P. ¿Qué ocurrió en España después de la batalla de Guadalete?
R. Envanecidos los moros con tan señalada victoria, se propusieron conquistar
toda la península; y aunque hallaron resistencia en algunas ciudades, andaban
las cosas de los godos tan desquiciadas, que fácilmente fueron sujetando
cuantos pueblos encontraban a su paso, hasta reducir al imperio godo a las
ásperas montañas de Asturias, donde fueron a refugiarse algunos nobles,
acompañado al arzobispo Urbano, llevando consigo las sagradas reliquias,
porque no fueran profanadas por los infieles
Reyes de Asturias y León
P. ¿Qué reyes hubo en Asturias y León en el siglo VIII?
R. Ocho: Pelayo, Favila, Alfonso I, Fruela I, Aurelio, Silo, Mauregato y
Bermudo I.
P. ¿Cómo se fundó la monarquía de Asturias y León?
R. D. Pelayo, infante de España y primo del rey D. Rodrigo, concibió la idea de
hacer frente a los musulmanes y aun de empezar la reconquista de su patria;
con un puñado de valientes, que le nombraron su caudillo, se hizo fuerte en
Covadonga, jurando todos dejarse matar antes que rendirse. Los árabes, que en número considerablemente sitiaron a D. Pelayo, hicieron
proposiciones que éste no quiso aceptar, por lo cual no tuvieron más remedio
que acometerlos: la aspereza del terreno favorece a nuestros héroes, y la
Providencia se mostró también muy de su parte en aquella batalla; así al atacar
los árabes aquellas alturas, lo hacían disparando dardos y piedras, las cuales al
chocar contra las rocas, volvían de rechazo contra los mismos que los
disparaban; desatase a la vez una furiosa tempestad que, unida a otros azares,
contribuyó a desorganizar al ejército moro.
P. ¿Qué hizo D. Pelayo al observar el desaliento del sitiador?
R. Como tenían frescos a sus soldados, salió con ellos de la cueva, atacando con
tal ímpetu, que sembró el desconcierto entre sus enemigos, los cuales, entrando
en un pantano, fueron acuchillados por los cristianos, que consiguieron una tan
brillante como inesperada victoria. Hicieron prisionero a D. Oppas, el traidor de
Guadalete, a quien se supone que hizo matar D. Pelayo; el conde D. Julián y
demás traidores fueron asesinados por los moros, que los supusieron cómplices
en la derrota de Covadonga.
P. ¿Qué hicieron los españoles después de la batalla de Covadonga?
R. Cobraron nuevos bríos; diariamente llegaban a su campo más guerreros,
hasta que formaron un cuerpo de ejército capaz de ofender a los invasores,
tomando por la fuerza a León y otros muchos pueblos; proclamaron rey a D.
Pelayo, y así quedó fundada la monarquía de Asturias y León.
D. Pelayo, que murió el año 737 en Cangas de Onís, de edad muy avanzada, es
uno de los héroes a quien más debe España; su memoria entre los españoles
amantes de las glorias patrias debe ser objeto de veneración.
P. ¿Quién fue el segundo rey de Asturias y León?
R. D. Favila, hijo de D. Pelayo. Empeñados los moros en guerra con los francos,
no pudieron atacar a los españoles, y así sostuvo Favila las conquistas de su
padre; mas no porque de su padre hiciese nada por conservarlas o aumentarlas,
cuidándose más del regalo de su persona. Murió en una cacería, destrozado por
un oso, el año 709.
P. ¿Quién heredó la corona a la muerte de Favila?
R. Alfonso I, casado con una hija de D. Pelayo, ocupó el trono con mucho
contento de todos. Aprovechando las disensiones que había entre la gente mora,
comenzó sus conquistas por Galicia, Castilla y Portugal; y tan favorables le
fueron sus empresas, que llego a conquistar más de la cuarta parte de España; o
más de esto, restauró y edificó muchos templos y ciudades; en una palabra,
sacrificó su vida entera en provecho de su patria. Murió el año 756.
P. ¿Quién fue el sucesor del noble D. Alfonso I?
R. Su hijo D. Fruela I, cuyo reinado fue una mezcla de bueno y malo. El rey
moro mandó contra él un ejército, creyéndole poco fuerte para defenderse; pero
D. Fruela le salió al encuentro y le derrotó; en memoria de aquella gloriosa
jornada fundó la ciudad de Oviedo.
