Del Libro del P.
Alonso de Andrade
De la vocación del
Salvador a seguirle a imitación del capitán en la guerra.
Punto I.- Considera cómo Cristo vino a conquistar al mundo y hacer
guerra al infierno y libertar de su tiranía a los hombres, para lo cual junta
sus ejércitos y los llama y convoca para esta guerra; y por los filos
contrarios el demonio, oponiéndose a Cristo,
forma campos y ejércitos para resistir a Cristo y oponerse a sus intentos; y
mira a cuál de los dos has de seguir, porque es forzoso que sigas a uno solo, y
no puedes a ambos; y si sigues a Cristo has de renunciar en todo a Satanás y su
milicia.
Punto II.- Considera junto a
Babilonia, ciudad de confusión en un monte alto y pedregoso, a Lucifer en una
como cátedra de fuego, humo, nieblas y obscuridad, con su bandera en la mano y
a todos sus ministros en su presencia, a los cuales hace un razonamiento con
grandes voces y orgullo, ordenándoles y persuadiéndoles que vayan por el mundo
y pongan lazos a los hombres, cebándolos con riquezas, honras y deleites para
hacerlos caer en vicios y despeñarlos por este medio en el infierno. Pondera
aquí que usa de cátedra y bandera porque no hay honra que no afecte y quiere
hacer a todas manos: y no hay medio que
no intente para nuestra perdición, está en monte por su soberbia,
pedregoso por su dureza y sequedad y por la esterilidad de todo buen deseo y
pensamiento, y echando fuego por su crueldad, y humo por la obscuridad que
causa en las almas de quien se apodera. Medita esta verdad y conocerás por ella
las calidades del mal espíritu porque no te engañen sus astucias y caigas en
sus lazos.
Punto III.- Considera en el campo de Jerusalén, que es ciudad de paz, a
Cristo Nuestro Señor en un valle humilde, pero florido y ameno, con una bandera
blanca en la mano, y a los ángeles y discípulos suyos en su presencia, a los
cuales con voz mansa y rostro sereno exhorta a que vayan por el mundo y
prediquen a todos los hombres el camino verdadero de la vida, exhortándolos a
la pobreza y desprecio de la hacienda y a la mortificación, dando de mano a los
deleites sensuales; y a la humildad, despreciando las honras de este siglo para
adquirir las eternas. Y así el camino de la vida está en estas tres virtudes,
pobreza, mortificación y humildad, como el de la muerte en los vicios contrarios, de codicia desordenada,
deleites sensuales y soberbia. Pondera todo lo dicho, y en especial la humildad
y mansedumbre de Cristo y sus palabras y consejos, y pide a Dios que te de luz
para conocer su voz y su espíritu, para seguirle y obedecerle en todo.
Punto IV.- Medita los razonamientos de ambos capitanes, y los intentos
que tienen y el fin de sus empresas y el premio de sus victorias: óyelos a
ambos, y mira a cuál has seguido hasta aquí, y a cual debes seguir en adelante:
oye las voces que te da Dios para que le sigas, y a los ángeles y ministros que
te ha enviado, y te han hablado de su parte y te hablan cada día, y no te hagas
sordo a sus voces; mas resuélvete con fervor a seguirle y servirle el breve tiempo de esta vida, dando de
mano a todo lo que el mundo adora, porque después merezcas gozar de su corona
en el reino de la gloria.