El buen pastor da su vida por sus ovejas dice Cristo. Quien salve su vida con daño de las ovejas, no es buen pastor. El que pierde su vida por Cristo (y asi hace quien la pierde por el bien del rebaño que Cristo le confió) la salva para la vida eterna. De la misma manera, el que niega a Cristo (como hace el que no confiesa la verdad cuando el silencio a su rebaño) al querer salvar su vida empieza de hecho a perderla.
"Nuestro Señor Jesucristo quiere que los cristianos sean soldados fuertes y prudentes. El hombre fuerte aguanta y resiste los golpes; el prudente no permite que el miedo al sufrimiento le separe jamás de una conducta noble y santa. Sería escapar de unos dolores de poca monta para ir a caer en otros mucho más dolorosos y amargos".
Santo Tomas Moro. La Agonía de Cristo