Las Causas de la Tristeza y sus remedios
Sermon Padre Rafael OSB
Queridos
amigos ya es el miércoles de Pascua, quisiera meditar un tema importante que
las personas estan pidiendo que hable porque hay mucho sufrimiento y mucha
tristeza hoy en dia. Sabemos que en la Pascua Jesucristo saluda a los apóstoles
con “la paz sea con vosotros”, y entonces la paz San Aguistín dice es la
tranquilidad del orden, y tambien la paz se define como aquella tranquilidad
que da el estar haciendo su deber y que los apetitos y las pasiones estan
disfrutando el deber: la voluntad de Dios, esa tranquilidad que da el amor de
Dios cumplido en la práctica, por eso es un fruto del Espiritu Santo y es un
fruto del don del consejo también. La paz es el fruto precisamente de la
voluntad Dios. Entonces por eso es que lo que quiero predicarles cuales son las
raices y los remedios de la tristeza para poder tener paz.
La
tristeza es cuando hay un mal presente, la reacción del hombre a un mal
presente es tristeza y la paz precisamente es lo contrario, la alegría y la paz
es lo contrario, cuando hay un mal presente se conserva la tranquilidad y la
serenidad.
Hay
cinco causas principales de la tristeza, primero la enfermedad, la enfermedad
aveces es algo temperamental, aveces las personas son mas sencibles que otras.
Hay que aplicar el remedio de elevarlos a nivel de la fe a las personas,
decirles que la salud esta siempre a servicio de Dios y Él sabe que hace con
nuestra salud.
La
siguiente causa de la tristeza es la falta de la mortificación de las pasiones,
esto es muy importante, porque esa falta de mortificación causa que seamos
impacientes. Como no estamos acostumbrados al sufrimiento y a la contrariedad,
en cuanto surge una contrariedad somos impacientes, nos molestamos, perdemos el
equilibiro y la tranquilidad. Somos imcapaces de sufrir las mínimas exigencias
de cualquier persona como un defecto, un problema o una actitud, no queremos
hablar con nadie, estamos de mal humor, enfadados y deshabridos cuando pasan
problemas. No hay paz dentro del corazón porque estan sueltas las pasiones y no
están controladas. La mortificación no está ahí, la mortificación es la que
sujeta y domina las pasiones.
La
siguiente causa de la tristeza es la afición a las cosas mundanas, San Agustín
dice que forzosamente se va entristecer el que ha sido privado de aquello que
deseaba. El que tiene su corazón al mundo y tiene algo que no puede conseguir o
algo que no se le da, empieza la tristeza, porque uno le pone demasiado interés
y apego a las cosas del mundo. El que vive deshacido de todas las cosas del
mundo y pone su deseo y gozo en Dios se vera siempre libre de la tristeza de
este mundo, un católico si pierde un bien material muy grande no le duele, no
le tiene que doler, eso decia San Pablo “los que tienen casa viven como si
no tuvieran casa”, los que tienen algo vivan como si no lo tuvieran, porque
todas las cosas materiales estan al servicio y son medios para amar a Dios y
para salvarnos, y si Dios los da y los quita debe ser lo mismo, que lo da o que
lo quite debe ser lo mismo para un católico que esta desapegado del mundo, esas
son cosas del evangelio. Por eso es que uno pierde algo del mundo y uno se pone
triste, o yo quiero que esta persona se comporte asi para no tener que sufrir,
y no se comporta asi como yo quiero entonces uno se pone triste. Pero si uno
que esta apegado a Dios, haga lo que haga la persona uno esta tranquilo.
