Ndb:En
las revelaciones de Nuestra Señora del Buen Suceso, nuestra Señora
anuncia con muchos años de anticipación; la aparición de la
masonería, la aparición de herejías en el siglo XX, contenidas
todas en el modernismo descrito por San Pío X, anuncia la corrupción
del clero, y nos la confirma, posteriormente, en la aparición en la
Sallete, Francia.
Asimismo
anuncia la corrupción de las costumbres, la crisis de Fe, anuncia el
martirio cruel y prolongado de las almas que van a defender la fe,
anuncia una completa restauración la cual coincide con el triunfo
del Inmaculado Corazón de María anunciado en el secreto de Fátima.
Anuncia el espíritu de impureza y libertinaje que cada día se
observa más actualmente.
Anuncia
fuego del cielo para purificar, el cual es referido en varias
profecías privadas. Anuncia que las vocaciones y sacerdocio estarán
perdidos, ésto ya se observa en la actualidad y además es
confirmado en el mensaje de Fátima cuando nos anuncia la Devoción
al Inmaculado Corazón de María en los primeros sábados y con el
rezo del Rosario como último remedio para salvarse en el final de
los tiempos, esto mismo coincide con la abolición del Santo
Sacrificio, si no hay sacerdotes verdaderos no hay Santo Sacrificio.
Anuncia
que impíos emprenderán furiosos
una guerra cruel contra aquellos que trabajan desinteresadamente en
la salvación de las almas dejando caer sobre ellos vituperaciones,
calumnias y vejaciones para poner obstáculos en el cumplimiento de
su ministerio. Esto ya pasa proviniendo de todos los frentes
enemigos: modernistas, acuerdistas, “falsos resistentes”. Aquí Nuestra Señora destapa con anticipación las
tácticas de los falsis fratribus. Anuncia el Gran Castigo y guerra
terrible donde morirán seglares, clérigos, y nos hace recordar la
visión de los videntes de Fátima sobre el obispo vestido de blanco
caminando entre cadáveres.
Estas
profecías destinadas para ser conocidas en el siglo XX son
completamente acordes al mensaje de Nuestra Señora de Fátima y
de la Sallete.
Esta gran crisis ya estaba predicha, continuemos
luchando la buena lucha, con las armas de Dios y con la ayuda de
nuestra Santísima Madre.
Relato
de las apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso en Quito,
Ecuador, del 2 de febrero de 1594 al 6 de diciembre de 1634.
El
Convento de la Inmaculada Concepción fue el primer convento de
religiosas en la ciudad de Quito, en Ecuador. La nobleza católica de
la ciudad pidió ese favor al Rey Felipe II, con el fin de que las
mujeres pudieran disfrutar de las ventajas de la vida religiosa.
Cinco Hermanas profesas de la Orden fueron enviadas por España para
la fundación del nuevo convento. Con ellas, venía una pequeña
joven de 13 años, Mariana de Jesús Torres, quien era sobrina de la
Madre Superiora. Ella se iba a convertir más tarde en la más
conocida de las fundadoras, aunque su existencia permaneció oculta
en Ecuador hasta el siglo XX. El convento fue oficialmente fundado el
13 de enero de 1577.
La
joven novicia hizo rápido progreso en la vida espiritual y recibía
muchos favores del cielo. Asimismo, practicó penitencias severas y
escogió sufrir por Dios como alma
víctima.
Muchos de sus sufrimientos fueron ocasionados por sus hermanas en
religión, quienes eran laxas y se rebelaban contra la forma austera
de vida impuesta por la Beata Beatriz de Silva y las madres
fundadores españolas y regidas por la Santa Regla de la Comunidad.
Finalmente, la Madre Mariana fue elegida como Abadesa en lugar de su
tía, quien estaba muy enferma y murió al poco tiempo.
