A los católicos:
La
contrarrevolución, en unión a la misión de la Santa
Iglesia Católica, luchan por la salvación de las
almas.
Nuestra principal arma es la Fe, la Verdad, porque la
verdad es la que nos hace libres, la verdad es Nuestro Señor
Jesucristo, la vida del alma, la Verdad esta en el justo medio, en la
virtud.
"Misericordia y firmeza doctrinal no
pueden subsistir más que unidas; separadas una de la otra ambas
mueren y no dejan más que dos cadáveres: el liberalismo humanitario
con su falsa serenidad y el fanatismo con su falso celo. Se ha dicho:
"La Iglesia es intransigente en los principios por que cree,
pero es tolerante en la práctica porque ama. Los enemigos de la
Iglesia son tolerantes en los principios por que no creen, e
intransigente en la práctica porque no aman". Garrigou
Lagrange.
"La suma
intransigencia católica es la suma caridad católica . Y porque hay
pocos intransigentes, hay en el día pocos caritativos de veras. La
caridad liberal que hoy está de moda es en la forma de halago y
condescendencia y cariño; pero es en el fondo el desprecio de los
verdaderos bienes del hombre y de los supremos intereses de la
verdad y de Dios. El liberalismo es pecado". Don Félix Sarda y
Salvany.
La firmeza en los
principios y misericordia con las personas son signo de los
verdaderos católicos a ejemplo de Cristo Rey, que siendo todo
poderoso, y sabiendo que por Su justicia no podría venir a nosotros,
por el pecado original, y el pecado actual muy graves, ofensa
infinita a Dios que ningún hombre podría pagar, y nos hace
merecedores de la condenación eterna, infierno, se abajó por
su misericordia hasta nuestra miseria, Mateo 9, 12. Al oír El
esto, dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico,
sino los que están enfermos. 13. Mas id, y aprended lo que
significa: "MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO"; porque
no he venido a llamar a justos, sino a pecadores a penitencia.
Se hizo una nada
para salvarnos, para restaurar lo que habíamos perdido por el
pecado original, se hizo pobre, pequeño, para que los que están en
la verdad, en su lugar con respecto al Creador, los pobres los
pequeños, los humildes que reconocen su nada se acercaran a El, y nos dice: Mateo 11:28 "Venid a mí todos los que andáis
agobiados con trabajos y cargas, que yo os aliviaré".
Hoy día partiendo de lo que dijo nuestro señor Jesucristo,
que casi no habrá Fe en la tierra cuando el regrese Lucas 18,8.
esto a causa de la gran apostasía en el Templo de Dios. 2 Tes. 2.
la cual ha producido la adúlteracion de la verdad y todo esto la
caída en todos los males posibles.
La gran mayoría de las personas
son víctimas de la apostasía en que los llamados a hacer el bien,
unos cambian la verdad y los otros callan por "Prudencia",
por un espíritu materialista que piensa que la Fe se mantiene sólo
por formas y actitudes externas, y no reconocen que la Fe es Dios y
el es el que salva, por eso no podemos callar la verdad, por que
ella es la que nos hace libres. Como dijo Don Columba "La
verdad en el espíritu y la virtud en el corazón". donde esta
una esta la otra, esta es un explicación a esta gran
crisis, y la fuerza que a cogido el mal, el vicio, la herejía,
las sectas, es por ocultar la verdad, y los grandes culpables son
los que están llamados a llevar la buena nueva del Reino de Cristo
y no lo hacemos.
Por eso nos toca imitar a Nuestro Señor en la obra
de la redención, hacernos una nada, aceptar nuestra miseria, no
andar como los falsos tradicionalistas buscando honores y
ufanándonos de puros, salvos, como los fariseos, la verdadera Fe
esta en la actitud del publicano, esa es la realidad,
eso es estar en orden, en el lugar de la criatura, y enseñar a los
demás ha hacerlo, a humillarnos, reconocer nuestra nada, como el
rey David.
Contra la falsa hipocresía, la fe afeminada de niños
bonitos, y por otro lado los fanáticos que quieren quitarle
la cabeza a todos los paganos como lo hiceron los protestantes y lo
hacen los judíos Sionistas con los gentiles, esta es la fe
dialéctica de los Católicos tradicionales de hoy. Imitemos a
San Pablo, 2 Corintios 12:9 "y me respondió: Bástate mi
gracia, porque el poder mío brilla y consigue su fin por medio de
la flaqueza. Así que con gusto me gloriare de mis flaquezas o
enfermedades, para que haga morada en mi el poder de Cristo."
Firmeza en los
principios, porque la verdad es una y es la que salva, es Jesucristo
y no tiene mancha. Misericordia, porque es la que mueve a la
Verdad, al Salvador a bajar hasta nuestra miseria, es el medio, es
la cruz que El nos da cuando aceptamos con humildad nuestra miseria
y nos abajamos a nosotros mismos. Todos necesitamos de misericordia, incluyendo a Judíos,
cubanos, africanos, modernistas, protestantes, musulmanes,
drogadictos, homosexuales, porque son presa del demonio del
materialismo dialéctico, de la hermenéutica de la continuidad, el
modernismo y sus cabecillas.
Es deber de caridad enseñar la verdadera fe y la verdadera doctrina, la
verdadera Fe pura y sin mancha, la terrible justicia Divina,
la verdadera misericordia que viene a nosotros si reconocemos y
confesamos nuestras faltas, como dijo Don Columba Marmion: Lo
que más atrae la misericordia de Jesús, es nuestra miseria
reconocida, confesada y presentada a los ojos de Cristo. San
Francisco de Sales: "Cuanto más nos sentimos miserables,
más debemos confiar en la misericordia de Dios, Porque, entre la
misericordia y la miseria, hay una relación tan grande que una No
puede hacerse sin la otra."
"No hay
duda de que la Santidad divina tiene tal horror al pecado, que su
Justicia se ve obligada a castigarla con penas espantosas; pero,
precisamente por eso, la Misericordia de Dios se conmueve más por
ésta que por todas las otras desgracias que pudieran herirnos. Si
se le mira por el lado de la pena que merece, el pecado es la
pérdida de Dios, lo cual es el mal supremo y verdaderamente la
miseria absoluta. ¿A dónde ha de ir la misericordia más grande,
sino a la más grande miseria? Esta es la razón por la cual la
Misericordia Divina se mueve por sí misma, con el fin de que el
pecador se arrepienta, tenga confianza, obtenga el perdón y se
salve." Jose Tissot
La verdadera misericordia es la cruz, en la cual El, él Buen Pastor se
abajo hasta nuestra miseria y la tomó como suya y en ella con el
precio de su vida y de su Preciosa Sangre, pagó nuestra deuda
infinita por la ofensa a Dios , venció al demonio, al pecado y a la
muerte, y en ella Reina, nos purifica, nos hace hombres nuevos,
hijos de Dios y herederos del cielo y nos une a su Sagrado Corazón,
paciente y de mucha misericordia.
"El es el trono de la
misericordia donde los más miserables son los mejor recibidos, con
tal que el amor represente el abismo de miseria en que yacen".
Santa Margarita Maria de Alacoque.
Anónimo