Oh Sacratísimo Corazón de Jesús, afligido con lágrimas por la ceguera y las iniquidades de los hombres, ayúdanos por tu gracia a aspirar siempre a lo que te agrada y renunciar a lo que te desagrada, para que permanezcamos en tu amor y encontremos paz para nuestras almas. Amén. ( Obispo Clemens August von Galen).