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miércoles, 22 de marzo de 2017

APARICIONES DE NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO





Ndb:En las revelaciones de Nuestra Señora del Buen Suceso, nuestra Señora anuncia con muchos años de anticipación; la aparición de la masonería, la aparición de herejías en el siglo XX, contenidas todas en el modernismo descrito por San Pío X, anuncia la corrupción del clero, y nos la confirma, posteriormente, en la aparición en la Sallete, Francia.

Asimismo anuncia la corrupción de las costumbres, la crisis de Fe, anuncia el martirio cruel y prolongado de las almas que van a defender la fe, anuncia una completa restauración la cual coincide con el triunfo del Inmaculado Corazón de María anunciado en el secreto de Fátima. Anuncia el espíritu de impureza y libertinaje que cada día se observa más actualmente.

Anuncia fuego del cielo para purificar, el cual es referido en varias profecías privadas. Anuncia que las vocaciones y sacerdocio estarán perdidos, ésto ya se observa en la actualidad y además es confirmado en el mensaje de Fátima cuando nos anuncia la Devoción al Inmaculado Corazón de María en los primeros sábados y con el rezo del Rosario como último remedio para salvarse en el final de los tiempos, esto mismo coincide con la abolición del Santo Sacrificio, si no hay sacerdotes verdaderos no hay Santo Sacrificio.

Anuncia que impíos emprenderán furiosos una guerra cruel contra aquellos que trabajan desinteresadamente en la salvación de las almas dejando caer sobre ellos vituperaciones, calumnias y vejaciones para poner obstáculos en el cumplimiento de su ministerio. Esto ya pasa proviniendo de todos los frentes enemigos: modernistas, acuerdistas, “falsos resistentes”. Aquí Nuestra Señora destapa con anticipación las tácticas de los falsis fratribus. Anuncia el Gran Castigo y guerra terrible donde morirán seglares, clérigos, y nos hace recordar la visión de los videntes de Fátima sobre el obispo vestido de blanco caminando entre cadáveres.

Estas profecías destinadas para ser conocidas en el siglo XX son completamente acordes al mensaje de Nuestra Señora de Fátima y de la Sallete
Esta gran crisis ya estaba predicha, continuemos luchando la buena lucha, con las armas de Dios y con la ayuda de nuestra Santísima Madre.


Relato de las apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso en Quito, Ecuador, del 2 de febrero de 1594 al 6 de diciembre de 1634.
El Convento de la Inmaculada Concepción fue el primer convento de religiosas en la ciudad de Quito, en Ecuador. La nobleza católica de la ciudad pidió ese favor al Rey Felipe II, con el fin de que las mujeres pudieran disfrutar de las ventajas de la vida religiosa. Cinco Hermanas profesas de la Orden fueron enviadas por España para la fundación del nuevo convento. Con ellas, venía una pequeña joven de 13 años, Mariana de Jesús Torres, quien era sobrina de la Madre Superiora. Ella se iba a convertir más tarde en la más conocida de las fundadoras, aunque su existencia permaneció oculta en Ecuador hasta el siglo XX. El convento fue oficialmente fundado el 13 de enero de 1577.
La joven novicia hizo rápido progreso en la vida espiritual y recibía muchos favores del cielo. Asimismo, practicó penitencias severas y escogió sufrir por Dios como alma víctima. Muchos de sus sufrimientos fueron ocasionados por sus hermanas en religión, quienes eran laxas y se rebelaban contra la forma austera de vida impuesta por la Beata Beatriz de Silva y las madres fundadores españolas y regidas por la Santa Regla de la Comunidad. Finalmente, la Madre Mariana fue elegida como Abadesa en lugar de su tía, quien estaba muy enferma y murió al poco tiempo.


Primera aparición de Nuestra Señora del Buen Suceso el 2 de febrero de 1594

Muy temprano en la mañana del 2 de febrero de 1594, la Madre Mariana estaba en oración en el coro superior del convento, implorando con fervor a Jesús y María por el alivio de muchos graves sucesos que se habían presentado en el convento cuando, durante su larga plegaria, escuchó una voz dulce que la llamaba por su nombre. Se levantó rápidamente y vio a la Virgen María que sostenía al Niño Jesús en su brazo izquierdo. Se preguntó quién sería y Nuestra Señora le dijo:

Yo soy María del Buen Suceso (1), la Reina del Cielo y de la Tierra… como su Madre, llevo al Niño Jesús en mi brazo izquierdo, a fin de que juntos podamos detener la mano de la Justicia Divina tan dispuesta a castigar a este desgraciado y criminal mundo.
En mi mano derecha, llevo la cruz que ves porque deseo gobernar este convento como Abadesa y Madre… Satán va a empezar a intentar destruir esta obra de Dios… pero él no tendrá éxito porque yo soy la Reina de las Victorias y la Madre del Buen Suceso y es bajo esta invocación que deseo ser conocida a través del tiempo…"

La Santa Virgen María puso al Niño Jesús en brazos de la Madre Mariana, infundiéndole un fuerte deseo de sufrir como alma víctima.

