Quiero animarlos, y darles algunas guías en medio de esta crisis, de los difíciles momentos por los cuales estamos atravesando, para así perseverar y seguir adelante. Este domingo de Sexagésima, Nuestro Señor nos invita a la paciencia. Nos dice que por la paciencia podremos superar las tentaciones, las dificultades para poder ver después pronto la luz de Dios, Su Reino, Su triunfo, el triunfo de la Santísima Virgen María; rezamos porque sea pronto.
Mientras tanto: PACIENCIA, que viene del latín sufrir, significa largo sufrimiento. La paciencia es un fruto del Espíritu Santo, que viene de soportar sufrimientos, la cruz por largo tiempo, pero tiene que hacerse con la ayuda del Espíritu Santo y de la Santísima Virgen María. Es importante entender que la paciencia no es algo humano, al ser un fruto del Espíritu Santo, significa que es un fruto de la acción del Espíritu Santo en nuestra alma, la paciencia.
San Bernardo dice que la virtud más difícil de alcanzar es la paciencia. Por eso es bueno saber cómo trabaja la gracia para poder adquirir la paciencia. Recordemos que si hemos podido aguantar sufrimientos, tentaciones, tribulaciones, es gracias a la gracia del Espíritu Santo, especialmente la fortaleza por la cual Cristo mismo y Su Madre, San José, nos ayudan a cargar la cruz, por el don de fortaleza. Ellos mismos en nosotros toman los méritos de la Pasión de Nuestro Señor y de la Santísima Virgen María al pie de la Cruz, gracias a esos méritos nos dan la fuerza para cargar nuestras cruces. La paciencia es poder cargar la cruz sin quejarnos, o sin tratar de alejar la cruz. Es por esto que es muy muy importante, considerar nuestros sufrimientos como un regalo. Es una gran oportunidad para crecer en el amor de Dios, en gracia, en unión con la Santísima Virgen María, y por lo tanto, es una oportunidad para que el Espíritu Santo actúe en nosotros.
Tenemos la tendencia a pensar que la paciencia que tenemos depende de nuestra fuerza humana, de nuestras virtudes humanas, y no. De nuevo digo, la paciencia, es fruto del Espíritu Santo. Significa entonces, cómo sufrir.
Lo importante no es la cruz que tenemos y que necesitamos para salvarnos, el enfoque debe ser CÓMO CARGAR LA CRUZ.
Eso es la paciencia. Cargar con Fe, Esperanza y Caridad con la ayuda del Espíritu Santo y la Santísima Virgen María. Y más que eso, es Dios en nosotros cargando nuestra Cruz. Solo tenemos que hacer nuestra parte, aceptando con humildad esa cruz. ¿Por qué? Porque el Espíritu Santo actúa a través de la Santísima Virgen María en nosotros. Dios actúa y nosotros estamos pasivos en los dones del Espíritu Santo. Nosotros solo tenemos que aceptar la Cruz y permitir que Dios trabaje en nosotros.
Entonces, ¿cómo es que vamos a permitir que Nuestro Señor y la Santísima Virgen María se hagan cargo de nuestra vida?
Primero, por la humildad. Segundo, por la penitencia. Tercero, por la oración. Por eso Nuestro Señor dice: quien quiera ser mi discípulo, renuncie a sí mismo, tome su cruz (esto significa aceptarla pues la cargo por Ti) y sígueme porque Yo soy el buen Pastor, iremos juntos al Calvario, pero hay que aceptar la cruz.
No sabemos cargar la cruz porque la vemos de manera humana. Por naturaleza queremos huir del sufrimiento, de las tentaciones, de las tribulaciones, lo que tenemos que hacer es ver nuestras cruces de una manera divina, por la Fe. Es el instrumento de Dios para atraerme a Él. Tenemos los demás frutos del Espíritu Santo, bondad, benignidad, constancia, caridad, castidad, modestia, etc. Debemos ver las cosas como Dios las ve. Por eso la Fe es tan importante. Estamos viendo de una manera humana el mal alrededor de nosotros, por eso es tan difícil. Hay que ver este mal como una oportunidad para crecer en unión con Nuestro Señor y Nuestra Señora. Es algo necesario para nuestra salvación, para nuestra santificación.
El termómetro para saber si estamos cargando bien la cruz es la PACIENCIA. Si somos pacientes a través de la fe, humildad, penitencia, renuncia, significará que estamos CARGANDO BIEN NUESTRA CRUZ. Para adquirir la paciencia hay que tener siempre esta actitud durante el día, toda la vida. Si vemos las cruces como bendiciones, como oportunidades, le permitiremos a Dios cargar nuestra Cruz.
NO QUEJARSE DE NUESTRAS CRUCES NI DE LOS MALES. VAMOS A CRECER EN FE ESPERANZA Y CARIDAD AUTOMATICAMENTE SI TENEMOS PACIENCIA Y ESTAREMOS PRACTICANDO LA CARIDAD FRATERNA TAMBIÉN. DEBEMOS PEDIR DIARIO LA SABIDURÍA DE LA CRUZ. ESTA ES LA CLAVE AMAR LA CRUZ.
Para adquirir la paciencia hay que tener siempre esta actitud durante el día, toda la vida. Si vemos las cruces como bendiciones, como oportunidades, le permitiremos a Dios cargar nuestra Cruz.
NO QUEJARSE DE NUESTRAS CRUCES NI DE LOS MALES. VAMOS A CRECER EN FE ESPERANZA Y CARIDAD AUTOMATICAMENTE SI TENEMOS PACIENCIA Y ESTAREMOS PRACTICANDO LA CARIDAD FRATERNA TAMBIÉN. DEBEMOS PEDIR DIARIO LA SABIDURÍA DE LA CRUZ. ESTA ES LA CLAVE AMAR LA CRUZ.
Hagamos esta petición a la Santísima Virgen María.