NDB: Presentamos extracto del opúsculo Las pequeñas historias de mi larga historia de Mons. Lefebvre. Descrito por el mismo cuando tenía 82 años de edad. Queda demostrado con las propias palabras del Arzobispo Lefebvre que condenaba el acuerdismo con los liberales, catalogando a esas personas como dobles caras, que hacen amistad con los enemigos de la Iglesia; gente peligrosa que se llama católica que no soporta la Verdad.
Esas palabras fuertes deberían resonar en las conciencias de todos aquellos que apoyan directa o indirectamente (acción u omisión) el acuerdismo y liberalismo de la Nueva FSSPX.
La nueva FSSPX usa de bandera el prestigio y santidad de su fundador pero no sigue su ejemplo: LA CONSTANTE LUCHA CONTRA EL LIBERALISMO. VIVIR EN CONSTANTE CRUZADA.
Entre estos grupos que hacen o hicieron componendas con los enemigos de la Iglesia están la Fraternidad San Pedro que acepta el Vaticano II, Instituto del Buen Pastor de Aulagnier, los adeptos de mons Rifan en Brasil y los adeptos de mons Fellay y sus superiores mayores.
Pero mucho cuidado con aquellos que son la falsa resistencia de Mons Williamson, que bajo la apariencia de ultra-derecha, bajo apariencia simplista de falange franquista, propagan errores liberales de forma solapada. Sobre la FALSA RESISTENCIA SE PUEDE LEER AQUI
Las pequeñas
historias de mi larga historias (Pag 7). Mons Lefebvre.
...Así pues a pesar de
mis aprensiones fui conducido al Seminario Francés junto a mi
hermano. Este seminario confiado a la Congregación de los Padres del
Espíritu Santo, se encontraba bajo la dirección del Reverendo Padre
Le Floch. Como ya les he dicho, para mí el seminario Francés fue
una verdadera revelación y una luz para toda mi vida sacerdotal y
episcopal: ver los acontecimientos en el espíritu de los Sumos
Pontífices que se sucedieron durante casi un siglo y medio, más
particularmente los acontecimientos desde la Revolución Francesa y
todos los errores que nacieron con esas corrientes de ideas
contrarias a la doctrina de la Iglesia. Los papas los denunciaron,
los papas los condenaron y por consiguiente también nosotros
debíamos condenarlos.
Pero como suele
suceder en esos, los defensores de la Iglesia, los defensores
de la Verdad, los defensores de la Tradición de la Iglesia, atraen
la ira contra sí. Atraen la
ira de todos los que estiman que hay que hacer componendas con el
mundo, que hay que adaptarse a su tiempo, que no hay que condenar los
errores: pero
no condenemos los errores> un tipo de gente de doble cara. Es
gente peligrosa, que se llama católica, pero que al mismo tiempo
pacta con los enemigos de la Iglesia. Esa gente no puede soportar la
Verdad, la Verdad íntegra y firme.
No puede soportar que se combatan
los errores, que se combata el mundo y a Satán, y a los enemigos de
la Iglesia, y que siempre se esté en estado de cruzada. Estamos en
una cruzada en un combate contínuo. También Nuestro Señor proclamó
laVerdad. ¡Pues bien! Le dieron muerte. Le dieron muerte porque
proclamaba la Verdad, porque decía que El era Dios. !Sí lo era¡ No
podía decir que no lo era. Y todos los mártires prefirieron dar su
sangre y su vida antes que entrar en compromisos con los paganos.