Continuación...
El Concilio de Florencia (1438-1445) define que la Fe de la Iglesia debe
tener el Rito recibido y aprobado, en
otras palabras, no es suficiente que el Rito sea aprobado, para ser liturgia de
la Iglesia Católica, sino que debe ser el Rito recibido, que significa de las
generaciones anteriores. La definición de la Fe dice que quien quiera que diga
que un Pastor de cualquier rango tiene la capacidad, tiene el poder de reemplazar
el Rito recibido y aprobado por uno nuevo y diferente, si alguno dice que un
Pastor tiene ese poder sea anatema, es un herético que no tiene la Fe.
Y, desde 1965 tenemos un rito nuevo reemplazando el Rito antiguo. Y, el
argumento fue que un Papa del pasado no puede imponer su voluntad a un Papa del
futuro. Pero Quo Primum, el documento del Papa Pío V, cuando publicó el Misal de 1570, dice que
nadie ni un Cardenal, ni un Obispo, ni un Superior religioso, pueden prohibir que un sacerdote católico diga esta Misa. El Papa Pío V lo dijo porque este
Rito de la Misa lo tenía identificado como el Rito recibido y aprobado, ni siquiera
un Papa lo puede cambiar por uno nuevo.
Entonces, además de la parte dogmática, tenemos la voz de la profecía. San
Pablo nos dice: no despreciemos la profecía. Leer el Mensaje de Nuestra Señora
de Fátima como si pudiéramos tomarlo o dejarlo es despreciar la profecía. Entonces,
la parte dogmática y la profecía de Nuestra Señora nos dicen: NO CAMBIEN LA
MISA. Después de 40 años podemos ver los resultados. Si Nuestra Señora dijo que
es un suicidio hacer eso vemos lo que está sucediendo. En varios estados de
Estados Unidos se están cerrando Iglesias, una tras de otra. ¡Cuántos
sacerdotes sudaron, se sacrificaron, trabajaron por generaciones por conservarnos estas iglesias!
Podemos decir: yo sí lo veo, pero, ¿qué puedo hacer yo? Primero que nada ver
que el fruto de cambiar la Misa es que ya nadie va a Misa. Nadie es una
exageración, en lugar del 70% que iba a
Misa, ahora lo hace el 20%. Podemos ver estos hermosos edificios vacíos, se
está vendiendo y dando al César lo que
es de Dios.
Un mal clero es un castigo de Dios. Es el peor de los castigos que Dios
les puede dar a los hombres, tener pastores que no guíen las almas y por el
contrario las lleven al infierno. Así que lo primero que tenemos que hacer es
hacer sacrificios y rezar para que Dios nos envíe buenos pastores, si hacemos
esto, Dios permitirá que los malos pastores se conviertan o los retira
mandándoles enfermedades para que ya no puedan ejercer sus funciones. Veamos
los pastores que tenemos desde hace 40 años y las decisiones que han tomado.
¿Qué otro peligro tenemos para la Fe? Hay dos maneras de difundir la
herejía. Una de ellas es negar algún artículo de la Fe, y decirle a la gente
que esta es la Fe y no la que ellos creen. Pero la mayoría de las herejías no
se difunden de esa manera. La mayoría de las herejías se difunden
indirectamente. Por ejemplo, los católicos en Inglaterra en tiempos de Enrique
VIII, cayeron en la herejía no por una doctrina explícita, sino por hacer
prácticas que promovían la herejía. Por ejemplo, mucha gente no sabe que la
práctica de la comunión en la mano fue introducida por los protestantes. No era
común en la Iglesia, nunca fue común en la Iglesia. La comunión en la mano fue
introducida para lograr que los fieles pensaran que el Santísimo Sacramento no
es tan importante. Que realmente no es el Cuerpo de Cristo. Así que al
introducir esta práctica y difundirla, los fieles van perdiendo la Fe en la
Presencia Real. Para los protestantes la Misa no es un sacrificio sino sólo una
conmemoración. Así que en Inglaterra retiraron el altar y pusieron una mesa. Así
que en lugar de enseñar explícitamente una herejía, por años practicaron que la
Santa Misa era solo una cena, y es ahí donde está la herejía. Por eso se dice
que la manera en que rezamos es cómo
creemos. Si se cambia el cómo rezar, se cambia la creencia. En Inglaterra se
introdujeron prácticas que favorecieron la herejía. Si Nuestra Señora nos dijo
que es un acto suicida cambiar la liturgia, podemos ver que cuarenta años
después la gente ya no va misa. Ahora vemos en universidades que presumen de
ser católicas profesores que están a favor del aborto.
