Traducir

viernes, 30 de noviembre de 2018

SUFRIR POR DEFENDER LA FE: Mons Lefebvre

NdB: Mons Lefebvre habla de sufrir persecución por la fe, no habla de acuerdos prácticos ni concesiones. El martirio moral precede al martirio físico, cuán lejos de ambos quiere estar la nueva FSSPX. Sin duda es otro el  camino que han tomado, esperan el "sello" de católicos de los modernistas, que no son católicos, el modernismo es la cloaca de todas las herejías.  La iglesia conciliar del vaticano II no es católica, principio olvidado por la FSSPX. Los fieles tienen que hacer la diferencia, recen por y hablen con sus priores antes de que sea demasiado tarde. Los curas de la FSSPX están haciendo cumplir la profecía de San Pablo: Dios les envía poderes de engaño a fin de que crean en la mentira. II Tes 2:12


"Si tenemos que sufrir el martirio moral que supone ser en cierto modo despreciados y reprendidos por los que deberían ser nuestros padres en la fe, pues bien, afrontemos ese sufrimiento y antes que nada guardemos la fe."

Si nosotros tenemos que sufrir, pues bien, ¡suframos por nuestra fe! No somos los primeros: ¡cuántos mártires antes que nosotros sufrieron por guardar la fe! Dios lo quiere y también la Santísima Virgen, que es nuestra madre. Como somos de la familia de la Virgen, queremos guardar la fe que Ella siempre profesó. ¿Hay en el corazón de la Virgen algo que no sea el nombre de Nuestro Señor Jesucristo? Pues bien, nosotros también queremos tener en nuestros corazones un solo nombre, el nombre de Jesús, al igual que la Santísima Virgen.

Estamos seguros de que un día la verdad volverá. No puede ser de otro modo, pues Dios no abandona a su Iglesia.

Por eso, sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguimos nuestra obra de formación sacerdotal a la luz del magisterio de siempre, convencidos de que no podemos prestar mayor servicio a la Santa Iglesia católica, al Sumo Pontífice y a las generaciones futuras.

Obrando así, con la gracia de Dios, el socorro de la Virgen María, de San José y de San Pío X, estamos convencidos de que seguimos siendo fieles a la Iglesia Católica y Romana y a todos los sucesores de Pedro, y de que somos los fieles dispensadores de los misterios de Nuestro Señor Jesucristo en el Espíritu Santo”.

+ Monseñor Marcel Lefebvre

martes, 27 de noviembre de 2018

LA MEDALLA MILAGROSA: Santa Catalina Labouré


Santa Catalina Labouré
28 de noviembre Siglo XIX

En París, en Francia, santa Catalina Labouré, virgen, de las Hijas de la Caridad, que de manera singular honró a la Inmaculada y brilló por la simplicidad, caridad y paciencia.

Esta fue la santa que tuvo el honor de que la Sma. Virgen se le apareciera para recomendarle que hiciera la Medalla Milagrosa.

Santa Catalina Labouré, llamada Zoe en familia, nació en Bretaña, Francia, el 1806. Sus padres eran agricultores. Al quedar huérfana de madre a los 8 años le encomendó a la Santísima Virgen que le sirviera de madre, y la Madre de Dios le aceptó su petición.

Como su hermana mayor se fue de monja vicentina, Catalina tuvo que quedarse al frente de los trabajos de la cocina y del lavadero en la casa de su padre, y por esto no pudo aprender a leer ni a escribir.

A los 14 años pidió a su papá que le permitiera irse de religiosa a un convento pero él, que la necesitaba para atender los muchos oficios de la casa, no se lo permitió. Ella le pedía a Nuestro Señor que le concediera lo que tanto deseaba: ser religiosa. Y una noche vio en sueños a un anciano sacerdote que le decía: "Un día me ayudarás a cuidar a los enfermos". La imagen de ese sacerdote se le quedó grabada para siempre en la memoria.

Al fin, a los 24 años, logró que su padre la dejara ir a visitar a la hermana religiosa, y al llegar a la sala del convento vio allí el retrato de San Vicente de Paúl y se dió cuenta de que ese era el sacerdote que había visto en sueños y que la había invitado a ayudarle a cuidar enfermos. Desde ese día se propuso ser hermana vicentina, y tanto insistió que al fin fue aceptada en la comunidad.

