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viernes, 6 de febrero de 2015

MEDITACIONES: Jueves de Septuagésima



   Del Libro del P. Alonso de Andrade

   De la vocación del Salvador a seguirle a imitación del capitán en la guerra.

   Punto I.- Considera cómo Cristo vino a conquistar al mundo y hacer guerra al infierno y libertar de su tiranía a los hombres, para lo cual junta sus ejércitos y los llama y convoca para esta guerra; y por los filos contrarios el demonio,  oponiéndose a Cristo, forma campos y ejércitos para resistir a Cristo y oponerse a sus intentos; y mira a cuál de los dos has de seguir, porque es forzoso que sigas a uno solo, y no puedes a ambos; y si sigues a Cristo has de renunciar en todo a Satanás y su milicia.

   Punto II.- Considera junto a Babilonia, ciudad de confusión en un monte alto y pedregoso, a Lucifer en una como cátedra de fuego, humo, nieblas y obscuridad, con su bandera en la mano y a todos sus ministros en su presencia, a los cuales hace un razonamiento con grandes voces y orgullo, ordenándoles y persuadiéndoles que vayan por el mundo y pongan lazos a los hombres, cebándolos con riquezas, honras y deleites para hacerlos caer en vicios y despeñarlos por este medio en el infierno. Pondera aquí que usa de cátedra y bandera porque no hay honra que no afecte y quiere hacer a todas manos: y no hay medio que  no intente para nuestra perdición, está en monte por su soberbia, pedregoso por su dureza y sequedad y por la esterilidad de todo buen deseo y pensamiento, y echando fuego por su crueldad, y humo por la obscuridad que causa en las almas de quien se apodera. Medita esta verdad y conocerás por ella las calidades del mal espíritu porque no te engañen sus astucias y caigas en sus lazos.

   Punto III.- Considera en el campo de Jerusalén, que es ciudad de paz, a Cristo Nuestro Señor en un valle humilde, pero florido y ameno, con una bandera blanca en la mano, y a los ángeles y discípulos suyos en su presencia, a los cuales con voz mansa y rostro sereno exhorta a que vayan por el mundo y prediquen a todos los hombres el camino verdadero de la vida, exhortándolos a la pobreza y desprecio de la hacienda y a la mortificación, dando de mano a los deleites sensuales; y a la humildad, despreciando las honras de este siglo para adquirir las eternas. Y así el camino de la vida está en estas tres virtudes, pobreza, mortificación y humildad, como el de la muerte en los vicios contrarios, de codicia desordenada, deleites sensuales y soberbia. Pondera todo lo dicho, y en especial la humildad y mansedumbre de Cristo y sus palabras y consejos, y pide a Dios que te de luz para conocer su voz y su espíritu, para seguirle y obedecerle en todo.

   Punto IV.- Medita los razonamientos de ambos capitanes, y los intentos que tienen y el fin de sus empresas y el premio de sus victorias: óyelos a ambos, y mira a cuál has seguido hasta aquí, y a cual debes seguir en adelante: oye las voces que te da Dios para que le sigas, y a los ángeles y ministros que te ha enviado, y te han hablado de su parte y te hablan cada día, y no te hagas sordo a sus voces; mas resuélvete con fervor a seguirle y servirle el breve tiempo de esta vida, dando de mano a todo lo que el mundo adora, porque después merezcas gozar de su corona en el reino de la gloria.