El Ariete Católico
¡Adelante católicos cristeros contrarrevolucionarios!
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jueves, 12 de diciembre de 2024
martes, 10 de diciembre de 2024
lunes, 9 de diciembre de 2024
ULTIMAS PALABRAS DEL GENERAL CRISTERO JESUS DEGOLLADO GUÍZAR
Enfermo de cáncer y rodeado del cariño y atenciones de los suyos, el General Jesús Degollado Guízar, el último General jefe de los Cristeros, murió en agosto de 1957 en Guadalajara. Murió como un fiel soldado en su último acto de vasallaje ante su soberano, besando una imagen de Cristo Rey.
"Hoy viejo y enfermo, tengo la seguridad de que ha pesar de haber sido el hombre mas pecador, al llegar ante Dios, por su misericordia tendrá presentes aquellos sacrificios ofrecidos a Él, en atención a ellos me perdonará. Yo le ofrecí mi vida y mi honra. Él premió desde este mundo a su insignificante, pero fiel soldado."
sábado, 7 de diciembre de 2024
LA FIESTA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
viernes, 6 de diciembre de 2024
El Martirio de Anacleto González Flores
El 1º de abril de
1927, Anacleto González Flores, fue apresado con tres muchachos colaboradores suyos,
los hermanos Vargas: Ramón, Jorge y Florentino. “Si me buscan, dijo, aquí estoy;
pero dejen ir a los demás. Fue inútil su petición, y los cuatro, junto con Luis
Padilla Gómez, presidente local de la ACJM, fueron internados en un cuartel de
Guadalajara. Allá interrogaron sobre todo al Maestro Cleto, pidiéndole nombres
y datos de la Liga y de los Cristeros, así como el lugar donde se escondía el
valiente obispo de Guadalajara, Francisco Orozco y Jiménez. Como nada obtenían
de él, lo desnudaron, los suspendieron de los dedos pulgares, lo flagelaron y
le abrieron las plantas de los pies y el cuerpo con hojas de afeitar. Él les
dijo:
“Una sola cosa
diré y es que he trabajado con todo desinterés por defender la causa de
Jesucristo y de su Iglesia. Ustedes me matarán, pero sepan que conmigo no
morirá la causa. Muchos están detrás de mi dispuestos a defenderla hasta el
martirio. Me voy, pero con la seguridad de que veré pronto, desde el Cielo, el
triunfo de la Religión y de mi Patria”.
Atormentaron,
entonces, frente al él a los hermanos Vargas, y el protestó: ¡No se ensañen con
niños, si quieren sangre de hombre aquí estoy yo!
Y a Luis Padilla
que pedía confesión, le dijo:
“No, hermano, ya no es tiempo de confesarse, sino
de pedir perdón y perdonar. Es un Padre, no un Juez, el que nos espera. Tu
misma sangre te purificará.”
Y antes de morir,
Anacleto se despidió del General Ferreira en éstos términos:
“Con Mucho gusto yo lo perdono mi General, pero le
advierto que vamos a encontrarnos luego juntos delante del tribunal de Dios. El
Juez que me va a juzgar, también lo juzgará a usted. Va a necesitar un buen
abogado. Si usted está de acuerdo, yo podría encargarme de eso”.
Entonces para
terminar con esto, por toda respuesta ordenó que le atravesaran el costado de
un bayonetazo, y como sangraba mucho, dispuso que le dispararan, pero los
soldados elegidos se negaron a hacerlo, y hubo que formar otro pelotón. Antes de
recibir catorce balas, don Anacleto aún alcanzó a decir: ¡Yo muero, pero Dios
no muere! Era casado y padre de dos hijos. Acto seguido fusilaron a Padilla y a
los hermanos Vargas.
jueves, 5 de diciembre de 2024
LOS CRISTEROS (LOS ARREGLOS)
Referente a los "arreglos" del gobierno masónico con los obispos Monseñor Ruiz Flores Arzobispo de Morelia, y Monseñor Pascual Díaz Barreto obispo de Tabasco: Uno de los responsables de la Liga Nacional le preguntó tiempo después de los "arreglos" al arzobispo Ruiz Flores, el cual contestó, ese tema es muy doloroso para mi, nos engañaron... luego el periodista le preguntó a un exjefe cristero ustedes también cayeron en el engaño? El contestó: no, de ningún modo; sabíamos que era una trampa, que el gobierno no respetaría los arreglos.
Le replicó, si sabían ustedes que era un engaño, que entregando las armas y dejando la clandestinidad, la muerte era segura. ¿Por que lo hicieron entonces? Contestó: porque lo mandaba la Iglesia, por fidelidad y obediencia a la Iglesia.
Nota. Renunciaron al triunfo y a lo único que tenían que era su voluntad de acabar con el gobierno, pero la Providencia por medio de la obediencia pedía dejar las armas e inmolarse como Nuestro Señor, como corderos ante sus enemigos. La Fidelidad y obediencia a Dios y a la Iglesia, nos mantiene por el camino estrecho que lleva al cielo.