La
cuarta causa de la tristeza es la soberbia, mientras la soberbia reine en nuestros
corazones siempre habra tristezas y melancolías, siempre habrá ocaciones,
siempre tendremos penas y sufrimientos, porque uno no esta indiferente a
cualquier cosa que la voluntad de Dios o la obediencia nos mande, un soberbio
quiere las cosas a su manera. La humildad es ponerse en la realidad, de que uno
es nada y no merece nada y Dios es todo y se haga su voluntad y Él decide lo
que va a pasar, por eso la soberbia es la causa de tantas penas y tormentos,
realmente de todo. Job nos puso el ejemplo de la humildad, él perdio todo,
estaba enfermo, ya no tenia amigos, estaba perseguido y murieron todos sus
hijos, la esposa le dijo que porque estaba tan tranquilo y que mejor renegara
de Dios, y el dijo no, si de Dios recibimos cosas buenas porque no hemos
recibir de buen corazón las cosas malas que Dios permite que recibamos, y
estaba Job tranquilo, ni una palabra salió de su boca de crítica o renegación.
Muchas veces no es el problema el trabajo o las dificultades que tenemos que
sobrellevar, el problema es que no se cumpla lo que nosotros apetecemos o
deseamos, de ahí viene la tristeza. No viene de la dificultad del trabajo que
es nuestro deber, porque Dios nos da la gracia suficiente y lo que necesitamos
para cumplirlo. El problema no es la cruz, el problema es como cargamos la cruz.
El problema es cargar la cruz con soberbia porque yo quiere algo mas, algo
diferente a lo que me tocó, de ahí viene la tristeza, y como no tengo algo o
algo que yo quiero y es diferente a lo que tengo, viene la tristeza, lo
considera un mal y ese mal me pone triste, siendo que eso que no me toca es
volutad de Dios, no tengo que estar triste. La soberbia tiene deseos de honra,
nos pueden hacer algo que no nos gusta y respondemos “porque yo”, “porque asi”,
“porque ahora”, “porque en ese lugar”, eso es la soberbia. La humildad hace mas
fácil lo trabajoso, es lo que hace que lo pesado sea fácil y ligero, el pensamineto
y el temor de que aquello que vamos a perder es suficiente para ponernos
tristes y quitarnos la paz.
El
quinto motivo de la tristeza es no cumplir la voluntad de Dios, no hacer uno lo
que debe conforme a su estado y profesión, eso es lo que causa la tristeza. Es
la experiencia, nos lo dicen, siempre estamos alegres en la medida que
cuidadosamente cumplimos nuestro deber con exactitud, eso es muy cierto,
ponganse a pensar, por mas duro que sea, cuando cumplimos nuestro deber estamos
contentos, aunque sea muy duro; por el contrario, se encuentra uno realmente
triste cuando no hace con lo que debe, no cumlir con nuestro deber nos pone
siempre tristes en cualquier nivel, ¿se fijan como es nuestra culpa la
tristeza?, por eso es que el pecado es la fuente de la tristeza. Por ejemplo
cuando Caín mato a Abel, dice la escritura que Dios le preguntó ¿Caín porqué
estás enfurecido y porqué andas con el rostro cabizbajo?, estaba triste Caín
despues de su crimen. No hay pena mayor que la mala conciencia, aunque no acuse
los testigos exteriores el testigo interno de la mala conciencia siempre nos
acusa, por eso no hay tranquilidad. No puede uno alejarse de la tristeza sin
abondonar uno el pecado, para poder abandonar la tristeza hay que dejar
necesariamente el pecado, por eso cuando Jesús dice la paz os doy, esta
deseando que odiemos el pecado, ¡claro!, lo unico que nos quita la paz es el
pecado, no es la cruz, no son los defectos de mi prójimo, no es la crisis de la
iglesia, no es que no tenga sacramentos, no es que mi marido sea tal como es,
no es ese el problema; el problema es que uno sea pecador y soberbio y no esta
mortificado, ese es el problema.
Entonces
los remedios son: la practica de la virtud, el que siempre cumple con la
voluntad de Dios tiene en sí el remedio de la tristeza. San Bernardo decía “No
querráis estar jamás tristes, para eso vivid bien, el que vive bien siempre
esta en alegria”, claro vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, y San
Ambrosio decía “El que practica la virtud está tranquilo, contento y
estable, Dios le reserva el don precioso de la paz y de la alegría, los corazones
virtuosos no se conmueven con las cosas de la tierra”; que enfermedades,
que palgas, que persecusiones, que no me quieren, que tienen defectos y que
hacen injusticias: bendito sea Dios.