Primera
aparición de Nuestra Señora del Buen Suceso el 2 de febrero de 1594
Muy
temprano en la mañana del 2 de febrero de 1594, la Madre Mariana
estaba en oración en el coro superior del convento, implorando con
fervor a Jesús y María por el alivio de muchos graves sucesos que
se habían presentado en el convento cuando, durante su larga
plegaria, escuchó una voz dulce que la llamaba por su nombre. Se
levantó rápidamente y vio a la Virgen María que sostenía al Niño
Jesús en su brazo izquierdo. Se preguntó quién sería y Nuestra
Señora le dijo:
Yo
soy María del Buen Suceso (1), la Reina del Cielo y de la Tierra…
como su Madre, llevo al Niño Jesús en mi brazo izquierdo, a fin de
que juntos podamos detener la mano de la Justicia Divina tan
dispuesta a castigar a este desgraciado y criminal mundo.
En
mi mano derecha, llevo la cruz que ves porque deseo gobernar este
convento como Abadesa y Madre… Satán va a empezar a intentar
destruir esta obra de Dios… pero él no tendrá éxito porque yo
soy la Reina de las Victorias y la Madre del Buen Suceso y es bajo
esta invocación que deseo ser conocida a través del tiempo…"
La
Santa Virgen María puso al Niño Jesús en brazos de la Madre
Mariana, infundiéndole un fuerte deseo de sufrir como alma víctima.
Nuestra
Señora ordena que se fabrique una estatua
Nuestra
Señora se apareció muchas veces a la Madre Mariana. En la aparición
del 16 de enero de 1599, Nuestra Señora le ordenó que se hiciera
una estatua que la mostrara tal como Ella se había aparecido a la
santa religiosa. Ella le ordenó medir su talla con el cordón de su
hábito religioso.
Nuestra
Señora prometió lo siguiente:
Cuando
las tribulaciones del espíritu y los sufrimientos del cuerpo los
opriman y sientan que se ahogan en un mar sin fondo, déjenlos
contemplar mi santa imagen, que será para ellos una estrella para
los náufragos. Estaré siempre ahí, dispuesta a escuchar sus
lamentos y a calmar sus lágrimas. Díganles que siempre deben acudir
a Su Madre con fe y amor…"
Advertencias
acerca del siglo XX
Muy
temprano en la mañana del 21 de enero de 1610, la Madre Mariana fue
favorecida con una aparición de los arcángeles San Miguel, San
Gabriel y San Rafael. Después se le apareció Nuestra Señora, quien
hizo numerosas predicciones:
Así,
te lo hago saber que al final del siglo XIX y casi a la mitad del
siglo XX, esto que hoy se conoce como la Colonia, será entonces la
República de Ecuador, las pasiones van a aflorar y habrá una
corrupción total de las costumbres. Satán reinará casi en su
totalidad a través de la secta masónica.
Se
concentrarán principalmente en los niños, ya que de esa forma
permanecerá la corrupción general. ¡Una desgracia para los niños
de ese tiempo! Será muy difícil recibir el sacramento del bautismo
e igualmente el de la Confirmación. Constantemente en esta época,
los enemigos de Jesucristo por instigación diabólica van a robar
hostias consagradas de las Iglesias con la finalidad de profanar las
especies eucarísticas.
Y
en lo que respecta el sacramento del matrimonio, será atacado y
profanado profundamente… el espíritu católico va a ser
rápidamente contaminado, la preciosa llama de la Fe será
progresivamente apagada… A esto se suman los efectos de la
educación laica, siendo una de las principales razones de la falta
de vocaciones sacerdotales y religiosas.
El
Sacramento del Orden Sacerdotal será ridiculizado, oprimido y
despreciado. El diablo va a intentar perseguir a los Ministros del
Señor de todas las formas posibles, trabajará con perspicacia cruel
y sutil a fin de desviarlos del espíritu de su vocación y
corromperá a muchos de ellos. Estos sacerdotes depravados, que
escandalizarán al pueblo cristiano, suscitarán el odio de los malos
católicos y de los enemigos de la Iglesia Católica, Apostólica y
Romana a todo el clero…
Por
otro lado, en estos desgraciados tiempos, habrá un lujo desenfrenado
que atrapará al resto en el pecado, conquistando innumerables almas
frívolas que estarán perdidas. La inocencia ya no se podrá
encontrar en los niños, ni la modestia en las mujeres. En ese
momento supremo de la necesidad de la Iglesia, ella que debe hablar,
permanecerá en silencio."