Siendo Catalina una joven monjita, tuvo unas apariciones que la han hecho célebre en toda la Iglesia. En la primera, una noche estando en el dormitorio sintió que un hermoso niño la invitaba a ir a la capilla. Lo siguió hasta allá y él la llevó ante la imagen de la Virgen Santísima. Nuestra Señora le comunicó esa noche varias cosas futuras que iban a suceder en la Iglesia Católica y le recomendó que el mes de Mayo fuera celebrado con mayor fervor en honor de la Madre de Dios. Catalina creyó siempre que el niño que la había guiado era su ángel de la guarda.

Pero la aparición más famosa fue la del 27 de noviembre de 1830. Estando por la noche en la capilla, de pronto vio que la Sma. Virgen se le aparecía totalmente resplandeciente, derramando de sus manos hermosos rayos de luz hacia la tierra. Y le encomendó que hiciera una imagen de Nuestra Señora así como se le había aparecido y que mandara hacer una medalla que tuviera por un lado las iniciales de la Virgen MA, y una cruz, con esta frase "Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". Y le prometió ayudas muy especiales para quienes lleven esta medalla y recen esa oración.

Catalina le contó a su confesor esta aparición, pero él no le creyó. Sin embargo el sacerdote empezó a darse cuenta de que esta monjita era sumamente santa, y se fue donde el Sr. Arzobispo a consultarle el caso. El Sr. Arzobispo le dio permiso para que hicieran las medallas, y entonces empezaron los milagros.

Las gentes empezaron a darse cuenta de que los que llevaban la medalla con devoción y rezaban la oración "Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti", conseguían favores formidables, y todo el mundo comenzó a pedir la medalla y a llevarla. Hasta el emperador de Francia la llevo.  Poco tiempo después de la muerte de Catalina, fue llevado un niño de 11 años, inválido de nacimiento, y al acercarlo al sepulcro de la santa, quedó instantáneamente curado.

En 1842 sucedió un caso que hizo mucho más popular la Medalla Milagrosa y sucedió de la siguiente manera: el rico judío Ratisbona, fue hospedado muy amablemente por una familia católica en Roma, la cual como único pago de sus muchas atenciones, le pidió que llevara por un tiempo al cuello la medalla de la Virgen Milagrosa. Él aceptó esto como un detalle de cariño hacia sus amigos, y se fue a visitar como turista el templo, y allí de pronto frente a un altar de Nuestra Señora vio que se le aparecía la Virgen Santísima y le sonreía. Con esto le bastó para convertirse al catolicismo y dedicar todo el resto de su vida a propagar la religión católica y la devoción a la Madre de Dios. Esta admirable conversión fue conocida y admirada en todo el mundo y contribuyó a que miles y miles de personas empezaran a llevar también la Medalla de Nuestra Señora (lo que consigue favores de Dios no es la medalla, que es un metal muerto, sino nuestra fe y la demostración de cariño que le hacemos a la Virgen Santa, llevando su sagrada imagen).

Desde 1830, fecha de las apariciones, hasta 1876, fecha de su muerte, Catalina estuvo en el convento sin que nadie se le ocurriera que ella era a la que se le había aparecido la Virgen María para recomendarle la Medalla Milagrosa. En los últimos años obtuvo que se pusiera una imagen de la Virgen Milagrosa en el sitio donde se le había aparecido (y al verla, aunque es una imagen hermosa, ella exclamó: "Oh, la Virgencita es muchísimo más hermosa que esta imagen").

Al fin, ocho meses antes de su muerte, fallecido ya su antiguo confesor, Catalina le contó a su nueva superiora todas las apariciones con todo detalle y se supo quién era la afortunada que había visto y oído a la Virgen. Por eso cuando ella murió, todo el pueblo se volcó a sus funerales (quien se humilla será enaltecido).

En París había un masón muy alejado de la religión. La hija de este hombre obtuvo que él aceptara colocarse al cuello la Medalla de la Virgen Milagrosa, y al poco tiempo el masón pidió que lo visitara un sacerdote, renunció a sus errores masónicos y terminó sus días como creyente católico.