Apostasía en sí misma significa rebelión contra Dios. Un pagano quien nunca
se ha bautizado no puede ser un apostata. Sólo los católicos bautizados pueden
ser apóstatas. El apóstata es quien recibe la fe y luego la rechaza…”
Si consideramos por un momento que
Dios es el Bien Supremo, a pesar de que hay muchas cosas buenas en el mundo,
son cosas creadas, Dios es el único Bien
Supremo. Cuando hay una rebelión en una familia o en una nación, por ejemplo,
es una rebelión, justificada o no, Dios lo sabe, pero es sòlo contra un bien creado limitado. Pero la
rebelión contra el Bien Supremo es apostasía.
Esta es la misma apostasía que està predicha en las Escrituras, la misma
que el Secreto nos dice que estamos
viviendo hoy. Entonces, además de que cambiaron la Misa, esto no termina aquí. El
Concilio Vaticano II también està mencionado en el Secreto; dice que vendrà un
concilio malvado. Para muchos católicos debe ser difícil de creer que un
concilio pueda ser malo, pueden pensar que es una contradicción pero no es asì.
Una cosa es un concilio y otra cosa es un concilio malo. Malo es la falta de
algo que debería estar ahí. ¿Còmo saber que un concilio es malo? Nuestro Señor
nos dijo: Por sus frutos los conoceréis. Si hay documentos que den lugar a
malas interpretaciones, el documento mismo està mal; y es eso lo que tenemos en
el Concilio Vaticano II. En Portugal se conservarà siempre el dogma de la Fe,
dijo Nuestra Señora en Fàtima. Està implícito que en otras partes el dogma de la
Fe no será preservado. Y ¿por què? Por
el Concilio, que nos da ambiguos pronunciamientos. La Iglesia siempre ha
mandado ser muy clara, no puede dar documentos que no lo son. Cuando Nuestra
Señora dice en el Secreto, como señala el Padre Kramer, que el Cardenal
Ratzinger de dijo a su amigo que habrá un concilio malo en la Iglesia, tenemos
ya dos peligros para la Fe.
La respuesta a estos peligros es
primero, asistir a la Misa Tridentina y la segunda, ignorar las enseñanzas del
Concilio Vaticano II. No ignorar lo que la Iglesia siempre ha enseñado. Los
resultados del Concilio Vaticano II han sido confusión y pèrdida de la Fe. Ahora
van ustedes a comprender por què el Tercer Secreto de Fàtima no ha sido revelado.
Un principio fundamental de nuestra salvación
es la Fe. El dogma de la Fe. El segundo fundamento es la Liturgia Tradicional y
la tercera son los sacerdotes quienes deben mostrarnos el camino para ir al
Cielo. Estos tres fundamentos han sido minados. Si nuestra Fe està en peligro,
nuestra propia salvación està en peligro también. Por eso Nuestra Señora no podía permanecer callada. Es por eso que
nos dio el Tercer Secreto. No es solución permanecer ignorantes ante los
peligros de la Fe. Por eso Nuestra Señora
nos dijo que sòlo Ella puede ayudarnos. Estamos en un tiempo muy
difícil. Nosotros no elegimos vivir en estos tiempos, Dios nos elegiò para
vivir en este tiempo. Es el mejor de los tiempos y a la vez el peor de los
tiempos. ¡El mejor de los tiempos! Santa Teresita del Niño Jesùs nos envidiarìa.
Ella hubiera querido vivir en nuestro tiempo porque dijo que habrìa grandes
santos en este tiempo. Asì que tenemos grandes retos.
Aprovechemos la ocasión. Dèmosle
gracias a Dios por el mensaje de Nuestra Señora en Fàtima y recordemos que Sor
Lucìa dijo que Nuestra Señora ha dado una nueva importancia al rezo del Santo
Rosario debido a las dificultades y
peligros en los cuales estamos. Como los peligros para la Fe no se han
reconocido, y la gente ha perdido la Fe entonces todo el mundo será castigado.
Sigamos rezando, primero que nada
por nuestra propia salvación y en
segundo lugar Nuestra Señora dijo que muchas almas van al infierno porque no hay quien rece y se sacrifique por ellas. Recemos
y hagamos sacrificios por los pecadores para que despierten y recuperen la Fe,
si no tienen la Fe no pueden rezar ni sacrificarse por ellos mismos. El cuantas
almas se van a salvar depende de cada uno de nosotros. Papa Pìo XII nos dice
que es un gran misterio que el número de almas que van a salvarse dependerá de
que tan bien los católicos cooperan con la gracia de Dios, Dios los bendiga”.