La falsa enseñanza
de la salvación universal (todo mundo se
va al Cielo). La gente tiende a creer lo que quiere creer, y especialmente
cuando es fácil y conveniente.
Es fácil entender
quiénes están detrás del error de la salvación universal: el demonio, los
masones, los líderes de las falsas religiones y los líderes modernistas
liberales, quienes son parte del elemento humano de la Iglesia Católica. Estos
líderes participaron en el Concilio Vaticano II.
Los inevitables
resultados son los siguientes, (las estadísticas del año 1965 al 2016 nos
indican lo devastador que esta falsa enseñanza ha sido en la Iglesia Católica):
1.- Eliminado el
fervor religioso y la necesidad de la Iglesia Católica;
2.- Tremenda
disminución de la asistencia a Misa en un 33%;
3.- Tremenda disminución
del apoyo económico a la Iglesia;
4.- Tremenda
disminución de las confesiones;
5.- Tremenda
disminución de la oración en familia;
6.- Tremenda
disminución de las vocaciones religiosas, bajó un 63%;
7.- Tremenda
disminución de las escuelas católicas, bajó un 50 %;
8.- Tremenda
disminución de los matrimonios, bajó un 42%;
9.- Tremenda
disminución de los bautismos, bajó un 51%;
10.- Tremendo aumento
del número de cremaciones;
11.- Casi eliminada
la Extremaunción;
12.- Eliminada la
necesidad de Misas Requiem y oraciones
para los difuntos;
13.- Cambio de la
“misa” a un entretenimiento, en lugar de una oración por las pobres almas;
14.- Eliminación de
los días festivos;
15.- Eliminación de
la abstinencia de carne los viernes;
16.- Tremenda
disminución del número de Hermanas Religiosas –¡bajó 262%! (la mayoría de las
Religiosas que quedan son ancianas);
17.- Aumento de
divorcios y problemas familiares;
18.- Aumento del
número de madres solteras;
19.- Tremenda
reducción del número de Hermanos Religiosos ¡bajó 300 %!;
20.- Tremendo aumento
del número de parroquias sin sacerdote,
¡aumentó 600%!;
21.- Esta falsa
enseñanza de la salvación universal, sugiere o fomenta la idea de que no hay
castigo por el pecado;
Habrá otras
estadísticas peores en puerta, pues el fervor religioso y la moral se han
olvidado fácilmente por la idea de la “salvación universal”.
En el pasado, la
salvación era incierta, muchos desarrollaban el fervor religioso pues querían
evitar el infierno e ir al cielo. Si el cielo ya está “asegurado” por el
Concilio Vaticano II, el fervor religioso ya no está en la mente de las
personas, por lo que resulta innecesario.
Los sermones sobre el
Infierno son cosa del pasado. Ahora, en los funerales, los fallecidos nos miran
felices y sonriendo. Eso es lo que los vivos quieren creer de sus seres
queridos ya fallecidos. También les es
confortable pensar que cuando sea su turno así será.
Antes del Concilio Vaticano
II los Católicos sabían que una de las principales razones por las que Nuestro
Señor Jesucristo vino a la tierra y sufrió por nosotros, fue para mostrarnos
cómo salvar nuestras almas y ganar el cielo. Así que los Católicos apoyaban a
la Iglesia y trabajaban para alcanzar el objetivo: el Cielo. Pero es mucho más
fácil creer que el objetivo ya está “asegurado” sin ningún esfuerzo verdadero
de nuestra parte, por eso la gente sigue a sus líderes liberales, incluyendo
los sacerdotes de sus parroquias conciliares.
No es suficiente
pertenecer a la Iglesia para salvarse. Sólo aquellos Católicos que vivan de
acuerdo a las enseñanzas (tradicionales) de la Iglesia Católica. Por lo tanto, no hay
camino fácil. Nuestro Señor nos mostró el camino por 33 años sobre la tierra.
Debemos seguir Su ejemplo y cargar nuestras cruces, no importa qué tan pesadas
sean, con tal que alcancemos nuestra salvación.
Catholic Candle
February 2020