispo: “Lo que me
aflige no es qué este bárbaro hereje haya robado el Santa Ana, sino que un
joven inglés de 22 años con un miserable barco de cien toneladas se atreviera a
atacarnos en nuestros dominios y jactarse del daño que nos había hecho”
Después de
la rapiña cometida por Thomas Cavendish,
éste siguió la ruta de la corriente que va desde la costa sur de Nueva España
hasta las islas de los Ladrones cerca del archipiélago de la Filipinas y dio la
vuelta al globo bajando por el litoral africano, tomando dirección del norte
hasta regresar a Plymouth poco más de
un año después. El 9 de septiembre de 1588 atracó en este puerto, su barco traía velas de damasco dorado, el
palo mayor del barco “Desire” estaba
recubierto de las telas más finas y su tripulación vestía trajes hechos de
seda. Para la reina hereje: un cofre de perlas y piedras preciosas.
REFLEXIONES
Huatulco, población zapoteca habitada, según los
arqueólogos, desde el siglo X de la era cristiana. Los arqueólogos de las
lenguas indígenas traducen la palabra como: “El
lugar donde se reverencia el árbol”
El vocablo Huatulco no es zapoteca; es nahua, y deriva
de: uatlil= árbol. En esta lengua quiere decir: Huat < cuauhitl =
árbol; coloa = reverenciar; co = lugar. Por la inexactitud de las lenguas
indígenas se impone esta pregunta: ¿Cuál de las dos partículas (co) es la
correcta, en el final de la palabra? ¿(co) de coloa = reverenciar? ó ¿(co) de
lugar?
Por lo
expuesto, la voz “Huatulco” no es zapoteca, su localización corresponde al
dominio de los invasores nahua que se asentaron en la región hacia el siglo XI
de la era cristiana. (12)
(12) Huatulco: Lugar de la costa del sur donde Hernán Cortés construyó en 1525 un
astillero para fabricar naves y poder inaugurar el comercio con el Perú. Cortés fue el primero en construir
naves en territorio novohispano. Por trescientos años se siguieron construyendo
naves que cruzaban los océanos. México desde la Independencia 1821 hasta el
tercer milenio, no ha tenido astilleros para construir naves. ¿Qué pasó?
La Provincia de Guatulco fue creada hacia
1550, por el virrey don Antonio de Mendoza en la costa del mar de Sur,
con cabecera en el puerto de Guatulco, fue de gran importancia marítima por su
comercio con Centroamérica y el Perú. Situado a 15º 44´latitud N y 96º 17´longitud
W. Huatulco estuvo en funciones hasta 1578, cuando se abrió Acapulco al
comercio con el Oriente, abarcaba siete localidades más. El puerto de Guatulco
fue atacado por los piratas muchas veces, los más conocidos fueron: Drake en
1579 y Cavendish en 1587. Hacia 1616 el virrey don Diego Fernández de Córdoba ordenó que fuera abandonado el lugar, pero la
bahía continuó siendo utilizada por los contrabandistas. El Virrey Mendoza, cuidó de abrir nuevos caminos de herradura y
conservar los que el gobierno de Hernán Cortés
y la 2ª Audiencia habían trazado. Cuando el virrey don Antonio de Mendoza
terminó su administración en 1550,
estaban en función los caminos reales y de herradura; desde de la ciudad de
México al puerto de Acapulco, a la ciudad de Oaxaca, al istmo de Tehuantepec y
al puerto de Huatulco; a Michoacán y
a Colima; a Jalisco y al Pánuco; a los minerales de Taxco y Sultepec. El camino mejor trazado y conservado fue el
de la ciudad de México al puerto de Veracruz. En la actualidad, siglo XXI,
Huatulco
es un importante centro turístico
internacional que abarca seis de sus principales bahías.
ESPAÑA,
VÍCTIMA DE LA LEYENDA NEGRA
Durante el siglo XVI, época del nacimiento de los
diversos pueblos americanos, vástagos de la España Imperial. Se iniciaron los
ataques de las otras potencias europeas, llenas de envidia y odio a España,
odio inoculado por los judíos expulsados en 1492. Las Monarquías: francesa, holandesa e inglesa; protestantes
y anti católicas romanas esta últimas. A través de sus corsarios
hicieron la guerra contra el Imperio Español Católico; espada de la verdadera
Cristiandad, representada por el Papado.
