“… cuando recibimos el Sacramento
de la Confirmación el Obispo nos da una bofetada. Significa que si somos
fieles, si adoramos al Dios verdadero con todo nuestro corazón, que si tenemos la Fe en nuestro corazón y la
hacemos el centro de nuestra vida vamos a recibir una bofetada, vamos a ser
atacados, vamos a experimentar dolor, vamos a ser perseguidos.
No hay un solo santo que no haya sido perseguido, ni un solo santo que
no haya tenido que pelear contra los herejes. San Antonio de Padua era conocido
como el martillo de los herejes. Santo Domingo tuvo que pelear con los herejes,
lo mismo San Francisco peleó contra los enemigos de Dios, tuvieron que pelear
contra los reyes y emperadores malvados; tuvieron que pelear para salvar sus almas y todos
fueron atacados y todos fueron perseguidos.
El primero que amó a Dios y el primero en amar la verdad fue perseguido
y su nombre es Abel. Por lo tanto, en el
Sacramento de la Confirmación recibimos una bofetada, entonces vamos a ser
perseguidos, y si no somos fieles no vamos a sufrir por la
Fe y eso significa que no la tenemos. Si
no sufres por causa de tu Fe, significa que no la tienes, es muy sencillo. Significa
que no es el centro de tu vida, significa que no es la cosa más importante.
Cuando los soldados en tiempo de
guerra se iban a los campos de batalla, el sacerdote y el Obispo solían
bendecir su arma, el obispo los bendecía con su espada y les decían: “La espada
es tu Cruz, si estás muriendo en el campo de batalla, besa tu espada y
recibirás indulgencia plenaria”. Cuando
besaban esa espada, besaban la Cruz, tenían un acto perfecto de contrición de
sus pecados y morían con el perdón de sus pecados como si se hubieran confesado.
Muchos de nuestros antepasados también estuvieron sin sacramentos, muchos
murieron sin ellos; no sólo es el caso
famoso del Japón que estuvieron 200 años sin sacramentos.
Ahora nosotros nos encontramos
sin sacramentos, ¿por qué? Porque hay comunistas dando los sacramentos,
nosotros no vamos con los comunistas, porque hay herejes dando los sacramentos,
nosotros no vamos con los herejes, los hay
de quienes están separados de la Iglesia, nosotros no vamos con los que están
separados de la Iglesia.
Estamos en tiempo de confusión donde hay hombres buenos, de buen corazón
como los de la Sociedad San Pío X, los de la Fraternidad de San Pedro, los de
las Comunidades del Indulto y los sacerdotes que dicen la misa del Novus Ordo y
la Misa en latín, ellos aceptan el
Vaticano II y esto es contra Dios. Quizás ellos se van a salvar y tengan la Fe
en su interior pero están poniendo en peligro a muchísimas almas y alejándolas
de Dios. Cincuenta años después del
Concilio Vaticano II las almas cada vez se alejan más y más de Dios.
Vivamos de acuerdo a nuestra Fe. No
hagamos compromisos con la Fe. El primer hombre que murió fue por adorar a Dios,
Abel adoró a Dios de una manera agradable, Caín no lo adoraba como Dios quería;
Caín adoraba al Dios verdadero pero su adoración no era agradable a Dios, Abel
adoraba al Dios verdadero y su adoración sí era muy agradable a Dios.
Nosotros decidamos si ofrecemos los sacrificios de Abel o los
sacrificios de Caín. Caín eligió lo mejor
para él y no lo mejor para Dios. Entonces ¿cómo vamos a adorar a Dios cuando no
tenemos sacramentos todo el tiempo? Debemos hacer el bien al prójimo, debemos
rezar el Rosario todos los días, debemos ver cómo difundir la Fe, la Santa Misa
es un Sacrificio, el no tener Misa es un sacrificio, podemos unir el sacrificio
de sufrir sin la Santa Misa con el Sacrificio de la Misa. Están sufriendo por no tener la Santa Misa, la
necesidad los pone en esa situación. Tampoco quieren estar largo tiempo sin
confesión, la necesidad los empuja a estar largo tiempo sin confesión. Y esto
es un recordatorio para ustedes: ¡debo ser bueno pues va a pasar mucho tiempo
para mi próxima confesión! Si llego a
caer, debo hacer un acto de contrición
perfecto.
Muchos de nuestros antepasados
estuvieron muchos años sin sacramentos, pero ni un solo momento estuvieron sin
la Fe. Quizás Abel murió joven, pero
tuvo una bella muerte, tuvo una muerte feliz porque murió por ser un verdadero
adorador del Dios verdadero.
Así que cuando alguien está muriendo, quizás el sacerdote no pueda estar ahí, hay que besar el
Crucifijo y decir el nombre de Jesús una y otra vez, háblenle, Él no va a
abandonar al alma porque ¿quién es el Juez? Es el Juez más estricto, pero
cuando lo veamos venir, vamos a ver el mismo Rostro que tenía en la Cruz. El
mismo rostro que perdonó al buen ladrón, el mismo Rostro que perdona a todo
aquel que se arrepienta de sus pecados aunque haya sido el más malo de todos.
El más estricto para aquellos que no han buscado su misericordia y para
aquellos que no lo han amado sobre todas las cosas. Pero si recurrimos a Él,
cuando Ese Juez vuelva será el día más hermoso y encontraremos nuestra alma del
lado derecho.
Hagamos un perfecto acto de contrición si no tenemos sacerdote a la mano
y estamos en peligro de muerte. Recordemos lo que decía San Alfonso María de
Ligorio, como se vive se muere. Vivamos con amor de Dios en nuestros corazones.
¿Cómo vamos a prepararnos para el Juicio final? ¿Cómo prepararnos para el
Juicio de Dios en esta tremenda crisis? Fe en la mente. Fe en el corazón. Caridad en
nuestras acciones. Amor a Dios sobre todas las cosas. No se preocupen Dios
nunca nos va a abandonar. Muchas veces
con muchas gracias nos hacemos ingratos. Él sabe qué es lo mejor para nosotros.
Él nos cuida..."