En el estado de necesidad por el que el remanente resistente de la Iglesia Católica está pasando, situación crucificante que ha causado la actual apostasía indiscutible de la jerarquía oficial.
A los sacerdotes nos exige y nos impulsa el deber imperante de crear soldados para el ejército de Cristo Rey ante este desastroso estado de necesidad. Es una obligación de defensa de nuestra fe y nuestras almas el usar de la jurisdicción de suplencia que la Santa Iglesia Católica nos otorga en estás circunstancias a los sacerdotes para conferir el sacramento de la CONFIRMACIÓN y más aún mientras constatamos la ausencia completa y evidente de obispos no comprometidos con la nueva religión mundialista del Novus Ordo.