No sin razón y más bien
guiados por la prudencia más que por el arrebato se me ha pedido que hable
sobre los Ángeles. Este estudio está dirigido no a exponer el tratado completo de Angelis, cosa que en otro momento se
hará, sino solo sobre los que cayeron en desgracia de Dios porque de ello
depende uno de los novísimos como lo es el infierno, del cual tampoco
trataremos in extenso en estos artículos. Quienes tengan la
curiosidad sana de conocer más sobre este novísimo les recomiendo la lectura de
el tratado Dios y su obra de Royo Marín.
Espero que sepan disculpar mi corto entendimiento sobre este misterio de los Ángeles
para lo cual me apoyo del angélico
doctor de la Iglesia. Con gusto aceptaré cualquier comentario que venga a
ilustrar e iluminar más nuestros entendimientos sobre el tema, sin más quedo a vuestra disposición; R. P. Arturo
Vargas Meza
DE LA PRODUCCIÓN DE LOS ÁNGELES EN SU SER NATURAL.
Conexión de esta con las
demás cuestiones
Empezó Santo Tomas el tratado de los Ángeles
determinando su naturaleza, primero en
sí mismos y después en relación con las cosa corpóreas y por el análisis de sus
facultades y operaciones propias, tanto por parte del entendimiento como por
parte de la voluntad, ordenándose el estudio de las susodichas cuestiones, por decirlo así, al conocimiento
de lo que pudiéramos llamar causa formal de los Ángeles.
Razón de ser de la cuestión
61, orden y conexión de los artículos.
Lo que se ha dicho de la creación en común respecto al
origen y primera causa de las criaturas, del modo como proceden del primer
principio, del comienzo de su duración y de las cosas entre sí, así como de la
existencia y naturaleza de los ángeles en particular en los artículos
precedentes el angélico, prueba abundantemente que también las sustancias angélicas
han tenido su primer origen por creación.
Mas por la especial naturaleza de los ángeles, y sobre
todo por los particulares errores habidos en esta materia, así como por hacerse
expresamente mención de las substancias espirituales en el relato mosaico de “la
creación” se plantea aquí de modo particular el problema del origen de
los ángeles, en orden a dicha solución se estudian cuatro puntos: El
hecho determinando a la vez la causa; el modo, considerándose
en este tiempo y el lugar. El tiempo se establece aquí en relación con la
eternidad, que es la medida de la duración de Dios, y en relación al
principio y duración de las demás cosas creadas.
Los errores. Santo Tomas, en su opúsculo “De
substanciis separatis” que se refiere a los errores de los filósofos
sobre las substancias separadas, reduciéndolos a dos clases: “Algunos enseñaron que dichas
substancias no tiene absolutamente causa de su ser. Otros dijeron que si tienen
causa de su ser, pero no proceden todas inmediatamente de Dios, supremo y
primer principio, sino que por una serie ordenada de los inferiores tuvieron
origen de los superiores”. Dos errores dos etapas de filósofos que se
unieron unos al primer error otros al segundo, en el devenir de los siglos
hasta nuestros tiempos, difícil es poner en este modesto estudio a todos estos filósofos
quien tenga deseo de conocerlos lo remito a la instrucción a la cuestión 61 (1,
q. 61, a. 1).
ENSEÑANZA DE LA DIVINA
REVELACIÓN
La enseñanza de la revelación divina acerca del origen de los ángeles la compendia
el Angélico Maestro en el pasaje siguiente del citado opúsculo: “Lo
primero que enseña firmísimamente la tradición cristiana acerca del origen de
las substancias separadas (argeles), es que todas ellas, lo mismo que las demás
criaturas, han sido producidas por Dios; lo cual se prueba por la autoridad de
las Escrituras canonícas…Y es contrario a la doctrina cristiana decir que las
substancias espirituales de tal forma proceden de Dios, que sean eternas, como
dijeron los platónicos y peripatéticos. Lo que la fe afirma es que comenzaron a
existir después de no haber existido…aunque no se haya expresamente en las
Escrituras canonícas cuando fueron criados los ángeles”. Después de
esta aclaración del Angélico Doctor siguen dos puntos que no veremos en este artículo;
La doctrina de la Sagrada Escritura y la Doctrina de la Iglesia, para ello
remito al lector a la cuestión 61 arriba escrita.
EXPOSICIÓN TEOLÓGICA DE
SANTO TOMAS.
La doctrina del Angélico
Doctor en esta cuestión sobre el origen de los ángeles puede resumirse en los
siguientes puntos:
Es necesario decir que los ángeles han sido creados
por Dios.
El razonamiento que emplea para demostrarlo es breve,
claro y contundente y tiene que ver con el acto y la potencia en todo ser
finito y la distinción real de la esencia y la existencia en toda criatura,
enseñanza que reiteradamente viene inculcando Santo Tomas en la Suma.
El ángel no fue producido por Dios desde la eternidad,
puesto que “en algún momento no existía.
En absoluto ni por parte de Dios, ni de los ángeles,
ni de la acción misma creadora, hay razón alguna intrínseca o extrínseca que
exija la creación eterna de las substancias espirituales, como no hay tampoco
para el mundo sensible.
Respecto al hecho, es un punto en el cual la razón
humana nada puede demostrar apodícticamente, debiendo limitarse y recibir simple y llanamente lo que enseña
la divina revelación, la cual, como hemos visto, nos dice, tanto para los ángeles
como para las demás cosas, “que Dios lo creo todo, no desde la
eternidad, sino cuando quiso y en el principio del tiempo”. Por eso “Toda
doctrina que a esto se oponga debe ser desechada como herética”.
La opinión más probable es que los ángeles fueron
producidos a la vez que las criaturas corporales. Sobre esta opinión existen dos
afirmaciones encontradas; la primera que afirma que los ángeles habían sido
creados antes que el mundo corpóreo y la otra que fueron creados al mismo
tiempo que las demás cosas.
La primera sentencia fue defendida generalmente por
los escritores griegos y algunos latinos; la segunda es llamada comúnmente
opinión de los latinos, aunque la siguieron también algunos griegos.
Fue conveniente que los ángeles fuesen creados en el
cuerpo supremo, llamado cielo empíreo o llamase de otra manera.
La razón de esta conveniencia no se ha de buscar en
que los ángeles dependan del cuerpo en cuanto a sus ser o en cuanto a su
producción, pues son perfectamente inmateriales, sino simplemente por su
relación con el universo, del cual son parte como rectores de la naturaleza
corpórea.
Quizás el fundamento de esta creencia respecto al
lugar en que los ángeles fueron creados haya sido de la manera de hablar de las
sagradas letras y las mismas palabras de Jesucristo a sus discípulos: “Veía
yo a Satanás caer del cielo como un rayo” (Luc. 10. 18)