Nuestra Señora ordena que se fabrique una estatua

Nuestra Señora se apareció muchas veces a la Madre Mariana. En la aparición del 16 de enero de 1599, Nuestra Señora le ordenó que se hiciera una estatua que la mostrara tal como Ella se había aparecido a la santa religiosa. Ella le ordenó medir su talla con el cordón de su hábito religioso.
Nuestra Señora prometió lo siguiente:
Cuando las tribulaciones del espíritu y los sufrimientos del cuerpo los opriman y sientan que se ahogan en un mar sin fondo, déjenlos contemplar mi santa imagen, que será para ellos una estrella para los náufragos. Estaré siempre ahí, dispuesta a escuchar sus lamentos y a calmar sus lágrimas. Díganles que siempre deben acudir a Su Madre con fe y amor…"

Advertencias acerca del siglo XX

Muy temprano en la mañana del 21 de enero de 1610, la Madre Mariana fue favorecida con una aparición de los arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Después se le apareció Nuestra Señora, quien hizo numerosas predicciones:
Así, te lo hago saber que al final del siglo XIX y casi a la mitad del siglo XX, esto que hoy se conoce como la Colonia, será entonces la República de Ecuador, las pasiones van a aflorar y habrá una corrupción total de las costumbres. Satán reinará casi en su totalidad a través de la secta masónica.
Se concentrarán principalmente en los niños, ya que de esa forma permanecerá la corrupción general. ¡Una desgracia para los niños de ese tiempo! Será muy difícil recibir el sacramento del bautismo e igualmente el de la Confirmación. Constantemente en esta época, los enemigos de Jesucristo por instigación diabólica van a robar hostias consagradas de las Iglesias con la finalidad de profanar las especies eucarísticas.
Y en lo que respecta el sacramento del matrimonio, será atacado y profanado profundamente… el espíritu católico va a ser rápidamente contaminado, la preciosa llama de la Fe será progresivamente apagada… A esto se suman los efectos de la educación laica, siendo una de las principales razones de la falta de vocaciones sacerdotales y religiosas.
El Sacramento del Orden Sacerdotal será ridiculizado, oprimido y despreciado. El diablo va a intentar perseguir a los Ministros del Señor de todas las formas posibles, trabajará con perspicacia cruel y sutil a fin de desviarlos del espíritu de su vocación y corromperá a muchos de ellos. Estos sacerdotes depravados, que escandalizarán al pueblo cristiano, suscitarán el odio de los malos católicos y de los enemigos de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana a todo el clero…
Por otro lado, en estos desgraciados tiempos, habrá un lujo desenfrenado que atrapará al resto en el pecado, conquistando innumerables almas frívolas que estarán perdidas. La inocencia ya no se podrá encontrar en los niños, ni la modestia en las mujeres. En ese momento supremo de la necesidad de la Iglesia, ella que debe hablar, permanecerá en silencio."

Las apariciones serán conocidas hasta el siglo XX

En la mañana del 2 de febrero de 1610, Nuestra Señora se apareció de nuevo a la Madre Mariana y repitió su deseo de tener una estatua. Después agregó:
Dile al Obispo que es mi Voluntad y la Voluntad de mi Santo Hijo que tu nombre permanezca oculto a cualquier precio… porque aún no es apropiado que alguien conozca los detalles o el origen de esta estatua. Esta información será conocida públicamente hasta el siglo XX.
Durante esta época la Iglesia se encontrará atacada por hordas terribles de la secta masónica y la pobre tierra ecuatoriana estará en agonía a causa de la corrupción de las costumbres, el lujo desenfrenado, una prensa impía y la educación laica. Los vicios de la impureza, la blasfemia y los sacrilegios van a dominar en esos momentos de desolación depravada y en donde el que debería hablar permanecerá en silencio…"

La estatua es terminada por ángeles

El escultor de la estatua de Nuestra Señora del Buen Suceso fue elegido, para realizar dicho trabajo, por la Virgen misma.
Sin embargo, estaba previsto que el trabajo se terminara por ángeles. La Madre Mariana fue testigo de este prodigio la mañana del 16 de enero de 1611. Ella vio en su visión a la Santísima Trinidad, a la Santa Virgen María, los nueve coros de ángeles, y en particular a los Arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael con el seráfico San Francisco. Estos cuatro últimos se acercaron a la estatua y terminaron el trabajo que el propio escultor había previsto para ese día. Después ella vio a Nuestra Señora acercarse y animar a la Estatua.
Todos estos hechos fueron testificados por la Madre Mariana al Obispo, antes que la estatua fuera solemnemente consagrada e instalada. El escultor también testificó que él no había sido quien terminó la estatua y que debía ser obra de los ángeles.

