No al azar elegí este título, sino
porque fue, es y será hasta el fin del mundo la realidad de la nación mexicana,
que bajo el influjo de Nuestra Señora de Guadalupe haya surgido esta nación
como tal. Podríamos decir con toda propiedad, “Non fecit taliter omni nacioni”
no hizo tal cosa con otra nación.
Cuando los barcos de Hernán Cortes
irrumpieron en las costas de lo que hoy es Veracruz, el pueblo mexica o azteca
pasaba por una de sus peores crisis espirituales, existenciales y morales. Sus
habitantes ansiosos esperaban la realización de la profecía de aquel rey que
los saco de su vida nómada y los condujo a su nueva vida sedentaria.
Muchas conjeturas han surgido sobre
este rey, incluso unas apuntan a Santo Tomas Apóstol, así parecen confirmarlo
también los indios guaraníes a quien llamaban “Pay Tome” que significa padre
Tomas, de ello soy testigo porque estuve misionando entre ellos cuatro años.
Según narran las crónicas de la
historia azteca este les dijo: “Cuando vieres venir un hombre blanco con pelo
castaño, pensad que está cerca vuestro fin”, palabras más palabras menos esta
era la profecía que se trasmitió de generación en generación.
A Moctezuma le toco comprobar la
veracidad de estas palabras, pues en 1512 aparecieron las naves o barcos con
Hernán Cortez al mando de ellas, por la mañana de ese día y al medio día
Moctezuma tenía noticias del arribo de Cortez a las costas de Veracruz,
presagio que en ese momento vaticinaba el fin de la cultura azteca.
No quiero detenerme en los pormenores
de la conquista española dado que es un tema muy polémico y no es el objetivo
de este escrito, siendo pues un tema para otro artículo. Posteriormente a la
conquista cuando ya todo estaba en calma, llegaron en otros barcos los frailes
franciscanos, ante quienes Cortez doblo la rodilla y besó sus cordones en señal
de sometimiento a la Iglesia, representada por estos misioneros de la orden
franciscana.
Este hecho no pasó desapercibido por
los indígenas, que veían a Cortez con mucho respeto y admiración, como a
alguien muy superior y distinguido. ¿No comprendían como dobló su rodilla ante
insignificantes hombrecillos, vestidos con hábitos pobres y sencillos?
¿Contribuiría este hecho a la evangelización de los indígenas por los
franciscanos?
La evangelización no fue fácil y con
muy pocos frutos, desde 1512 a 1531 no fueron muchos como se esperaba, los
convertidos al catolicismo florecieron mínimamente a pesar del gran esfuerzo
que hacían los franciscanos, muchas dificultades se les cruzaron por el camino
tales como como el idioma y las costumbres paganas muy arraigadas todavía en
ellos, entre otras.
Se requería de una intervención
divina para salir del atolladero en que se encontraban los misioneros, tales
como, ruegos, suplicas, penitencias y Misas sobre abundaron para conseguir del
cielo el milagro tan deseado. 1531 fue el año elegido por la providencia divina
para obrar el milagro tan necesario, el día 12 del mes de diciembre en un
pequeño monte cercano a la ciudad de México llamado Tepeyac.
La enviada del cielo fue la santísima
Virgen María, quien se le apareció a un indio convertido al catolicismo llamado
Juan Diego, que a la sazón tenía 57 años, y había enviudado recientemente. ¿Qué
fue lo que cautivo tanto de Nuestra Señora a Juan Diego y con él a todos los
indígenas? La Virgen María les hablo en su dialecto de manera suave y tierna,
su color mestizo reflejado en su rostro, así como los signos que están
estampados en su vestimenta, además de otras señales que el describirlas nos
llevaría tiempo y espacio, toda vez que contemplando la imagen podemos agregar
esos detalles que sin duda robaron el corazón de los indígenas de aquel tiempo.
Solo me detendré en otro detalle muy
importante en el dialogo de Nuestra señora con Juan Diego durante sus cinco
apariciones, ¿Cómo no van a robar los corazones las palabras de una Madre tan
tierna y tan hermosa como lo es la Madre de Dios? No es mi intención escribir
todos los diálogos desde la primera hasta la cuarta, sino solo las de la quinta
aparición.