En ese acto
de profanación y pillaje nos demuestra el contraste aparecido en la Europa del
siglo XVI. Por un lado Inglaterra, Holanda y la Francia de los calvinistas hugonotes, creadores de la Leyenda Negra antiespañola, para
intentar desprestigiar y destruir a la nación que llevaba la civilización
cristiana a los pueblos bárbaros de Continente americano. Por otro, España solitaria, sin otra ayuda
que su inquebrantable Fe en los
valores eternos del catolicismo, España solitaria, contra todo el mundo.
Trece años
después, del inicio de tráfico marítimo Acapulco-Manila-Acapulco, en marzo de 1566 con la proeza del monje y marino
Andrés de Urdaneta. Comenzaron los
ataques de los ingleses para destruir la navegación española del océano
Pacífico; no lo lograron, a pesar de
que en 1762, los ingleses ocuparon
por dos años la capital de las Islas Filipinas. En el lapso total de 250 años de tráfico marítimo entre la Nueva España
y las Islas Filipinas, los piratas atacaron muchas naos pero solamente pudieron
quedarse con cuatro navíos.
ALGUNAS
PALABRAS SOBRE EL ORIGEN DE LA CRUZ DE HUATULCO
En los
libros de historia de Oaxaca del
siglo XVIII y XIX se habla de una leyenda referente al origen de la Cruz puesta
en la playa de Huatulco,
atribuyéndola al apóstol Santo Tomás.
Hay muchas otras cruces de varios lugares de América que también son atribuidas
al Apóstol incrédulo, por sus viajes
a lugares lejanos. Muchos religiosos historiadores han hecho creer que hace
casi dos mil años llegó al Continente americano la predicación del Evangelio
con este apóstol. Esto, naturalmente no se puede probar con los recursos de la
ciencia histórica. Solamente queda la creencia por la fe, pero en este caso,
tampoco es muy válido, porque no es dogma de fe creerlo.
Permanece
en el campo de las leyendas, de que están llenas las historias de los pueblos
nativos americanos. Sin embargo, el
hecho del milagro, hay que tomarlo
muy en cuenta, porque el intento de destruir la Cruz por los piratas ingleses, quedó frustrado a la vista de muchos
testigos.
El asalto
al puerto y la consecuente profanación de la venerada Cruz que se elevaba en un pequeño alto-sano de la playa constituyen
un hito en la historia de la costa sur del actual México. ¿Quiénes habían sido
los profanadores de la Santa Cruz? Unos jovenzuelos criminales llenos de odio
religioso y hambrientos de riqueza, de tesoros materiales; auténticos agentes
de Satán. Esos piratas eran súbditos de un reino otrora buen católico, pervertido,
por la ambición de sus gobernantes, en centro y Meca de todos los herejes de
Europa.
Los piratas ingleses pudieron robar riquezas
materiales, pero no pudieron destruir la riqueza espiritual que representaba la
Cruz milagrosa,
La Cruz de Huatulco
era el símbolo de la riqueza espiritual que los nativos comenzaban a adquirir,
por medio de los humildes y santos evangelizadores; riqueza
espiritual que los ha sostenido desde entonces.
Después del
milagro, visto por los habitantes del poblado, su fama se extendió por toda la
Provincia. Comenzaron a llegar peregrinos desde muy lejos para adorarla y……
llevarse con ellos, una astilla. A los pocos años la Santa Cruz peligraba, no
por los piratas, sino por los devotos cristianos que ya la habían reducido
considerablemente. Ante este hecho inevitable el obispo Bartolomé de Ledezma
logró hacer un concilio de los principales religiosos de su diócesis para
decidir lo que se debía hacer con la Santa Cruz. El concilio convino en dejarla
en ese mismo lugar, pero protegida y con mejor culto.
Sin embargo
a la muerte de este obispo en 1604, la diócesis de Oaxaca se le dio al Padre
Juan de Cervantes, persona muy conocida en Nueva España y aún en el Vaticano
por sus grandes virtudes y por ser descendiente de uno de los conquistadores
más notorios: don Leonel de Cervantes.
Este nuevo
obispo, después de un proceso escrito en más de mil hojas logró hacer una suntuosa
capilla en la catedral de Oaxaca, en 1612,
a la cual llevó en procesión los restos de la milagrosa Santa Cruz de Huatulco,
ya muy disminuida en su tamaño. Aún se cortaron pedazos para las comunidades
religiosas y otro pedazo de regular tamaño fue obsequiado al Papa Paulo V.