Cinco profecías para nuestros tiempos

La más importante de las apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso tuvo lugar casi al final de la vida de la Madre Mariana: la mañana del 2 de febrero de 1634, día de la festividad de la Purificación de la Santísima Virgen María. La Madre Mariana rezaba delante del Santísimo Sacramento, suplicándole estar unida a Él y ser absorbida por ese amor que también pertenecía a la Virgen. Le recordó también proteger y preservar a sus queridas hijas en el convento.
Cuando decía la última plegaria, ella vio que la luz del santuario se apagaba, quedando el altar a oscuras. Nuestra Señora se le apareció para decirle que Nuestro Señor había escuchado sus súplicas y pondría fin a su existencia terrenal en poco menos de un año:
Prepara tu alma de tal forma que cada día esté más y más purificada, y así pueda entrar en la plenitud de la gloria de Nuestro Señor. ¡Oh, si los mortales, en especial las almas religiosas, pudieran saber lo que es el cielo y poseer a Dios! ¡Vivirían ciertamente de otra forma! ¡No evitarían ningún sacrificio con tal de poseerlo!"
La Santa Virgen María explicó en seguida los cinco significados de la luz del Tabernáculo que había sido apagado ante los ojos de la Madre Mariana:
I. El primer significado es que al final del siglo XIX y durante el siglo XX, diversas herejías serán propagadas en esta Tierra, que será para entonces una República libre. Como estas herejías se propagarán y dominarán, la preciosa llama de la fe se apagará en las almas a causa de la casi total corrupción de costumbres. Durante esta época habrá grandes calamidades físicas y morales, privadas y públicas.

El pequeño número de almas que a escondidas, intenten preservar el tesoro de la fe y las virtudes sufrirán un martirio indescriptiblemente cruel y prolongado. Muchos de ellos morirán con la violencia de sus sufrimientos y aquéllos que se sacrifiquen por la Iglesia y el país serán contados entres los mártires.
A fin de liberar al hombre de la servidumbre de estas herejías, aquéllos a quienes el amor misericordioso de mi Santo Hijo destine a la restauración, tendrán necesidad de una gran fuerza de voluntad, de constancia, de valentía y de mucha confianza en Dios. Para probar la fe y la confianza del justo, habrá ocasiones en que todo parezca perdido y paralizado. Será entonces el feliz inicio de la completa restauración."

Estas almas escogidas quienes restaurarán la Santa Iglesia están descritas en detalle, como los apóstoles de los últimos tiempos por San Luis María de Montfort en suTratado de la Verdadera Devoción a la Santa Virgen María:

II. El segundo significado," dijo Nuestra Señora "es que mi convento, fuertemente reducido en número, será inmerso en un océano sin fondo de amargura infinita y parecerá ahogarse en sus diversas aguas de tribulaciones. Muchas vocaciones auténticas perecerán…" Continúo ella: "La injusticia entrará incluso en el mismo convento disfrazado bajo el nombre de falsa caridad y hará estragos en las almas. Las almas fieles llorando e implorando en secreto que esos momentos terribles se acorten, sufrirán un martirio continuo y lento.

III. La tercera razón por la que la lámpara fue apagada es a causa del espíritu de impureza que saturará la atmósfera en esos momentos. Como un sucio océano, esta impureza estará en las calles, las plazas y los lugares públicos con un libertinaje impactante. Ya no habrá casi almas vírgenes en el mundo", le dijo Nuestra Señora. "La flor delicada de la Virginidad estará amenazada casi hasta la destrucción. Sin embargo, -prometió- siempre habrá almas buenas en los claustros, que podrán echar raíces, crecer y vivir como un escudo para desviar la cólera divina. Sin la Virginidad, será necesario que el fuego del cielo caiga en estas tierras para purificarla."