De todas las palabras que la
Santísima Virgen nos dirigió en sus prodigiosas apariciones en diferentes
partes del mundo, las dichas a Juan Diego en el cerro del Tepeyac por nuestra
Señora de Guadalupe, son sin duda las más consoladoras, conmovedoras y
reconfortantes, por que brotan del corazón de una Madre ternísima y van
encaminadas a producir en nuestras almas, descanso y confianza. Fueron dichas
en la quinta y última aparición a Juan Diego cuando él, preocupado por la
enfermedad de su tío Bernardino, tomó otro camino al acostumbrado.
He aquí sus palabras: ¿A
DÓNDE VAS HIJO MIO NO TE AFLIJA COSA ALGUNA? NO TEMAS ESA
ENFERMEDAD, NI OTRA ALGUNA ENFERMEDAD Y ANGUSTIA. ¿NO
ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTAS
DEBAJO DE MI SOMBRA Y AMPARO? ¿NO SOY YO VIDA Y
SALUD? ¿NO ESTAS EN MI REGAZO Y CORRES POR MI
CUENTA? ¿TIENES NECESIDAD DE OTRA COSA? NO
TE AFLIJAS POR LA ENFERMEDAD DE TU TIO, QUE NO MORIRÁ DE ESTE ACHAQUE Y TEN POR
CIERTO QUE YA ESTA SANO.
Lea bien y memorice las palabras
expresadas por la Virgen Santísima, ¿no le parecen como música celestial, como
un bálsamo de suavísimo olor que ahuyenta los humores y olores mundanos a los
que nuestra pobre alma está acostumbrada? Bendecidos somos nosotros ya que
mucha falta nos hacia un bálsamo de tal hechura celestial, porque como dice el
salmo: “Todos a una andábamos errados” por los caminos de este mundo que mas
bien conducen al infierno. Son precisas tales y tan confiadas palabras para
detener nuestra precipitada carrera.
Vea como el humilde Juan Diego
doblegado por estas palabras, detiene su apresurada marcha y da razón, con
timidez confiada de su desvío y con atención escucha a la Reina del Cielo y
atraído por la aparición, se detiene para oír detenidamente, esa hermosa
catarata de palabras que atraviesan su humilde corazón lleno de angustia.
Juan Diego representa a la nación
mexicana convertida a Dios y así como San Juan apóstol atento escuchó las
palabras de su Maestro antes de Morir en el monte calvario, Juan Diego escucha
el testimonio o el testamento legado por Nuestra Señora de Guadalupe en el
Tepeyac que es otro monte. ¿Casualidad? Diría más bien causalidad que es propia
de Dios.
Como si actualmente nos dijera: ¿A
dónde vas hijo mío? y con tristeza y lágrimas en los ojos le respondiéramos
como nación, no lo se Señora, hace tiempo perdí el camino al cielo en medio de
esta espantosa oscuridad, con la que los enemigos han cubierto la nación que Tú
forjaste allá en el Tepeyac. Muchas aflicciones estrechan mi corazón y afligen
mi alma, la confusión se apodero de mi hace mucho tiempo, mi paso es errado y
no acierto a tomar el camino que Tú Madre mía me mostraste, el sueño se me ha
ido, la alegría verdadera ha desaparecido de mi alma, mi faz se ha mudado de
tal manera que no me reconozco, aunque de Ti Madre Mia no me he olvidado porque
te llevo en lo profundo de mi alma hechura de tu Hijo bien amado.
Nuestro lamento es detenido por estas
otras palabras: ¿No te aflija cosa alguna? ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?
Sin duda alguna el amor de una madre cualquiera será para nosotros un misterio
insondable, misterio reservado solo a Dios, ¿A qué nación la Santísima Virgen
le ha dicho estas hermosísimas palabras? Me pregunto, solo a México ya que como
nación la trata como lo que es, su hija predilecta y a cada uno de los
mexicanos que aún guardan estas memorables palabras en lo más profundo de sus
corazones.
