El mayor signo de la
ira de Dios y de su más terrible castigo en este mundo es entregar a
su pueblo en manos de los pastores nominales que tratan a las ovejas
con la crueldad de los lobos, en lugar de con el amor de afectuosos
guardianes, desgarran y devoran a las ovejas que son asignados a
alimentar, llevándolos a Satanás en lugar de a Dios, al infierno en
vez de los cielos, y que actúan como veneno y oscuridad en lugar de
como la sal de la tierra y la luz del mundo.
"Para nosotros,
los pastores y sacerdotes," dice San Gregorio Magno, "seremos
condenados delante de Dios como los asesinos de todas las almas que
van diariamente a la muerte eterna por medio de nuestro silencio ya
través de nuestra negligencia" (Homilía sobre Ezequiel 12).
En la Homilía 27,
de este mismo santo: “porque no hay nada que tanto indigne a Dios
(y por lo tanto provoque su ira y llame más la invocación de mal en
tanto Pastor y rebaño, a sacerdotes y personas) que cuando ve a los
que están encargados de corregir a los demás, dan
el mal ejemplo de vidas depravadas, y en lugar prevenir las
ofensas a Dios ellos mismos son los primeros en perseguirlo.
Cuando estos
pastores son indiferentes a la salvación de las almas y sólo
piensan en su propia comodidad o conveniencia; cuando todos sus
afectos son para las criaturas terrestres, buscando con avidez la
estima humana, usando su bendito ministerio para la ambición
privada, abandonando el servicio de Dios para servir al mundo;
ocupándose de los asuntos mundanos y profanos en lugar de la obra de
santificación "-
Cuando Dios permite
que sucedan estas cosas, es la prueba mas cierta de que está muy
enojado con Su pueblo, y este estado es el castigo más terrible que
le puede imponer al mundo. Esta es la razón por la cual Él sin
cesar clama a todos los cristianos: "Convertíos a mí, y yo te
daré pastores según mi corazón" (Jer 3-15.).
La muestra más
concluyente que las malas vidas de los pastores son un castigo por
los pecados del pueblo, y que, por otra parte, que la más grande
misericordia de Dios sobre las personas y la gracia más preciosa que
Él puede impartir es cuando da pastores y sacerdotes de acuerdo a su
propio corazón.
Estos sacerdotes son
hombres que buscan Su gloria y la salvación de las almas. El regalo
más rico y el favor más precioso que la Bondad Divina puede
efectuar a la Iglesia es darle un buen pastor, ya sea obispo o
sacerdote. Esta es la gracia de las gracias, y el regalo de los
regalos que comprenden en su interior todas las otras gracias y
dones.
Por lo tanto ¿qué
es un pastor o un sacerdote de acuerdo al Corazón de Dios '? Un
tesoro inestimable que contiene una inmensidad de bondades ...
San Juan Eudes