“Mira a tu Dios clavado en la
Cruz, oye la plegaria que dirige por sus verdugos, y después ¿negarás el perdón
al hermano que te ofende?”
San Agustín
¡Oh María!, Madre de Jesús y
madre también mía, alcánzame la gracia de saber perdonar, como tu Hijo, a quienes
me hayan ofendido.