Las
apariciones serán conocidas hasta el siglo XX
En
la mañana del 2 de febrero de 1610, Nuestra Señora se apareció de
nuevo a la Madre Mariana y repitió su deseo de tener una estatua.
Después agregó:
Dile
al Obispo que es mi Voluntad y la Voluntad de mi Santo Hijo que tu
nombre permanezca oculto a cualquier precio… porque aún no es
apropiado que alguien conozca los detalles o el origen de esta
estatua. Esta información será conocida públicamente hasta el
siglo XX.
Durante
esta época la Iglesia se encontrará atacada por hordas terribles de
la secta masónica y la pobre tierra ecuatoriana estará en agonía a
causa de la corrupción de las costumbres, el lujo desenfrenado, una
prensa impía y la educación laica. Los vicios de la impureza, la
blasfemia y los sacrilegios van a dominar en esos momentos de
desolación depravada y en donde el que debería hablar permanecerá
en silencio…"
La
estatua es terminada por ángeles
El
escultor de la estatua de Nuestra Señora del Buen Suceso fue
elegido, para realizar dicho trabajo, por la Virgen misma.
Sin
embargo, estaba previsto que el trabajo se terminara por ángeles. La
Madre Mariana fue testigo de este prodigio la mañana del 16 de enero
de 1611. Ella vio en su visión a la Santísima Trinidad, a la Santa
Virgen María, los nueve coros de ángeles, y en particular a los
Arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael con el seráfico San
Francisco. Estos cuatro últimos se acercaron a la estatua y
terminaron el trabajo que el propio escultor había previsto para ese
día. Después ella vio a Nuestra Señora acercarse y animar a la
Estatua.
Todos
estos hechos fueron testificados por la Madre Mariana al Obispo,
antes que la estatua fuera solemnemente consagrada e instalada. El
escultor también testificó que él no había sido quien terminó la
estatua y que debía ser obra de los ángeles.
Cinco
profecías para nuestros tiempos
La
más importante de las apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso
tuvo lugar casi al final de la vida de la Madre Mariana: la mañana
del 2 de febrero de 1634, día de la festividad de la Purificación
de la Santísima Virgen María. La Madre Mariana rezaba delante del
Santísimo Sacramento, suplicándole estar unida a Él y ser
absorbida por ese amor que también pertenecía a la Virgen. Le
recordó también proteger y preservar a sus queridas hijas en el
convento.
Cuando
decía la última plegaria, ella vio que la luz del santuario se
apagaba, quedando el altar a oscuras. Nuestra Señora se le apareció
para decirle que Nuestro Señor había escuchado sus súplicas y
pondría fin a su existencia terrenal en poco menos de un año:
Prepara
tu alma de tal forma que cada día esté más y más purificada, y
así pueda entrar en la plenitud de la gloria de Nuestro Señor. ¡Oh,
si los mortales, en especial las almas religiosas, pudieran saber lo
que es el cielo y poseer a Dios! ¡Vivirían ciertamente de otra
forma! ¡No evitarían ningún sacrificio con tal de poseerlo!"
La
Santa Virgen María explicó en seguida los cinco significados de la
luz del Tabernáculo que había sido apagado ante los ojos de la
Madre Mariana:
I.
El primer significado es que al final del siglo XIX y durante el
siglo XX, diversas herejías serán propagadas en esta Tierra, que
será para entonces una República libre. Como estas herejías se
propagarán y dominarán, la preciosa llama de la fe se apagará en
las almas a causa de la casi total corrupción de costumbres. Durante
esta época habrá grandes calamidades físicas y morales, privadas y
públicas.