Después de
la muerte del Obispo Cervantes, los restos de la Santa Cruz de fragmentaron de
nuevo, fabricándose varias cruces de la milagrosa madera. Un pedazo de regular
tamaño engarzado en plata fue comprado por el sobrino del Obispo don Antonio
Leonel de Cervantes y
Carvajal,
para su propia capilla. El trozo mayor de la Santa Cruz quedó en adoración en
la capilla de la catedral de Oaxaca. Otros pedazos repartidos en varios
conventos de las ciudades de Puebla y México. El fragmento de don Antonio
Leonel de Cervantes y Carbajal, quedó en la Merced de la Puebla, hasta la
exclaustración liberal masónica del año 1860.
Para que no
fuera profanado el fragmento de 3 palmos de alto, se retiró de la capilla y la
familia Cervantes llevó a su domicilio la sagrada reliquia. Con ellos
permaneció hasta el último descendiente Lic. Don José Javier de Cervantes en
1882. (13) A partir de esa fecha se pierde la pista de este fragmento de la
Santa cruz de Huatulco.
(13) Datos tomados del Segundo Anexo de la
“Historia de Oaxaca”.
El Padre Fray Juan de Torquemada indica en sus
escritos que esa Cruz había sido colocada en Huatulco por el venerable Fray
Martín de Valencia. Esta es la opinión que me parece más probable, y que Hernán
Cortés haya sido quien ordenó colocarla.
IGNORANCIA
DE LA SOCIEDAD MODERNA Y LO QUE NO SE ENSEÑA
La mayor
parte de los habitantes del Continente anglo americano, no saben o no quieren
saber, de qué clase de gente descienden, pero la verdad histórica demuestra que
los llamados yanquis vienen casi en su totalidad, de la hez de la población
inglesa; de los indeseables que la
Monarquía británica expulsó del Reino Unido hacia las colonias angloamericanas,
desde mediados del siglo XVI hasta poco antes de su independencia de Inglaterra
en 1776-1783.
La
República de los “Estados Unidos de América” de origen plebeyo, protestante
calvinista y demócrata. Logró ser reconocida como nueva nación en el concierto
de las naciones del siglo XVIII, en 1783,
con el Tratado de Versalles, Francia, por las tres
principales Monarquías europeas: Francia,
España e Inglaterra. Curioso
reconocimiento de tres Monarquías aristocráticas a una República democrática y antimonárquica.
Por
supuesto: en los países de cultura anglosajona, a las historias de los piratas
se les da muy poca importancia o de plano no se enseña a los escolares, y en el
mejor de los casos, se las trata con un carisma de falso romanticismo. Nunca se
dice la verdad de las razones de los ataques y robos tan reiterativos a los
territorios dominados por España. (14)
(14) Para las personas que quieran ahondar en
este tema; recomiendo el libro “Árbol de Odio” del profesor Philip William Powell,
catedrático de “Historia de España e Hispanoamérica” en la Universidad de Santa
Bárbara, California, USA. Ediciones “Iris de Paz”, Madrid, España, 1991.
LUIS
OZDEN.
BIBLIOGRAFÍA
“Hernán
Cortés”, José Luis Martínez, UNAM, Fondo de Cultura Económica, México, 1990.
“Historia
de Oaxaca”, P. José Antonio Gay, 1998
Editorial Porrúa, México, D.F. Colección “Sepan Cuantos” Nº. 373.
“La Nao de
China”, Francisco Santiago Cruz, Ed. Jus, México, 1962.
“Piratas y
Corsarios en los mares de México”, Juan de Dios Pérez Galaz, Ed. Panorama,
México, 1992.
“El Galeón de
Manila” Revista Artes de México, Nº 143, 1971.
“El origen
del Reino de la Nueva España”, Museo Nacional de Arte, México, 1999.
“21 Libros y Rituales Monarquía Indiana” Fray
Juan de Torquemada. Escrito en 1615. Citas del P. José Antonio Gay. ·”Historia de Oaxaca”
“Árbol de Odio”·,
“Tree of Hate”, Philip W. Powell, Ed. “Iris de Paz”, Madrid España. 1999