LOS ACONTECIMIENTOS MUNDIALES A LA LUZ DE LOS SECRETOS DE LA SALETTE Y DE FATIMA
Tercera parte:
Cuando
se quiere utilizar
al ejército en 1917 ya es tarde,
la revolución comunista de ya había ganado la partida contra el Zar Nicolás II.
Lo que sigue es una matanza atroz contra las facciones que no colaboraron con
el movimiento comunista incluyendo a la Iglesia Ortodoxa que fue el principal
blanco puesto que sus enemigos no eran otros que los Judíos como lo demuestra
fehaciente-mente el libro “Complot contra la Iglesia” de cuya obra solo
extraemos aquello que compete a la Iglesia Ortodoxa Rusa: “Murieron veintiocho Obispos, 1,219 sacerdotes” ya no hablemos de los feligreses
porque toda cantidad que se mencione de ellos es inexacta entre obreros y
campesinos. Con esta inhumana cacería se pensó en dar un golpe demoledor a los
ortodoxos rusos, pero no fue así.
Todo
esto acontecía paralelamente a las apariciones de Nuestra Señora en Fátima que
concluyeron precisamente el mismo mes en que la revolución bolchevique ocupo el
poder en Rusia. Desde ese momento se sucedieron persecuciones atroces contra el
clero y los fieles ortodoxos llevadas a cabo aun por los propios líderes de tal
revolución bolchevique como Lenin y troski, con el famoso tren de la muerte, y
después José Stalin quien, a pesar de los pesares, pactó una tregua con ellos
y, además, pidió la colaboración del clero para que acompañara en la II guerra
mundial, a sus 350 brigadas que contaban con muchos rusos practicantes, a
cambio les prometió que, al fin de la campaña, abriría cinco santuarios más
famosos en todo Rusia, palabra que cumplió. De esta manera el pueblo ruso tenía
ya oficialmente cinco santuarios en donde manifestar su fe aunque fuesen
estrechamente vigilados por el líder en turno.
No
cabe duda que la consigna primera y principal, por no decir la esencia, del
marxismo-leninismo o también llamado “socialismo
práctico” es la lucha antirreligiosa que consiste en la erradicación de
todo rastro de religiosidad. No tan solo la guerra contra las sectas sino
principalmente contra la Iglesia Ortodoxa, que es su principal enemiga y que es
la más numerosa dentro del territorio ruso, esta lucha se ha asumido como el
signo de una verdadera empresa contra Dios mismo. Cierto es que, durante varios
años, las iglesias se mantuvieron desiertas pues la autoridad eclesiástica
había ordenado a los fieles que no se empeñaran en buscar el martirio, salvo en
caso de absoluta necesidad para la salvación de su alma a pesar del “concordato”.
Con todo esto en 1967 se
hizo un censo o “investigación
sociológica” que arrojó como resultado 50 millones de gran rusos, de
ucranianos y de bielorrusos se creían ortodoxos creyentes ya que no todos
practicaban por falta de sacerdotes o en razón de “circunstancias exteriores a su voluntad.” Esto causó un verdadero
espanto en la Nomenklatura y el
especialista en asuntos religiosos del comité central Leonid Iliichev recibió
consignas drásticas de erradicación. También se había descubierto, en efecto,
que no pocos miembros del partido comunista hacían bautizar a sus hijos,
intentaban casarse religiosamente y pedían consuelo religioso en articulo mortis. A este panorama
desalentador de por sí, habrá que agregar a unos quince millones de musulmanes,
que frecuentan la mezquita aun cuando se apuntan en el Comité Central o actúan
como primeros secretarios del partido comunista.
En
1986 comienza la caída de la Unión Socialista de Repúblicas Soviéticas más
conocida por (U. R. S. S.) PERO NO DEL
COMUNISMO COMO TAL, como muchos contemporáneos piensan e incluso afirman. Y
en 1991 se da la transición de la sovietología como término político, pero NO DE LA POLITICA COMUNISTA (de la cual
hablaremos más abajo) como nos quieren hacer creer.
Ahora bien, ¿como en medio de este vaivén de la Unión
Soviética La Iglesia Ortodoxa se mantuvo incólume ante sus enemigos? Sí,
Gracias a una profunda conciencia nacional, fruto de aquella sincera conversión
al catolicismo. El pueblo ruso, que proviene de una fuente genuina religiosa y
que sigue alimentando las almas sin agotarse jamás, continua adelante. Debemos
concluir necesariamente que sin la intervención de la reina del cielo, a quien
ellos le tienen una tierna devoción, no los abandonó nunca y que, conserva y
mantiene su devoción.
Ahora, que Nuestra Señora, a pesar del
cisma, los siga sosteniendo y que ese mismo deseo tanto de Nuestra Señora como
de ellos, de convertirse a la fe católica, es el resultado de una mención especial
por la cual Nuestra Señora en Fátima los
haya mencionado señaladamente y nos pidiera, por medio de las oraciones,
sacrificios y penitencias la conversión de esta gran Nación. Si, por desgracia, somos ingratos esta misma
nación está sobre nuestras cabezas como la espada de Damocles, en donde se nos
presenta no solo como un castigo sino como la iniciadora de una gran catástrofe
mundial que puede terminar con las tres cuartas partes de la humanidad.
LA
TRANSICIÓN 1991
En
este año tienen especial importancia varios acontecimientos muy importantes:
La
derrota desastrosa de la Unión Soviética en Afganistán, en la cual tuvo mucha
participación Estados Unidos quien apoyo decididamente a los Talibanes,
recordemos este antecedente porque esa será y es en la actualidad su forma de
actuar que no quieren colaborar con sus intereses, que la forzó a retirar sus
tropas del frente.
El
9 de Noviembre de 1989, después de varias manifestaciones en Alemania Oriental,
es destruido el muro que dividía a las dos Alemanias y con ella cayo el bloque
del este.
La muerte de Leónidas Breznev acaecida unos años
antes el 10 de Noviembre de 1982.
En 1985 Mikail Gorvachov es nombrado
presidente de la Unión Soviética sus impopulares medidas de gobierno unidas a
un sistema colapsado llevaron a que en el año 1989 se llevara a cabo un
referéndum donde el 78% de la población opto por El “SI” a la continuidad de la
Unión Soviética. Pero con el tratado de Belovesh...