1. A Dios le agrada un espíritu sencillo, como el de los niños, y dispone de él conforme a su voluntad; pero no le agradan los espíritus altivos y sutiles.
2. A Dios solo y para siempre la honra, gloria y bendición.
3. A esa hermana espiritual y que quiere alcanzar la perfección en un cuarto de hora, haciendo algo que no hace la comunidad, yo le aconsejaría que se humillara y se sometiera a lograr la santidad en tres días, siguiendo el camino de las otras.
4. A la hora de la muerte ¡qué remordimiento sentiremos por haber desaprovechado con nuestra negligencia tantas instrucciones y avisos saludables que Dios nos ha dado para que adelantáramos en la perfección!
5. A la medida que uno se rebaja por humildad crece en la virtud, y no más.
6. A la oración se debe ir con gran dulzura de espíritu y sin otro propósito que el recibir lo que el Señor quiera darnos.
7. A medida que crezca nuestra confianza en la Providencia, mayor será el cuidado que tendrá de todas nuestras necesidades.
8. A medida que nuestra confianza es mayor Dios nos protege más. El vendrá en nuestra ayuda en todos los peligros, pues tiene un amor infinito a las almas que se le entregan.
9. A nuestro director debemos abrirle nuestro corazón con entera confianza, como un hijo que nada oculta a su padre, como el enfermo que manifiesta al médico todos sus males.
10. A nuestro enemigo le tiene sin cuidado que uno se destroce el cuerpo, con tal que haga su propia voluntad; no teme a la austeridad sino a la obediencia. Pero ¿cabe mayor austeridad y disciplina que tener la voluntad sometida a continua obediencia?
11. A qué tanto afán de preferencias y honores ¿No sabéis que el medio más seguro de adquirirlos es despreciarlos?
12. A quien ha gustado de veras la dulzura de Dios la vida se le convierte en amargura mientras no goza de El.
13. A un corazón indiferente nada le mueve, una vez vista y reconocida la voluntad de Dios.
14. Aborrezcamos nuestros defectos, pero con odio tranquilo, sin enojo ni turbación ¿no es mucho que, conociendo nuestras miserias, tomemos de ellas ocasión de humillarnos y anonadarnos delante de Dios?
15. Aceptad mil veces al día la cruz y besadla de todo corazón por el amor de Aquel que os la envía, pues sin duda os la envía por amor y como rico presente.