¡Cuánto alivio traen a nuestra
afligidísima alma estas palabras, pues Ella las dijo de todo corazón de aquel
que late a la diestra del hijo, pues recuerda que fue asunta al cielo en cuerpo
y alma! Ella nunca ha dejado de ser fiel a su vocación de Madre de esta nación,
¿dejaremos de ser nosotros fieles a la vocación de hijos suyos? Ha pobres de
nosotros si renunciáramos a esta sublime vocación como, por desgracia, lo
hicieron los israelitas al desear en su corazón las cebollas de Egipto antes
que aspirar a la tierra prometida.
Pero por desgracia, en esta confusión
actual vemos a muchos que antes eran sus hijos alejarse de esta bondadosa Madre
y tomar decididamente los caminos del maligno, roguemos por ellos. Por si no
quedo claro lo anterior esta buena Madre agrega: ¿NO ESTAS DEBAJO DE MI
SOMBRA Y AMPARO? ¿Quién no recuerda aquel salmo 90? en donde dice el alma al
Padre: “¡Refugio mío y fortaleza mía, mi Dios en quien confió!” Si el salmista
lo decía con tan profundo sentimiento de confianza en Dios, ¿Cómo no manifestar
estos mismos sentimientos nuestros como nación a la Santísima Virgen María, que
de tal manera se ha prodigado en estas palabras llenas de quien da y tiene en
abundancia de aquello de lo que es la llena, de gracia, como lo anuncio el
Arcángel?
Los mexicanos más que otras naciones,
debemos sentir y vivir en nuestras vidas, estas palabras llenas de confianza,
cuando vemos que se hunde todo a nuestro alrededor. No lo olvidemos estamos
bajo su sombra que nos cubre porque “Con sus plumas te cubrirá, y tendrás
refugio bajo sus alas” y “aunque mil caigan junto a ti y diez mil a tu diestra,
tú no serás alcanzado.” Vano y peligroso es substraerse a esta protección de
nuestra Madre Santísima, pues fuera de Ella no hay más que aflicción y dolor
sin merito para nuestras almas ansiosas de Dios.
¡Oh guadalupano no te alejes de esta
sombra y amparo! pero si esto te parece poco continúa diciendo: ¿NO SOY YO VIDA
Y SALUD? San Juan en su Evangelio nos dice: “En el principio era el Verbo,
y el Verbo estaba junto a Dios, y el verbo era Dios.” Mas adelante continúa
diciendo: “Y el Verbo se hizo carne y habito entre nosotros.” Jesucristo dice
de si mismo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, Nuestra Señora por su
predestinación a ser la Madre del Verbo hecho Hombre puede decir con toda
propiedad que ella es VIDA porque dio a luz al autor de la vida y, se
sobreentiende, que es SALUD por lo anterior ya dicho.
No lo dice como reproche sino como
para que, en nuestras necesidades tanto del cuerpo como del alma, nos fiemos y
abandonemos plenamente en su regazo como antaño, el Niño Jesús lo hizo sin
vacilar y seguro que en el regazo de su madre no tenia de que preocuparse, así
lo dicen los santos Padres de la Iglesia.
Por si persistiera alguna duda, se lo
vuelve a decir a usted con palabras más explicitas: ¿NO ESTAS EN MI REGAZO
Y CORRES POR MI CUENTA? La nación mexicana desde ese momento corre por cuenta
de Nuestra Señora de Guadalupe. Es ella nuestra mejor garantía ante el Hijo y
no necesitamos de “influencias humanas” de ninguna índole porque, en todo esto,
no busca su interés propio sino el de su Hijo y el nuestro con respecto a la
salvación de nuestra alma, que es nuestro mayor negocio en este mundo.
Por lo demás, nuestras madres están
lejos y solo de lejos nos aman o, aunque estén cerca, muchas veces se ven
imposibilitadas para ayudarnos, no solo en el cuerpo sino también en el alma y
se ven también impotentes para protegernos en el momento presente. No así con
nuestra Madre del cielo porque siempre gozaremos de su protección perpetua,
porque así se lo prometió a Juan Diego, representante nuestro en ese tiempo y
es Ella fiel a su promesa. Además, no olvidemos que es la omnipotencia
suplicante, pero sobre todo su corazón maternal, es el motor o la garantía de
su fidelidad en lo prometido.