El
pequeño número de almas que a escondidas, intenten preservar el
tesoro de la fe y las virtudes sufrirán un martirio
indescriptiblemente cruel y prolongado. Muchos de ellos morirán con
la violencia de sus sufrimientos y aquéllos que se sacrifiquen por
la Iglesia y el país serán contados entres los mártires.
A
fin de liberar al hombre de la servidumbre de estas herejías,
aquéllos a quienes el amor misericordioso de mi Santo Hijo destine a
la restauración, tendrán necesidad de una gran fuerza de voluntad,
de constancia, de valentía y de mucha confianza en Dios. Para probar
la fe y la confianza del justo, habrá ocasiones en que todo parezca
perdido y paralizado. Será entonces el feliz inicio de la completa
restauración."
Estas
almas escogidas quienes restaurarán la Santa Iglesia están
descritas en detalle, como los apóstoles de los últimos tiempos por
San Luis María de Montfort en suTratado
de la Verdadera Devoción a la Santa Virgen María:
II.
El segundo significado," dijo Nuestra Señora "es que mi
convento, fuertemente reducido en número, será inmerso en un océano
sin fondo de amargura infinita y parecerá ahogarse en sus diversas
aguas de tribulaciones. Muchas vocaciones auténticas perecerán…"
Continúo ella: "La injusticia entrará incluso en el mismo
convento disfrazado bajo el nombre de falsa caridad y hará estragos
en las almas. Las almas fieles llorando e implorando en secreto que
esos momentos terribles se acorten, sufrirán un martirio continuo y
lento.
III.
La tercera razón por la que la lámpara fue apagada es a causa del
espíritu de impureza que saturará la atmósfera en esos momentos.
Como un sucio océano, esta impureza estará en las calles, las
plazas y los lugares públicos con un libertinaje impactante. Ya no
habrá casi almas vírgenes en el mundo", le dijo Nuestra
Señora. "La flor delicada de la Virginidad estará amenazada
casi hasta la destrucción. Sin embargo, -prometió- siempre habrá
almas buenas en los claustros, que podrán echar raíces, crecer y
vivir como un escudo para desviar la cólera divina. Sin la
Virginidad, será necesario que el fuego del cielo caiga en estas
tierras para purificarla."
IV.
La cuarta razón por la que la lámpara se apagó, es que los
secretos masónicos, habiéndose infiltrado en todas las clases
sociales, habrán introducido sutilmente sus enseñanzas en los
entornos domésticos con el fin de corromper a los niños, y el
diablo se gloriará de poder comer sobre la delicadeza exquisita de
los corazones de los niños.
"En
estos tiempos desgraciados," -predijo Nuestra Señora- "el
mal lanzará un asalto sobre la inocencia de la infancia. Así, las
vocaciones y el sacerdocio estarán perdidos… cosa que será una
verdadera calamidad."
Una
vez más, Nuestra Señora prometió que habría en estos tiempos
comunidades religiosas que sostendrían a la Iglesia, y también
Santos Ministros del altar… así como bellas almas ocultas que
trabajarían con coraje, con celo y desinteresadamente por la
salvación de las almas. "Contra ellos…" -advirtió- "los
impíos emprenderán furiosos una guerra cruel, dejando caer sobre
ellos vituperaciones, calumnias y vejaciones para poner obstáculos
en el cumplimiento de su ministerio. Pero ellos, como columnas
firmes, permanecerán inquebrantables y afrontarán todo con un
espíritu de humildad y sacrificio que habrán adquirido en virtud de
los méritos infinitos de mi Santo Hijo, quien les ama con todas las
fibras más íntimas de su Sagrado Corazón, tan santo y tan tierno."
"Durante
este tiempo," -predijo Nuestra Señora- "el clero secular
estará muy lejos de su ideal, porque los sacerdotes se volverán
negligentes en sus deberes sagrados. Al carecer de la brújula
divina, se apartarán del camino trazado por Dios para el ministerio
sacerdotal y estarán entonces atados a los bienes, a la riqueza… y
a la riqueza que buscarán inadecuadamente obtener.