IV. La cuarta razón por la que la lámpara se apagó, es que los secretos masónicos, habiéndose infiltrado en todas las clases sociales, habrán introducido sutilmente sus enseñanzas en los entornos domésticos con el fin de corromper a los niños, y el diablo se gloriará de poder comer sobre la delicadeza exquisita de los corazones de los niños.
"En estos tiempos desgraciados," -predijo Nuestra Señora- "el mal lanzará un asalto sobre la inocencia de la infancia. Así, las vocaciones y el sacerdocio estarán perdidos… cosa que será una verdadera calamidad."
Una vez más, Nuestra Señora prometió que habría en estos tiempos comunidades religiosas que sostendrían a la Iglesia, y también Santos Ministros del altar… así como bellas almas ocultas que trabajarían con coraje, con celo y desinteresadamente por la salvación de las almas. "Contra ellos…" -advirtió- "los impíos emprenderán furiosos una guerra cruel, dejando caer sobre ellos vituperaciones, calumnias y vejaciones para poner obstáculos en el cumplimiento de su ministerio. Pero ellos, como columnas firmes, permanecerán inquebrantables y afrontarán todo con un espíritu de humildad y sacrificio que habrán adquirido en virtud de los méritos infinitos de mi Santo Hijo, quien les ama con todas las fibras más íntimas de su Sagrado Corazón, tan santo y tan tierno."
"Durante este tiempo," -predijo Nuestra Señora- "el clero secular estará muy lejos de su ideal, porque los sacerdotes se volverán negligentes en sus deberes sagrados. Al carecer de la brújula divina, se apartarán del camino trazado por Dios para el ministerio sacerdotal y estarán entonces atados a los bienes, a la riqueza… y a la riqueza que buscarán inadecuadamente obtener.
Como la Iglesia sufrirá en este periodo la noche oscura ocasionada por la ausencia de un Prelado, un Padre que vele por ellos con amor, dulzura paternal, fuerza, discernimiento y prudencia, muchos sacerdotes perderán el espíritu y pondrán sus almas en grandes peligros."

Nuestra Señora continúo explicando la cuarta razón por la que se extinguió la luz del Tabernáculo:
Por consiguiente, habrá que rezar con insistencia, sin cansancio, y llorar con lágrimas amargas en el secreto del corazón. Habrá que implorar a Nuestro Padre Celestial quien, por amor del Corazón Eucarístico de mi Santo Hijo y de su Preciosa Sangre derramada con tanta generosidad, podrá apiadarse de sus ministros y poner fin a aquéllos momentos inquietantes, y enviar a la Iglesia un Prelado (2) que restaure el espíritu de sus sacerdotes.
Mi Santo Hijo y yo amaremos a este hijo preferido con un amor predilecto y lo recompensaremos con una rara habilidad, humildad de corazón, docilidad a la Divina inspiración, una fuerza para defender los derechos de la Iglesia y una ternura y compasión de corazón de tal forma, que como otro Cristo, ayudará a los pequeños y a los grandes sin despreciar a las almas más desgraciadas, quienes le rogarán que prenda la luz y les aconseje para superar sus dudas y dificultades. En sus manos, se colocará la balanza del santuario, para que todo se pese con la debida medida y Dios sea glorificado."

Nuestra Señora continúo:
La tibieza del conjunto de las almas consagradas a Dios en el estado sacerdotal y religioso va a retardar la venida de este Prelado y Padre. Y ésta, será una de las razones por las que el diablo maldito tomará posesión de la tierra, donde realizará sus victorias a través de un pueblo extranjero e infiel, victorias tan numerosas que como una nube negra, obscurecerán el cielo puro de esta República consagrada al Sagrado Corazón de mi Divino Hijo.
Con estas personas, todos los vicios entrarán y atraerán todo tipo de castigos, como las epidemias, hambrunas, combates internos y externos, litigios entre naciones y, en especial, la apostasía, la causa de perdición de almas tan amadas por Jesucristo y por Mí.
Con el fin de disipar esta nube negra que impide a la Iglesia disfrutar del día claro de la libertad, habrá una guerra temible y terrible que derramará la sangre de compatriotas y extranjeros, de sacerdotes seculares y regulares, y de religiosos. Esta noche será la más horrible porque, en términos humanos, el mal parecerá triunfar.
Este será el indicio para indicar que mi hora ha llegado, y entonces, de una manera maravillosa, destronaré al orgulloso y maldito Satán, lo pisaré bajo mis plantas y lo arrojaré al abismo infernal. Así, la Iglesia y el país estarán libres al fin de su cruel tiranía."
V.La quinta razón por la cual la lámpara se apagó, se debe a la laxitud y negligencia de aquéllos que poseen una gran riqueza, quienes de una forma indiferente mirarán a la Iglesia oprimida, la virtud perseguida y el triunfo del diablo, sin que piadosamente empleen su fortuna en la destrucción de ese mal y en la restauración de la Fe. Y es también a causa de la indiferencia de la población que el Nombre de Dios sea progresivamente apagado y adhiriéndose al espíritu del mal, se entreguen libremente a los vicios y pasiones.
¡Desafortunadamente, mi hija escogida! Si te fuera permitido vivir en esta época, morirías de pena al ver que todo lo que te ha sido revelado se haya llevado a cabo. Pero mi Santo Hijo y yo tenemos tanto amor por esta tierra, nuestra herencia, que deseamos que incluso ahora, se apliquen tus sacrificios y plegarias para que se acorte la duración de esta terrible catástrofe."