El carácter de este rey fue demasiado severo, y más inclinado a la crueldad que
a la clemencia; por su propia mano asesinó a un hermano Vimarano, por lo cual,
y por otros actos de crueldad, se le sublevaron sus pueblos, que tuvo la suerte de
sujetar a su obediencia. Fue afortunado en sus empresas de armas, mas al fin
murió asesinado en Cangas el año 768.
P. ¿Quién heredó la corona de D. Fruela I?
R. Aunque este rey dejó un hijo llamado D. Alfonso, los nobles eligieron por
rey a Aurelio, con arreglo a las leyes godas. Nada de particular ocurrió en su
reinado; los esclavos moros quisieron hacerse libres con las armas, y fueron
sometidos. Murió en Cangas el año 773.
P:¿Qué hay de notable en el reinado de Silo y Mauregato?
R. Silo apaciguó a los gallegos, que andaban alborotados; y como tenía muchos
años, se asoció en el mando a D. Alfonso, hijo de Fruela I. Murió en Pravia el
año 785.
Mauregato disputó la corona a su sobrino Alfonso, que quedó como heredero
del trono a la muerte de Silo: los pocos años de este reinado fueron de paz, y no
ocurrió en España cosa que sea digna de ser referida. Murió el año 788.
P. ¿En quien recayó la corona de Asturias y León a la muerte de Mauregato?
R. En su hermano Bermudo I el Diacono. Tuvo dos hijos llamados Ramiro y
García; conociendo el mismo D. Bermudo que no era de bastante ánimo ni
esfuerzo para reinar en aquellos tiempos, abdicó en D. Alfonso, hijo de D.
Fruela I, y separándose de su mujer e hijos, se retiró al monasterio de Sahagún,
donde murió el año 791.
P. ¿Qué reyes de Asturias y León hubo en el siglo IX?
R. Cuatro: Alfonso II el Casto, Ramiro I, Ordoño I y Alfonso III el Grande.
P. ¿Cómo gobernó sus estados Alfonso II el Casto?
R. Puesto en el trono por la abdicación de Bermudo I, reinó cincuenta y dos
años, siempre en la prosperidad, pues supo aprovechar las discordias que los
árabes tienen entre sí para hacerles la guerra con ventaja. Como no tenían sucesión, ofreció el reino para después de su muerte a Carlo-Magno, rey de
Francia, porque este le ayudara a echar de España a los moros, cuyo partido
aceptó el francés. Esta determinación disgustó a los españoles de todas
jerarquías, y aun el mismo rey estaba arrepentido de tal ofrecimiento; pero nadie
en particular se atrevía a declarar el disgusto. Bernardo del Carpio, joven de
gran valor, alentó esta facción, y ofreciéndose por su caudillo, reunió un
pequeño ejército, y tomando los pasos de los Pirineos, derrotó al ejército francés
a la entrada de Roncesvalles. D. Alfonso murió en Oviedo el año 842.
P. ¿Quién fue el sucesor de Alfonso II el Casto?
R. Ramiro I, hijo de Bermudo I; su reinado fue corto, pero glorioso; le disputó
la corona un sobrino de Alfonso II, ayudado de algunos nobles, a quienes el rey
derrotó en una sola batalla, haciendo prisionero al pretendiente; los normandos
llegaron a las costas de Galicia en sentido de conquistadores, y también los
derrotó por mar y tierra, haciéndolos huir; riñó muchas batallas con los moros, y
siempre le fue favorable la suerte, debiéndose a su esfuerzo el que España fuera
respetada y cobrara su dignidad antigua. En paz y en guerra fue D. Ramiro muy
prudente y amigo de la justicia. Murió el año 850.
