El Ariete Católico
¡Adelante católicos cristeros contrarrevolucionarios!
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miércoles, 6 de agosto de 2025
SACRATÍSIMO CORAZON DE JESUS
EL FIN DEL HOMBRE (San Ignacio de Loyola)
jueves, 24 de julio de 2025
MARÍA SANTÍSIMA, MODELO DE OBEDIENCIA
Ecce ancilla Domini: fiat mihi secundum verbum tuum – “He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38).
Por el cariño que María dedicaba a la virtud de la obediencia, no quiso, cuando San Gabriel vino a anunciar su maternidad Divina, llamarse a sí misma por otro nombre que no fuera el de esclava: He aquí la esclava del Señor. Sí, dice Santo Tomás de Villanova, porque esta fiel esclava nunca contradijo al Señor con sus obras ni con sus pensamientos; pero, despojada de toda voluntad propia, vivió siempre y en todo obediente a la Voluntad Divina. San Bernardino de Siena observa que la obediencia de María fue mucho más perfecta que la de los otros santos, porque todos los hombres, debido a la inclinación al mal debido al pecado original, encuentran difícil hacer el bien. María, por el contrario, inmune como era a todo el labeo de la culpa, era como una rueda que se movía rápidamente con toda inspiración Divina y no hacía más que observar y ejecutar lo que agradaba a Dios. – De ella se dijo: Anima mea liquefacta est, ut dilectus meus locutus est – "Mi alma se derritió, tan pronto como mi amado habló"; porque, en la explicación de Ricardo, el alma de la Virgen era como metal fundido, lista para tomar todas las formas que Dios quisiera.
San Alfonso María de Ligorio
martes, 22 de julio de 2025
TESTAMENTO ESPIRITUAL DE ALESSANDRO SERENELLI (AGRESOR DE SANTA MARIA GORETTI)
Alejando Serenelli murió en mayo de 1970 en el convento de los Capuchinos donde fue portero. Este texto se encontró después de su muerte en un sobre cerrado con fecha del 5 de mayo.
Huid del mal y seguid siempre el bien. Testamento espiritual de Alessandro Serenelli "Soy un viejo de casi 80 años, pronto voy a terminar mis días. Echando una mirada al pasado, reconozco que en mi primera juventud recorrí un sendero falso, la vía del mal que me condujo a la ruina. Veía todo a través de la prensa, los espectáculos y los malos ejemplos que siguen la mayoría de los jóvenes son siquiera pensarlo. Y yo hice lo mismo. No me preocupaba. Personas creyentes y practicantes tenía cerca de mí, pero no les prestaba atención, cegado por una fuerza brutal que me empujaba hacia un sendero malo. A los 20 años cometí el delito pasional, del que hoy me horrorizo con sólo recordarlo. María Goretti, ahora Santa, fue el ángel bueno que la Providencia había puesto ante mis pasos para guiarme y salvarme. Todavía tengo grabadas en mi corazón sus palabras de compasión y de perdón. Rezó por mí e intercedió por su asesino. Siguieron 30 años de prisión. Si no hubiera sido menor de edad, hubiera estado condenado a cadena perpetua. Acepté la merecida condena. Expié mi culpa. La pequeña María fue verdaderamente mi luz, mi protectora; con su ayuda, me porté bien en mis 27 años de cárcel e intenté vivir honradamente cuando la sociedad me aceptó de nuevo entre sus miembros.
" Los Hermanos de San Francisco, los Capuchinos, me acogieron con caridad seráfica en su monasterio no como un siervo, sino como un hermano y con ellos convivo desde hace 24 años. Ahora espero sereno el momento de ser admitido en la visión de Dios, de abrazar a mis seres queridos de nuevo, y de estar junto a mi ángel protectora y su querida Madre, Assunta. Los que lean esta carta, ojalá que quieran seguir la feliz enseñanza de huir del mal y seguir el bien siempre. Pienso que la religión con sus preceptos no es una cosa que se pueda menospreciar, sino que es el verdadero consuelo, el único camino seguro en toda circunstancia, hasta las más dolorosas de la vida. Paz y bien Alessandro Serenelli Macerata, Italia
viernes, 18 de julio de 2025
INFLUENCIA DEMONIACA DETRAS DE LA MUSICA ROCK Y CULTURA POP
jueves, 17 de julio de 2025
ANACLETO GONZALEZ FLORES REPRENDE A LOS CATOLICOS MEXICANOS
EL HÁLITO DE SATANÁS
"Muchos católicos desconocen la gravedad del momento y sobre todo las causas del desastre, ignoran cómo los tres grandes enemigos, el Protestantismo, la Masonería y la Revolución, trabajan de manera incansable y con un programa de acción alarmante y bien organizado.
Estos tres enemigos están venciendo al Catolicismo en todos los frentes, a todas horas y en todas la formas posibles. Combaten en las calles, en las plazas, en la prensa, en los talleres, en las fábricas, en los hogares. Trátase de una batalla generalizada, tienen desenvainada su espada y desplegados sus batallones en todas partes. Esto es un hecho. Cristo no reina en la vía pública, en las escuelas, en el parlamento, en los libros, en las universidades, en la vida pública y social de la Patria. Quien reina allí es el demonio. En todos aquellos ambientes se respira el hálito de Satanás.
Y nosotros, ¿qué hacemos? Nos hemos contentado con rezar, ir a la iglesia, practicar algunos actos de piedad, como si ello bastase «para contrarrestar toda la inmensa conjuración de los enemigos de Dios». Les hemos dejado a ellos todo lo demás, la calle, la prensa, la cátedra en los diversos niveles de la enseñanza. En ninguno de esos lugares han encontrado una oposición seria. Y si algunas veces hemos actuado, lo hemos hecho tan pobremente, tan raquíticamente, que puede decirse que no hemos combatido. Hemos cantado en las iglesias pero no le hemos cantado a Dios en la escuela, en la plaza, en el parlamento, arrinconando a Cristo por miedo al ambiente.
Reducir el Catolicismo a plegaria secreta, a queja medrosa, a temblor y espanto ante los poderes públicos cuando éstos matan el alma nacional y atasajan en plena vía la Patria, no es solamente cobardía y desorientación disculpable, es un crimen histórico religioso, público y social, que merece todas las execraciones.
....Las almas sufren de empequeñecimiento y de anemia espiritual. Nos hemos convertido en mendigos, renunciando a ser dueños de nuestros destinos. Se nos ha desalojado de todas partes, y todo lo hemos abandonado.
Hasta ahora casi todos los católicos no hemos hecho otra cosa que pedirle a Dios que Él haga, que Él obre, que Él realice, que haga algo o todo por la suerte de la Iglesia en nuestra Patria. Y por eso nos hemos limitado a rezar, esperando que Dios obre. Y todo ello bajo la máscara de una presunta «prudencia». Necesitamos la imprudencia de la osadía cristiana.
Más aún, no son pocos los católicos que se atreven a llamar imprudente al que sabe afirmar sus derechos en presencia de sus perseguidores. Es necesario que esta situación de aislamiento, de alejamiento, de dispersión nacional, termine de una vez por todas, y que a la mayor brevedad se piense ya de una manera seria en que seamos todos los católicos de nuestra Patria no un montón de partículas sin unión, sino un cuerpo inmenso que tenga un solo programa, una sola cabeza, un solo pensamiento, una sola bandera de organización para hacerles frente a los perseguidores."
Discurso de Anacleto González Flores, mártir.