Catalina le preguntó a la Sma. Virgen por qué de los rayos luminosos que salen de sus manos, algunos quedan como cortados y no caen en la tierra. Ella le respondió: "Esos rayos que no caen a la tierra representan los muchos favores y gracias que yo quisiera conceder a las personas, pero se quedan sin ser concedidos porque las gentes no los piden". Y añadió: "Muchas gracias y ayudas celestiales no se obtienen porque no se piden".

Después de las apariciones de la Sma. Virgen, la joven Catalina vivió el resto de sus años como una cenicienta escondida y desconocida de todos. Muchísimas personas fueron informadas de las apariciones y mensajes que la Virgen Milagrosa hizo en 1830. Ya en 1836 se habían repartido más de 130.000 medallas. El Padre Aladel, confesor de la santa, publicó un librito narrando lo que la Virgen Santísima había venido a decir y prometer, pero sin revelar el nombre de la monjita que había recibido estos mensajes, porque ella le había hecho prometer que no diría a quién se le había aparecido. Y así mientras esta devoción se propagaba por todas partes, Catalina seguía en el convento barriendo, lavando, cuidando las gallinas y haciendo de enfermera, como la más humilde e ignorada de todas las hermanitas, y recibiendo frecuentemente maltratos y humillaciones.

En 1947 el santo Padre Pío XII declaró santa a Catalina Labouré, y con esa declaración quedó también confirmado que lo que ella contó acerca de las apariciones de la Virgen sí era Verdad.

Malachi Martin nos da: PISTAS Sobre el TERCER SECRETO



sábado, 24 de noviembre de 2018

EL PADRE PIO HABLA SOBRE EL ABORTO


"Cuando veas un alma que anuncia el aborto como un acto benigno, sabrás que en ella reina el príncipe de las tinieblas y que está en peligro de muerte eterna. ¡Ay, de nosotros, si consentimos con ese miserable y mortal pecado! No osemos tomar el lugar del Creador y no permitamos que ningún hombre lo haga. Y no seamos cómplices de este crimen maldito por culpa de nuestro silencio o nuestra tibieza."

"El día que las personas dejen de horrorizarse por el aborto será el día más terrible para la humanidad. El aborto no es sólo un homicidio, sino también un suicidio. ¿No deberíamos tener la valentía de manifestar nuestra fe frente a los que cometen dos crímenes en un solo acto?"

miércoles, 21 de noviembre de 2018

DOS ARQUITECTOS DE LA REVOLUCION


"Los avisos no habían faltado, pero, como hoy, se había creado una conspiración del silencio."


Dos hombres dominan la pre-Revolución: Voltaire y Rousseau. 

“Rousseau —decía Veuillot— sigue a Voltaire como el castigo sigue al crimen” y con una palabra ejecutaba a Voltaire: “Voltaire, tan conocido, no fue más que un hombre en el anonimato durante toda su vida. Asestaba sus golpes por la espalda a la vuelta de una esquina, envuelto en su capa”. Una tarde de marzo de 1894, el abate Garnier daba una conferencia en Argenteuil. Recordó las palabras de Voltaire: “Mentid, mentid, siempre quedará algo”. Fue requerido por un oyente para que dijera en qué línea, en qué página, en qué capítulo se encontraba esta frase. “Os daré la respuesta, en el Peuple Français”, respondió el abate. Mantuvo su palabra y el 16 de marzo de 1894 publicaba la referencia prometida: “La frase que he citado se encuentra en una carta escrita a Thiriot, con fecha 21 de octubre de 1936; en ella Voltaire añadía incluso esto: ‘Hay que mentir como un demonio, no tímidamente, ni por algún tiempo, sino osadamente y siempre’ “. Se comprende la frase de Veuillot sobre Voltaire cuando decía que éste “asestaba sus golpes por la espalda”.

Cuando en plena Revolución, Condorcet dijo: “Voltaire no ha visto todo lo que hacemos, pero ha hecho todo lo que vemos”, sabía lo que decía. 