P. ¿Quién heredó la corona de D. Ramiro I?
R. Ordoño I, su hijo, quien por su carácter agradable, su modestia, caridad y
justicia, se conquistó la voluntad de la nobleza y del pueblo. Era muy temido de
los moros por su extraordinario valor y fortuna en la guerra, que siempre le fue
favorable; la batalla más memorable de su reinado fue la de Albelda, donde el
rey moro de Zaragoza fue herido y perdió más de 10.000 soldados; tomó
muchos pueblos, y aunque no pudo conservarlos, de ellos sacó mucho dinero,
que empleó para edificar templos y ciudades; él edificó la ley de Tuy, León,
Astorga y otras. Cuando murió, el año 866, pusieron sus vasallos este sentido
epitafio en su sepulcro: Siempre hablará de él la fama, y no verán otro
semejante los siglos venideros.
P. ¿Fue digno sucesor de Ordoño I su hijo Alfonso III?
R. Basta decir que conquistó el sobrenombre de el Grande. Tenía Alfonso III
catorce años cuando ciñó la corona, y le fue usurpado el trono por D. Fruela,
gobernador de Galicia, el cual fue muerto por los partidarios de D. Alfonso,
quien volvió a ocupar el trono. Los primeros pasos de su gloriosa carrera se
dirigieron a poner en orden sus estados; hizo alianza con el rey de Navarra,
casándose con su hija suya; y satisfecho por la paz de su reino, llevó sus armas
contra los árabes, atacándolos siempre que la ocasión le era favorable, con cuya
táctica ganó treinta batallas. Alarmado el rey de Córdoba con la fortuna del cristiano, mandó contra él dos ejércitos, y también fueron derrotados por D.
Alfonso, quien, cansado de la guerra, se retiró a descansar, cuidándose de
administrar su reino y fomentar la religión.
P. ¿Consiguió D. Alfonso sus buenos propósitos?
R. No, porque se sublevó contra él su hijo D. García declarándole la guerra, y
tuvo necesidad de dar una severa lección al hijo ingrato; sin grande esfuerzo lo
hizo prisionero, y le encerró en un calabozo, cargado de cadenas; luego le
perdonó, ciñéndole su corona.
P. ¿Qué recuerdos tenemos del reinado de D. García?
R. Conocieron los moros que no reunía las condiciones que su padre Alfonso III
respecto de la guerra, y empezaron a acosarle; entonces D. Alfonso pidió
permiso a su hijo para tomar las armas, y entrándose en tierra de moros con un
ejército, volvió cargado de laureles. Alfonso III murió en Zamora el año 910.
D. García reinó sólo tres años; hizo con fortuna algunas excursiones contra los
moros, y murió sin sucesión el año 914.
P. ¿Quién heredó la corona de D. García?
R. Su hermano Ordoño II, que continuó la guerra contra los moros con la misma
fortuna y valor que su padre Alfonso el Grande; fueron tan adelante sus
empresas de armas, que el rey de Córdoba no se creyó seguro; y temiendo las
fuerzas de aquel rey brioso, corrió a pedir socorros al África. El africano, en su
deseo de abatir el poder de los cristianos, despachó un ejército de 80.000
hombres que, junto con los moros que habían en España, se entraron por tierras
de cristianos.
P. ¿Qué hizo D. Ordoño viéndose acometido por fuerzas tan superiores?
R. El apuro de los españoles era grande, pues con fatiga apenas podían
contrarrestar el poder de los moros de Córdoba; con todo, el rey salió al
encuentro, y cerca de San Esteban de Gormaz dio la batalla; es indudable que
hubieran perecido los españoles sin el aplomo y buena dirección del rey; la
victoria no se declaraba en ninguna parte, hasta que los dos capitanes moros
murieron y sus tropas empezaron a desbandarse sin dirección, y por fin a huir.
Más tarde fue vencido por los navarros en la batalla de Valdejunquera por
haberle faltado el apoyo de los condes de Castilla, que no pudieron asistir a
aquella batalla, por lo cual lo mandó matar alevosamente, cuyo hecho y el
injusto repudio de su mujer son una mancha en su historia. Murió el año 924.
P. ¿Quién se puso en el trono a la muerte de Ordoño II?
R. Aunque este rey dejó dos hijos, se puso en el trono por la fuerza de las armas
su hermano Fruela II, quien reinó solamente un año y se señaló por su torpeza y crueldad. Conocieron los castellanos su ineptitud para la guerra, y enajenadas
las voluntades por la muerte de sus condes en el reinado anterior, le negaron la
obediencia, eligiendo por jueces a Laín Calvo (quinto abuelo del Cid), por su
gran esfuerzo para las cosas de la guerra, y a Nuño Rasura, por su gran
prudencia para las cosas del gobierno y de la justicia. Fruela II murió el año
925.