Como
la Iglesia sufrirá en este periodo la noche oscura ocasionada por la
ausencia de un Prelado, un Padre que vele por ellos con amor, dulzura
paternal, fuerza, discernimiento y prudencia, muchos sacerdotes
perderán el espíritu y pondrán sus almas en grandes peligros."
Nuestra
Señora continúo explicando la cuarta razón por la que se extinguió
la luz del Tabernáculo:
Por
consiguiente, habrá que rezar con insistencia, sin cansancio, y
llorar con lágrimas amargas en el secreto del corazón. Habrá que
implorar a Nuestro Padre Celestial quien, por amor del Corazón
Eucarístico de mi Santo Hijo y de su Preciosa Sangre derramada con
tanta generosidad, podrá apiadarse de sus ministros y poner fin a
aquéllos momentos inquietantes, y enviar a la Iglesia un Prelado (2)
que restaure el espíritu de sus sacerdotes.
Mi
Santo Hijo y yo amaremos a este hijo preferido con un amor predilecto
y lo recompensaremos con una rara habilidad, humildad de corazón,
docilidad a la Divina inspiración, una fuerza para defender los
derechos de la Iglesia y una ternura y compasión de corazón de tal
forma, que como otro Cristo, ayudará a los pequeños y a los grandes
sin despreciar a las almas más desgraciadas, quienes le rogarán que
prenda la luz y les aconseje para superar sus dudas y dificultades.
En sus manos, se colocará la balanza del santuario, para que todo se
pese con la debida medida y Dios sea glorificado."
Nuestra
Señora continúo:
La
tibieza del conjunto de las almas consagradas a Dios en el estado
sacerdotal y religioso va a retardar la venida de este Prelado y
Padre. Y ésta, será una de las razones por las que el diablo
maldito tomará posesión de la tierra, donde realizará sus
victorias a través de un pueblo extranjero e infiel, victorias tan
numerosas que como una nube negra, obscurecerán el cielo puro de
esta República consagrada al Sagrado Corazón de mi Divino Hijo.
Con
estas personas, todos los vicios entrarán y atraerán todo tipo de
castigos, como las epidemias, hambrunas, combates internos y
externos, litigios entre naciones y, en especial, la apostasía, la
causa de perdición de almas tan amadas por Jesucristo y por Mí.
Con
el fin de disipar esta nube negra que impide a la Iglesia disfrutar
del día claro de la libertad, habrá una guerra temible y terrible
que derramará la sangre de compatriotas y extranjeros, de sacerdotes
seculares y regulares, y de religiosos. Esta noche será la más
horrible porque, en términos humanos, el mal parecerá triunfar.
Este
será el indicio para indicar que mi hora ha llegado, y entonces, de
una manera maravillosa, destronaré al orgulloso y maldito Satán, lo
pisaré bajo mis plantas y lo arrojaré al abismo infernal. Así, la
Iglesia y el país estarán libres al fin de su cruel tiranía."
V.La
quinta razón por la cual la lámpara se apagó, se debe a la laxitud
y negligencia de aquéllos que poseen una gran riqueza, quienes de
una forma indiferente mirarán a la Iglesia oprimida, la virtud
perseguida y el triunfo del diablo, sin que piadosamente empleen su
fortuna en la destrucción de ese mal y en la restauración de la Fe.
Y es también a causa de la indiferencia de la población que el
Nombre de Dios sea progresivamente apagado y adhiriéndose al
espíritu del mal, se entreguen libremente a los vicios y pasiones.
¡Desafortunadamente,
mi hija escogida! Si te fuera permitido vivir en esta época,
morirías de pena al ver que todo lo que te ha sido revelado se haya
llevado a cabo. Pero mi Santo Hijo y yo tenemos tanto amor por esta
tierra, nuestra herencia, que deseamos que incluso ahora, se apliquen
tus sacrificios y plegarias para que se acorte la duración de esta
terrible catástrofe."