Todo esto era el resultado del “abominable complot” que había previsto Pío VI; el mismo complot que descubría María Antonieta en 1790 y que le hacía escribir a su hermano el emperador Leopoldo II: “Tened mucho cuidado, ahí (en Austria) con cualquier asociación de francmasones. 
Ya os lo habrán advertido; por este camino es por el que todos los monstruos de aquí cuentan con llegar al mismo fin en todos los países”. 

Los avisos no habían faltado, pero, como hoy, se había creado una conspiración del silencio. 

En 1785, un sacerdote apóstata austríaco, llamado Lang, fue herido por un rayo cuando llevaba importantes mensajes del jefe de la Masonería de los Iluminados de Baviera, el doctor Weishaupt. Los papeles que se le encontraron permitieron el arresto de los principales afiliados. Tuvo lugar un proceso cuyas piezas de autos fueron hechas públicas por el Elector de Baviera, con el fin de informar a todas las potencias cristianas del complot tramado contra todas ellas. 

El abate Burruel los publicó también, cuando estaba en el exilio en Hamburgo, en 1795, en sus Memorias para servir a la historia del jacobinismo“. Podemos leer en ellas esta consigna de Weishaupt:

“Los francmasones deben ejercer el imperio sobre los hombres de cualquier Estado, de cualquier nación y de CUALQUIER RELIGIÓN, dominarlos sin ninguna violencia externa, mantenerlos unidos por vínculos duraderos, inspirarles UNA MISMA IDEA, animarles de un mismo espíritu, en el mayor silencio y con toda la actividad posible, dirigir a todos los hombres de la tierra hacia el mismo fin.

EN LA INTIMIDAD DE LAS SOCIEDADES SECRETAS ES DONDE HAY QUE SABER PREPARAR LA OPINIÓN’’. 

Verdaderamente, sería una singular crítica histórica la que quisiese ignorar lo que está entre los bastidores de la historia. 

En junio de 1895, se abre una discusión en El Rappel sobre el origen de la divisa: Libertad, Igualdad, Fraternidad. Un miembro de la logia Unidad Masónica, M. Henry Vaudémont escribe al periódico: “El origen de la divisa republicana: Libertad, Igualdad, Fraternidad, es conocido desde hace largo tiempo: era la de hace cerca de un siglo y es todavía, la de la francmasonería. 

Si estaba en germen en el Juramento del Jeu de Paume, si fue aprobada por el Club de los Cordeliers y preconizada por el impresor Momoro, es simplemente porque la mayoría de los hombres que dirigieron en sus comienzos el inolvidable movimiento de 1789, eran francmasones.

La Iglesia Ocupada (Jacques Ploncard d Assac) Capítulo III


REFLEXIONES EN TIEMPO DE CRISIS



Uno de los primeros guerreros-sacerdotes de la Resistencia Católica contra el Vaticano II, fue el Padre James Dumphy, un padre de La Salette de St. Louis. Al predicar misiones de fin de semana a los católicos tradicionales en la década de 1970, uno de sus temas habituales fue la bendición de vivir durante una gran apostasía. Su expresión concisa fue que la apostasía nos obliga a "ser un santo o un satanista".

"La historia de la Iglesia Católica está llena de santos (especialmente los mártires) que estuvieron solos por la Verdad, sufriendo el abandono, la calumnia y el ataque."





domingo, 18 de noviembre de 2018

PALABRAS DE MONS FELLAY SOBRE EL ACUERDO CON LA IGLESIA CONCILIAR


Muchos prelados y fieles de la nueva FSSPX, han negado, las concesiones doctrinales de mons. Fellay. (Declaración Doctrinal 2012). Estas concesiones doctrinales son materia suficientemente grave para alejarse de una Congregación, otrora defensora de la Fe, pero ahora es negociante de la doctrina de Nuestro Señor Jesucristo. 

De la misma  forma desde el 2013 estos prelados "fieles" y algunos seglares "fieles" [entrecomillas porque son fieles a los intereses de monseñor Fellay, no a los de la Iglesia Católica]: han negado los acercamientos para un acuerdo de reconocimiento canónico con la falsa iglesia conciliar. En ese mismo 2013 tan evidente fue el acuerdismo que el Superior de Distrito de México, y superiores de otros prioratos prohibieron el "internet" para mantener ciegos y mudos a los que deseaban saber que realmente sucedía. También en México, hubo persecución de fieles de la FSSPX, que rechazaron el acuerdismo y el compromiso doctrinal, respecto a estos detalles habrá otros artículos.