P. ¿Quién reinó en España después de Fruela II?
R. Alfonso IV, hijo de Ordoño II. Aunque al principio se cuenta que era buen
rey, no hay hecho alguno que ensalce su memoria; cansados los suyos de su
ineptitud y él de gobernar, determinó entregar el reino a su hermano Ramiro II
el año 931, retirándose él a un convento.
P. ¿Qué me dice del reinado de Ramiro II?
R. Apenas se había encargado del reino, llevó sus armas contra los moros; pero,
habiéndose cansado Alfonso IV de estar en el convento, se salió de él, y
haciéndose fuerte en León, empezó de nuevo a llamarse rey; don Ramiro puso
cerco a esta ciudad y tomóla por hambre, e hizo prisionero a su hermano.
También se sublevaron en Galicia los hijos de D. Fruela, y fueron asimismo
sometidos. Puestos en paz sus estados, se volvió contra los moros, tomó a
Madrid y continuó sus correrías por el reino de Toledo.
P. ¿Qué hicieron los moros para vengarse?
R. Entráronse por Castilla, donde gobernaba el famoso Fernán-González; D.
Ramiro no abandonó al conde, y le mandó socorro de gente; Fernán-González
se fue a buscar a los árabes, y encontrándolos cerca de Osma, los atacó con tal
entereza, que los moros huyeron de las tropas del conde después de haber
sufrido muchas pérdidas.
Entre las notables victorias de D. Ramiro, la principal es la de Simancas. Este
rey murió el año 950.
P. ¿Quién fue el sucesor de Ramiro II?
R. Su hijo Ordoño III, que heredó el valor y prudencia de su padre, aunque no
su fortuna, pues reinó solo cinco años, y mucho tiempo estuvo entretenido en
guerras civiles con los castellanos, navarros y gallegos. Hizo una excursión muy
gloriosa contra los moros por tierra de Portugal. Murió el año 955.
P. ¿Quién heredó su corona?
R. Su hermano Sancho I el Craso. Fernán González, conde de Castilla, tenía una
hija, llamada D. Urraca, casada con Ordoño III, a la que éste repudió por causas
políticas; muerto D. Ordoño, casó a D. Urraca con otro D. Ordoño, y su padre el
conde, para procurarle el trono, se dirigió a León con sus castellanos; mas antes que llegara huyó el rey D. Sancho a Córdoba, concertado con el rey moro que le
ayudase a conquistar su reino, mientras él no le impediría que entrase el
condado de Castilla. D. Sancho recuperó fácilmente su trono, porque los
desmanes de Ordoño le enajenaron por completo el amor del pueblo, que le
apellidaba el Malo.
P. ¿Y no le ayudó nada su suegro el conde de Castilla?
R. Tenía éste bastante que hacer con defender sus estados, pues el rey de
Córdoba llevó a Castilla un formidable ejército a las órdenes del célebre capitán
Almanzor, que puso al conde en grave aprieto; mas la fortuna le fue favorable, y
derrotó al ejército moro.
Cuando Sancho I subió al trono por segunda vez, se sublevaron los gallegos; y
como éstos no pudieran resistir a las tropas reales, pidieron la paz y se la
concedió D. Sancho, que fue siempre de noble condición; con este motivo
ofreciéronle un banquete y en el le envenenaron el año 967.
P. ¿Qué nos dice la historia de Ramiro III?
R. Tenía cinco años cuando murió su padre Sancho I, y reinó bajo la tutela de su
madre y su tía D. Elvira, señora de gran talento y prudencia para los negocios
del Estado; pero bien pronto se desentendió de sus consejos, observando una
conducta tan torpe, que perdió sus más leales partidarios. El año 968 murió
Fernán-González, primer conde independiente de Castilla, llamado el terror de
los mulsulmanes; y unida esta desgracia al poco juicio de D. Ramiro, dio por resultado una guerra civil y la
pérdida de muchos pueblos; gracias a las discordias que los moros tenían entre
sí, no ocurrieron mayores desastres. Murió Ramiro III el año 982.
