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viernes, 14 de mayo de 2021

MEDITACIONES (De cómo arma Dios a los suyos para los trabajos)


 

Meditación

Por el P. Alonso de Andrade

De cómo arma Dios a los suyos para los trabajos

   Punto I.- Considera cómo Cristo avisa con tanto tiempo a sus discípulos de las persecuciones que han de padecer por Él, para que se preparen con oración, meditación, ayunos y penitencias, y no los tomen desarmados y se escandalicen cayendo en impaciencias y pecados. Toma esta lección y ten por dichas a ti las palabras del Salvador, pues eres discípulo suyo, y prevente para la tribulación desde luego con la meditación de lo que padeció por ti, y de la paciencia que tuvo en todas las persecuciones y trabajos. Ármate con esta meditación, como lo aconseja San Pedro, para que no caigas en la tentación.

   Punto II.- Considera que les avisa Cristo antes de que vengan los trabajos, porque causan menos sentimiento previstos y esperados. Si el tiro de la saeta nos coge desprevenidos y sin verla, mal la podremos rechazar; pero si la vemos venir y sabíamos que nos la habían de tirar, la podremos resistir. Piensa despacio delante de Dios cuántas flechas te amenazan ya en esta vida, ya en la otra, ya en el cuerpo, ya en el alma, ya de los hombres, ya de los demonios. Considera la otra vida y las acusaciones que has de padecer en el tribunal de Cristo, considera los tormentos eternos y el riesgo de caer en ellos. Acuérdate que de todo te ha avisado el Salvador y prevente para lo porvenir. Mira cómo te has de armar y defender de tantos enemigos como te cercan, y que los menos y los más flacos son los del cuerpo, los más y más terribles son los del alma, y póstrate delante de Dios pidiéndole favor y gracia para prevenirte desde luego, como te lo aconseja en su Evangelio, pues no sabes la hora en que vendrá.

   Punto III.- Considera y medita las palabras de Cristo: vendrá la hora en que todos los que os mataren, piensen que hacen servicio a Dios. Pondera que a todas sus tribulaciones con ser tantas, llama una hora por la brevedad, porque todo pasa brevemente, y por una hora de padecer aquí les dará una eternidad de gozar allá en la bienaventuranza. ¡Oh dichosa hora y bien empleada, en que los siervos del Señor tienen tan grande ganancia! Levanta los ojos al cielo, y contempla la gloria de los mártires y santos; y mira los premios de que gozan y gozarán eternamente por una hora que padecieron en esta vida, y esfuérzate con su ejemplo a padecer por Cristo, para gozar con Él eternamente en el cielo.

   Punto IV.- Considera la ignorancia, como dice el Redentor, de los hombres, que tienen lo malo por bueno y persiguen a Dios pensando que le sirven, porque están ciegos y no conocen al Señor, ni a Su Hijo Jesucristo. Tiende los ojos por el mundo, y mira cuántos son los ciegos que hay en él, y cuán pocos los que en verdad le conocen. Llora su ceguedad, y pide a Dios les dé luz para que le conozcan  y salgan de las tinieblas en que viven, y no persigan a los que le sirven, sino que los ayuden y favorezcan, para que en todos sea glorificado Dios.