Recordemos lo que dijo el arzobispo Marcel Lefebvre sobre aquellos que quieren estrechar la mano de los modernistas mientras dan la impresión de mantener la lucha por la Tradición católica:
"Y no debemos vacilar ni por un momento en no estar con aquellos que están en el proceso de traicionarnos. Algunas personas siempre están admirando la hierba en el campo del vecino. En lugar de mirar a sus amigos, a los defensores de la Iglesia, a los que luchan en el campo de batalla, miran a nuestros enemigos del otro lado. "Después de todo, debemos ser caritativos, debemos ser amables, no debemos ser divisivos, después de todo, están celebrando la misa tridentina, no son tan malos como todos dicen", pero NOS ESTÁN TRAICIONANDO: ¡traicionándonos! Están estrechando la mano de los destructores de la Iglesia. Están estrechando la mano de personas con ideas modernistas y liberales condenadas por la Iglesia. Entonces ellos están haciendo el trabajo del diablo.
"Así que los que estaban con nosotros y estaban trabajando con nosotros por los derechos de Nuestro Señor, por la salvación de las almas, ahora están diciendo: 'Mientras nos concedan la Misa anterior, podemos estrechar la mano de Roma, no hay problema. "Pero estamos viendo cómo funciona". Están en una situación imposible. Imposible. Uno no puede estrechar la mano de los modernistas y seguir la Tradición. Imposible. Imposible. Ahora, manténgase en contacto con ellos para traerlos de vuelta, para convertirlos a la Tradición, sí, si lo desean, ese es el tipo correcto de ecumenismo. Pero da la impresión de que después de todo uno casi lamenta cualquier descanso, ¿a quién le gusta hablar con ellos? ¡De ninguna manera!"
(Dos años después de las Consagraciones, Discurso a los sacerdotes en Econo, Suiza, 6 de septiembre de 1990)