P. ¿Quién fue el sucesor de Ramiro III?
R. Su primo Bermudo II empezó su reinado en circunstancias desfavorables por
la pérdidas y desórdenes del reinado anterior; postrado en cama de una larga
enfermedad, quizá hubiera dado por resultado la pérdida total de España sin el
esfuerzo de Garci-Fernández, hijo de Fernán-González, quien detuvo la marcha
triunfal de los moros en San Esteban de Gormaz, donde dieron una formidable
batalla, de la que sólo se libraron algunos moros por la ligereza de sus pies.
Bermudo II murió el año 999.
P. ¿Qué reyes de León y Castilla hubo en el siglo XI?
R. Cinco: Alfonso V y Bermudo III, reyes de Asturias y León; Fernando I y
Sancha, que unieron el condado de Castilla con título de reino; Sancho I y Alfonso VI.
P. ¿Qué sabe del reinado de Alfonso V?
R. Era muy niño cuando murió su padre Bermudo II, y por disposición de éste
se encargó del mando el conde de Galicia. Por este tiempo entraron los moros
en Castilla a vengar la derrota de San Esteban de Gormaz, y el conde de
Castilla, que estaba descuidado y achacoso por los muchos años, salió a
remediar el daño; la batalla fue brava, y en ella murió como había vivido el
ilustre Garci-Fernández, que igualó a su padre en la grandeza de sus hazañas;
los castellanos fueron derrotados en esta jornada.
P. ¿Cómo vengó Castilla la muerte de Garci-Fernández?
R. Heredó el condado su hijo D. Sancho, quien, ayudado por los leones y
navarros, entró a sangre y fuego por tierra de Toledo y Córdoba, causando
gravísimo daño, sin que nadie se atreviese con el valeroso castellano; pero
mayor que el daño fue el miedo de los moros, que determinaron comprar la paz
a costa de mucho dinero. D. Alfonso reconstruyó los pueblos y ciudades que los
árabes habían destruido, y deseando ensanchar sus dominios, hizo una
expedición por tierra de Portugal, y en la ciudad de Viseo le dispararon una
saeta que le produjo la muerte el año 1027.
P. ¿Quién heredó la corona de Alfonso V?
R. Su hijo Bermudo III; era de carácter pacífico, y cuidó más de gobernar sus
estados que de nuevas conquistas. Murió el año 1037.
P. ¿Cómo se unieron las coronas de Castilla y de León?
R. No habiendo dejado sucesión Bermudo III, heredó el reino de León su
hermana doña Sancha; esta señora se casó con D. Fernando, heredero de
Castilla, cuyo condado recibió al casarse, dándole el título de reino, y así
quedaron unidas las dos coronas.
P. ¿Quién fue el primer rey de la nueva monarquía de Castilla y de León?
R. Fernando I el Grande; modelo de grandes capitanes, buen legislador y buen
cristiano, aseguró la paz de sus estados haciendo uso de su gran prudencia, y en
seguida hizo guerra a los moros, consiguiendo de ellos tantas victorias, que no
pueden relatarse en este pequeño volumen: como muestra de su grandeza, basta
decir que hizo tributarios suyos a los reyes moros de Toledo, Badajoz y
Zaragoza, los cuales le compraron la paz a no poco precio. Tuvo cinco hijos:
Sancho, Alfonso, García, Urraca y Elvira, a quienes legó respectivamente los
reinos de Castilla, León, Galicia, señorío de Zamora y señorío de Toro.
Fernando I murió en León el año 1065.
P. ¿Qué ocurrió con esta división de los reinos?
R. Los hijos de Fernando I fueron a tomar posesión de sus estados, según lo
dispuesto por su padre; pero Sancho II de Castilla, que era el hijo mayor, vio
con disgusto la repartición de unos reinos que en concepto suyo le pertenecían;
proponiéndose, por lo tanto, hacerse dueño de la herencia de sus hermanos,
declaró la guerra a León y Galicia sucesivamente, de cuyos reinos se hizo
dueño, aunque con graves quebrantos de su parte.