Asimismo, estamos bajo su sombra y
cuidado; por lo tanto, Nuestra Madre de Guadalupe, podemos decir, que está más
cerca de nosotros que nuestras propias madres y sin duda alguna, nuestra alma
está más unida a Ella: Madre cariñosa y siempre presente.
Finalmente, nuestra madre de la
tierra, por mucho que nos ame, no puede decir lo mismo, porque la experiencia
nos demuestra, que hay trances en los cuales ella es impotente. No así con
nuestra Madre del cielo, porque Ella es la vida que triunfa de la muerte, es la
salud que triunfa de la enfermedad y del dolor; esto sería suficiente para
disipar toda duda, todo temor y para llenar nuestro corazón de santa y divina
confianza.
¿TIENES NECESIDAD
DE OTRA COSA? Nuestra alma solo tiene necesidad de dos
cosas, que son su fin y aspiración; de amar a Dios con todo su ser y por medio
de ello, salvar su alma. Es claro que para alcanzar estos medios necesita de
los medios providenciales, que pueden ser de dos categorías: los positivos, que
influyen directamente en nuestra alma, como la gracia, las virtudes, los dones
del Espíritu Santo etc., los negativos que Dios permite para nuestra
santificación como lo son, los dolores del cuerpo y del alma, los sufrimientos
externos como el hambre, la sed, la desnudez entre otros.
Como nación, México también necesita
de la protección de la Santísima Virgen de Guadalupe, desde su “independencia”
hasta este momento, la hemos visto intervenir ante la trinidad, para impedir
varias calamidades en donde, quizá, las más peligrosas, han sido las dos
ocasiones que nos libró de las garras del comunismo ateo y anticatólico, ¿Lo
recuerda? La guerra cristera en 1929 y la de 1968, cuyo fin era terminar con el
México católico y actualmente el intento renovado, por las nuevas autoridades
mexicanas por querer hacer lo que los otros dejaron pendiente, la comunización
de México.
No debemos temer a estas arremetidas
del enemigo de todo lo católico, Nuestra Señora no permitirá que su nación
caiga en manos del comunismo y de otras alimañas parecidas. Mas quiero
señalaros otro peligro más grave que el comunismo y lo es el MODERNISMO, que
asola como bestia feroz y diabólica nuestras Iglesias: el comunismo puede matar
los cuerpos, pero no el alma, por el contrario, el MODERNISMO mata cuerpo y
alma y Nuestro Divino Maestro nos dijo puntualmente: “No temáis a los que matan
el cuerpo, temed más bien a los que matan el cuerpo y el alma.”
Mientras México, se mantenga fiel a
su sagrada vocación de hijo de la Santísima Virgen María de Guadalupe, Ella por
cierto, nos librara de nuestro peor enemigo por el momento, que no es el
comunismo sino del MODERNISMO, cuyo fin es descristianizar a México y dejarlo a
merced de las hienas representadas por los judíos, los masones y los
protestantes, dirigidos y orquestados por el demonio, eterno enemigo de Dios y
jurado enemigo nuestro, mientras andemos en este valle de lágrimas.
Seria egoísta pensar, que el Corazón
de esta buena Madre, solo alcanza para la Nación mexicana, también las demás
naciones hispanas y no hispanas disponen de esta protección Materna. Su
intención de socorrer a las demás naciones se encuentra en las palabras de Ella
misma, cuando pidió a Juan Diego, que se construyera el templo o Iglesia, en el
cerro del Tepeyac y este mismo fue el deseo de S. S. Pío XII, cuando la nombro
Reina de México y emperatriz de América.
R. Padre Arturo
Vargas Meza
N. B.
hago unas correcciones necesarias al presente escrito sobre Nuestra Señora de
Guadalupe:
a) S. S.
Benedicto XIV autorizo el oficio propio de la Santísima Virgen de Guadalupe.
b) S. S.
León XIII, mando poner una corona de oro sobre su cabeza y la nombro Reina de
México y emperatriz de América.
c) S. S.
Pío XII, la nombro oficialmente patrona de toda América.