Respecto a la regularización canónica sabemos que si la FSSPX, se hubiera mantenido fiel a los principios de la Iglesia Católica, no buscarían jamás de ninguna regularización canónica puesto que el estado de necesidad da licitud a toda la obra de Mons. Lefebvre, obra de la Iglesia Católica, como el dijo muchas veces. Reconocer a la iglesia conciliar como Católica es mezclar el error con la Verdad.
La iglesia concilar ya no tiene las notas características de la Iglesia Católica (Una, Santa, Católica y Apostólica).

A pesar de todo esto, ya aparece desde hace un buen tiempo, en su sitio oficial (DICI) una entrevista de Mons. Fellay en favor de la regularización canónica, sin que nadie de entre sus propias filas, levante la voz y defienda  los intereses de NSJ. Se puede leer cómo mons. Fellay espera una regularización de parte de la iglesia masónica  revolucionaria del Vaticano II, incluso solicita ayuda de sus superiores para ver más claro cómo se puede lograr esto, sin perder ser como son...

La Iglesia Católica jamás ha negociado con el error, ahora pues están negociando con los modernistas, con la iglesia conciliar, destructores de la Fe y enemigos de Jesucristo.  Dicho artículo aqui:

Muchos  fieles han sido impregnados con el liberalismo de la nueva FSSPX, sin embargo deben de reconocer que la lucha de Mons. Lefebvre no sólo fue defender la misa de siempre y el verdadero sacerdocio, sino también y con más fuerza la Fe íntegra y verdadera, sin la cual es imposible agradar a Dios. Esa defensa de la fe, fue lo que le ocasionó persecución a la FSSPX, signo patognomónico, del Católico verdadero. La nueva FSSPX ya no es perseguida, la nueva FSSPX quiere aparecer agradable y conciliadora con modernistas, ecumenistas, conciliares, pero claro con "católicos radicales", con esos no... 
Hay que ser fieles a Nuestro Señor Jesucristo, estamos con Él o contra Él. 

Para terminar incluimos un vídeo con palabras de Mons Lefebvre sobre los modernistas que usurpan la jerarquía de la Iglesia, palabras duras que ya no se escuchan es los púlpitos de las capillas de la nueva FSSPX, y si algún valiente sacerdote las llega a pronunciar libremente y sin consigna, alégrese, porque lo van a invitar a salir de esa congregación acuerdista, una vez fuera, no tengan miedo, Dios proveerá; y podrán de verdad ser libres y predicar la incorruptible Verdad Católica para mayor gloria de Dios. 



sábado, 17 de noviembre de 2018

HOY NOS ENCOMENDAMOS A LOS SANTOS: Alfeo y Zaqueo



LOS SANTOS ALFEO Y ZAQUEO, MÁRTIRES.
El gobernador de Palestina en el primer año de la persecución general de Diocleciano contra la Iglesia obtuvo del emperador la gracia para todos los criminales, exceptuando a los cristianos, que eran mirados como los más famosos malhechores. 

Por orden de aquel mismo gobernador fueron presos Zaqueo, diácono de Gadara, situada al otro lado del Jordán, y un pariente suyo, llamado Alfeo, que era lector de la iglesia de Cesárea. 

Conducidos ambos en presencia del magistrado, les tuvo algunas consideraciones por pertenecer a una de las principales familias de Palestina; pero al ver el gobernador que nada bastaba para hacerles cambiar de intento, sino que más constantes aun en la fe confesaban a Jesucristo, fueron azotados y maltratados, muriendo al fin degollados. Su glorioso martirio fue el año 303.

Leyenda de oro

jueves, 15 de noviembre de 2018

PROFECIAS DE SAN NILO (Siglo V)



“Hacia la mitad del siglo XX la gente será muy distinta y a medida que se aproxime la llegada del Anticristo la perversidad irá creciendo.