Otro remedio de la tristeza es la confianza en
Dios, por eso yo les decía en domingo: hoy mas que nunca hay que hacer muchos
actos de confianza en Dios; por ejemplo: Sagrado corazón de Jesus en Voz
confío. Dios conoce el mal que nos aflige, y Dios es poderoso para
librarnos de el y con ardientes entrañas de misericordia desea consolarnos,
pero somos soberbios, no nos gusta lo que Dios nos da y queremos otra cosa
diferente, ahí esta el problema. Dice el profeta David en el salmo “¿Porqué
estás triste alma mía? ¿porqué te conturbas?” es lo que decimos al
principio de la misa, y la respuesta es Esperaremos en Dios y aún le
seguiremos alabando, porque es la alegria de nuesta juventud, esperar en
Dios esa es la alegria, ¡claro! Si no tengo lo que quiero, entonces me conformo
con lo que Dios me dió, y lo que no tengo se lo pido a Dios si es que su
voluntad, entonces espero en Dios, y si no me lo da bendito sea Dios pero si me
lo da se lo agradezco y le sigo pidiendo. En otro salmo dice “Abatida esta mi alma Dios mio, siempre estoy
abatido, pero me voy a acordar de ti, desde la tierra del Jordan, desde las
cumbres del Hermón, y de los montes de Misar”.
Tambien otro remedio eficaz de la tristeza es la oración, como mantener la paz y la gracia y ayuda de Dios, es lo que dice Santiago “El que está afligido, ore, y si está de buen ánimo, cante”, la oración es nuestra comunicación con el cielo, la morada de toda alegría, el cielo es la alegría eterna. Cuando nos ponemos en oración automáticamente entramos en alegría, ponganse a pensar en eso, hacemos lo contrario, estamos tristes no queremos rezar, la morada de la alegría es el cielo sin mezcla de tristeza. Y también el pensamiento del cielo nos quita la tristeza, eso hay que decirle a la gente, precisamente a la gente que esta muy desanimada, como piensan mucho en el mundo, en sí mismos y en su salud, están tristes, decirles “piensen en el cielo” para hacerles desaparecer las tristezas del corazón para que se aligere el tedio de esta vida al considerar que esta vida es un camino y un lugar de destierro que nos conduce una patria definitiva de felicidad eterna, todos mientras peregrinamos podemos decir con el salmista “Me alegre cuando se me dijo vamos a la casa del señor”.
La
quinta cosa para el remedio de la tristeza y para adquirir la paz es despreciar
las cosas de la tierra, las cosas de la tierra son para servirnos de ella con
moderación, son medios para vivír, nunca nos deben llenar de inquietud, e
inclusive el no saber el futuro, lo que no podemos en el futuro Dios lo va a
poder. No hemos nacido para las criaturas, aquí hay mucho desorden en cuestión
de la familia, se muere la mamá, se muere el papá, se muere el hermano, el
esposo y nada las puede consolar, pues esas personas que murieron son para Dios
no para uno, fueron prestados, si se van pues los alcanzamos despues, si es que
nos portamos bien.
Y
por último, el último remedio de la tristeza es el amor al trabajo, es la
fuente de la sana alegría del bienesta para el hombre hacer su deber de estado,
como hormiguitas muy trabajadores. Y la pereza es madre de todos los vicios y
por consiguiente la pereza trae tristeza, porque uno empieza a pensar cosas que
no son buenas y como no los puede tener empieza la tristeza.
Queridos
amigos entoces que no nos engañemos que no nos engañen nadie, porque
precisamente porque nos engañan y nos dejamos engañar, viene todo esto sobre
nosotros. Pidamos a la Santisima Virgen Maria que nos ayude a entender para
tener siempre alegría y paz en esta vida.