NdB: La situacion a continuación descrita, coincide completamente con lo que sucede en la Nación Mexicana. Padre Nuestro que estás en los cielos Santificado sea Tu Nombre, ten piedad de nosotros.
“El gobierno te cuida”
La dificultad de mirar la realidad de frente
Miles Christi - 31/07/2020
La inmensa mayoría de la gente no puede o no quiere
comprender lo que está ocurriendo, a pesar de que todo muestra con claridad
meridiana la flagrante anormalidad y el carácter arbitrario, surrealista y deshumanizante
de la situación que atravesamos desde el mes de marzo. Seguramente se trata de
un mecanismo de defensa psicológico, por el cual se prefiere desviar la mirada
ante lo que podría resultar inquietante o perturbador. Pero la realidad debe
mirarse de frente. Y esta realidad, por difícil que nos resulte aceptarla, es
que, desde hace casi cinco meses, el totalitarismo sanitario impuesto por los
poderes globales en cada país, secuestra nuestras vidas, destruye las economías,
avasalla las libertades personales y arruina la salud de la gente. Y esto hay
que proclamarlo a los cuatro vientos. Nuestro honor y nuestra libertad nos va
en ello.
El discurso practicado, de una arrogancia y un autoritarismo
intolerables, y digno de una novela distópica terrorífica, es, a grandes
rasgos, el siguiente:
“Quedate en casa. Mantén la distancia social. Ponte la
máscara. Haz fila para entrar al supermercado. Pide permiso al gobierno cada
vez que debas alejarte de tu domicilio. No uses el transporte público si no
eres un trabajador “esencial”. Si estás en Capital Federal, ni se te ocurra ir
a la Provincia de Buenos Aires, y viceversa, aunque tus familiares y amigos
vivan al otro lado de la autopista General Paz. Si no tienes covid -cuyo grado
de letalidad es infinitesimal-, no acudas a hospitales -que están vacíos, cancelaron
los turnos dados hace meses y no atienden nuevas consultas- y que Dios te ayude
si formas parte del 99, 99 por ciento de los enfermos que sufren de otras
dolencias. Pero no dudes en recurrir a sus servicios si lo que quieres es
abortar, porque ese sí que es un servicio “esencial” -sobre todo en tiempos de
“pandemia”- y un auténtico “derecho humano”.
La
libertad de culto, de trabajo y de movimiento, en cambio, ya no lo son: solo
las ejercerás en la medida en que cuentes con el beneplácito del omnímodo poder
estatal. No te reúnas con amigos ni visites a tus familiares. Que los ancianos
se las arreglen como puedan -muchos morirán de tristeza, pero en el acta de
defunción figurará “por coronavirus”-. Que los niños no vayan a la escuela, ni
a los parques, ni vean a sus amiguitos. Que se pudran el cerebro con ingentes
dosis de tele, internet y videojuegos. Y que se acostumbren a no salir nunca de
entre cuatro paredes y a llevar una vida de encierro malsano y de total pasividad
física y mental. Y tú, no trabajes, así se hunde tu empresa, tus finanzas y las
del país; de ese modo, todos dependerán del subsidio estatal y no se atreverán
a cuestionar las políticas del gobierno.
No
desarrolles tu espíritu crítico ni te dejes tentar por los cantos de sirena de
la disidencia: tienes que creer a pies juntillas lo que digan los noticieros y
los medios de prensa del sistema, y repetirlo como un loro a todo el mundo.
Cuando oigas versiones alternativas, que se atrevan a poner en tela de juicio
la veracidad del relato oficial, no debes caer en la trampa: se trata de
despreciables fake news y de peligrosos
delirios complotistas. Cuando llegue la vacuna de Bill Gates, para inmunizarte
contra un virus artificial -que para entonces habrá mutado y que por ende no
tendrá utilidad alguna (salvo para modificar tu ADN, con vistas a debilitar tu
sistema inmunitario, así el “filántropo” multimillonario podrá continuar con su
lucrativo negocio de vacunador universal)-, sé un buen ciudadano y confía en
nosotros, que, como bien sabes, solamente perseguimos tu bienestar.
Si
cumples con las reglas del juego, te dejaremos tranquilo, y podrás seguir
viviendo sin mayores sobresaltos en la prisión física y mental que te hemos
asignado. Pero si te atreves a insubordinarte, haremos caer sobre ti todo el
peso de la ley -en aras del bien común, por supuesto-, para neutralizar tu egoísmo
asocial y debilitar tus reticencias conspiranoicas. No olvides que pronto deberás
tener tu carnet digital de vacunación al día; de lo contrario, las represalias
administrativas, judiciales y financieras te convertirán en un paria: padecerás
incontables dificultades materiales, serás objeto del escarnio proferido por la
masa conformista y tendrás que vivir en un aislamiento social creciente y
extenuante.
Para
terminar, queremos que te quede bien en claro que, todo esto, lo hacemos por ti,
para que puedas disfrutar plenamente de los beneficios de la “nueva normalidad”
que hemos decidido instaurar, arrasando tu vida anterior, haciendo añicos tu
pasado, trastornando tus hábitos y fragilizando tus vínculos, por seguir al pie
de la letra las directivas recibidas de nuestros amos mundialistas, sin cuyos
subsidios no podríamos ni en sueños mantenernos en el poder.
Por último,
hacemos votos para puedas disfrutar de este “mundo feliz” que hemos preparado
para ti y los tuyos, sin consultarte, y del cual, tenlo por seguro, no podrás
evadirte. Pero recuerda lo esencial de nuestro mensaje, para que sea éste la guía
segura de tus pasos de ahora en adelante: todo lo que hemos hecho, desde el
comienzo de esta “crisis sanitaria”, ha sido siempre mirando por tu bienestar.
Firmado: Big Brother. (I am always
watching you).”
Conclusión: Considero indispensable comprender que nos hallamos ante una
gigantesca operación de ingeniería social y de manipulación mental, sin
precedentes en la historia de la humanidad. En primer lugar, por su extensión
geográfica y, sobre todo, por las herramientas tecnológicas altamente
sofisticadas de control de la población y de lavado cerebral de las masas de
que disponen los autores de esta siniestra “plandemia”.
Auténtica agresión contra la humanidad, minuciosa maniobra de
inteligencia del poder global, criminal y totalitaria, planificada y disparada
desde los organismos internacionales, que los gobiernos títere que padecemos,
supuestamente “democráticos” y “soberanos”, acatan servilmente y sin ningún
tipo de espíritu crítico. Tristes y dañinos lacayos de los señores del mundo,
de los cuales esperan con avidez y deshonor recibir las retribuciones contantes
y sonantes que usualmente los amos prodigan a sus esclavos diligentes.
Somos testigos de una operación subversiva global, cuyo único objetivo
es dar un paso más -quizás decisivo esta vez, vistos el sopor y la pasividad
inaudita que exhibe el rebaño humano- hacia la unificación política y monetaria
del planeta, en beneficio exclusivo de la élite financiera internacional, cuyo
rostro visible se encarna en magnates falsamente “filántropos” y
pretendidamente “humanistas”, como Bill Gates, cuya lucrativa fundación promueve
por doquier el aborto, la teoría de género y la reducción de la población
mundial.
Para mayor
información:
https://gloria.tv/user/PsqnxVeozUAb11SRjPVhdKjWu