Abrumada
por la amplitud de los males que había visto y de las innumerables
almas que serían condenadas en este periodo, la Madre Mariana se
desmayó. Las Hermanas la encontraron así, como si estuviera muerta
a pesar de los violentos latidos de su corazón. Todos los esfuerzo
por que recuperara la consciencia del médico fueron inútiles. De
hecho, dijo él, hablando en términos humanos, su vida habría de
terminarse a causa del shock que ella había recibido.
Las
Hermanas la rodeaban y suplicaban al cielo que les dejara su gran
tesoro… la última de las madres fundadoras; “el pilar de la
observancia, la columna de la casa…”. Dos días más tarde, la
Madre Mariana abrió los ojos y alentó a sus Hermanas a seguir la
Regla y las consoló diciéndoles que ella permanecería aún con
ellas por poco tiempo.
Última
aparición de Nuestra Señora del Buen Suceso el 8 de diciembre de
1634
Durante
sus últimos diez meses de vida, la Madre Mariana no recuperó nunca
completamente su salud y estuvo obligada a permanecer en cama. Tanto
en la salud como en la enfermedad, ella edificó a la Comunidad con
su ejemplo. En medio de sus dolores intensos, mantuvo siempre una
sonrisa en los labios, una admirable serenidad y un espíritu
imperturbable, propio de un alma que desarrolla su vida a la sombra
de la cruz.
En
la noche del 8 de diciembre de 1634, día de la fiesta de la
Inmaculada Concepción, Nuestra Señora se apareció por última vez
a la Madre Mariana. Estaba acompañada, de nuevo, por los Arcángeles
San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Después de sus numerosas
revelaciones, Nuestra Señora concluyó:
En
el siglo XX esta devoción (a Nuestra Señora del Buen Suceso) será
fuente de numerosos prodigios en las esferas espirituales… así
como en las esferas temporales, porque es la voluntad de Dios
reservar esta invocación y este conocimiento de tu vida para ese
siglo, cuando la corrupción de actitudes y comportamientos será
casi general y la preciosa llama de la fe esté apagada…"
La
Madre Mariana de Jesús Torres murió con una muerte santísima a las
15:00 hrs del 16 de enero de 1635 –como le fue revelado y ella
había predicho-.
Poco
a poco, en el transcurso de los últimos cuatrocientos años pasados,
las profecías de Nuestra Señora del Buen Suceso se han ido
cumpliendo. El siglo XIX y XX probaron de forma sorprendente la
exactitud de dichas profecías. El mensaje de Nuestra Señora y la
devoción a Nuestra Señora del Buen Suceso son ahora lo más
importante en el siglo XXI. Como ahora vemos, en este mundo embarrado
en el error, la herejía y la sensualidad, por no mencionar los
vicios de todo tipo, el llamado de Nuestra Señora a la oración, la
reparación y la penitencia se vuelve mucho más urgente. ¿Cómo
podemos ignorar la petición de la Virgen y esforzarnos todos los
días para confortar a su tierno e Inmaculado Corazón y al Sagrado
Corazón de su Hijo Divino?
Notas.
(1)
Significado de Buen
Suceso.
El nombre de origen es verdaderamente español, de Sagunto, cerca de
Valencia. El Papa Paulo V se hizo cargo de este nombre, pero con la
ayuda de religiosos españoles. Hay que entender Buen
Suceso en
español como:bueno
obuen,
y
suceso
como
acontecimiento. Literalmente: un acontecimiento
feliz o
un buen
suceso.
En algunos idiomas, como el francés, es conocida también como
“Nuestra Señora de la Buena Nueva”.
(2)
“Es claro que Monseñor Marcel Lefebvre es el prelado predicho por
Nuestra Señora del Buen Suceso en Quito en 1634. Él no se designó
a sí mismo como defensor de la fe, sino que fue la Providencia quien
le designó. Como él había seguido la voluntad de Dios toda su
vida, la continúo simplemente haciendo en este nuevo combate”-
Padre Jean Violette en la editorial de febrero del 2006.
http://fsspx.mx/es/apariciones-de-nuestra-se%C3%B1ora-del-buen-suceso