De un Concilio (junta del Papa con todos los obispos del mundo)
los católicos esperan directivas claras y una mejoría en la
Iglesia. En el siglo XVI, durante la revolución protestante, que
hizo la Iglesia en el Concilio de Trento? Que medidas tomó y cómo
venció la agresión protestante?
Reformó su
clero y las costumbres católicas y fortaleció el catolicismo, a tal
punto que pudo evangelizar a muchos pueblos paganos. En el siglo XX,
el Concilio Vaticano II abrió las puertas de la Iglesia al mundo
neopagano actual y practicó el aggiornamiento, es decir, la puesta
al día de la Iglesia para hacer suyos los valores de la revolución
anticristiana. Las consecuencias de estos dos concilios fueron muy
diferentes para la Iglesia y para los pueblos católicos.
La Iglesia, en el Concilio de Trento reafirmó claramente su doctrina
y su tradición, y condenó los errores de los herejes protestantes,
como Lutero y Calvino. Lo contrario sucedió en el Concilio
Vaticano II: el partido modernista pro protestante
introdujo ambigüedades tales en los documentos del
Concilio, que hoy los católicos viven en la confusión, en el
relativismo. Es decir, cada quien cree en lo que quiere y rechaza lo
que no le gusta. En algunos lugares, como Europa y los Estados
Unidos, los católicos de hecho ya son protestantes.
En el Concilio de Trento, los obispos de doctrina segura
fueron apoyados, mientras que los innovadores fueron rechazados. En
el Concilio Vaticano II, los innovadores y sus teólogos ya
condenados fueron apoyados, mientras que los obispos católicos
fueron silenciados.
En el Concilio
de Trento, que duró unos 18 años, los obispos se tomaron el tiempo
necesario para madurar sus decisiones mediante la reflexión y así
evitar las decisiones precipitadas; en el Concilio Vaticano II, que duró tres años, todo se hizo con precipitación y manipulación.
El Concilio de
Trento creó los seminarios, disciplinó a los sacerdotes y reformó
todo en el sentido más católico que pueda existir.
El Concilio
Vaticano II bajo la influencia liberal-masónica y protestante desarmó
a los sacerdotes, sometiéndolos a un lavado de cerebro, quitándoles a
muchos la verdadera definición del sacerdocio y convirtiéndolos en
asistentes sociales; quitándoles la sotana confundiéndolos entre la
masa anónima, debilitó la disciplina eclesiástica, favoreció el
desorden espiritual y moral, cambió todo en la Iglesia a tal punto
que sacerdotes y católicos fueran mal formados por no decir
envenenados.
Hay sacerdotes formados en la llamada ¨Teología de la liberación¨, que no es otra cosa sino el comunismo marxista revolucionario, disfrazado de católico.
El Vaticano mismo tuvo que cerrar seminarios y poner alto a estas
locuras, que causaron tantas guerras civiles en Colombia, Argentina,
Chile, Guatemala, y Chiapas en México, por ejemplo. Todo esto fue el
fruto de la apertura al mundo pagano de hoy, tan admirado por los
soñadores que manipularon al Concilio Vaticano II y engañaron a los
Obispos.
El Concilio de Trento dio a la Iglesia generaciones de
santos sacerdotes, celosos del honor de Nuestro Señor Jesucristo, de
la salvación de las almas, orgullosos de la fe católica y
propagadores de la misma, porque estaban convencidos de que
la única verdadera Iglesia es la Católica y de que todas
las demás, que usurpan el título de Iglesia de Cristo están bajo el
influjo del demonio, según el Catecismo romano del Concilio de
Trento.
El Concilio Vaticano II provocó una crisis aguda del sacerdocio y de
la identidad sacerdotal. Miles de sacerdotes, quizá unos 80,000
abandonaron el sacerdocio. Miles de seminaristas perdieron su
vocación. Esta catástrofe fué propiciada por la revolución
desencadenada por el mismo Concilio contra la Iglesia.
El
Concilio de Trento realmente reformó la Iglesia, comunicó a los
católicos la doctrina católica pura, eliminó los abusos, los
desórdenes y la decadencia que afectaba a la Iglesia, comunicó al
clero y a los fieles un ideal de santidad y de conquista católica.
El Concilio
Vaticano II no reformó sino que introdujo la crisis y la decadencia
por doquiera, favoreció el desorden y hasta la inmoralidad en algunos
seminarios estadounidenses, por ejemplo; aceleró la decadencia y la
paganización de la mente y las costumbres de los pueblos
católicos,ridiculizó a la Iglesia y la puso al nivel de cualquier
secta, aceptando el derecho común, renunciando a todos sus derechos
adquiridos y naturales, laicizando la sociedad y entregando a los
católicos a la propaganda libre de todas las sectas.
Frente a los
herejes protestantes, el Concilio de Trento reformó la santa Misa
romana de los Papas San León Magno y San Gregorio Magno reafirmando
la Fe Católica en la Misa como sacrificio propiciatorio de la cruz
renovado sobre el altar con la misma eficacia en nuestro provecho.
El Concilio
Vaticano II, aunque no haya dicho que se hiciera una nueva Misa,
favoreció el espantoso desorden litúrgico actual, permitió la
fabricación de la nueva misa, que es copia de la cena protestante.
El
Concilio de Trento reformó la Santa Misa Romana de los Papas San
León Magno y San Gregorio Magno, es decir hizo buscar los
manuscritos más antiguos, para que la Misa fuera lo más antigua
posible y prohibió los ritos que no tenían al menos 200
años de historia.
El Concilio Vaticano II, aunque no haya dicho que se hiciera una
nueva misa, favoreció el espantoso desorden litúrgico actual,
permitió la fabricación artificial de la nueva misa, que es copia
de la cena protestante; vació los templos, hizo perder la fe en la
Misa como sacrificio a muchos sacerdotes; los católicos masivamente
dejaron de frecuentar los templos y muchos de ellos se hicieron
indiferentes, otros para buscar algo serio se hicieron protestantes,
otros pensando ser católicos, aun sin saberlos y sin quererlo
adquirieron una mentalidad protestante.
El Concilio de Trento dio a la Iglesia un catecismo católico
auténtico, integral y claro, mediante el cual los católicos
sacerdotes y fieles fueron armados espiritual y moralmente.
El Concilio Vaticano II, después de un vacío alrededor de
veintisiete años, hizo publicar el Catecismo de la Iglesia Católica
en 1992. Por desgracia, los errores deliberados del mismo fueron
introducidos en el catecismo.
Lo que
debería de ser un alimento sano, causa enfermedad en los fieles, bajo
etiqueta católica. Prácticamente desde el Vaticano II hasta hoy,
salvo algunas excepciones fueron mal formados, con errores e incluso
herejías.
El Concilio
Vaticano II, es responsable de todo este desorden que deshonra hoy al
catolicismo y favorece a las sectas. Necesitamos un Concilio de
Trento II para solucionar la crisis actual y reafirmar la fe.
La Mayor desgracia que puede caer sobre un pueblo es perder
la Fe católica, esta desgracia fue favorecida por el Concilio
Vaticano II.
Tomado de: ECCE CHRISTIANUS