Los deseos y las pasiones carnales crecerán y el deshonor y la ilegalidad se fortalecerán. El mundo será irreconocible por la maldad. La apariencia de las personas cambiará hasta el punto de que será casi imposible reconocer a veces entre los hombres y las mujeres por la forma desvergonzada de vestir y los estilos provocativos del cabello. Esclavos de las costumbres imperantes serán despectivos, indiferentes y autosuficientes y no pocas veces se comportarán como bestias salvajes por las tentaciones del Anticristo. Se perderá el debido respeto a los ancianos, y a los progenitores. El verdadero amor desaparecerá de la mayoría; se exaltará la voluptuosidad y el sexo con un desenfreno nunca visto, haciendo gala de sus perversiones.

Pastores y obispos, así como sacerdotes y muchas almas consagradas se volverán presuntuosos y arrogantes, llenos de vanidad y soberbia con su humana sabiduría y serán inútiles o incapaces de discernir entre el camino recto y el camino del mal. Las normas morales, la veneración a las tradiciones de los mayores y de la propia iglesia católica, cambiarán de manera asombrosa. El pueblo, confuso y desorientado por las prédicas de pastores incrédulos o relativistas, abandonará la modestia y reinará por todas partes la disipación.

La falsedad, la mentira, el engaño y la avaricia alcanzarán grandes proporciones; desgraciados de los que sólo piensan en acumular tesoros materiales olvidándose de los tesoros espirituales. La codicia, el adulterio, la homosexualidad, las acciones secretas sembrarán el terror por casi todos los lugares, asesinatos, atracos, secuestros, intimidaciones, etc., reinarán sobre la sociedad de ese tiempo.

A causa de la indiferencia, la tibieza, la incredulidad y la perversidad de muchos, el pueblo en general se verá privado de la gracia del Espíritu Santo, recibida en el bautismo, y el remordimiento martirizará su conciencia.

Las Iglesias de Dios serán despojadas de toda veneración y escasearán los verdaderos sacerdotes piadosos, por la indiferencia con respecto a la debida veneración del Señor en sus Iglesias, ya que cambiarán el culto verdadero.

Desgraciados los cristianos fieles de ese tiempo porque serán víctimas de las burlas y vejaciones de los incrédulos; necesitarán mucha fe y fortaleza para soportar el ambiente reinante.

Los cristianos, viéndose acosados, se refugiarán en lugares apartados en busca de un poco de luz ante tanta oscuridad, pero encontrarán obstáculos y contrariedades a causa de su fidelidad a la Fe verdadera. Este es el resultado del reinado del Anticristo que quiere ser Dios de todas las cosas como Jefe del universo. Por eso habrá signos visibles extraordinarios que asombrarán a muchos inclusive a creyentes. El dará sabiduría a algunas inteligencias para que descubran muchas cosas, pues el hombre podrá comunicarse de una parte a otra de la tierra. En ese tiempo, el hombre podrá volar por los aires y también sumergirse en el mar como los peces... Y cuando hayan logrado descubrir otras cosas por el avance de la ciencia, el pueblo gastará toda su energía o propia vida, en lograr comodidades y disfrutar en olvido de Dios con todas sus ingeniosidades.

Las pobres almas con todos sus inventos y logros creerán no necesitar para nada de Dios, olvidando que todas esas cosas o logros no son más que ilusiones o engaños del Anticristo.

Entonces la Bondad Divina caerá sobre la faz de la tierra contra la raza humana y acortando sus días -a causa de los pocos elegidos- porque el Maligno buscará acabar también con los elegidos de Dios, haciéndolos caer en la tentación – si Dios lo permite- la espada de la justicia divina aparecerá de repente y acabará con el Pervertidor y sus Secuaces”.

martes, 6 de noviembre de 2018

LA NUEVA SSPX Y EL VATICANO II


De nueva cuenta escribimos unas notas respecto a un articulo que aparece en el sitio oficial de la SSPX Distrito de México: Magisterio, se puede leer aqui: http://fsspx.org/es/magisterio

En dicho articulo se intenta explicar la nueva orientación que el papa Juan XXIII le dá al CV II, se hace referencia a las explicaciones modernistas de Benedicto XVI a la nueva "orientación" de la fe.
Extractos del artículo:

"El discurso del Papa Juan XXIII durante la apertura del Concilio Vaticano II (el 11 de octubre de 1962),[1] la alocución del mismo dirigida al Sacro Colegio el 23 de diciembre de 1962,[2] y el discurso de Benedicto XVI del 22 de diciembre de 2005[3] indican la intención del Concilio, que debe corresponder a la de un “Magisterio pastoral.” El Vaticano II quiso expresar la fe de la Iglesia siguiendo los modos de búsqueda y de formulación literaria del pensamiento moderno, y redefinir la relación de la fe de la Iglesia con respecto a ciertos elementos esenciales de dicho pensamiento." [Juan XXIII]
¿Qué significado exacto conviene dar a este nuevo Magisterio pastoral, deseado por Juan XXIII? Benedicto XVI quiso dar la interpretación más auténtica del propósito de Juan XXIII, y lo hizo en lo que todo el mundo considera como el discurso clave de su pontificado. Al seguir “los modos de búsqueda y de formulación literaria del pensamiento moderno”, el Concilio Vaticano II, nos dice, quiso cambiar la definición de la relación que debe existir entre la fe de la Iglesia y ciertos elementos propios del pensamiento moderno. Así pues, no se trata de expresar la misma definición en términos diferentes. Sin lugar a dudas, se trata de cambiar la definición.
No es solamente que cambie la forma del discurso; es su fondo y su sustancia, sobre el punto preciso que compromete los principios de la fe católica con respecto al pensamiento moderno. Prueba de ello es que esto llevó al Concilio a “volver a interpretar” o a “corregir” ciertas decisiones históricas, al punto de dar la apariencia de una cierta discontinuidad.
 

El Concilio Vaticano II, con la nueva definición de la relación entre la fe de la Iglesia y ciertos elementos esenciales del pensamiento moderno, reinterpretó o incluso corrigió ciertas decisiones históricas, pero dentro de esta aparente discontinuidad, en cambio mantuvo y profundizó su naturaleza íntima [de la Iglesia] y su verdadera identidad”. [Benedicto XVI]

Pero mons. Lefebvre escribe lo siguiente en Le Destronaron:

Los católicos liberales introducen los errores liberales en el interior de la Iglesia y en las sociedades todavía algo católicas. Es muy instructivo volver a leer las enseñanzas de los Papas al respecto y comprobar el vigor de sus condenaciones. Es de gran valor recordar la aprobación de Pío IX a Luis Veuillot, autor del admirable libro L’Ilusion Libérale [La Ilusión Liberal], y la del Santo Oficio al del Padre Félix Sardá y Salvany El Liberalismo es Pecado. ¿Qué habrían pensado esos autores si hubieran comprobado, como nosotros hoy, que el liberalismo es rey y señor en el Vaticano y en los episcopados? De allí la urgente necesidad, para los futuros sacerdotes, de conocer este error. Pues el católico liberal tiene un falso concepto del acto de fe, como bien lo muestra el Padre Sardá (Cap. VII). La fe no es ya una dependencia objetiva de la autoridad de Dios, sino un sentimiento subjetivo, que, en consecuencia, respeta todos los errores y especialmente los errores religiosos. Luis Veuillot en su Cap. XXXIII muestra bien que el principio fundamental del 1789 es la independencia religiosa, la secularización de la sociedad y en definitiva, la libertad religiosa. 

La nueva SSPX ya no lucha por defender la doctrina católica de los errores modernistas, antes bien los justifica, cita textual del articulo:
La Fraternidad San Pío X no asegura que este cambio de definición afecte todas las enseñanzas del Vaticano II, de manera global. Simplemente tomamos nota de lo que dicen Juan XXIII y Benedicto XVI y constatamos que, en algunos puntos determinados, el Concilio Vaticano II adoptó el enfoque mismo del pensamiento moderno y que esto lo llevó a dar, de la relación de la Iglesia tanto con respecto a las sociedades civiles como con respecto a otras religiones, un nuevo concepto, incompatible con el del Magisterio anterior. El Magisterio es por definición constante. Las afirmaciones que parecen ser incompatibles con lo que éste ya ha propuesto no se podrían revestir de valor propiamente magisterial.
Por consiguiente, negamos que las enseñanzas del Vaticano II sobre la libertad religiosa y el ecumenismo (así como las que se refieren a la colegialidad y a la nueva eclesiología) se puedan imponer bajo el título de un Magisterio verdadero y exacto. Es cierto que estos cuatro puntos no son por sí solos el Concilio en su totalidad. Mons. Lefebvre dijo que él nunca había rechazado en bloque el Concilio Vaticano II.[14] Por consiguiente, si el Concilio puso en práctica formas de pensar sujetas a debate, el hecho de esta situación debe ser examinado en cada caso, por texto. Y eso es lo que hacemos, sobre los puntos señalados.

