Las concesiones otorgadas a la
Fraternidad Sacerdotal San Pío X con motivo del “Año Jubilar de la Misericordia”
y el agradecimiento de la FSSPX por el “favor” recibido, son un gran escándalo
para todos los católicos que quieren permanecer fieles a nuestra sacrosanta
religión católica. Es un escándalo para cualquier católico que ame la verdad y que por
lo tanto odie el error.
Primeramente el año jubilar es
convocado para celebrar y dar “gracias” por el 50 aniversario de la conclusión
del Concilio Vaticano Segundo, que como muchos ya saben esta plagado de errores
y fue la legalización del espíritu
liberal de la revolución francesa en la Iglesia. El CV II adoptó los principios
masónicos de libertad, igualdad y fraternidad mediante la institucionalización
de la libertad religiosa, el ecumenismo y la colegialidad. ¿Cómo se puede dar
gracias con un año Jubilar por este motivo? ¿Francisco a quién quiere dar
gracias? Es claro que, ¡a la Santísima Trinidad no! ¿Quiere dar gracias
entonces al “dios” cosmos que inventó en su nueva encíclica Laudato Si? Pues
bien el Concilio Vaticano II y sus frutos van en contra de la voluntad de Dios.
Entonces Francisco “usa” de un año Jubilar para agradecer tal catástrofe en la
Iglesia. Parece que se burla de los que todavía tienen la Fe Católica.
Francisco quiere que como fruto
del año jubilar tengamos un encuentro con el judaísmo y el islam ( “este año Jubilar vivido en la misericordia
pueda favorecer el encuentro con estas religiones y con las otras nobles tradiciones
religiosas, nos haga más abiertos al diálogo para conocernos y comprendernos
mejor..”). ¿Cuál es la relación de la única Verdadera Religión Católica con
las religiones falsas antes escritas? Ninguna. Pero Francisco ya no profesa la
religión católica profesa la religión del Vaticano II la cual es otra muy
distinta a la que hemos recibido del Magisterio auténtico de la Iglesia.
La Fraternidad San Pío X debió
haberse deslindado del año jubilar y rechazar el “regalito” del reconocimiento
de Jurisdicción Ordinaria para escuchar confesiones. Dos enemigos en guerra
jamás se envían ni se aceptan regalos. Es evidente que la FSSPX no esta en
guerra contra los errores de la iglesia conciliar ni de aquellos prelados que
los perpetúan.
Por el contrario antes bien, mons. Fellay en su Carta a los Amigos y Benefactores No. 84 dijo: “¿Habrá que privarse por ello de las gracias de un Año Santo? Todo lo contrario. ¡Cuando las compuertas de la gracia se abren, hay que recibirla en abundancia! Un año Santo es una gran gracia para todos los miembros de la Iglesia. Vivamos, pues, de la verdadera misericordia, como nos lo enseñan todas las páginas del Evangelio y de la liturgia tradicional.”
El
objetivo de este año “Santo” de Francisco es el “encuentro” ecuménico
con las demás religiones falsas, es el deber de un obispo católico denunciar el error y reafirmar la Fé, esto no
se ha hecho y es una omisión grave.
Peor
aún la FSSPX agradece el favor de Francisco en conceder “validez y legitimidad”
a los Sacramentos de la Penitencia administrados por sus sacerdotes. Sabemos
bien que esa concesión no es necesaria aceptarla porque los sacerdotes de la
FSSPX administran ese Sacramento válido y lícito mediante la jurisdicción
extraordinaria por el estado de necesidad que los mismos conciliares generaron.
Entonces bien, si no rechazan esa “concesión” significa que aceptan que ya no
hay estado de necesidad y entonces ya no hay motivo por el cual resistir. La
aceptación de este regalo es un mensaje oculto dirigido al católico tradicional,
que está en lucha contra del modernismo, de deponer las armas y entregarse a la
iglesia de Francisco. En estos tiempos apocalípticos podemos citar aquellas
palabras de Nuestro Señor “..esta es la hora del poder de las tinieblas..”
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