Traducir

jueves, 12 de mayo de 2016

ERRORES DEL CONCILIO VATICANO II (Tercera parte)




El documento (modernista) Unitatis Redintegratio,  establece: “Este sagrado concilio desea ardientemente que los proyectos de los fieles católicos progresen en unión con los proyectos de los hermanos separados”. Los hermanos separados no tiene la Fe verdadera que es necesaria para la salvación. Este documento modernista debe ser rechazado en su totalidad y combatido.

Errores sobre la noción de Tradición y de verdad católica
  Según la Nouvelle Théologie  … “Cristo llama a la Iglesia hacia una reforma perenne…” -¿de dónde sacan esto?

Errores sobre la santa Iglesia
  A la Iglesia no se la concibe ya como la Iglesia única y verdadera de Cristo. Ahora dicen que la “Iglesia de Cristo” “subsiste en la Iglesia católica”, igual que subsisten “fuera de ella muchos elementos de santificación y de verdad”, a título de “dones propios de la Iglesia de Cristo”.  (enredar a los católicos). Lo que equivale a sostener, contra el dogma de la fe, que las almas se salvan también fuera de la Iglesia católica (…); (afirman) que también las comunidades heréticas y cismáticas son “medios de salvación”.

  (Roma enseña que estas comunidades) forman parte de la “Iglesia de Cristo”. (Esto), es absurdo e incoherente, y constituye la negación de la verdad de fe divina y católica según la cual sólo la Iglesia católica es la única y verdadera Iglesia de Cristo, inmutable y fiel en los siglos, y tal, que fuera de ella no hay salvación.

  Se lee en la Lumen Gentium, que “el Hijo de Dios” transformó al hombre “en una nueva criatura”, no porque creyera en Cristo, o se convirtiera, o se hiciera cristiano con la ayuda del Espíritu Santo… sino por el hecho mismo de la Redención (y) que el “Cuerpo Místico (la Iglesia) lo constituyen estas “nuevas criaturas”, sin necesidad del libre albedrío, de la fe y de las buenas obras. Este concepto coincide con el de “género humano”. (Ya somos salvos).

  Otra idea errónea sobre el concepto de Iglesia, es concebirla como “el pueblo de Dios”, en vez de definirla como“cuerpo místico de Cristo”.

Los modernistas, hacen mal uso de la alabanza tributada por San Pedro a los conversos procedentes del paganismo “… ahora sois pueblo de Dios”, en un sentido “democrático” o “comunitario”. Es una noción bastarda. Así, cada individuo siendo integrante del pueblo, pasa a ser “sacerdote”, no menos importante que el sacerdote ministerial.

  La Lumen Gentium, dice que la “Iglesia es en Cristo como un sacramento o señal e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano”.

  Los modernistas, le atribuyen una misión nueva a la Iglesia: “contribuir al proceso de unificación del mundo”; pero no se trata de una unidad en función de la salvación de las almas, mediante la conversión al catolicismo…, sino una unidad iluminista, quimérico, masónico y anticristiano.

La perversidad de esta nueva teología y eclesiología es manifiesta. Todos aquellos que han hecho pactos de silencio con los romanos modernistas, traicionan a la Iglesia Verdadera; pactos de acuerdo, silencio acomodaticio, fingimiento de lucha estéril, sirvientes de dos señores (¿del mundo o de jefes de sectas y a la vez de Cristo?); de éstos vale la pena preguntarse: ¿Recojen con Cristo? o ¡Desparraman! 

Hablando de estos que traicionan a la Iglesia Verdadera nos viene a la mente un sueño de San Juan Bosco, aquél en el que vio cadáveres destrozados sin brazos ni cabeza ni piernas, preguntando Don Bosco el significado de aquellos cuerpos encontrados en el camino al paraíso: se le respondió, estos cuerpos mutilados son de aquellos que intentaron combatir a la Iglesia Católica en el transcurso de su historia. Queriendo combatir chocaron contra la gran roca de la Iglesia y quedaron destruidos y mutilados.

¡De Dios nadie se burla!