P. ¿Cómo se portó Sancho II con sus hermanas Urraca y Elvira?
R. Deseaba D. Sancho poseer la plaza de Zamora porque porque la era muy útil
para defender sus estados de León, y propuso a D. Urraca que se le diese a
cambio de otras de más valor para ella, partido que ella no quiso aceptar; y
viendo Sancho II un perjuicio grave para sus reinos en no poseer dicha plaza,
se propuso tomarla por fuerza; como esto no fue posible por lo bien defendida
que la plaza se hallaba, resolvió tomarla por hambre. Faltos de víveres, y a
puntos de entregarse los sitiados, salió de la plaza un zamorano llamado Bellido
Dolfos, que mató al rey D. Sancho a traición; el Cid persiguió al asesino hasta
las mismas puertas de Zamora, faltándole poco para acabar con el año 1072.
P. ¿Qué hizo el ejército que sitiaba a Zamora después de muerto el rey D.
Sancho II?
R. Los leoneses y gallegos, que no le querían, abandonaron el campo, y el
ejército castellano se dividió; unos fueron a Oña a dar sepultura al muerto, y la
mayor parte quedaron junto a Zamora para vengar la muerte de su rey; pidieron
la entrega del asesino, y como no fue posible entregar porque no le encontraron
dentro de Zamora, D. Diego de Ordoñez, noble castellano, retó de traidores a los
zamoranos, y, según las leyes de Castilla, se batió contra cinco; mató a tres y le
hirieron el caballo, que huyó y aunque volvió en seguida, el duelo se dió por
terminado, Zamora libre de la acusación, y los castellanos regresaron a Burgos
para determinar lo que les convenía.
P. ¿Cómo empezó el reinado de Alfonso VI?
R. Residía en Toledo desde que fue despojado del reino de León, y así murió
Sancho II, vino a tomar posesión de los estados de su hermano, haciéndolo sin
dificultad de su antiguo reino; Galicia opuso resistencia hasta que D. García
renunció los derechos de aquel reino, y Castilla se ofreció a tomarle por rey si
juraba que ninguna parte había tenido en la muerte de Sancho II. Avínose D.
Alfonso a esta condición, y el Cid le hizo jurar tres veces en la iglesia de Santa
Gadea (Santa Águeda) de Burgos antes de rendirle vasallaje, por cuyo hecho
fue desterrado de Castilla, aunque luego volvió a la gracia del rey.
P. ¿Qué hizo Alfonso VI después de ser jurado del rey de Castilla, León y
Galicia?
R. Como era de noble condición, virtuoso y valiente, protegió con sus armas al
rey Almamun de Toledo contra el de Córdoba en recompensa de la buena
acogida que aquel le dispensó todo el tiempo que estuvo desterrado de su reino;
después que murió Almamun, se consideró en libertad de hacer la guerra en
aquel reino, conquistado a Toledo y otros pueblos.
P. ¿Qué se refiere del Cid Campeador?
R. Aunque las empresas de armas de Alfonso VI fueron muy felices, se vieron
aumentadas y en cierto modo eclipsadas con las proezas del héroe castellano
llamado Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido por su sobrenombre de Cid
Campeador. Este ilustro burgalés solo con sus castellanos, venció a cinco reyes
moros, haciéndolos tributarios del de Castilla; conquistó dos ejércitos que
expresamente fueron organizados para combatir sus fuerzas; tomó a Valencia,
que por ese se llama Valencia del Cid, la cual estuvo en su poder hasta su
muerte: en los reinados de Fernando I, Sancho II y Alfonso VI, fue el más
esforzado campeón y el encargado de realizar las grandes empresas.
P. ¿Qué opinión gozaba el Cid mientras vivió?
R. Los pueblos en general admiraban su valor y sus virtudes: era una especie de
ídolo del pueblo; llamándole libertador de la patria, terror de los moros,
defensor y amparo de la cristiandad, espejo de caballeros y otras cosas
parecidas, viniendo a ser el tipo de valor y honradez castellanas: fundó el
monasterio de Cardeña, cerca de burgos, donde fue enterrado.
Alfonso VI, ya de edad muy avanzada, concluyó su glorioso reinado en Toledo,
el año 1109.
P. ¿Qué reyes de Castilla hubo en el siglo XII?
R. Cuatro: doña Urraca, Alfonso VII, Sancho III y Alfonso VIII. Como Alfonso
VII dividió sus estados entre sus dos hijos, reinaron en León y Galicia Fernando
II y Alfonso IX.