Abrumada por la amplitud de los males que había visto y de las innumerables almas que serían condenadas en este periodo, la Madre Mariana se desmayó. Las Hermanas la encontraron así, como si estuviera muerta a pesar de los violentos latidos de su corazón. Todos los esfuerzo por que recuperara la consciencia del médico fueron inútiles. De hecho, dijo él, hablando en términos humanos, su vida habría de terminarse a causa del shock que ella había recibido.
Las Hermanas la rodeaban y suplicaban al cielo que les dejara su gran tesoro… la última de las madres fundadoras; “el pilar de la observancia, la columna de la casa…”. Dos días más tarde, la Madre Mariana abrió los ojos y alentó a sus Hermanas a seguir la Regla y las consoló diciéndoles que ella permanecería aún con ellas por poco tiempo.

Última aparición de Nuestra Señora del Buen Suceso el 8 de diciembre de 1634

Durante sus últimos diez meses de vida, la Madre Mariana no recuperó nunca completamente su salud y estuvo obligada a permanecer en cama. Tanto en la salud como en la enfermedad, ella edificó a la Comunidad con su ejemplo. En medio de sus dolores intensos, mantuvo siempre una sonrisa en los labios, una admirable serenidad y un espíritu imperturbable, propio de un alma que desarrolla su vida a la sombra de la cruz.
En la noche del 8 de diciembre de 1634, día de la fiesta de la Inmaculada Concepción, Nuestra Señora se apareció por última vez a la Madre Mariana. Estaba acompañada, de nuevo, por los Arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Después de sus numerosas revelaciones, Nuestra Señora concluyó:
En el siglo XX esta devoción (a Nuestra Señora del Buen Suceso) será fuente de numerosos prodigios en las esferas espirituales… así como en las esferas temporales, porque es la voluntad de Dios reservar esta invocación y este conocimiento de tu vida para ese siglo, cuando la corrupción de actitudes y comportamientos será casi general y la preciosa llama de la fe esté apagada…"


La Madre Mariana de Jesús Torres murió con una muerte santísima a las 15:00 hrs del 16 de enero de 1635 –como le fue revelado y ella había predicho-.
Poco a poco, en el transcurso de los últimos cuatrocientos años pasados, las profecías de Nuestra Señora del Buen Suceso se han ido cumpliendo. El siglo XIX y XX probaron de forma sorprendente la exactitud de dichas profecías. El mensaje de Nuestra Señora y la devoción a Nuestra Señora del Buen Suceso son ahora lo más importante en el siglo XXI. Como ahora vemos, en este mundo embarrado en el error, la herejía y la sensualidad, por no mencionar los vicios de todo tipo, el llamado de Nuestra Señora a la oración, la reparación y la penitencia se vuelve mucho más urgente. ¿Cómo podemos ignorar la petición de la Virgen y esforzarnos todos los días para confortar a su tierno e Inmaculado Corazón y al Sagrado Corazón de su Hijo Divino?
Notas.
(1) Significado de Buen Suceso. El nombre de origen es verdaderamente español, de Sagunto, cerca de Valencia. El Papa Paulo V se hizo cargo de este nombre, pero con la ayuda de religiosos españoles. Hay que entender Buen Suceso en español como:bueno obuen, y suceso como acontecimiento. Literalmente: un acontecimiento feliz o un buen suceso. En algunos idiomas, como el francés, es conocida también como “Nuestra Señora de la Buena Nueva”.


(2) “Es claro que Monseñor Marcel Lefebvre es el prelado predicho por Nuestra Señora del Buen Suceso en Quito en 1634. Él no se designó a sí mismo como defensor de la fe, sino que fue la Providencia quien le designó. Como él había seguido la voluntad de Dios toda su vida, la continúo simplemente haciendo en este nuevo combate”- Padre Jean Violette en la editorial de febrero del 2006.

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