Entonces la nueva SSPX piensa que sólo son errores de interpretación, algunas partes bien y otras mal. Si la fe esta en riesgo se debe rechazar el conjunto para preservar la unidad de la fe.
No afirman que la doctrina católica ha sido cambiada, nunca mencionan que son herejías la innovaciones del CV II, no mencionan el peligro de cambiar la Fe [sin la fe intregra y verdadera es imposible salvarse].
Ademas involucra a mons Lefebvre respecto que no había rechazado en bloque el CV II, citando al libro Le Destronaron, en donde dedica, mons Lefebvre, al menos 10 capítulos de condena al Concilio Vaticano II.  Cita textual, Le Destronaron, pagina 2, prefacio:

A fin de guardar y proteger la fe católica de la peste del liberalismo, este libro me parece llegar muy oportunamente, haciéndose eco de las palabras de Nuestro Señor: “Aquel que crea será salvo, aquel que no crea se condenará”; es esta fe la que el Verbo de Dios encarnado ha exigido a todos si quieren ser salvados. Ella causó su muerte, y siguiendo su camino, la de todos los mártires y testigos que la han profesado. Con el liberalismo religioso, no hay más mártires ni misioneros, sino liquidadores de la religión, reunidos alrededor de la pipa de una paz puramente verbal. 

Cita textual, pagina 123, capitulo XXXIV:

Por mi parte, no me resignaré; no asistiré a la agonía de mi Madre, la Santa Iglesia, con los brazos caídos. Ciertamente no comparto el optimismo beato de algunos sermones: “Vivimos una época magnifica. El Concilio ha sido una renovación extra-ordinaria. ¡Viva esta época de transformación cultural! Nuestra sociedad se caracteriza por el pluralismo religioso y la libre competencia ideológica. Sin duda, este ‘avance’ de la historia va acompañado de algunas pérdidas: práctica religiosa nula, contestación de toda autoridad, los cristianos nuevamente en minoría. ¡Pero mirad cuántos beneficios! Los cristianos son la levadura escondida en la masa, el alma de la Ciudad pluralista, en gestación, vitalmente cristiana, son el motor de los ideales de un mundo nuevo que va surgiendo ¡más fraterno, más pacífico, más libre!” 

Tal ceguera solo se explica como el cumplimiento de la profecía de San Pablo que habla de los apostatas de los últimos tiempos. Dios mismo, dice San Pablo, “les enviará poderes de engaño a fin de que ellos crean la mentira” (II Tes. 2, 10-11). ¿Qué castigo más terrible puede haber que una jerarquía desorientada? Si damos crédito a Sor Lucia, eso es precisamente lo que Nuestra Señora ha anunciado en la tercera parte del Secreto de Fátima: la Iglesia y su jerarquía sufrirán una “desorientación diabólica” y, siempre según Sor Lucia, esta crisis corresponde a lo que el Apocalipsis nos dice sobre el combate de la Mujer contra el Dragón. Ahora bien, la Santísima Virgen nos asegura que al final de esta lucha “su Corazón Inmaculado triunfará”. 

¿La nueva SSPX en dónde se sitúa? ¿Punto intermedio? Usan de modelo a mons Lefebvre pero no lo imitan, antes bien lo tergiversan. ¿Nada ha cambiado? ¿No quieren contrariar a los enemigos de la Cruz de Cristo? La defensa de la doctrina que hicieron los papas antiliberales ¿en dónde quedó? ¿Sólo importan los Sacramentos y vivir en falsa paz? ¿La Doctrina de Nuestro Señor Jesucristo Sacramentado no debe ser defendida?