P. ¿Qué hay de particular en el reinado de doña Urraca?
R. A la muerte del su padre Alfonso VI heredó las coronas de Castilla, León y
Galicia: el rey de Aragón, Alfonso I, consideró fácil destituir a doña Urraca y
hacerse con la corona de Castilla, León y Galicia: y al
efecto envió contra la reina un ejército; esta señora, para evitar una guerra entre cristianos, accedió, aunque con pena, a casarse con el de Aragón. Como este
matrimonio no produjo los resultados que se prometía D. Alfonso, éste, después
de graves disgustos, encerró a su mujer en una fortaleza, lo que no sufrieron los
castellanos; fueron en busca de su reina, y sacándola de la prisión, la
restituyeron a Castilla, anulando su matrimonio. Sin embargo, no acabaron las
revueltas hasta la muerte de doña Urraca, el año 1126.
P. ¿Quién fue el sucesor de doña Urraca?
R. D. Alfonso VII, su hijo, príncipe muy esclarecido por sus virtudes y hechos
de armas: ganó muchas batallas a los moros, extendiendo sus dominios y su
influencia sobre los demás reyes hasta conquistar el título de Emperador,
coronándole como a tal el arzobispo de Toledo. En una de sus expediciones se
sintió enfermo y murió al pie de una encina, el año 1157. Dividió sus estados
entre sus hijos Sancho y Fernando, entregando al primero Castilla y al segundo
León y Galicia.
P. ¿Qué ocurrió en el reinado de Sancho III?
R. Reinó sólo un año, y murió el Toledo el año 1158. En este breve espacio de
tiempo, los moros reconquistaron algunas de las plazas que su padre Alfonso
VII les había ganado; también fue molestado por el rey de Navarra, con el que
se entendió D. Ponce, conde de Minerva, haciéndole entrar en razón después de
algunos quebrantos que le hizo sentir con las armas.
P. ¿Quién fue el sucesor de Sancho III?
R. Su hijo Alfonso VIII, el de las Navas, quien tenía tres años cuando su padre
murió. Hasta que a D. Alfonso le declararon mayor de edad, fue España teatro
de abusos y desaciertos por parte de los Castros, Laras y su tío D. Fernando, rey
de León, que se disputaban la tutela del rey. Declarado mayor de edad a los once
años, empezó desde luego con fortuna su camino de gloria, llegando a ser uno
de los grandes reyes de España; concluyó con la guerra civil, recobró algunas
plazas que el rey Navarra le había quitado, y en seguida empezó su larga y
gloriosa carrera de armas contra los moros, a los que humilló muchas veces.
P. ¿Les fue siempre favorable la fortuna?
R. No, señor; fue derrotado en la batalla de Los Arcos, donde perecieron mas de
20.000 castellanos, y el resto tuvo que refugiarse en Toledo. Fueron culpables
de esta derrota los reyes de León, Aragón, Navarra y Portugal, que no llegaron
con sus tropas, como tenían convenido y era su obligación, dejando solo a D.
Alfonso frente a un ejército mucho mayor que el suyo.
P. ¿Qué ocurrió después de esta derrota?
R. Coligó se el rey de Castilla con los demás reyes cristianos de España, y se
propuso reparar el daño causado por la derrota de Los Arcos; los moros de
Andalucía llamaron en su auxilio al Miramamolín de África, el cual se propuso
aniquilar de nuevo a los cristianos, y se vino a España con 500.000 hombres.
Los dos formidables ejércitos se encontraron en las Navas de Tolosa, y la
victoria de los cristianos fue tan completa, que los infieles se consideraron
impotentes y se volvieron al África. Esta memorable batalla se dio el día 16 de
Julio de 1212, y Alfonso VIII murió el 1214.
P. ¿Quién heredó la corona de Castilla?
R. Enrique I, hijo de Alfonso VIII, que sólo tenía once años; y estando jugando
con otros niños, le mató una teja que se desprendió del tejado. Heredó la corona
su hermana D. Berenguela, y en el acto de ser proclamada reina cedió el trono a
su hijo D. Fernando.