El Cardenal Pie hace hablar a San
Hilario como sigue: “Temo la terrible responsabilidad que pesaría sobre mí por
la connivencia, por la complicidad de mi silencio. Temo el juicio de Dios, temo
por mis hermanos que han salido del camino de la verdad, temo por mí, pues mi
deber es traerlos de vuelta”. San
Hilario dijo que la Iglesia no
puede olvidar su misión esencial. Esta misión es: “Ministros de la verdad, les corresponde
declarar lo que es verdad”. (Obras del Cardenal Pie, tomo 6, 14 de enero de
1870)